Hispania Romana: Transformación y Legado en la Península Ibérica

La Romanización de Hispania: Un Legado Duradero

La romanización es el proceso de aculturación por el cual los habitantes de la Península Ibérica abandonaron sus costumbres para adoptar las de los romanos. La conquista duró 200 años, durante los cuales los romanos organizaron el territorio y sentaron las bases de su economía. Fue un proceso desigual: en el área ibérica la conquista fue fácil y hubo una completa romanización; en el área celtíbera la romanización fue más difícil por el menor grado de urbanización; y, por último, en el norte, como no había vida urbana, no hubo casi romanización y se conquistó la última.

Factores Clave de la Romanización

  • La Vida Urbana: Roma transformó las ciudades de la Península y fundó otras que eran centros de producción. El contacto con la vida urbana transformó a los habitantes. Las civitates (núcleos de población indígena) recibían tres tipos de trato en función de la ayuda ofrecida a Roma en la conquista: podían ser aliadas (con pacto o foedus), libres (no pagaban tributos e independientes) o estipendiarias (sometidas por las armas y pagaban tributos). Esta división desapareció con la concesión de municipio romano a todas las ciudades en el 212 d.C.
  • Las Vías de Comunicación y el Comercio: El desarrollo de un sistema de calzadas favoreció el comercio y la llegada de pobladores. Las principales ciudades estaban conectadas con Roma por la Vía Augusta (paralela al litoral mediterráneo) y la Vía de la Plata (conectaba norte y sur). Además, el comercio también se favoreció con la política de libre comercio de Augusto, que permitía la importación y exportación de aceite, metales y objetos de lujo desde puertos como Cartago Nova y Gades. La unidad monetaria se consiguió con la implantación del denario de plata.
  • El Papel del Ejército: El ejército difundió la cultura romana por todo el Imperio. Roma tenía tropas hispanas que se romanizaron y los soldados, tras el servicio militar, se asentaban en campamentos donde llevaban su civilización. Estos atraían a mujeres, mercaderes y artesanos, y muchos se acabaron transformando en ciudades como Mérida y León.
  • La Fundación de Colonias: El asentamiento de ciudadanos romanos en colonias extendió el modelo de vida romano. Solían ser soldados veteranos que obtenían dichas tierras en forma de pago. Ejemplos son Valentia (Valencia) e Hispalis (Sevilla).
  • La Concesión de la Ciudadanía Romana: Los habitantes nacidos de padre y madre romano poseían la ciudadanía romana, que suponía gozar de todos los derechos. Por su parte, los hispanos libres de origen indígena solo podían gozar del ius latii o derecho de ciudadanía latina (concedida por Vespasiano en el 69-79 d.C), con muchos menos privilegios. Finalmente, con el fin de obtener la obediencia y el apoyo de los indígenas, Caracalla otorgó en el 212 d.C la ciudadanía romana a toda Hispania.

Economía, Sociedad, Administración, Religión y Cultura en Hispania Romana

La Economía

La economía era colonial de tipo esclavista: los esclavos obtenían las materias primas que eran enviadas a Roma para la fabricación de productos, los cuales regresaban a la Península a un precio superior. En agricultura se introdujeron sistemas de regadío y herramientas como el arado romano. La base de la producción era la trilogía mediterránea (cereales, vid, olivo, trigo). Había tres formas de propiedad: la privada (de grandes terratenientes), la pública (del Estado) y la tribal (en el norte). Además, Hispania era famosa por sus minerales (Río Tinto, Huelva); los romanos perfeccionaron las técnicas de extracción, y estos eran enviados a la capital para acuñar moneda. Hubo algunas industrias textiles en Levante y de transformación del garum en Murcia. En Cartagena, destacó la industria del esparto, de ahí el nombre de Cartago Spartaria.

La Sociedad

Se adoptaron los grupos existentes en Roma: hombres libres (bajo el derecho romano) y no libres (esclavos). Más tarde, aparecieron niveles dentro de los hombres libres: honestiores (se dividían en orden senatorial o senado, orden ecuestre o caballeros y orden decurión o élites locales), humiliores (pequeños campesinos) y los no ciudadanos (sin derecho político pero sí civil). También aparecieron niveles dentro de los hombres no libres: los libertos (habían sido liberados pero seguían teniendo rasgos de dependencia) y los esclavos (eran el motor del mundo romano y su condición era hereditaria).

La Administración y la Vida Urbana

La península sufrió varias divisiones. La primera (197 a.C): Hispania quedó dividida en Citerior al norte y Ulterior al sur. La segunda (27 a.C) realizada por Augusto: Se distinguieron dos tipos de provincias: las ya conquistadas dirigidas por el Senado (La Bética) y las que todavía no estaban pacificadas dirigidas por el emperador (Lusitania y Tarraconensis). La tercera (297 d.C): Se dividió Tarraconensis en las provincias de Cartaginensis y la Gallaecia. Casi 100 años más tarde se crearía la Balearica y se uniría a España el norte de Marruecos. Las provincias eran consideradas territorios sometidos gobernados por un pretor. Estas fueron divididas en conventos jurídicos y al frente de la Hacienda estaba el cuestor.

Religión y Cultura

Roma trajo las religiones de los pueblos conquistados y se dio el sincretismo religioso (culto al emperador). Hispania tuvo herejías como el priscilianismo, que rechazaba la jerarquía eclesiástica y defendía la igualdad de la mujer. En un principio el cristianismo no se aceptó, ya que este no aprobaba las demás religiones ni reconocía la divinidad del emperador, pero finalmente, fue legalizado por Constantino mediante el Edicto de Milán (313 d.C), ya que sirvió de consuelo para muchos durante la crisis del siglo III. Después, en el Concilio de Nicea I (325 d.C) Constantino estableció la unidad del dogma frente al Arrianismo. Finalmente, en el 381 el español Teodosio lo convirtió en la religión oficial. En cuanto a cultura, el latín vulgar será hablado por todos. Hispania dio emperadores (Trajano), así como escritores (Séneca), historiadores (Lucano), geógrafos (Mela) y al autor del tratado más famoso de agronomía de la época “De re rustica” (Columela).

El Arte Romano en Hispania

El arte romano tiene influencias griegas, etruscas y orientales. Influyó por su carácter didáctico y de representación del poder. La arquitectura tuvo carácter práctico y monumental, se utilizó la arquitectura adintelada y abovedada. Destacaron infraestructuras como el acueducto de Segovia, el teatro de Cartagena y el anfiteatro de Itálica. La basílica, que un principio fue un edificio jurídico, sería la precursora de las iglesias. En escultura, encontramos la idealizada (representaba dioses y emperadores) y el retrato naturalista (representaba personajes populares). Las pinturas y mosaicos representaban motivos costumbristas, mitológicos o geométricos.

Conclusión

A partir del siglo III el Imperio dejó de crecer y el protagonismo del ejército se extendió a la vida política, lo que degeneró en una anarquía militar. El resultado fue el caos político y económico. El comercio se resintió y los comerciantes se mudaron al campo. Esto provocó la división del Imperio en dos partes y que los visigodos se hiciesen con la Hispania rural. En el 476 d.C desaparece el Imperio Romano Occidental. A pesar de ello, el latín siguió siendo la lengua de la Iglesia y de él nacieron las lenguas romances. Además, el arte romano sirvió de inspiración, las infraestructuras romanas siguieron siendo las principales, la Iglesia adoptó la organización del Imperio y el derecho romano asentó las bases de las leyes posteriores.

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