España Contemporánea: Hitos Políticos y Económicos desde la Transición

El Segundo Gobierno de Aznar (2000-2004)

Las elecciones del año 2000 volvieron a dar el triunfo al PP, que alcanzó la mayoría absoluta al conseguir 183 escaños y más de diez millones de votos. El Partido Socialista sufrió un grave revés, bajando su representación parlamentaria a 125 diputados y casi dos millones de votos menos. También IU salió malparada, quedándose con 8 diputados.

La economía continuó por la senda del crecimiento, lo que llevó a nuevas reducciones del paro y a espectaculares aumentos de los cotizantes a la Seguridad Social. El 1 de enero de 2002 comenzó la utilización del euro, que hasta esa fecha había sido una moneda de cuenta. La entrada en vigor de la moneda europea supuso importantes ajustes en los precios que la expansión económica asumió sin graves dificultades. La mejora de las infraestructuras y la modernización del país, iniciada en las décadas anteriores, continuó a buen ritmo.

El sector de la construcción vivió una escalada de precios, vinculada a movimientos especulativos, que convirtió la vivienda en un bien costoso. Muchas familias se endeudaron para adquirir un bien tan básico.

La invasión de Irak de Sadam Husein, acusado por Estados Unidos de fabricar y almacenar armas de destrucción masiva tras el grave atentado en Nueva York el 11 de septiembre de 2001, contó con el apoyo del Gobierno español, pese a la fuerte contestación social que dicha intervención desató. Aznar agotó esta segunda legislatura, comprometido a poner un límite a sus mandatos como presidente aunque no estuviese establecido en la legislación, y no se presentó a la reelección. El candidato del PP fue Mariano Rajoy, quien había ocupado diferentes carteras ministeriales en los gobiernos de Aznar.

El 11 de marzo de 2004, en víspera de las elecciones señaladas para el día 14, un atentado terrorista en la madrileña estación de Atocha produjo dos centenares de muertos y miles de heridos. Una primera información del Gobierno atribuyó el atentado a ETA, pero en las horas siguientes se abrió paso la hipótesis, luego confirmada, de que habían sido islamistas radicales los autores de la masacre. Los electores acudieron masivamente a las urnas y el resultado significó un vuelco electoral respecto a los pronósticos de los sondeos, que apuntaban a un triunfo del PP. El PSOE se alzó con la victoria, al obtener escaños, frente a los 151 del PP.

Comentario de Texto: El Mensaje del Rey Juan Carlos I (23-F)

Nos encontramos ante un texto cuyo autor individual no es otro que el rey Juan Carlos I de Borbón y que fue transmitido televisivamente a los españoles en la madrugada del 24 de febrero de 1981 a fin de condenar el golpe de Estado liderado el 23 de febrero por el teniente coronel Antonio Tejero e informar al pueblo español de las medidas adoptadas por la Corona. El monarca de España nació en Roma en 1938 y en 1969 fue elegido por Franco como su sucesor en la Jefatura de Estado a título de rey. No obstante, a pesar de la designación del dictador, supo a la muerte de este liderar el proceso hacia la democracia.

El texto podría ser calificado como político en tanto en cuanto se trata de un mensaje con esta temática. Las circunstancias en las que salió a la luz y la suma importancia de su propósito fundamental —la condena de un golpe de Estado— lo aproximarían hacia lo jurídico, puesto que simula tener cierto carácter de ley. Finalmente, en virtud de su difusión televisiva, cabría señalar que su destinatario es claramente público, pudiendo aludir a todo el pueblo español como el receptor del mensaje.

A pesar de la brevedad del texto, podemos establecer tres grandes bloques temáticos:

