1. Imperio Carlos V: Conflictos Internos y Comunidades
La muerte de Fernando de Aragón puso fin al reinado de los Trastámara. Carlos I de la familia de los Habsburgo desembarcó en la costa cantábrica. Nacido en Gante, su herencia materna unió los territorios de su familia paterna. Desde 1515 gobernaba de hecho en los Países Francos y Franco Condado, y tras la muerte de Maximiliano fue coronado emperador del Sacro Imperio con el nombre de Carlos V. Fue un soberano cosmopolita que gobernaba sobre un conjunto de estados heterogéneos que tenían lenguas, culturas e instituciones diferentes. Los ingresos y el poder procedían de su propio patrimonio y de Castilla, convirtiendo a esta última en el centro político. Cuando se ausentó del reino, la oposición degeneró en rebelión.
Revuelta de Comunidades
Estuvo protagonizada por varias ciudades del interior de Castilla. La rebelión tuvo un carácter político ya que pretendía imponer varias condiciones al monarca: que prescindiera de los consejeros extranjeros y que acatara la voluntad del reino. En la batalla de Villalar, los comuneros fueron derrotados y sus tres líderes principales, Bravo, Maldonado y Padilla, fueron ejecutados.
Revuelta de Germanías
Eran hermandades que fueron creadas por los gremios de las ciudades costeras del Reino de Valencia para protegerse de los piratas berberiscos. La revuelta se produjo en Valencia y Mallorca, y se dirigió contra los señores feudales y sus siervos mudejares.
Consecuencias
- Los señores y oligarquías urbanas reforzaron su poder social y económico.
- Expulsión de los numerosos mudejares de la Corona de Aragón.
- La monarquía resultó la gran vencedora frente a los nobles, apoyándose en el poder de la corona y convirtiéndose en aliados fieles del rey.
Política Exterior
Carlos V no tenía otro objetivo que la defensa de su herencia dinástica, por lo que tuvo que recurrir a la guerra. Se enfrentó al rey de Francia y a los príncipes alemanes protestantes, emprendiendo guerras por todo el continente y empleando los instrumentos heredados de Fernando de Aragón. La guerra con Francia en Italia y en la batalla de Pavía, gracias a los tercios, fueron significativas. Las principales consecuencias de esta política fueron la hegemonía de los Habsburgo en Italia y el prestigio militar, aunque no se pudo contener la difusión del protestantismo por el norte y centro de Europa, que rompió la unidad religiosa del Sacro Imperio.
2. Monarquía Hispánica: Felipe II y Unidad Ibérica
Carlos V abdicó y renunció a sus dominios hispánicos e indianos, Borgoña e Italia, en favor de su hijo Felipe. Cedió sus derechos imperiales y dominios austriacos a su hermano Fernando. Felipe no se ausentó de la península. La lucha por la hegemonía en Europa y la defensa a ultranza de los territorios que formaban su patrimonio fueron sus prioridades.
Política de Felipe II
- Estableció su corte en Madrid.
- Su política se hispanizó, sustituyendo la política universal por la confesional.
- Felipe II aspiraba a ser el líder de los católicos, aunque sus decisiones no estuvieron guiadas por criterios religiosos, sino políticos.
Rebeliones en la Península
Aumento del autoritarismo político y religioso de Felipe II terminó por reactivar las rebeliones en el interior de la península: la revuelta de los moriscos en Granada (Guerra de Alpujarras), provocada por la prohibición de prácticas de origen musulmán. Los moriscos fueron deportados y repartidos por Castilla. La rebelión en Aragón se caracterizó por el enfrentamiento entre el rey y el Justicia Mayor de Aragón, quien amparó al secretario del rey, perseguido por la justicia real y por la Inquisición.
Política Exterior
Felipe II siguió parte de los objetivos trazados por su padre. El área de mayor interés se desplazó hacia el sur, y la pérdida de los territorios germanos y la paz con Francia señalaron al Mediterráneo como nuevo foco de atención exterior. Se imprimió un giro en el Atlántico, y el interés por esta área se vio reforzado por la unión de Portugal con España.
