España en Crisis: De la Guerra de Independencia al Reinado de Fernando VII y las Cortes de Cádiz

La Guerra de la Independencia Española: Orígenes y Desarrollo (1808-1814)

Antecedentes y Causas del Conflicto

Tras la muerte de Carlos III, su hijo Carlos IV heredó el trono y mantuvo a Floridablanca y Aranda como ministros. En 1808, comenzó la crisis social, económica y política del Antiguo Régimen, marcando el fin de la sociedad estamental y la monarquía absoluta.

El gobierno de Manuel Godoy como primer ministro (1792-marzo de 1808) se consolidó gracias al apoyo de la reina María Luisa de Parma. Su acción de gobierno se desarrolló en dos fases:

  • Hostilidad hacia Francia (1793-1795): Intentó salvar la vida del rey Luis XVI, quien fue guillotinado en 1793.
  • Alianza con Francia (1796-1808): Tras el ascenso de Napoleón al poder, Francia y España firmaron pactos de familia.

En 1796 se firmó el Tratado de San Ildefonso entre Francia y España, dirigido contra el Reino Unido y Portugal. Este acuerdo acabó fracasando con el intento de conquista de Portugal (Guerra de las Naranjas, 1801) y la derrota de la flota española en Trafalgar (1805). Posteriormente, España firmó el Tratado de Fontainebleau (1807), que permitía la entrada de tropas napoleónicas en territorio español.

Eventos Clave de 1808

La serie de eventos que precipitaron la guerra incluyó:

  • El Motín de Aranjuez, que estalló en el Palacio de Aranjuez, provocando la caída de Godoy y la abdicación del rey Carlos IV en su hijo Fernando VII.
  • Los Sucesos de Bayona, donde Fernando VII devolvió el trono a su padre Carlos IV, y Napoleón se autoproclamó rey de España.
  • El Levantamiento del 2 de mayo de 1808 en Madrid, donde la población se alzó en armas contra los franceses. Los oficiales de Artillería Daoíz y Velarde abrieron las puertas del cuartel de Monteleón al pueblo. Los ejércitos de Murat vencieron la resistencia y llevaron a cabo los trágicos fusilamientos del 3 de mayo.

Bandos en Conflicto e Ideologías

Todo ello desembocó en la Guerra de la Independencia (1808-1814), donde se enfrentaron:

  • El ejército francés de José I, numeroso y organizado, que contaba con el apoyo de los afrancesados.
  • El ejército y el pueblo español, que luchaban en nombre de Fernando VII.

El conflicto se entiende como la sublevación de toda una nación. Se distinguían dos ideologías principales:

  • Liberales: Con el objetivo de establecer una monarquía constitucional.
  • Absolutistas: Que pretendían la restauración del absolutismo.

Fases de la Guerra de la Independencia

La guerra se desarrolló en cuatro fases principales:

  • Mayo – Noviembre de 1808: Caracterizada por la reacción inicial de los españoles ante la invasión. Zaragoza resistió heroicamente al mando del General Palafox. Destaca la Batalla de Bailén, donde el ejército francés fue derrotado por las tropas del General Castaños, lo que impidió la ocupación francesa de Andalucía y obligó a José I a trasladarse a Vitoria.
  • Noviembre de 1808 – Enero de 1809: Napoleón trajo un poderoso ejército, la Grande Armée, que derrotó a las fuerzas españolas en Somosierra. Tomaron distintas ciudades, a excepción de Cádiz. José I volvió a ocupar su puesto.
  • 1809-1812: Los guerrilleros más destacados, como El Empecinado y el Cura Merino, se unieron para detener el avance de las tropas francesas. Las Juntas Locales formaron la Junta Provincial de Cáceres y, ante su debilidad, surgió la Junta Suprema Central, que se refugió en Cádiz. Durante esta fase, se consolidó la guerra de guerrillas como táctica de lucha española, y el Reino Unido entró en el conflicto del lado español.
  • 1812-1814: Las fuerzas anglo-portuguesas y españolas vencieron en las batallas de Arapiles y San Marcial. Tras la Batalla de Vitoria, Napoleón firmó el Tratado de Valençay (1813), por el cual devolvía el trono a Fernando VII.

Modelos Políticos y Consecuencias de la Guerra

Durante la guerra, se enfrentaron dos modelos políticos: el reformista francés, impulsado por José I, y el liberal español, que surgió del descontento popular tras los Sucesos de Bayona. Este último modelo llevó al pueblo español a asumir la soberanía y a los ciudadanos a participar en la política.

La Junta Central fue una institución clave que asumió el gobierno del país, dirigió la resistencia contra los franceses, firmó un tratado de alianza con los británicos y convocó la reunión de las Cortes de Cádiz. La Junta Central se disolvió, cediendo sus poderes al Consejo de Regencia, que asumió la máxima autoridad en ausencia del rey. Este Consejo convocó las Cortes, que se reunieron en Asamblea Constituyente el 24 de septiembre de 1810.