  • Una primera parte compuesta por las 3 primeras líneas (desde “Al dirigirme” hasta “orden siguiente”), en las que Juan Carlos I alude a unas “circunstancias extraordinarias” ante las cuales solicita la “serenidad y la confianza” del pueblo español. Se refiere al golpe del 23 de febrero de 1981, materializado en la irrupción de un destacamento de cerca de 200 guardias civiles dirigidos por el teniente coronel Antonio Tejero en el Congreso de los Diputados. Los parlamentarios presentes fueron tomados como rehenes y España entera presenció en directo a través de radio y televisión el devenir del golpe. Además, no solo hubo movimientos en Madrid; en Valencia, el general Jaime Milans del Bosch declaró el estado de guerra y sacó los tanques a la calle.
  • Una segunda parte que comprendería las líneas 3-8 (desde “Ante la situación” hasta “la aprobación de la Junta de Jefes de Estado Mayor”), a través de las cuales el rey comunica al pueblo español las órdenes dictadas al Ejército tras la irrupción de los golpistas en el Congreso. Juan Carlos I expone ahora claramente su condena al golpe, pues insta a los militares a que se conserve la legalidad constitucional, es decir, la Constitución de 1978. Y corresponde precisamente al rey porque, en contra de lo que tradicionalmente suele creerse, esta ley fundamental le atribuiría poderes tan fundamentales como los de Jefe del Estado y mando supremo de las Fuerzas Armadas.
  • Una tercera y última parte que abarcan las 3 últimas líneas (desde “La Corona, símbolo” hasta “de referéndum”), que suponen una especie de colofón final en el que el monarca reitera su condena al golpe e insiste en la necesidad de que la institución que él representa respalde el proceso democrático iniciado tras la muerte de Franco en 1975. Nuevamente se refiere a la Constitución de 1978 y alude también al respeto a un texto votado por el pueblo español en referéndum el 6 de diciembre de 1978. Los golpistas, por su parte, justificaron su acción alegando que esta se hacía en defensa de una España cada vez más golpeada por el terrorismo de ETA, el incremento del desempleo y el desarrollo de un proceso autonómico que conducía, según ellos, a la desintegración.

Conceptos Clave del Franquismo y la Transición

Definiciones Históricas

  • Nacional-Catolicismo: Es la denominación con la que se conoce una de las señas de identidad ideológica del franquismo, el régimen dictatorial con el que Francisco Franco gobernó España entre 1939 y 1975. Su manifestación más visible fue la hegemonía que tenía la Iglesia católica en todos los aspectos de la vida pública e incluso privada.
  • Ley de Sucesión: Fue la quinta Ley Fundamental aprobada de las ocho Leyes Fundamentales que organizaban los poderes del Estado durante el franquismo. Establecía la sucesión de Francisco Franco al frente del Estado español, al disponer que el sucesor sería propuesto por el propio Franco, pero que tendría que ser aprobado por las Cortes españolas.
  • Congreso de Suresnes: Es el decimotercer congreso celebrado por el PSOE durante el exilio, entre los días 11 y 13 de octubre de 1974 en el teatro Jean Vilar de dicha localidad francesa colindante con París. Se le reconoce por ser el que cambió la orientación política e ideológica del PSOE poco antes de la Transición democrática en España.
  • División Azul: Fue una unidad de voluntarios españoles que formó una división de infantería dentro del Heer, el ejército de la Alemania nazi. Se creó para luchar contra la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial. Entre 1941 y 1943, cerca de 50.000 soldados españoles participaron en diversas batallas, fundamentalmente relacionadas con el sitio de Leningrado.
  • Leopoldo Calvo Sotelo: Fue un político español, presidente del Gobierno de España entre febrero de 1981 y diciembre de 1982, durante la I Legislatura.
  • Cartillas de Racionamiento: Es un documento impreso, numerado, seriado y validado, que extiende la autoridad competente para facilitar el acceso a determinados bienes de primera necesidad, normalmente alimentos, que están sometidos a una distribución intervenida.

El Plan de Estabilización de 1959 y sus Consecuencias

España necesitaba salir de su aislamiento e integrarse económicamente en la realidad internacional. Para ello, había que romper con la autarquía económica y todo su entramado. El primer paso lo dio un grupo de ministros, los conocidos «tecnócratas», como Navarro Rubio, Ullastres y López Rodó, que pusieron en marcha el llamado Plan de Estabilización de 1959. Consiguieron frenar la inflación, moderar los precios, contener los gastos y la demanda. Al mismo tiempo, tomaron una serie de medidas que favorecieron la exportación y la importación. Los resultados fueron muy buenos, pero a costa de someter de nuevo a la población a grandes sacrificios. El éxito del Plan de Estabilización de 1959 favoreció la creación de las bases de un gran crecimiento económico durante la década de los sesenta y parte de los setenta.

