La Transición a la Edad Media: El Reino Visigodo
El Reino Visigodo: Origen y Organización Política
A partir del siglo III d. C., el Imperio Romano comenzó a debilitarse y diferentes pueblos germánicos procedentes del norte de Europa invadieron Hispania, como los suevos, vándalos y alanos. Finalmente, los visigodos cruzaron los Pirineos en el siglo V y se establecieron en la península, donde formaron un reino con capital en Toledo. Aunque eran minoría, impusieron su autoridad sobre la población hispano-romana y lograron crear un estado independiente.
Organización Política y Unificación
Su monarquía era electiva, es decir, los nobles elegían al rey, lo que provocaba continuos conflictos e inestabilidad política. El rey gobernaba con la ayuda del Oficio Palatino, formado por:
- La Aula Regia: Integrada por nobles con funciones de gobierno y administración.
- Los Concilios de Toledo: Asambleas compuestas por obispos y el propio rey, que trataban tanto temas religiosos como políticos.
El rey Leovigildo consiguió la unidad territorial al derrotar a suevos y bizantinos, consolidando el dominio visigodo. Más tarde, el rey Recaredo abandonó el arrianismo y se convirtió al catolicismo en el III Concilio de Toledo, logrando así la unidad religiosa del reino. El rey Recesvinto unificó las leyes de visigodos e hispano-romanos en un único código legal, el Libro de los Jueces o Liber Iudiciorum, en el año 653. Gracias a estas reformas, el reino visigodo alcanzó una cierta estabilidad y organización política. Sin embargo, las luchas internas por el poder continuaron debilitándolo. Finalmente, en el año 711, la invasión musulmana derrotó al último rey visigodo, don Rodrigo, marcando el final del reino visigodo y el inicio de una nueva etapa en la historia de la península ibérica.
La España Medieval: Al-Ándalus y los Reinos Cristianos
Al-Ándalus: Evolución Política
Los musulmanes conquistaron casi toda la Península tras vencer al rey Rodrigo en la Batalla de Guadalete (711). Aprovecharon la crisis visigoda y su superioridad militar, y en pocos años solo quedaron libres las zonas del norte. Llamaron al territorio conquistado Al-Ándalus.
Etapas Políticas de Al-Ándalus
- Emirato Dependiente (711-756): Dependiente del califa de Damasco.
- Emirato Independiente (756-929): Abderramán I llegó a la península y lo creó, con Córdoba como capital.
- Califato de Córdoba (929-1031): Abderramán III se proclamó califa en el año 929, iniciando la etapa más brillante, con gran desarrollo económico y cultural.
Tras la muerte de Almanzor, el califato se desintegró en muchos reinos pequeños llamados taifas (1031). Aunque algunas taifas como Sevilla, Zaragoza o Toledo prosperaron, eran débiles y se enfrentaban entre sí, por lo que pidieron ayuda a los almorávides del norte de África, que vencieron a los cristianos en Sagrajas (1086). Luego llegaron los almohades, que reunificaron Al-Ándalus y vencieron en Alarcos (1195), pero fueron derrotados en la decisiva Batalla de Las Navas de Tolosa (1212), lo que marcó su decadencia. Después, los cristianos ocuparon el valle del Guadalquivir, quedando solo el Reino Nazarí de Granada (1246-1492), que sobrevivió gracias a pactos y tributos hasta su conquista final por los Reyes Católicos.
Al-Ándalus: Economía, Sociedad y Cultura. Legado Judío
Economía y Desarrollo Urbano
La economía de Al-Ándalus fue muy próspera gracias a la agricultura de regadío y a nuevas técnicas como las acequias, norias y molinos. Introdujeron cultivos como el arroz, la caña de azúcar, el naranjo y el azafrán. En las ciudades florecieron la industria textil, cerámica, vidrio y cuero, y el comercio con Oriente se basó en monedas de oro (el dinar) y plata (el dirham). Córdoba se convirtió en una de las ciudades más grandes y cultas de Europa.
Sociedad y Convivencia
La sociedad era urbana y diversa. Los musulmanes eran mayoría (árabes, bereberes y muladíes), y convivían con minorías religiosas:
- Mozárabes: Cristianos que vivían bajo dominio musulmán.
- Judíos: Vivieron una época de esplendor, trabajando en el comercio y la artesanía, y contribuyendo a la cultura.
- Esclavos.
En la cultura, Al-Ándalus fue un puente entre Oriente y Occidente. Destacó en filosofía (Averroes), astronomía (Azarquiel), literatura (Ibn Hazm) y arquitectura (Mezquita de Córdoba, Alhambra de Granada). Sobresalió Maimónides, filósofo judío que intentó unir el pensamiento judío con el musulmán.
Los Reinos Cristianos: Evolución y Organización Política
Tras la caída del reino visigodo, las montañas del norte quedaron fuera del control musulmán, y allí surgieron los primeros reinos cristianos. El primero fue el Reino de Asturias, fundado por Pelayo tras su victoria en Covadonga (722). Más tarde, al trasladarse la capital a León, nació el Reino de León, del que se separó Castilla con Fernán González.