Conflicto Mediterráneo
La prioridad fue la defensa occidental frente a los turcos y los piratas berberiscos. Llevó a cabo un plan de construcción de barcos y buscó aliados que le permitieran obtener victorias en el mar. Para ello, formó la Liga Santa junto con el papado y la República de Venecia, logrando una de las célebres victorias navales de todos los tiempos en el estrecho de Lepanto. Demostró que los turcos no eran invencibles y que era posible cerrarles el acceso al Mediterráneo occidental. Sin embargo, no logró resultados muy satisfactorios, ya que no impidió que la piratería continuara azotando las costas españolas.
Guerra con Inglaterra
El conflicto en los Países Bajos se complicó además por el apoyo de Isabel I, reina de Inglaterra, a los rebeldes por motivos políticos y religiosos, ya que era anticatólica. Para poder invadir Inglaterra, Felipe II contaba con una flota poderosa y la base terrestre que le proporcionaban los Países Bajos. La unión con Portugal proporcionó un puerto en el Atlántico, además del control de su gran imperio marítimo. Felipe II combinó la guerra y la diplomacia para hacerse con el trono, comprometiéndose a que todos los asuntos portugueses fueran gestionados por naturales de ese reino. Sin embargo, contra Inglaterra fue un estrepitoso fracaso, apodada satíricamente por los ingleses como la Armada Invencible.
3. Modelo Político de los Austrias: Unión de Reinos
El gobierno de Castilla, Navarra y Aragón siguió el modelo heredado por los Reyes Católicos. Mantuvieron sus instituciones, cortes y privilegios. Se consolidó el sistema de gobierno por consejos, aumentando el poder de los secretarios del rey, que llegaron a ser figuras clave del gobierno, informando al monarca de las decisiones de los consejos. Los más importantes se convirtieron en secretarios de Estado.
Administración
Los Austrias potenciaron las instituciones que habían creado los Reyes Católicos, haciéndolas más complejas. Los procedimientos de gobierno fueron más lentos y la burocracia se incrementó, especialmente con Felipe II.
Financiación
Los Austrias dispusieron de crecientes ingresos que no cubrieron sus enormes gastos, en particular los militares. Los ingresos procedían de los impuestos que pagaba Castilla. En 1590 se instituyó un nuevo impuesto indirecto de carácter general que se aplicó sobre los alimentos esenciales. Otros ingresos procedían de las Indias y permitían hacer pagos urgentes. Se difundió el método de venta de cargos públicos, que llegaron a crearse con la intención de venderlos. Esto endeudó a la corona y la llevó a la quiebra en varias ocasiones. Los monarcas recurrieron al crédito y al préstamo otorgados, sobre todo, por banqueros de Amberes. La monarquía se declaró en bancarrota y en suspensión de pagos en diversos momentos.
4. Economía y Sociedad en España del Siglo XVI
La economía experimentó un desarrollo por los efectos de la conquista y colonización de América. La demanda americana de mercancías provocó un gran aumento de la producción agrícola y artesanal, lo que se pagaba con el oro y la plata llegados de América. La abundancia de oro y plata desencadenó la revolución de los precios, los cuales se multiplicaron por 4 en Castilla. La subida de los salarios restó competitividad a las manufacturas castellanas, resultando más barato importarlas de Flandes, Inglaterra o Italia que comprarlas en Castilla. Estos problemas también afectaron a la agricultura, cuyas exportaciones a América se resintieron por el creciente autoabastecimiento de los criollos, por el desarrollo de las encomiendas y los repartimientos.
La Aristocracia y la Burguesía
La gran aristocracia continuaba siendo el grupo social más poderoso y rico, gracias a las responsabilidades de gobierno otorgadas por el rey y las rentas que percibían de sus señoríos. Gracias al comercio colonial, comenzó a desarrollarse una poderosa burguesía vinculada al comercio internacional y la banca. La revolución de los precios provocó que muchos burgueses dedicados al comercio y a las manufacturas optaran por inversiones más seguras, como los juros o la compra de cargos públicos, lo que agudizaría la crisis económica de las ciudades castellanas.
El Campesinado
El campesinado también sufrió las consecuencias de la revolución de los precios de mediados de siglo. Los propietarios vieron cómo descendía la demanda de sus productos y los jornaleros sufrían las subidas de precios en los alimentos. Se trataba de una sociedad influenciada por las políticas de intolerancia religiosa llevadas a cabo por la monarquía y la Inquisición. La hostilidad hacia judíos y mudejares se amplió hacia sus descendientes mediante la puesta en marcha del estatuto de limpieza de sangre, por el cual había que demostrar que no se tenía ascendencia judía o musulmana. Esta medida pretendía excluir a los que no fueran cristianos viejos de cargos públicos y eclesiásticos.
