La Dictadura de Primo de Rivera: Orígenes, Desarrollo y Caída en España (1923-1930)

Contexto y Causas de la Dictadura de Primo de Rivera

Encontramos la crisis del sistema político de la Restauración, la cual se caracterizó por la derrota frente a Estados Unidos y por el fracaso de los intentos de regeneración, siendo su máximo exponente cultural la Generación del 98. Además, contribuyó a ello en el panorama político los problemas internos de los partidos.

El Auge de las Fuerzas Opositoras

El auge de las fuerzas opositoras al sistema —republicanos, nacionalistas, socialistas y anarquistas— unirá sus fuerzas, protagonizando una huelga general ante la crisis de 1917.

Descontento Militar y Conflictividad Social

Respecto al ejército, había un descontento militar generalizado por las duras críticas recibidas como consecuencia del Desastre de 1898, y que poco a poco irá interviniendo de nuevo en la vida política y deslizándose hacia posiciones conservadoras. Desde el punto de vista social, había temor entre las clases altas y medias por el triunfo de la Revolución Rusa de 1917 y ante la creciente conflictividad social de socialistas y anarquistas. El mayor exponente fue el problema del pistolerismo en Cataluña, donde se contrataban pistoleros para acabar con la vida de destacados sindicalistas y trabajadores y así frenar sus reivindicaciones.

La Guerra de Marruecos: Factor Decisivo

No obstante, la causa que más destacó fue la Guerra de Marruecos. Desde la consecución del protectorado sobre el norte del país en 1906, España se vio impotente para asegurar su dominio ante la oposición de los rifeños, que empleaban la táctica de guerrillas. Las continuas derrotas aumentaron las críticas al Ejército, y los desastres de Annual y Monte Arruit (1921) supusieron la elaboración de un informe, el Expediente Picasso, que señalaba como culpables a los altos mandos militares, lo que hizo que se generara un ambiente favorable a un golpe de Estado.

Contexto Internacional: Crisis de las Democracias Occidentales

En el contexto internacional, este se encuentra relacionado con la crisis de las democracias occidentales generada por la Primera Guerra Mundial, ya que se fue optando cada vez más por la crítica al sistema parlamentario y la necesidad de un Estado fuerte. El Estado liberal democrático se vio atacado por dos frentes contrapuestos: el comunismo y el fascismo. La situación llevó a ver el autoritarismo como la única solución capaz de volver al orden, siguiendo el ejemplo de Mussolini. Su ideología se basaba en el uso de la violencia, el culto al líder y un fuerte nacionalismo-racismo.

El Golpe de Estado de 1923 y el Establecimiento del Régimen

Ante la creciente inestabilidad social y política y las fuertes críticas al ejército y la monarquía, el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado en Barcelona el 13 de septiembre de 1923. Primo de Rivera era un afamado militar, pero en el momento del golpe era capitán general de Cataluña. Sacó sus tropas a las calles de Barcelona y ocupó los principales edificios oficiales. Prometía acabar con el terrorismo, la agitación separatista, el desorden y la utilización política de la Guerra de Marruecos. Pese a la insistencia del gobierno, el rey se negó a actuar contra los golpistas y pidió a Primo de Rivera que viniera a Madrid para mantener un encuentro. A su llegada, el 15 de septiembre, Primo hizo público su manifiesto titulado «_Al país y al Ejército_», en el que declaraba su voluntad de acabar con los profesionales a los que acusaba de haber secuestrado la voluntad real y de ser responsables de todos los problemas del país. El rey aceptó y apoyó el golpe. Se estableció así un régimen autoritario; se produjo la supresión del Parlamento y la suspensión de la Constitución de 1876. Primo de Rivera encontró el apoyo en el ejército, la Iglesia, las clases altas y el rey. Los antiguos líderes de los partidos dinásticos se inhibieron de la situación para darle un margen de confianza a la Dictadura. Pese a sus críticas iniciales, por su carácter en principio transitorio, recibió el apoyo de la burguesía catalana, los socialistas y los republicanos. Dentro de la evolución de la Dictadura podemos distinguir dos fases: el Directorio Militar y el Directorio Civil. El primero, marcado por un fuerte autoritarismo, y el segundo, que pretendió ser una vuelta a la normalidad.