Formación de las Coronas
En los Pirineos se formaron el Reino de Pamplona (origen de Navarra), los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, y los condados catalanes, que se independizaron de los francos y se unieron con Aragón mediante el matrimonio de Petronila y Ramón Berenguer IV, creando la Corona de Aragón.
Durante los siglos XI al XIII, los cristianos ampliaron su territorio conquistando Toledo (1085) y el valle del Ebro. Los Tratados de Tudilén y Cazorla repartieron las zonas de expansión entre Castilla y Aragón. La Reconquista terminó con la conquista de Granada en 1492.
Organización Política
El rey era la figura principal, pero su poder estaba limitado por los señoríos y la nobleza. Surgieron las Cortes, donde se reunían representantes de los tres estamentos: nobleza, clero y pueblo. Castilla tuvo una monarquía más autoritaria, mientras que en Aragón fue pactista, basada en acuerdos entre el rey y los nobles.
Modelos de Repoblación y Sociedad Estamental
Cada vez que los cristianos conquistaban nuevos territorios, los repoblaban de diferentes maneras:
- Presura o Aprisio (Siglos IX-X): Consistía en ocupar tierras libres, especialmente en Castilla y Aragón.
- Repoblación por Concejos (Siglo XI): Los municipios recibían fueros o privilegios.
- Encomiendas (Siglo XIII): Dirigidas por las Órdenes Militares.
- Repartimiento o Donadío: El rey entregaba tierras a nobles y órdenes religiosas.
La sociedad se dividía en tres estamentos: la nobleza, el clero y el pueblo llano. Los dos primeros gozaban de privilegios, mientras que el pueblo trabajaba la tierra y no los tenía. Había además minorías religiosas como los mudéjares (musulmanes en zonas cristianas) y los judíos. El sistema político y social se basaba en el feudalismo, donde el rey concedía señoríos a cambio de fidelidad, creando una red de dependencias entre los distintos grupos sociales.
La Baja Edad Media en Castilla, Aragón y Navarra (Siglos XIV-XV)
La Baja Edad Media estuvo marcada por varias crisis: la Peste Negra, las malas cosechas, la crisis económica y los conflictos políticos.
Corona de Castilla
Tras unirse con León (1230), el reino se fortaleció, pero el siglo XIV trajo rebeliones y guerras civiles, como la de Pedro I contra Enrique de Trastámara, que terminó con un cambio de dinastía. Hubo también conflictos como la revuelta de los irmandiños y la Farsa de Ávila, donde se destronó simbólicamente a Enrique IV.
Corona de Aragón
Tras conquistar Baleares, Sicilia, Cerdeña y Nápoles, hubo enfrentamientos internos como la guerra civil catalana, el alzamiento de los payeses de remensa y las disputas entre la Busca y la Biga. Con la muerte de Martín I sin herederos, se resolvió la sucesión en el Compromiso de Caspe (1412), que llevó a los Trastámara al poder.
Reino de Navarra
El matrimonio de Juana I con Felipe IV de Francia lo unió a ese reino, pero a mediados del siglo XV, con Blanca de Navarra y Enrique IV de Castilla, volvió a vincularse con Castilla.
La Edad Moderna Temprana: El Imperio Español
Los Reyes Católicos: Unificación y Consolidación del Estado
El matrimonio de Isabel I de Castilla (1474) y Fernando II de Aragón (1478) unió a ambos reinos, aunque cada uno mantuvo sus leyes e instituciones (Concordia de Segovia, 1475). Fue una unión dinástica, no política, pero Castilla tuvo más peso por su tamaño y riqueza. Tras vencer a Juana la Beltraneja (Tratado de Alcáçovas, 1479), comenzaron a construir un Estado moderno y centralizado, fortaleciendo la autoridad del rey frente a la nobleza y el clero.
Instituciones de Gobierno
Crearon el Consejo Real de Castilla y otros consejos especializados (Indias, Aragón, Inquisición, Estado…). Los secretarios reales servían de enlace entre el monarca y los consejos, y los virreyes representaban al rey en otros territorios. Se organizaron los tribunales (Chancillerías y Audiencias) y se reforzó el papel de los corregidores en las ciudades. Las Cortes apenas eran convocadas y solo juraban a los herederos.
Unidad Territorial y Religiosa
En religión, buscaron la unidad religiosa con la creación del Tribunal de la Inquisición, la expulsión de los judíos (1492) y la persecución de moriscos y conversos. También fomentaron la Mesta (ganadería) y la Santa Hermandad (policía rural).
Su mayor logro territorial fue la Conquista del Reino de Granada (1482-1492), que puso fin a la Reconquista. La guerra se dividió en tres fases: ocupación del oeste (Ronda, Málaga), del este (Almería, Baza) y la rendición de Boabdil. Con Granada incorporada, se completó la unidad peninsular bajo los Reyes Católicos.