5. Austrias del Siglo XVII: Gobierno de Validos y Conflictos Internos
El gobierno de validos. Felipe III, IV y Carlos II se apoyaron en validos que dirigían la política en su lugar. Este cargo no era institucional, sino un nombramiento; su poder residía en la confianza que el rey había depositado en una persona. Se produjo un distanciamiento muy grande entre el rey y sus vasallos, así como en la desconfianza de las oligarquías locales hacia la corona. El primero de esta serie de validos fue el Duque de Lerma, principal líder político durante la mayor parte del reinado de Felipe III. Eran aristócratas e intentaron gobernar prescindiendo de los consejos, además de rodearse de partidarios entre sus parientes y amigos, a los que dieron los mejores cargos. En esta etapa fueron expulsados los moriscos.
Gobierno de Felipe IV
El rey Felipe IV confió el gobierno al Conde-Duque de Olivares. Este abordó una ambiciosa política de reformas fiscales que pretendió imponer de forma autoritaria. Su objetivo era incrementar los ingresos de la corona para financiar su costosa política exterior. Era importante conseguir que los reinos no castellanos aumentaran sus contribuciones. La Unión de Armas, por la cual se crearía un ejército reclutado y mantenido por cada reino en función de sus recursos demográficos y económicos, chocó de inmediato con la realidad: la crisis económica y social y la resistencia de los distintos reinos, que se apoyaban en sus fueros y privilegios para oponerse. El rey aceptó reducir la aportación al ejército y que esta fuera en metálico, y se negó a realizar contribución alguna, quedando al margen de la Unión de Armas.
Regencia de Mariana de Austria y Reinado de Carlos II
La monarquía de los Austrias sobrevivió durante la regencia de Mariana de Austria y el reinado de Carlos II. La aristocracia volvió a recuperar su poder, y los fueros y la autonomía de los territorios se respetaron. Surgió así en este periodo un neofeudalismo, un pacto no escrito entre los reinos y la corona para no enfrentarse ni ampliar los impuestos. En este neofeudalismo, la alta nobleza pasó a controlar la monarquía. Juan José de Austria dio un golpe de estado proclamándose primer ministro y acabando con el gobierno de los validos. Sucedieron el Duque de Medinaceli y el Conde de Oropesa, quienes intentaron imponer reformas económicas y políticas que se quedaron en proyectos y promesas. Resurgieron los disturbios sociales, como en Cataluña, donde nuevas revueltas campesinas (barretines) se produjeron contra el acuartelamiento de tropas y las contribuciones militares. En Valencia, la segunda Germanía fue una revuelta contra los señores y las gravosas rentas que habían impuesto a los campesinos tras la expulsión de los moriscos. También hubo disturbios en Valladolid y Madrid debido a la falta de pan. El de Madrid, conocido como motín de los gatos, fue más grave y provocó la dimisión de Oropesa.
6. Crisis de 1640
Comienzo de la guerra con Francia, conflicto entre el monarca y los reinos. Olivares pensó que podía ser una buena excusa para obligar a Cataluña a contribuir a la guerra con tropas y dinero. Penetraron en el territorio catalán los soldados de los tercios reales. En 1640 estalló una rebelión de campesinos que atacaron a los tercios. Los segadores se habían congregado en Barcelona con motivo de la procesión del Corpus Christi y se apoderaron de los sucesos conocidos como Corpus de Sangre. Esta rebelión de contenido social condujo a la guerra civil, por lo que los representantes de la Generalitat decidieron ofrecer el condado de Barcelona a Luis XIII de Francia; este nombró un virrey francés y con sus tropas ocupó Cataluña, que pasó a ser un escenario más de sus enfrentamientos con los Habsburgo. Finalmente, y tras 12 años de guerra, el ejército de Felipe IV logró entrar, poniendo fin a la secesión. Esta crisis debilitó la autoridad de la corona y alentó a Portugal a rebelarse, ya que se sentía mal protegido por España. Alegaba que era difícil defender las posesiones lusas sin una contribución económica y militar. La rebelión catalana intentó movilizar a la nobleza lusa, liderada por el Duque de Braganza. Los nobles no solo se negaron a colaborar, sino que a su vez se sublevaron y proclamaron rey al Duque de Braganza con el nombre de Juan IV. La guerra de restauración culminó en el año en que la corona española reconoció la independencia del reino portugués en 1668. El Duque de Medina Sidonia se sublevó en Andalucía con la intención de hacer de esta región un reino independiente. Felipe IV se vio obligado a destituir al Conde-Duque de Olivares y desterrarlo de la corte.
