Historia de la Guerra Civil Española y su Impacto en la Sociedad

La Guerra Civil Española: Contexto, Desarrollo y Consecuencias

La reforma iniciada durante la Segunda República supuso un intento frustrado de modernización del país ante la radicalización de la sociedad española. Así, desde julio de 1936 hasta abril de 1939, España vivió una cruel guerra civil que se inició con un golpe de Estado militar que dividió España en dos zonas: la Nacional del general Franco y la republicana. La guerra fue particularmente dura y larga debido a la ayuda internacional que se prestó a los bandos enfrentados. La victoria del bando nacional estableció una larga dictadura que mantuvo a España alejada de la libertad durante 40 años.

El 12 de julio, un grupo de falangistas asesinó al teniente Castillo de la Guardia de Asalto. Como respuesta a este asesinato, un grupo de agentes del orden asesinó al líder de la derecha parlamentaria, Calvo Sotelo. El 17 de julio de 1936, la guarnición de Melilla se sublevó contra el gobierno central y declaró estado de guerra en Marruecos. Franco voló desde Canarias a Tetuán para ponerse al mando del ejército africano, mientras el levantamiento se ponía en marcha en la península. Sin embargo, este levantamiento fracasó en las principales ciudades españolas y el enfrentamiento entre las fuerzas sublevadas y las leales al gobierno se convirtió en una guerra civil.

Fases de la Guerra Civil

La primera fase de la guerra fue la guerra de columnas, en la que los combatientes se agrupaban en columnas e iban conquistando rápidamente puntos estratégicos de la península. Aunque el gobierno republicano partía con ventaja en esta guerra, no supo aprovecharla. El general Franco, con la ayuda de aviones prestados por Alemania e Italia, trasladó tropas desde Marruecos a la península. Una vez transportados 12,000 hombres y abundante armamento, sometió con facilidad a los milicianos que hacían frente en Andalucía Occidental. Únicamente Badajoz mostró más resistencia, pero más tarde acabaría siendo ocupada por el bando nacional. Así, Franco conseguía el enlace con el Ejército del Norte, dirigido por Mola.

Las tropas de Mola avanzaron desde Navarra y ocuparon Irún y San Sebastián. Ante la resistencia de las milicias vascas, se orientaron hacia la ocupación de Madrid. Tras la liberación del Alcázar de Toledo, las tropas franquistas venían llenas de entusiasmo, pero al llegar a Madrid se encontraron con una defensa organizada por el general Miaja y con la ayuda de las Brigadas Internacionales. La capital de España, Sevilla, siendo republicana, tras la derrota, Franco optó por una acción militar de desgaste. Este fracaso llevó a Franco a buscar la victoria por el frente del Norte. En marzo de 1937, el general Mola inició la ofensiva contra Bizkaia para acabar pronto con la resistencia vizcaína. Aviones alemanes a las órdenes de Franco bombardearon Guernica. El 19 de junio cayó Bilbao y, con ella, su industria. Días más tarde, caería Cantabria y sus minas, que quedarían bajo el dominio franquista. La guerra había dado un vuelco que ponía en cabeza al bando nacional.

Desarrollo de la Guerra

Tras la caída del frente norte, Franco orientó la guerra hacia el Mediterráneo. A través del valle del Ebro, los franquistas llegaron a Castellón. En abril, la amenaza se cernía sobre Valencia, por lo que la República buscó sorprender al enemigo con una rápida ofensiva en el Ebro. Esta batalla fue la más larga y sangrienta de toda la guerra y, tras 4 meses, las tropas republicanas quedaron destrozadas. En octubre de 1938, se retiraron las Brigadas Internacionales y, en las primeras semanas de 1939, Franco avanzó sobre Cataluña. En febrero, en Gerona, desapareció así el frente de Cataluña. Perdida toda esperanza, el coronel Segismundo Casado, partidario de la rendición, encabezó un golpe de Estado contra su propio gobierno y puso fin a la resistencia, ordenando la rendición en Madrid el 18 de marzo. Así, se acabó la guerra el 1 de abril de 1939.

Intervención Internacional

El Comité de No Intervención, firmado por Francia y apoyado por Reino Unido, para no intervenir en la guerra española, fue una farsa. La Alemania nazi, la Italia fascista, la Unión Soviética y Portugal no respetaron este pacto. El bando nacional, con el apoyo de Alemania e Italia, trasladó tropas africanas de Marruecos a la península y llevó a cabo el bombardeo de Gernika y la zona de Málaga. También contaron con el apoyo de Portugal e Irlanda, que prestaron voluntarios. Por otro lado, el bando republicano recibió el apoyo de la Unión Soviética, que fue el principal aliado, aportando armamento, municiones y pilotos. México también aportó armamento y munición, junto a Francia. Además, contó con la llamada Brigadas Internacionales, unos 60,000 brigadistas extranjeros de 54 países distintos.