El Desarrollo Económico y los Elementos del Cambio (1960s-1970s)

La herramienta principal para conseguir este desarrollo fue la puesta en marcha, a partir de 1964, de los Planes de Desarrollo bajo la dirección del ministro Laureano López Rodó. Estos tenían un carácter indicativo; no obligaban a las empresas privadas a integrarse en ellos, sino que las orientaban y favorecían con ayudas económicas y beneficios fiscales. También contemplaban la creación de los llamados Polos de Desarrollo y Promoción Industrial con el fin de fomentar el desarrollo regional. Estos lugares estaban dotados de polígonos industriales, donde se localizaban las industrias que gozaban del beneficio de ser consideradas de interés preferente. Se sucedieron planes cuatrienales: el primero de 1964 a 1967; el segundo de 1968 a 1971; y el tercero, de 1972 a 1975, este último interrumpido por los efectos de la crisis energética de 1973.

Todo este proceso se vio favorecido por las grandes ventajas económicas que reportó el Acuerdo Preferencial con la CEE, firmado por el ministro de Asuntos Exteriores Gregorio López Bravo. La industria fue la gran favorecida en los distintos planes de desarrollo. Se cambió de signo en el comercio exterior español: de ser un país exportador de productos agrícolas y de materias primas, se pasó a exportar productos industriales como maquinaria, herramientas, etc. Contrariamente a lo que se pretendía en teoría, se acentuaron los desequilibrios sectoriales; la agricultura salió muy desfavorecida. Este crecimiento económico irregular y desequilibrado operado durante los años sesenta ha recibido el nombre de desarrollismo.

Finalmente, el desarrollo fue facilitado por los siguientes factores:

  • La bonanza económica europea e internacional que se vivía en los años sesenta.
  • El auge turístico que convirtió a España en uno de los lugares de destino preferidos en Europa, lo que aportó una gran cantidad de divisas.
  • La emigración española a los países de Europa occidental proporcionó también una gran cantidad de divisas.
  • Las importantes imposiciones de capital extranjero, que permitieron dinamizar la economía española y ayudar a sufragar proyectos económicos.

Consecuencias Sociales y Demográficas del Desarrollo Económico

Los cambios más significativos producidos por el desarrollo económico fueron los siguientes:

  • Un considerable aumento demográfico. La población pasó de 30,5 millones de habitantes en 1960 a 33,9 millones en 1970, debido a un incremento de las tasas de natalidad (20‰) y al descenso apreciable de las tasas de mortalidad (9‰).
  • Aumento de la población urbana. Se intensificó el flujo migratorio del campo a la ciudad, de modo que más de 4 millones de personas cambiaron de residencia y abandonaron las regiones más atrasadas para ir a las más desarrolladas. La población urbana llegó a significar el 60% del total y se concentró en su mayor parte alrededor de las grandes ciudades. Al mismo tiempo, se produjo un importante cambio en la distribución de la población activa: el sector terciario aglutinó la mayor parte de la población trabajadora, mientras que la agricultura quedó reducida al 22%. Los núcleos receptores fueron Madrid, Cataluña, País Vasco, Zaragoza y el Levante.
  • Protagonismo obrero y ascenso de las clases medias. La clase obrera alcanzó un gran protagonismo y comenzó a especializarse y acceder a la propiedad. Se fue configurando una nueva clase media formada por oficinistas, vendedores y obreros especializados o técnicos que dotó a la sociedad de una gran estabilidad. Más reducida en número, aparece una élite —los tecnócratas o grandes ejecutivos— ligada a la banca y altos funcionarios, regidos por principios de eficacia, que alcanzaría una gran influencia social.
  • La sociedad española se modernizó. Con una renta per cápita superior a los 1000 dólares, mejoró el nivel de vida y los españoles accedieron a los bienes de consumo: vivienda, electrodomésticos, automóvil (recordemos el famoso Seat 600) y las vacaciones estivales. La educación mejoró y la enseñanza media se extendió con la creación de institutos en las poblaciones medias y el acceso en gran número de la mujer a las aulas.
  • La mujer participó más intensamente en el mundo de la cultura. Se reanudó su dedicación a la literatura y a la universidad. A las obras de Carmen Laforet y Carmen Martín Gaite se añadió la producción literaria de María del Campo Alange acerca del papel desempeñado por la mujer en la sociedad de su tiempo.

Objetivos de la Política Exterior de la España Democrática

Los gobiernos democráticos han conseguido la integración de España en la Unión Europea, el ingreso en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el estrechamiento de los lazos de amistad y ayuda con Iberoamérica y el Mediterráneo. En la actualidad España se encuentra plenamente integrada en aquellos organismos internacionales en los que se toman las más importantes decisiones de carácter político, económico y cultural.