7. Ocaso del Imperio Español en Europa
La política exterior de los Austrias fue similar a la centuria anterior: la defensa a ultranza de su patrimonio, que consideraban una herencia legítima; la protección de la religión católica y la defensa militar del monopolio comercial en América. Sin embargo, se enfrentaron a una escasez de recursos financieros, disminución de las remesas de metales preciosos procedentes de América y excesiva presión fiscal, lo que obligó a restringir los objetivos de la política exterior.
Pérdida de Efectivos Militares
La crisis demográfica hizo cada vez más difícil encontrar personas que se incorporasen al ejército. La acción de holandeses e ingleses en colonias se estableció en Guayana y en el Caribe, creando enclaves necesarios para el comercio, lo que obligó a España a invertir cada vez mayores recursos económicos en defensa y en buques para América.
Nuevos Enemigos
Se enfrentaron a Inglaterra, Francia y las Provincias Unidas, a las que se unió Portugal tras su independencia.
Sistema de Westfalia y Pirineos
Durante el reinado de Felipe III se firmaron la paz con Inglaterra y la tregua de Amberes o de los 12 años. Con Felipe IV y Olivares se reanudaron las hostilidades. El Duque estaba convencido de la necesidad de restaurar el prestigio militar de España como gran potencia europea. Como consecuencia, España se involucró en la Guerra de los 30 años, que enfrentó a los católicos Habsburgo con los príncipes protestantes alemanes y sus aliados. Los tercios españoles fueron derrotados por el ejército francés en Francia.
Fin de la Hegemonía
- Se firmó la paz de Westfalia, donde los Habsburgo reconocían su derrota y España aceptaba la independencia de las Provincias Unidas.
- España prosiguió la guerra con Francia; después, Felipe IV se vio obligado a firmar con Francia la paz de los Pirineos, que establecía que España cedía al reino francés varias plazas de Flandes, el Rosellón y Cerdeña.
- El acoso de Francia a España persistió, aprovechando la debilidad de Carlos II; parte de Flandes español y la totalidad del Franco Condado fueron conquistados por Luis XIV en la paz de Aquisgrán y la paz de Nimega, evidenciando la impotencia de España para defender sus posesiones.
8. Guerra de Sucesión y Tratado de Utrecht
Carlos II dejó los reinos españoles a Felipe, Duque de Anjou, otro candidato al trono, el archiduque Carlos de Habsburgo. Las potencias europeas recelaban de que los Borbones ocuparan los tronos de Francia y España. Los Habsburgo, las Provincias Unidas e Inglaterra formaron una gran alianza antiborbónica, junto con Portugal, Prusia y el Ducado de Saboya. Este enfrentamiento inició la Guerra de Sucesión de España. Castilla se alineó con Felipe V, mientras que la aristocracia castellana recelaba del rey francés, porque los Borbones habían establecido en el país vecino un gobierno absolutista que había relegado a los nobles. Los reinos orientales apoyaron a Carlos de Habsburgo, aunque en Valencia, en medio de una rebelión de marcado carácter antiseñorial, la nobleza y las oligarquías de las ciudades se proclamaron proborbónicas en contraposición a los campesinos.
Negociaciones de Paz
Carlos de Habsburgo se vio obligado a asumir el trono imperial con el nombre de Carlos VI, lo que condujo a las negociaciones de paz. Los países componentes de la gran alianza no estaban dispuestos a que los Habsburgo dominaran gran parte de Europa. Las tropas de Felipe V contraatacaron y derrotaron a la gran alianza en Almansa. Tras estas últimas batallas, solo Cataluña y Baleares quedaron fuera del control de Felipe V. Ambos bandos firmaron la paz de Utrecht, constituida por los tratados de Utrecht y Rastadt. Los aliados abandonaron Cataluña y Baleares, que se negaron a aceptar a Felipe V y continuaron la guerra por su cuenta.
Triunfo del Reino Unido
- Se apoderó de Gibraltar y Menorca y obtuvo concesiones de Francia en ultramar.