En las Cortes Constitucionales coexistieron dos ideologías principales: los liberales, que tomaron la iniciativa, y los absolutistas.

La guerra dio lugar a una serie de consecuencias significativas:

  • Las Cortes de Cádiz promulgaron la primera Constitución española: la Constitución de 1812.
  • Surgió una revolución institucional, marcando el nacimiento del liberalismo.
  • Se asumió la soberanía nacional y la división de poderes (legislativo, judicial y ejecutivo).
  • Pérdida de la hegemonía francesa.
  • Crisis económica: agricultura, ganadería, industrias, comercio e infraestructuras destruidas.
  • Crisis demográfica: pérdida de mano de obra joven.
  • Crisis de Hacienda: falta de fondos para invertir.

El Reinado de Fernando VII: Liberalismo frente a Absolutismo (1814-1833)

Restauración del Absolutismo (1814-1820)

Mediante el Tratado de Valençay, Napoleón devolvió el trono a Fernando VII (11 de diciembre de 1813). A su regreso, aceptó inicialmente el nuevo sistema definido en las Cortes de Cádiz. Sin embargo, en 1814, Fernando, apoyado por una parte del ejército y diputados absolutistas, firmó el Manifiesto de los Persas con el objetivo de restablecer el absolutismo y unas Cortes similares a las del Antiguo Régimen, aunque con un carácter supuestamente moderado.

Se inició una nueva etapa conocida como la Restauración del Absolutismo (1814-1820). A su llegada a Valencia, las manifestaciones de apoyo y el pronunciamiento del general Elío a favor del absolutismo impulsaron la firma del Decreto de Valencia (4 de mayo de 1814), por el cual se restauraba el absolutismo y se declaraban nulos la Constitución y los decretos de las Cortes de Cádiz.

Entre 1814 y 1820, se produjeron diversos levantamientos militares contra el gobierno de Fernando VII. Finalmente, en 1820, el pronunciamiento del comandante Rafael del Riego triunfó, obligando al rey a jurar la Constitución de 1812.

El Trienio Liberal (1820-1823)

Comenzó el Trienio Liberal (1820-1823), periodo en el que se puso en marcha un sistema de gestión compartida entre las Cortes y la monarquía. Sin embargo, surgieron varios problemas:

  • Fernando VII utilizó su capacidad de veto para boicotear la labor legislativa de las Cortes.
  • Problemas económicos, agravados por la reducción de la plata americana y la consiguiente subida de impuestos.
  • División de los liberales en dos facciones: los moderados o doceañistas (partidarios de otorgar mayor poder al rey) y los exaltados o veinteañistas (defensores de un poder ejecutivo limitado y la soberanía nacional).

Los absolutistas protagonizaron varias revueltas contra el gobierno liberal: en 1822, se sublevó la Guardia Real, y los realistas crearon una Regencia con sede en la Seo de Urgell (conocida como la Regencia de Urgell), que actuaría como gobierno provisional mientras Fernando VII siguiese «cautivo» de los liberales.

En 1823, entraron en España los Cien Mil Hijos de San Luis (un ejército francés dirigido por el Duque de Angulema), y en octubre, Fernando VII restauró el absolutismo.

La Década Ominosa (1823-1833)

Se inició una nueva etapa: la Década Ominosa (1823-1833), caracterizada por una fuerte represión hacia todas las personas que habían tenido cargos importantes durante el Trienio Liberal; muchos fueron ejecutados o exiliados.

Los absolutistas se dividieron en dos facciones:

  • Reformistas: Dirigidos por López Ballesteros, partidarios de una política reformista para evitar una revolución.
  • Apostólicos: Absolutistas radicales dirigidos por el infante Carlos María Isidro, quienes deseaban el restablecimiento del Tribunal de la Inquisición y medidas más duras contra los liberales.

Para asegurar la sucesión de su hija Isabel (futura Isabel II), Fernando abolió la Ley Sálica y promulgó la Pragmática Sanción (1830), que restauraba la de 1789 y autorizaba la sucesión femenina. Don Carlos no aceptó esta decisión, dando origen al carlismo, movimiento que defendía sus derechos sucesorios. Isabel fue coronada reina en 1833, y su regente fue su madre, María Cristina de Borbón.

El Proceso de Independencia de las Colonias Americanas

Causas y Desarrollo de la Emancipación

Las colonias españolas en América iniciaron un proceso de insurrección que condujo a su independencia, impulsado por varias causas:

  • La población criolla aspiraba a controlar el poder político y los cargos administrativos, que eran ocupados principalmente por españoles peninsulares.

En América, se aprobaron las Juntas locales. Una vez terminada la Guerra de la Independencia, muchos cabildos y provincias exigieron su autonomía, lo que derivó en la guerra de emancipación entre los criollos (partidarios de la independencia y apoyados por el Reino Unido y Estados Unidos) y los gachupines (españoles peninsulares, fieles a la Corona).