La política exterior del Estado español contempla una serie de prioridades:

  • Cooperación para el desarrollo, luchando contra la pobreza, ampliando los derechos, oportunidades y capacidades de las poblaciones más desfavorecidas.
  • Promoción y defensa de los derechos humanos y acciones para garantizar la paz y la seguridad en el mundo.
  • Seguridad y defensa de España y contribución de nuestro país a la seguridad internacional, participando en dos organismos multilaterales de vital importancia: la OTAN y la PESD.
  • Política a favor del desarme y contra la proliferación de armamento. España ha suscrito y ratificado los principales tratados y convenciones de no proliferación de armas y participa en varias organizaciones y foros que defienden esta política.

La cumbre del G-20, celebrada a finales de 2008 en Washington, a la que asistió España de la mano de Francia para buscar soluciones a la crisis financiera internacional, concluyó con el compromiso de los participantes de reformar y favorecer los mercados financieros, pero con la advertencia de que la responsabilidad es de cada país. La presencia de España en estos foros no es segura, debido a que no pertenece ni al grupo de las grandes potencias económicas ni al conjunto de los países de economías emergentes, por lo que debe solicitar apoyo.

Conceptos y Hitos de la Transición Española

Definiciones Históricas

  • Fuero de los Españoles: Es una de las ocho Leyes Fundamentales del franquismo, que establecía una serie de derechos, libertades y deberes del pueblo español.
  • Marcha Verde: Fue la invasión marroquí del Sáhara español, iniciada el 6 de noviembre de 1975.
  • Instituto Cervantes: Es un organismo público español, creado el 21 de marzo de 1991 por el Gobierno de España, con el alto patrocinio de los Reyes de España, bajo el mandato del presidente Felipe González y dependiente de su Ministerio de Asuntos Exteriores.
  • Ley de Prensa de 1967: Fue una ley promulgada durante la dictadura del general Franco, con la finalidad de regular y, en la práctica, limitar la libertad de prensa. Aunque supuso una cierta apertura respecto a normativas anteriores, mantenía el control gubernamental sobre los medios. En los periodos democráticos, como la Segunda República Española o el Reinado de Juan Carlos I, la libertad de expresión estaba reconocida y garantizada en sus respectivas Constituciones, por lo que no existieron leyes de prensa con carácter restrictivo.
  • Adolfo Suárez: Fue una figura clave de la Transición, periodo en el que se dejó atrás el régimen dictatorial del general Francisco Franco y se pasó a un sistema democrático. Consiguió, tras ser nombrado presidente del Gobierno por el rey Juan Carlos I en 1976 y a pesar de ser un desconocido para la opinión pública del momento, que se llevaran a cabo diversas medidas que reformaron el sistema previo, como la autoliquidación de las Cortes franquistas o la legalización de los partidos políticos, incluida la del Partido Comunista de España.
  • Cumbre Iberoamericana: Son las reuniones anuales de los Jefes de Estado y de Gobierno de los veintidós países que conforman la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).

La Muerte de Franco y las Primeras Elecciones Democráticas

Muerto Franco el 20 de noviembre de 1975, el Príncipe Juan Carlos, como estaba previsto, fue proclamado Rey de España el 22 de noviembre de 1975. A partir de entonces se inició un delicado proceso de establecimiento de las libertades y cambio de régimen conocido como la Transición democrática. El papel desempeñado por el rey Juan Carlos I fue de enorme importancia, ya que desde el primer momento puso todo su empeño por establecer una monarquía democrática, constitucional y parlamentaria a la que había que llegar mediante un decidido programa de reformas.

Al principio, dicho programa no contaba con el apoyo de la derecha ni de la izquierda. La primera estaba anclada en la intransigencia y la continuidad del régimen franquista, mientras que la segunda, muy dividida, deseaba una ruptura democrática y pedía la instalación de un gobierno provisional y unas Cortes Constituyentes que decidieran el modelo de Estado, esto es, monarquía o república. El buen hacer del monarca y la evolución de los hechos suavizaron las posturas y todos vieron la necesidad de llegar a un consenso: la derecha se avino a la apertura y al reformismo, y la izquierda acabó por aceptar la monarquía democrática.