Descomposición del Bando Republicano

Los primeros meses en el bando republicano fueron un caos. La sublevación había provocado inmediatamente la dimisión del gobierno. Azaña eligió a Giral para la formación de un nuevo gobierno y comenzó entonces la entrega de armas al pueblo. La dinámica de los partidos cambió. El 5 de septiembre de 1936, Azaña encargó formar gobierno a Largo Caballero, líder de la izquierda del PSOE, que formó un gobierno de coalición que integraba a los nacionalistas vascos y catalanes, republicanos, socialistas y el Partido Comunista, así como algunos anarquistas. El objetivo de este gobierno era recomponer la autoridad del Estado. A principios de noviembre, el gobierno abandonó Madrid y se estableció en Valencia. Madrid quedó bajo la autoridad de una Junta de Defensa dirigida por el general Miaja. El Partido Comunista chocó con la idea de los anarquistas y del POUM. Debido a esto, Largo Caballero dimitió y fue sustituido por Negrín, del PSOE, que creó un gobierno de socialistas y comunistas. El gobierno deseaba recuperar competencias con el objetivo de unificar el esfuerzo de la guerra y resistir a toda costa.

La Dictadura Franquista

En marzo de 1939, en Madrid, hubo un enfrentamiento entre partidarios de negociar la paz y los que querían resistir. Esto, junto a la dimisión de Azaña en febrero de 1939, hizo que Negrín también dimitiera. En el bando franquista, desde el principio, se sometió a una orden y férrea disciplina militar. La muerte del general Sanjurjo en un accidente de avión, cuando se dirigía a Burgos para encabezar la rebelión, hizo que la reunión de generales acordara nombrar a Francisco Franco Generalísimo del nuevo estado, todavía sin definir. Mientras tanto, el control político y administrativo recaía en la Junta de Defensa Nacional. En 1938, Franco fue el primer gobierno compuesto por tradicionalistas, falangistas y militares. Además, en 1937 se constituyó como jefe nacional del partido único, la FET y de las JONS. Este protagonismo del Ejército en el bando nacional hizo que el ejército recuperara el prestigio perdido durante la República.

Consecuencias del Régimen Franquista

Una serie de decretos militares devolvieron a la sociedad a épocas anteriores, aboliendo todas las medidas sociales aprobadas en la II República. A esto se le unió la aprobación del Fuero del Trabajo en 1938. Por lo demás, la vida social pasó a estar regida por una férrea censura y la prohibición de toda expresión de pensamiento que fuera contraria a la del catolicismo. Las consecuencias demográficas fueron la muerte de entre 300,000 y 500,000 personas. Las políticas que el régimen de la República llevó a cabo resultaron en la ruina de la Hacienda Pública, por la destrucción de puentes, edificios y carreteras, y por la donación del bando republicano a la Unión Soviética del oro que tenía España para así poder adquirir armamento.

Adaptación del Franquismo

Tras la victoria en la guerra civil, el bando nacional se instauró en España un régimen dictatorial que se conoce como franquismo. A lo largo de casi 40 años, este régimen se fue adaptando a las diferentes circunstancias nacionales e internacionales, y de esa manera se fueron construyendo los contenidos políticos. El proceso concluyó en 1966 con la Ley de Organización del Estado. Durante este periodo, el régimen vivió etapas claramente diferenciadas. La década de los 40 coincide con la autarquía y es el periodo de represión, aislamiento internacional, penuria y estancamiento. En la década de los 50, se produjo un periodo de apertura y reconocimiento exterior. A partir de 1959, se produjo el crecimiento económico de los años 60. En este nuevo contexto económico, que provocó mayor bienestar social, el franquismo no es el resultado de una ideología precisa, sino una consecuencia de la guerra civil que produjo el nacimiento de una mentalidad característica en los vencedores, conocida por su influencia militar y religiosa.

Características del Régimen

El régimen que surge de la dictadura en la que Franco acumula todo el poder, del que no responde más que ante Dios y ante la historia. Franco concentra todo el poder y su autoridad es indiscutible; por ello, se hace llamar Generalísimo. El antiliberalismo, el rechazo al Parlamento y al sistema de partidos, solo existe uno: la Falange Española Tradicionalista y de las JONS. Se desarrolla también la idea de democracia orgánica, una falsa para aumentar el prestigio exterior. El nacionalcatolicismo, que Franco se veía como un hombre elegido por Dios para encaminar a España al lugar que merecía. El anticomunismo fue un factor clave desde el inicio de la guerra; durante la Guerra Fría se acentuó más, lo que le valió al régimen para ser aceptado por el mundo occidental. El centralismo es la ideología franquista, que tenía una idea de un Estado centralizado; por ello, los estatutos de autonomía fueron eliminados.

