Fernando VII: Absolutismo, Liberalismo y Emancipación de la América Española
El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Durante la Guerra de la Independencia, Fernando VII permaneció preso en Valençay (Francia), hasta el 11 de diciembre de 1813, en que Napoleón le devolvió el trono de España en virtud del Tratado de Valençay.
El regreso de Fernando VII planteó el problema de su integración en el nuevo sistema político definido en las Cortes de Cádiz. Las Cortes prepararon a Fernando VII un itinerario corto hasta Madrid, pero este tomó otro camino para mostrar su rebeldía hacia las Cortes y tantear los apoyos con los que contaba, que comprobó suficientes para retornar al absolutismo. Apoyaban a Fernando VII una parte del Ejército, comandada por el general Elío, y 69 diputados dirigidos por Rosales y Villamil, que firmaron el Manifiesto de los Persas (12-IV-1814), en el que se animaba al rey a ignorar la labor legislativa de las Cortes de Cádiz y a restablecer el absolutismo y unas Cortes iguales a las del Antiguo Régimen.
Las vacilaciones de Fernando VII concluyeron con un golpe de Estado y la firma del Real Decreto de 4 de mayo de 1814, conocido como Decreto de Valencia, en el que declaró nulos y sin ningún valor ni efecto alguno la Constitución y los decretos promulgados por las Cortes de Cádiz y reo de lesa majestad a quien tratase de restablecerlos. Solo confirmó la abolición de los derechos jurisdiccionales de los señoríos.
Pero esta primera etapa del reinado estuvo marcada por graves problemas:
- Inestabilidad gubernamental propiciada por las camarillas cortesanas.
- La pertinaz crisis hacendística.
- Las revueltas por la emancipación de las colonias americanas.
- La amenaza de la oposición liberal.
Fernando VII inició una campaña de represión de los liberales; muchos pasaron a la clandestinidad y formaron sociedades secretas conspirativas, muchas de ellas masónicas, (como la moderada Sociedad del Anillo o la exaltada Confederación de los Caballeros Comuneros) o recurrieron a los pronunciamientos para hacerse con el poder; otros se exiliaron en Francia o Inglaterra, país que se convirtió en el modelo político a seguir.
El Trienio Liberal o Constitucional (1820-1823)
Entre 1815 y 1820 los liberales protagonizaron varios pronunciamientos contra el gobierno de Fernando VII (Díaz Porlier en La Coruña en 1815 o Lacy en Cataluña en 1817) en los que el protagonismo de los militares compensaba la debilidad de la burguesía. Pero todos ellos fracasaron porque fueron duramente reprimidos.
Sí triunfó el pronunciamiento del comandante Rafael del Riego (al mando del cuerpo expedicionario con destino a América para sofocar las rebeliones) en Cabezas de San Juan el 1 de enero de 1820, generalizándose la insurrección posteriormente al resto de España. Riego proclamó la Constitución de 1812 y, el 9 de marzo de 1820, Fernando VII se vio obligado a jurar la misma.
Se iniciaba así el Trienio Liberal (1820-1823), durante el cual las nuevas Cortes pusieron en marcha un sistema de gestión compartida entre las Cortes y la monarquía. Pero, durante el trienio surgieron dos problemas principales:
- Fernando VII utilizó el veto suspensivo para boicotear la labor legislativa de las Cortes.
- Los liberales se escindieron en dos grupos:
- Los moderados o doceañistas, partidarios de la participación de la Corona en las labores legislativas, con figuras como Martínez de la Rosa o Agustín Argüelles.
- Los exaltados o veinteañistas, que defendían que el Rey solo debía tener el poder ejecutivo, con figuras como Álvarez de Mendizábal o Alcalá Galiano.
Medidas del Trienio Liberal
Los dos primeros años del Trienio Liberal estuvieron dominados por los moderados, que intentaban desarrollar la Constitución para acabar definitivamente con el Antiguo Régimen, y tomaron las siguientes medidas:
- Supresión de los mayorazgos y abolición del régimen señorial.
- Prohibición a la Iglesia de adquirir bienes inmuebles y reducción del diezmo.
- Definición de las bases de una desamortización de las tierras eclesiásticas.
- Abolición de la Inquisición y limitación de las comunidades religiosas.
- Redacción de un Código Penal, que se promulgó en julio de 1823 bajo el periodo exaltado del Trienio.
- Creación de la Milicia Nacional: cuerpo de voluntarios para la defensa de la Constitución.
- Reglamento de Instrucción Pública.
Oposición Absolutista
La oposición absolutista se reunió en el verano de 1822 en el grupo conocido como los realistas, que protagonizaron varios sucesos para restablecer el absolutismo:
- La sublevación de la Guardia Real en julio de 1822, fallido autogolpe de estado, sofocada por la Milicia Nacional.
- La organización de fuerzas guerrilleras en Navarra y Cataluña.
- La creación de la Regencia de Urgel (Seo de Urgel), que pretendió actuar como gobierno legítimo mientras durara la cautividad de Fernando VII por parte de los liberales. El ejército disolvió la Regencia de Urgel.
Fin del Trienio Liberal
Después de tales hechos, subió al poder Evaristo San Miguel, un centrista entre los exaltados, comenzando el periodo exaltado del Trienio Liberal. Fernando VII buscó entonces la ayuda de las grandes potencias absolutistas europeas, forzando la intervención de la Santa Alianza. En abril de 1823 entraron en España los Cien Mil Hijos de San Luis, ejército francés al mando del Duque de Angulema. Los liberales ofrecieron escasa resistencia y marcharon con Fernando VII como rehén a Andalucía, pero en Cádiz fue liberado, siendo restaurado por segunda vez el absolutismo.