- Recibió el derecho a participar en el comercio con las Indias (navío de permiso).
- Adquisición por parte de Portugal.
- Consolidación de los Habsburgo en Austria: ocupó Flandes y se repartió con el Ducado de Saboya los dominios italianos de España.
9. Evolución Económica y Social del Siglo XVII
Crisis demográfica: la población española se estancó; Castilla fue el reino que más población perdió, en especial el núcleo central de la meseta. Las sucesivas crisis de subsistencia fueron causadas por las malas cosechas, que provocaron abundantes hambrunas durante todo el siglo. Las epidemias, la desnutrición de la población y las enfermedades provocaban la disminución de la mano de obra y el incremento del hambre. La peste rebrota con gran variedad en algunos periodos. Las guerras fueron permanentes, obligando a realizar reclutas y levas forzosas entre jóvenes en edad de producir alimentos. La expulsión de los moriscos también tuvo un impacto significativo.
Problemas Económicos
- Disminución de la producción agrícola: reducción de la demanda de productos agrícolas ocasionada por la falta de población y la pérdida de los moriscos.
- Desequilibrio del comercio exterior: se exportaban materias primas y se importaban manufacturas. La necesidad de oro y plata se convirtió en una vía imprescindible para el comercio nacional.
- Decadencia del comercio con América: favoreció sobre todo a los comerciantes extranjeros.
- Recesión de la artesanía castellana, especialmente la textil: falta de competitividad debido a sus elevados precios, causa de la llegada de abundante plata procedente de América y la revolución de los precios.
- Falta de inversión en empresas industriales: estas actividades eran, en principio, inadecuadas para los nobles e hidalgos, proporcionaban escasas ganancias e implicaban mucho riesgo.
Nobles y Clero
La nobleza se concentraba en el norte de la península, donde la mitad de la población se consideraba de condición noble, aunque modesta (hidalgos). Se hallaban los grandes de España. La nobleza era cortesana, vivía en la corte, obtenía sus rentas de tierras que nunca visitaba y compraba cargos y privilegios. El clero era más reducido. El alto clero, en su mayoría de origen nobiliario, disfrutaba de una situación acomodada y estable. Se concentraba en las ciudades más grandes y ricas y en las áreas rurales con más recursos. El clero no padecía agobios económicos gracias a sus exenciones tributarias.
Tercer Estado
El grupo predominante era el de los campesinos, que estaban sujetos al pago de impuestos directos. Eran jornaleros, un grupo en aumento a lo largo del siglo XVII. La situación del campesinado empeoró durante esta centuria, y fueron frecuentes las revueltas, la emigración a Madrid o a la periferia peninsular y el bandolerismo. Los artesanos y comerciantes de las ciudades estaban organizados en gremios, instituciones estrictamente cerradas y jerarquizadas.
10. Evolución Política Exterior en Europa del Siglo XVIII
El objetivo fundamental fue recuperar los territorios perdidos en la paz de Utrecht, tanto en el Mediterráneo como en el Atlántico. España debía enfrentarse con el poder marítimo y comercial del Reino Unido, reforzando la flota naval y buscando aliados como Francia. Los franceses les favorecían, ya que tenían intereses en las Indias; la unión de ambas flotas podía ser beneficiosa. Los monarcas españoles suscribieron varias alianzas conocidas como pactos de familia.
Pactos de Familia
- El hijo de Felipe V, Carlos III, proclamándose monarca de las Dos Sicilias (Nápoles y Sicilia).
- Otro trono, el Ducado de Parma, a Felipe, hijo de Felipe V.
- Fernando VI mantuvo una política de neutralidad.
- Carlos III rompió con la neutralidad de su antecesor, Fernando VI, participando en dos conflictos internacionales: la Guerra de los Siete Años y la intervención en la Guerra de Independencia Norteamericana, que permitió a la corona española recuperar Florida, Menorca y la ciudad del Sacramento.
Intervencionismo en Italia del Cardenal Alberoni
Los objetivos eran recuperar territorios italianos e intereses dinásticos de la reina Isabel de Farnesio. La conquista de Cerdeña y Sicilia terminó en derrota frente a la Cuádruple Alianza (Gran Bretaña, Francia, Austria y Holanda).
Neutralidad de Fernando VI
Se comprometió con Gran Bretaña a no apoyar a Francia. Como recompensa, Gran Bretaña renunció al asiento de negros y al navío de permiso.