Apoyo Social y Propaganda

Durante la dictadura, se exaltaron las tradiciones y los viejos símbolos. La duración del régimen se explica no solo por la represión y la propaganda, sino también por el importante apoyo social que recibió, como la Falange, la Iglesia, el ejército y numerosos grupos sociales, entre los que se encontraban grandes terratenientes, empresarios, industriales, financieros, burgueses y el campesinado católico del centro y norte del país.

Leyes Fundamentales del Régimen

La institucionalización en la política del régimen se caracterizó por las 7 leyes fundamentales. En los años 30 y 40, los fascismos parecían que iban a dominar el mundo, y entonces se realizó la ley del Fuero del Trabajo, que regulaba la vida laboral y económica, estableciendo los límites de un día de trabajo y las contribuciones mínimas. También se creó un sindicato, permitiendo más adelante el desarrollo de un sistema de Seguridad Social. A partir de 1942, con la batalla de Stalingrado, en la que los aliados comenzaron a derrotar al ejército nazi, se reformó el régimen para adecuarse a la nueva situación con la ley constitutiva de las Cortes, en la que Franco trataba de demostrar que España contaba con un parlamento. El Fuero de los Españoles establecía una serie de derechos para los españoles, pero solo aparentemente, ya que se insistía en los deberes de los españoles y en la estructura autoritaria del Estado español.

La propaganda de este fuero fue hacerla pasar por una constitución ante la democracia vencedora. Por último, la ley de referéndum establecía que en España estaba reconocido el sufragio universal y que existía la democracia. El estallido de la Guerra Fría le permitió presentarse ante el bloque liderado por EE. UU. como el único general que había derrotado al comunismo en el campo de batalla.

Sucesión y Estructura del Estado

Con la ley de sucesión en la Jefatura del Estado, se regulaba la sucesión en el trono de España. España se configuraba como un reino y Franco quedaba como jefe de Estado vitalicio, con la opción de nombrar a su sucesor. Por otro lado, la ley de principios del movimiento nacional calificaba al Estado de monarquía tradicional, católica, social y representativa. Por último, la Ley Orgánica del Estado definía el sistema político español como una democracia orgánica que reafirmaba los principios del movimiento y establecía que en las Cortes había un tercio de procuradores electivos, representantes de la familia.

Evolución Económica y Social

Durante el franquismo, al terminar la guerra civil, la mayor parte de la infraestructura estaba destruida. Además, el envío de la División Azul para luchar contra Rusia nos privó de la ayuda de EE. UU. y Gran Bretaña, lo que produjo un aislamiento internacional. Por lo tanto, se intentó llevar a cabo una política económica de autarquía, pero era inviable al carecer de petróleo y de industria. Las condiciones eran malas en esta época. Para solucionar estos problemas, se establecieron las cartillas de racionamiento, se aplicó una política proteccionista y se creó el INI. Se crearon empresas estatales y, a partir de 1947, hubo cierta apertura. Se firmó el Concordato con la Santa Sede y los acuerdos con EE. UU. para establecer bases militares en España y, a cambio, recibir algo de ayuda del Plan Marshall.

Desarrollismo y Crisis

El desarrollismo es una etapa que va desde 1959 hasta 1973. Esta se caracteriza por la llevada a cabo del Plan de Estabilización, que pretendía liberalizar la economía y conseguir la integración con la economía europea. Además, otros factores como la creación de una sociedad de consumo, la recuperación de la economía internacional, el turismo en España, las remesas de los inmigrantes y la inversión extranjera. Sin embargo, la crisis del petróleo de 1973 afectó notablemente a España.

Oposición al Régimen

En la oposición al régimen hubo dos tipos: exterior, que desde el exilio republicano español intentó organizarse y componer las instituciones de la República. Sin embargo, al quedar dividida Europa en dos mitades por el telón de acero, esta reorganización se complicó. Por otro lado, en el interior, los comunistas y anarquistas organizaron una guerrilla rural refugiada en las montañas de Asturias, León, Sistema Ibérico y Andalucía, que recibieron el nombre de maquis y que fueron derrotados en 1952. En los años sesenta, apareció Comisiones Obreras.

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