Historia de los partidos políticos en España

El sistema de partidos

Los dos grandes partidos tenían una considerable indefinición ideológica. El partido de Cánovas era más conservador, cercano a las posiciones de los antiguos moderados o de la Uníón Liberal, mientras que el Sagasti estaba mucho más cercano al progresismo, aunque compartían puntos en común.

Al margen de estos dos grandes partidos, los otros partidos políticos completaban el panorama, pero estaban excluidos de cualquier tipo de poder en la práctica:

  1. Los republicanos radicales de Zorrilla, los unitarios de Cautelar y los federales de Pi i Margall muestran la fragmentación del republicanismo después de 1876.
  2. A la derecha se encontraba el carlismo que también fue dividido en la derrota de 1876.
  3. Y completamente al margen del sistema estaban los movimientos de base obrerista, tanto socialista como anarquista. Solamente al final de la Restauración los partidos obreristas comenzaron a tener cierto peso electoral y alguna representación en el parlamento.
  4. En esta etapa fueron surgiendo movimientos nacionalistas que quedaron también al margen del sistema.

  5. Problemas sociales en la consolidación del estado liberal

Los problemas sociales que conllevó la consolidación del estado liberal fueron la crisis agraria a finales de siglo por la crisis vitícola, cereal y la competencia cereal en otros territorios; desigual reparto de la riqueza en cuanto a tierras y capital; las precarias condiciones de vida y de trabajo de la mayoría de las clases populares, única dependencia del salario como único medio de vida; aumento excesivo de los precios más que los salarios que conllevó al aumento del paro, escasez de vivienda o abastecimiento alimentario; ausencia de la legislación social, ya que el estado liberal no interviene ni regula en las relaciones socio-laborales, ni invierte en gasto social y se pronuncia la explotación laboral y masivo empleo en mano de obra infantil y de mujeres; y por último fragilidad y vulnerabilidad de trabajadores del campo y de la ciudad a causa de una fuerte dependencia de un precario salario, debilidad ante problemas como el paro, endeudamiento, enfermedades, etc. Y gran necesidad de autoorganización y cooperación.

Problemas sociales en la consolidación del estado liberal

Los problemas sociales que conllevó la consolidación del estado liberal fueron la crisis agraria a finales de siglo por la crisis vitícola, cereal y la competencia cereal en otros territorios; desigual reparto de la riqueza en cuanto a tierras y capital; las precarias condiciones de vida y de trabajo de la mayoría de las clases populares, única dependencia del salario como único medio de vida; aumento excesivo de los precios más que los salarios que conllevó al aumento del paro, escasez de vivienda o abastecimiento alimentario; ausencia de la legislación social, ya que el estado liberal no interviene ni regula en las relaciones socio-laborales, ni invierte en gasto social y se pronuncia la explotación laboral y masivo empleo en mano de obra infantil y de mujeres; y por último fragilidad y vulnerabilidad de trabajadores del campo y de la ciudad a causa de una fuerte dependencia de un precario salario, debilidad ante problemas como el paro, endeudamiento, enfermedades, etc. Y gran necesidad de autoorganización y cooperación.


El papel del ejército durante la Restauración

El ejército estuvo al margen de los asuntos políticos a causa de la implantación del turnismo pacífico entre los partidos que apoyaban a Alfonso XII. A parte de esto, tuvo un problema organizativo interno y con inoperancia militar en política exterior a causa de una exceso de mandos y oficiales principalmente originadas por las guerras carlistas y la reorganización continua en la creación de mandos. Dichas acciones generaron intereses corporativos frente al reclutamiento obligatorio entre las clases populares; otros problemas fueron la inoperancia exterior, ejército poco dotado de medios que se verá superado por los conflictos del periodo imperialista. Los fracasos de las guerras coloniales generarán resentimientos y reacción corporativa de los militares, partidos del autoritarismo y la mayor intervención en la vida pública. El ejército queda suspendido en los cuarteles y no interviene en los cambios políticos pero es un pilar básico de la monarquía borbónica y el orden social: por ello, ante cualquier crisis social, como movilizaciones obreras o reivindicaciones políticas, o tentativa reformistas como la democratización o catalanismo.

Durante la crisis de la Restauración, el ejército intervendrá en la vida social y política, lo que ocasionará un debilitamiento de la sociedad civil y protagonismo creciente de los militares.

Consolidación del estado liberal

El estado liberal se consolida bajo los principios de centralización y uniformización. Existe un estado-nacíón español, fruto de un nacionalismo de estado que aspira la uniformización del territorio de España en el plano legislativo, administrativo y cultural utilizando los medios estatales o públicos: a nivel territorial se ha consolidado un modelo centralista: administración central, donde se hallaba el gobierno; administración provincia, que constaba de los gobiernos civiles nombrados por gobiernos donde preside la diputación provincial; y administración local que constaba de alcaldes en ayuntamientos nombrados por el gobierno.

Otros modelos políticos democráticos y progresistas cuestionaron ese modelo centralista como el federalismo; a nivel político cultural se busca la homogenización  etno-cultural de los habitantes y atribuir a la nacíón ciudadana empleando diferentes modelos como la escuela pública o política simbólica.

Papel de la Iglesia en el estado Liberal

El papel de la iglesia en la articulación del estado liberal produjo una problemática relación entre liberalismo y catolicismo: por un lado, cómo integrar instituciones eclesiásticas e instituciones civiles del Estado, y por otro, qué papel público se reserva la religión católica en cuanto a presencia social e ideológica: el Estado Liberal de la Restauración ha consolidado un modelo de relaciones Iglesia-Estado conservador.

El clericalismo era partidario de un férreo control ideológico y moral de la sociedad, y de una sociedad confesional católica; el anticlericalismo o laicismo, que eran los intelectuales, clases medias y populares, estaba a favor de la sociedad aconfesional, y opositaba a la influencia del clero en la vida pública.

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