Para iniciar el camino hacia la democracia desde la legalidad, el rey encontró a la persona capaz de hacerlo en Torcuato Fernández Miranda, su antiguo profesor y gran conocedor del ordenamiento político vigente, aunque las presiones de los poderes fácticos le hicieron confirmar a Carlos Arias Navarro como presidente del Gobierno. Se iniciaba la llamada Primavera Arias, por la expectación levantada gracias a las promesas aperturistas formuladas que, con un gobierno muy dividido, no se llevaron a cabo. Todo ello disgustó a la oposición, de manera que el 26 de marzo de 1976, la Plataforma de Convergencia Democrática, liderada por el PSOE, y la Junta Democrática, encabezada por el PCE, se unieron para formar la llamada Platajunta, que organizó una serie continua de huelgas y manifestaciones que fueron reprimidas con gran dureza. A esta situación hubo que añadir los sucesos de Montejurra, donde se enfrentaron dos bandos carlistas con un saldo de dos muertos y los atentados terroristas de ETA y el GRAPO.

El rey nombró a Adolfo Suárez, quien no era visto como la persona apropiada para realizar las reformas pertinentes por proceder de las mismas filas del franquismo. Todos se equivocaron; mediante un gobierno de personas poco relevantes hasta entonces, pero de gran preparación, consiguió desmantelar todo el edificio del régimen anterior y se convirtió en protagonista del cambio. El primer paso se dio en noviembre de 1976, cuando las Cortes franquistas aprobaron la Ley de la Reforma Política, que creaba unas Cortes bicamerales elegidas por sufragio universal. Sometida a referéndum al mes siguiente, fue sancionada por el rey el 4 de enero de 1977. El 15 de junio de aquel mismo año, se convocaron elecciones generales que se celebraron pacíficamente y con gran participación ciudadana. Había comenzado el desmantelamiento del régimen franquista desde la legalidad.

El resultado de las elecciones aclaró el panorama político. La UCD, el partido político creado por Adolfo Suárez, fue la clara vencedora con el 34% de los votos. Le seguía el PSOE, liderado por el joven sevillano Felipe González, con el 28%. Descolgados quedaron el PCE (9%), liderado por Santiago Carrillo, y Alianza Popular (AP), fundado por Manuel Fraga, con el 8%. Los partidos nacionalistas CiU y PNV ganaron las elecciones en Cataluña y País Vasco. Estos resultados refrendaban la opción moderada del pueblo español, que rechazaba tanto a la extrema derecha franquista como a la izquierda revolucionaria. Todo este proceso de reformas siempre se vio amenazado por dos fuerzas antagónicas. Por un lado, la extrema derecha, que propugnaba un golpe militar que pusiera fin al proceso democrático. Por otro lado, ETA y el GRAPO, que con sus ataques al ejército y las fuerzas policiales alimentaban las posibilidades de un golpe militar.

El Golpe de Estado de 1981: Contexto y Desarrollo

Las tensiones propias de una situación de crisis económica, con un alto malestar social por las elevadas cifras de desempleados, así como los problemas generados por una intensa actividad terrorista desatada por ETA y el GRAPO, alimentaban los deseos involucionistas de los grupos de la derecha radical y de los sectores más conservadores del ejército, que miraban con nostalgia hacia los tiempos de la dictadura. Todo ello alimentaba actitudes golpistas. En los entierros de las numerosas víctimas del terrorismo se vivían momentos de tensión. Los más exaltados gritaban contra el Gobierno y la democracia. Se cuestionaba no solo al Gobierno, sino a la propia Jefatura del Estado, representada por el rey Juan Carlos I.

Algunas intentonas golpistas, como la llamada Operación Galaxia, fueron desbaratadas, pero el 23 de febrero de 1981, un mes después de que Suárez anunciase su dimisión, mientras se procedía a la votación de investidura de Calvo Sotelo, un grupo de guardias civiles, a las órdenes del teniente coronel Tejero Molina, irrumpió en el hemiciclo, interrumpiendo la votación. La representación de la soberanía nacional quedaba secuestrada. En el Congreso de los Diputados se vivieron momentos de fuerte tensión que pudieron ser vistos en directo al quedar en funcionamiento una cámara, que emitió los graves hechos que allí tenían lugar.