Entre 1815 y 1824, el proceso emancipador se expandió por América bajo el liderazgo de figuras como Simón Bolívar y José de San Martín. Las derrotas españolas en batallas clave como Chacabuco (1817), Boyacá (1819) y Carabobo (1821) permitieron la independencia de Chile, Venezuela, Colombia y Ecuador. México obtuvo su independencia en 1821, y el Virreinato del Perú, tras la derrota española en Ayacucho (1824), también logró su emancipación.

Consecuencias de la Independencia Americana

Las consecuencias de la independencia fueron significativas:

  • España perdió la mayor parte de su imperio colonial, conservando solo Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
  • Se perdió el lucrativo comercio americano, las remesas de metales preciosos y los tributos, conocidos como Caudales de Indias.
  • Las nuevas repúblicas americanas se fragmentaron en 15 repúblicas.
  • El control político recayó en las élites criollas.

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

Contexto y Convocatoria de las Cortes

Con la Guerra de la Independencia se inició en España la revolución liberal. El vacío de poder creado por los Sucesos de Bayona (la retención de los reyes y la abdicación forzada ante Napoleón) dejó en una situación de incertidumbre y parálisis a las altas autoridades españolas.

La extensión de las sublevaciones populares por diversas zonas del país contra los franceses dio lugar a la formación de Juntas locales de defensa, que asumieron, dirigieron y organizaron el poder en nombre de Fernando VII y la resistencia contra el gobierno de José I.

Ante la ausencia de una autoridad central, se actuó ejerciendo la soberanía nacional. Las Juntas locales o provinciales dieron paso a una Junta Suprema Central, que centralizó el poder y la organización militar. La ocupación de las fuerzas napoleónicas en España obligó a la Junta Central a refugiarse en Cádiz. Allí, se creó un Consejo de Regencia, que asumió la máxima autoridad en ausencia del rey. Los liberales impulsaron la convocatoria de Cortes con carácter extraordinario, que finalmente se reunieron en asamblea única el 24 de septiembre de 1810.

Para la elección de diputados, se consiguió que fueran elegidos por sufragio. Se nombraron representantes de distintos puntos de España y de América, y el resto de escaños se cubrió con diputados gaditanos. La composición social de las Cortes incluía:

  • Bajo clero (30%)
  • Profesionales liberales (abogados, comerciantes)
  • Militares

En cuanto a las ideologías, se distinguieron tres grupos principales:

  • Realistas: Partidarios de mantener el régimen absolutista.
  • Liberales moderados: Defensores de reformas graduales, una soberanía compartida y un pacto entre el rey y las Cortes.
  • Liberales exaltados: Partidarios de un modelo revolucionario francés, buscando recortar los poderes del rey y establecer el principio de soberanía nacional.

Medidas Legislativas de las Cortes de Cádiz

Las primeras medidas adoptadas por las Cortes estuvieron encaminadas a imponer un sistema liberal, marcando el inicio de una revolución política y social. Los cambios propuestos pretendían acabar con el régimen absolutista y sus fundamentos jurídicos, como el régimen señorial y la sociedad estamental.

Entre las principales medidas legislativas de las Cortes de Cádiz, destacan:

  • Reconocimiento de Fernando VII como legítimo rey de España.
  • Establecimiento de la división de poderes, otorgando a las Cortes el poder legislativo.
  • Abolición de las instituciones feudales y del régimen señorial.
  • Establecimiento de la igualdad jurídica mediante un código de leyes (que implicó la supresión de estamentos, gremios y el Tribunal de la Inquisición).
  • Promoción de la libertad económica.

La Constitución de 1812: «La Pepa»

Las Cortes aprobaron la primera Constitución española, conocida popularmente como La Pepa, el 19 de marzo de 1812. Aunque se presentó como un compromiso entre absolutistas y liberales, fueron estos últimos quienes impusieron sus principios. Sus características principales incluyen:

  • Establecimiento del principio de Soberanía Nacional.
  • Monarquía limitada con división de poderes: legislativo (Cortes y rey), ejecutivo (rey) y judicial (jueces y tribunales de justicia).
  • Cortes unicamerales, con funciones legislativas y representadas por diputados elegidos mediante sufragio universal masculino indirecto.
  • Reconocimiento de la religión católica como la oficial del Estado.
  • Garantía de derechos individuales.

La Constitución de 1812 tuvo varios periodos de vigencia, aunque intermitentes:

  • Marzo de 1812 – 1814 (derogada por Fernando VII).
  • 1820 – 1823 (durante el Trienio Liberal).
  • 1836 – 1837 (al inicio del reinado de Isabel II).

Las medidas adoptadas por las Cortes de Cádiz y la propia Constitución apenas llegaron a aplicarse plenamente debido a la guerra y a su posterior derogación por Fernando VII en 1814. No obstante, la Constitución de 1812 se convirtió en un referente fundamental del liberalismo, influyendo en constituciones españolas posteriores y en las de otros países como Portugal, Piamonte y las nuevas repúblicas iberoamericanas.

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