Exploración, Conquista y Colonización de América
Tras conquistar Granada, los Reyes Católicos firmaron las Capitulaciones de Santa Fe (1492), apoyando el proyecto de Cristóbal Colón. El 12 de octubre de 1492 descubrió América. Las disputas con Portugal se resolvieron con el Tratado de Tordesillas (1494), que dividía el mundo en zonas de influencia.
Fases de la Conquista
La conquista se desarrolló en etapas: primero las Antillas, luego el continente. Hernán Cortés conquistó el Imperio azteca (1519-1521) y Francisco Pizarro el inca. Otros exploradores como Balboa descubrieron el Pacífico, Orellana el Amazonas, y Elcano completó la primera vuelta al mundo (1522). En diez años se había explorado casi toda América.
Colonización y Explotación
La colonización se organizó con el sistema de repartimientos (trabajo forzoso), encomiendas (los colonos cuidaban y cristianizaban indígenas a cambio de su trabajo) y mitas (trabajo obligatorio en minas). La Corona creó las Leyes de Indias para limitar abusos tras las denuncias de Bartolomé de las Casas. Para los indígenas, la conquista trajo enfermedades, explotación y pérdida cultural. Para Castilla, significó convertirse en potencia mundial, crear la Casa de Contratación de Sevilla para controlar el comercio y recibir metales preciosos y nuevos productos como cacao, tabaco o patata, enriqueciendo enormemente al reino.
Los Austrias Mayores: Política Interior y Exterior (Siglo XVI)
Carlos I de España y V de Alemania (1516-1556)
Carlos I heredó vastos territorios europeos y americanos, convirtiéndose en el emperador Carlos V. Llegó a España en 1517 sin conocer el idioma ni las costumbres, y su gobierno causó descontento. En Castilla estalló la Revueltas de las Comunidades (Padilla, Bravo y Maldonado), derrotada en Villalar (1521), y en Valencia y Mallorca las Germanías, también vencidas.
En el exterior, defendió la unidad cristiana y luchó contra Francia (Pavía, 1525), los turcos y los protestantes alemanes, a quienes venció en Mühlberg (1547), aunque luego reconoció su religión en la Paz de Augsburgo (1555).
Felipe II (1556-1598)
Felipe II trasladó la corte a Madrid (1561) y consolidó el imperio con Portugal (1580). En el interior, afrontó la rebelión de los moriscos en las Alpujarras (1568-1570) y el caso Antonio Pérez en Aragón. En política exterior, venció a Francia (San Quintín, 1557), a los turcos (Lepanto, 1571), pero fracasó contra Inglaterra (Armada Invencible, 1588). Con él, el Imperio alcanzó su máxima extensión, pero comenzó a mostrar signos de agotamiento económico y militar.
Los Austrias Menores: Política Interior y Exterior (Siglo XVII)
Durante el siglo XVII gobernaron los llamados Austrias Menores, que delegaron el poder en sus validos.
Felipe III (1598-1621)
Dejó el gobierno al duque de Lerma, quien promovió la expulsión de los moriscos (1609), lo que causó una crisis agrícola. Mantuvo una política de paz con Inglaterra y las Provincias Unidas.
Felipe IV (1621-1665)
Confió en el conde-duque de Olivares, que intentó reforzar el poder real con la Unión de Armas (todos los reinos debían aportar soldados y dinero). Esto provocó la crisis de 1640, con la rebelión de Cataluña (Corpus de Sangre) y la independencia de Portugal (Juan IV). España también perdió fuerza exteriormente: la derrota de Rocroi (1643) marcó el declive militar, confirmado con la Paz de Westfalia (1648) y la Paz de los Pirineos (1659), que consolidó a Francia como nueva potencia.
Carlos II (1665-1700)
Último Austria, el reino vivió crisis política, económica y sucesoria, gobernado por varios validos y marcado por la debilidad del Estado y la disputa por la sucesión, que acabaría provocando la Guerra de Sucesión Española tras su muerte sin herederos.
Sociedad, Economía y Cultura (Siglos XVI y XVII)
Crisis y Estructura Social
La sociedad seguía dividida en tres estamentos: nobleza, clero y pueblo llano. Los dos primeros mantenían privilegios, mientras que la mayoría, formada por campesinos, burgueses y trabajadores urbanos, sufría las cargas fiscales. En el siglo XVII hubo crisis demográfica (peste y expulsión de moriscos), crisis económica (mala gestión, guerras y caída del comercio americano) y bancarrotas de la Corona. El descenso de los metales de América y la inflación del vellón empeoraron la situación.
El Esplendor Cultural: El Siglo de Oro
Aun así, hubo gran esplendor cultural. En el siglo XVI floreció el Renacimiento y el Humanismo, con autores como Garcilaso, El Lazarillo de Tormes y artistas como El Greco o Juan de Herrera (El Escorial). El siglo XVII fue el Siglo de Oro, con grandes figuras literarias como Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Góngora y Calderón de la Barca. En arte, el Barroco brilló con Velázquez, Zurbarán, Murillo y Gregorio Fernández. A pesar de la crisis política y económica, España vivió una de sus épocas culturales más brillantes, dejando una profunda huella en la historia europea.