Las horas siguientes fueron de incertidumbre, al controlar los golpistas algunos puntos estratégicos y al proclamar el capitán general de la III Región Militar, el teniente general Milans del Bosch, el estado de guerra y sacar los tanques a la calle. Al filo de la medianoche, el Jefe de Estado, Juan Carlos I, desautorizó el golpe y conminó a los militares golpistas a deponer su actitud. El general Milans del Bosch ordenó el regreso a los cuarteles de las tropas y al día siguiente el teniente coronel Tejero se entregó y los guardias civiles que habían asaltado el palacio de la Carrera de San Jerónimo abandonaron el Congreso de los Diputados. Los días siguientes, grandes manifestaciones recorrieron las calles de las principales ciudades del país, invocando la Constitución y proclamando su voluntad de continuar por la senda de la democracia.

Conceptos y Gobiernos de la España Democrática

Definiciones Históricas

  • Polos de desarrollo: Estrategia territorial clásica de la política regional, consistente en concentrar las ayudas en unos determinados polos en los que se intentará reproducir el proceso de crecimiento autosostenido, que de una manera espontánea se había dado en las áreas más desarrolladas.
  • Transición: Es el período de la historia contemporánea de España en el que se llevó a cabo el proceso por el que el país dejó atrás el régimen dictatorial del general Francisco Franco y pasó a regirse por una Constitución que instauraba un Estado social y democrático de derecho. Dicha fase constituye la primera etapa del reinado de Juan Carlos I.
  • Etapa Azul: La fuerza política dominante durante el primer período del franquismo fue la Falange, que tenía muchas similitudes con los otros partidos fascistas europeos. El 19 de abril de 1937, Franco había decretado la unificación en un solo partido de falangistas y requetés, formando FET y de las JONS. La nueva fuerza política tenía que convertirse en algo parecido al partido único típico de los regímenes fascistas.
  • Cuadernos para el Diálogo: Fue una revista cultural, aunque con claro propósito de transmitir un ideario político, el democristiano, que difundió su primer presidente y promotor Joaquín Ruiz-Giménez.
  • Luis Carrero Blanco: Fue un militar, escritor y político español que ocupó diversos cargos en la dictadura de Franco. Fue asesinado por ETA cuando era presidente del Gobierno de España durante la etapa final de esta dictadura. El régimen le otorgó, póstumamente, el título de duque de Carrero Blanco.
  • Asunto Matesa: El escándalo estalló el 23 de julio de 1969 cuando Víctor Castro Sanmartín, director general de Aduanas, denunció a Matesa (Maquinaria Textil del Norte S.A.) ante el Tribunal de Delitos Monetarios, que intervino la empresa y encarceló al principal accionista de la sociedad, Juan Vilá Reyes, así como a otros accionistas y directivos. Al parecer, Matesa, fundada en 1956 como una empresa familiar, mantenía una deuda de 10.000 millones de pesetas con un banco público (el Banco de Crédito Industrial, dirigido por José González Robatto) y había cometido fraude en sus exportaciones.

Los Gobiernos Socialistas de Felipe González (1982-1996)

En la primera legislatura socialista (1982-1986), el Gobierno de González tuvo que hacer frente a una difícil situación económica. El gabinete socialista aprobó un estricto Plan de Estabilización Económica que implicó un proceso de reconversión industrial que llevó al cierre de muchas industrias obsoletas. Estas medidas provocaron el desconcierto entre las centrales sindicales, pero permitieron sanear la economía y prepararla para la recuperación. El Gobierno socialista tuvo que hacer frente a una dura campaña terrorista de ETA, con más de cien muertos durante la legislatura, y a la vez reformar el Ejército para acabar con el peligro del golpismo. Esta reforma fue uno de los grandes éxitos del gabinete. Otras medidas fueron la aprobación de la reforma universitaria, la LODE, que establecía la enseñanza gratuita y obligatoria hasta los dieciséis años, y una despenalización parcial del aborto.

España finalmente consiguió acceder a la Comunidad Económica Europea el 1 de enero de 1986. El viejo anhelo de integración en Europa se convirtió en realidad. Como contrapartida, Felipe González cambió radicalmente su discurso sobre la OTAN. La negativa al ingreso en la alianza militar occidental se tornó en apoyo. González mantuvo su promesa de convocar un referéndum y pidió el voto afirmativo a la permanencia en la OTAN. El triunfo de la postura defendida por González posiblemente marcó su cenit como líder político. En estos años acabó por diseñarse el mapa autonómico español con la aprobación de los diversos estatutos de autonomía.