El Directorio Militar (1923-1925): Autoritarismo y Represión

Se estableció un gobierno autoritario en España, encabezado por el general Primo de Rivera, que concentraba todos los poderes y se componía principalmente de militares. Este régimen imitaba la dictadura fascista de Mussolini, con la visita de Alfonso XIII y Primo de Rivera a Italia en 1923. A través de un Real Decreto, se reorganizó la administración pública, disolviendo ayuntamientos y estableciendo delegados leales al dictador. En noviembre de 1923, se disolvieron las Cortes y en enero de 1924 se eliminaron todas las diputaciones provinciales, excepto las vasco-navarras, lo que fue visto como un ataque centralista. La represión contra la oposición incluyó la ilegalización de la CNT anarcosindicalista y la persecución de nacionalistas catalanes y del PNV, prohibiendo el uso de la bandera y lengua catalanas e incluso cerrando el campo del F.C. Barcelona por silbar contra el himno nacional. Se impusieron sanciones a figuras críticas como Miguel de Unamuno (confinado en Canarias) y Fernando de los Ríos. Ante el PSOE y la UGT, aceptaron que Largo Caballero formara parte del Consejo de Estado, lo que formalizó su apoyo a la Dictadura, con el objetivo de proteger los derechos de los trabajadores. En abril de 1924, se creó la Unión Patriótica, un intento de formar un partido único a favor de la Dictadura, similar a los fascismos europeos, mostrando la intención del Dictador de institucionalizar su régimen. Los miembros de los partidos dinásticos expresaron descontento y se distanciaron de la Dictadura, restándole apoyos. Durante este periodo, se concluyó la Guerra del Rif o de Marruecos con el desembarco de Alhucemas en 1925, lo que puso fin a la resistencia rifeña liderada por Abd el Krim.

El Directorio Civil (1925-1930) y la Caída de la Dictadura

Al finalizar la Guerra de Marruecos, surgieron demandas para disolver la Dictadura, con figuras como Sánchez Guerra y el conde de Romanones a la cabeza. Sin embargo, Primo de Rivera decidió perpetuar el régimen, reemplazando el Directorio Militar por un Directorio Civil en diciembre de 1925, compuesto por técnicos de la Unión Patriótica, destacando a José Calvo Sotelo como ministro de Hacienda. En 1926, se anunció una nueva Asamblea Nacional para consolidar el régimen dictatorial y derogar la Constitución y disolver el Parlamento. Esta Asamblea, formada por 400 miembros designados por el gobierno y sin función legislativa, solo tendría el propósito de asesorar al dictador. Se intentó elaborar una nueva Constitución, cuyo anteproyecto fue mal recibido por la oposición y los partidos dinásticos. En el ámbito económico, se estableció colaboración con el PSOE-UGT, creando los Comités Paritarios para regular las condiciones laborales. Además, se implementó una política económica intervencionista con proteccionismo mediante ayudas fiscales y crediticias a empresas públicas como CAMPSA y obras públicas que se beneficiaron de la favorable coyuntura internacional de los «_felices años 20_». Esta política se saldó con un aumento de la deuda pública, acrecentada por la Exposición Universal de Barcelona y la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929. El nuevo Directorio y el intento de perpetuar el régimen aumentaron la oposición, resultando en la creación de Alianza Republicana en 1926 (dirigida por Alejandro Lerroux) y varios intentos de golpe de Estado: en 1926 por los generales Weyler y Aguilera, y en 1929 por Sánchez Guerra en Valencia y del regimiento de Artillería en Ciudad Real. También hubo protestas estudiantiles e insurrecciones obreras como la de Alcoy, además de la pérdida de apoyos (dimisión de Calvo Sotelo y un intento de sublevación del general Godded). La crisis económica internacional de 1929 contribuyó a aumentar la oposición al régimen y la inestabilidad social, resultando en la pérdida de apoyo entre catalanistas, militares y socialistas. Ante esta crisis, Primo de Rivera dimitió el 30 de enero de 1930 y se exilió a París, donde falleció dos meses después. Alfonso XIII encargó formar gobierno al general Dámaso Berenguer, comenzando la llamada «_Dictablanda_».

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