En 1986, el PSOE volvió a ganar las elecciones por mayoría absoluta propiciando la crisis entre sus contrincantes. Fraga repitió resultados, lo que propició una larga crisis en su partido, y el PCE se coaligó con diversas fuerzas menores configurando Izquierda Unida.

La segunda legislatura socialista (1986-1989) estuvo marcada por un fuerte desarrollo económico que duraría hasta 1992. Este crecimiento se concretó en una ambiciosa política de inversiones públicas en infraestructuras, favorecida por la transferencia de fondos procedentes de la CEE. Los servicios educativos, sanitarios y de pensiones crecieron de forma notable, siendo sufragados por un sistema fiscal relativamente progresivo. Por primera vez se podía hablar de un Estado del Bienestar en España. El crecimiento económico y las medidas liberalizadoras del Gobierno trajeron un aumento de las diferencias de riqueza entre los diversos grupos sociales. Los sindicatos CC.OO. y UGT organizaron una huelga general el 14 de diciembre de 1988. El país se paralizó y Felipe González tuvo que negociar la retirada parcial de su programa liberalizador.

En 1989, el PSOE volvió a ganar por mayoría absoluta, aunque con una fuerte reducción de votos. En esta tercera legislatura del PSOE (1989-1993), España celebró en 1992 dos acontecimientos internacionales: los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla, que mostraron una imagen de país moderno muy diferente a la España de la dictadura de Franco. Sin embargo, la recesión mundial iniciada a principios de los noventa golpeó duramente a nuestro país. La crisis económica, agravada por la incorrecta política económica del Gobierno, disparó la inflación y el paro llegó a la dramática cifra de tres millones de desempleados.

La crisis económica fue la antesala del estallido de escándalos de corrupción (hermano de Alfonso Guerra y FILESA) que afectaron al Gobierno socialista. A ellos se vino a unir el escándalo de los GAL, grupo armado formado por policías y mercenarios que, con la complicidad de cargos del Gobierno, llevó a cabo la «guerra sucia» contra ETA. En las elecciones de 1993, el PSOE volvió a vencer, aunque esta vez sin mayoría absoluta, por lo que necesitó el apoyo parlamentario de Convergència i Unió de Pujol. Las fuerzas de derecha se habían reorganizado en el Partido Popular, que era dirigido desde 1989 por José María Aznar. Se iniciaba así la cuarta legislatura con Felipe González en el Gobierno del país (1993-1996). Las dificultades económicas, los escándalos y la dura campaña de la oposición llevaron a que, tras negarle Pujol el apoyo para aprobar los presupuestos, Felipe González convocara elecciones en 1996.

El Consenso Político y la Constitución de 1978

Establecido el consenso en lo económico, en julio de 1977 se abrieron las nuevas Cortes, que abordaron el segundo de los objetivos planteados: elaborar y aprobar una nueva Constitución. Se nombró una comisión, integrada por representantes de todas las fuerzas políticas de la nación —los llamados «padres de la Constitución»—, encargada de redactar un anteproyecto, que fue aprobado por las Cortes tras un largo debate, con tan solo dos votos en contra y catorce abstenciones, correspondientes a los diputados vascos.

La Constitución de 1978 consagraba la monarquía parlamentaria como modelo de Estado, proclamaba la soberanía nacional, abolía la pena de muerte (excepto en caso de guerra), se declaraba aconfesional en materia religiosa y garantizaba todas las libertades clásicas. Recogía aspectos de constituciones anteriores, como las de 1876 y 1931, y como novedad, establecía el Estado de las Autonomías, frente a la tradicional concepción del Estado centralizado. Se trataba de una Constitución que fue aceptada por todos —derecha, izquierda y grupos nacionalistas— debido a su poca concreción y ambigüedad. Fue aprobada el 6 de diciembre de 1978 en referéndum con el 87,8% de los votos a favor y un 7,8% de los votos en contra, siendo sancionada el 27 de diciembre del mismo año por el rey. Desde un punto de vista internacional, resulta una Constitución homologable a las constituciones del resto de los países democráticos europeos, de las que recibe algunas influencias.

El presidente del Gobierno anunciaba la convocatoria de elecciones generales para marzo de 1979 y, con el fin de crear un buen clima social y terminar con los fantasmas del pasado, se decretó una amnistía total a todos los exiliados políticos. En febrero de 1978 se convocaron elecciones sindicales libres y, además, se emprendieron reformas urgentes en la legislación vigente, dando por terminado el periodo constituyente y comenzando el legislativo.

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