La Dictadura Franquista en España: Evolución, Pilares y Etapas Clave (1939-1975)

Introducción: Evolución Social y Económica bajo un Poder Político Absoluto

La dictadura franquista, impuesta tras la victoria del ejército rebelde en la Guerra Civil, evolucionó social y económicamente, aunque el poder político recaería de forma absoluta y sistemática en Franco (Führerprinzip). Una coalición de fuerzas reaccionarias y derechistas, junto a la sistemática purga y eliminación de toda oposición, garantizaron la total subordinación (solo en la posguerra hubo aproximadamente 50.000 ejecutados).

Pilares Fundamentales de la Dictadura Franquista

Los pilares de la dictadura fueron:

  • El partido único, FET y de las JONS (burocracia estatal). Nacía a partir del Decreto de Unificación de abril de 1937. Denominada Movimiento Nacional, posibilitaba la movilización y el encuadramiento de la sociedad (Sección Femenina, Frente de Juventudes, OSE o Sindicato Vertical…).
  • La Iglesia católica (legitimación). La jerarquía eclesiástica prestó sus servicios ideológicos y propagandísticos al bando nacional; a cambio, obtuvo financiación estatal, control del sistema educativo y la materialización de sus valores morales. La unión de la Iglesia y la dictadura desembocó en el Nacionalcatolicismo.
  • El ejército (represión). Franco creó un ejército domesticado y leal (mediante depuración, promoción de voluntarios de julio del 36, inculcación de la ideología de la victoria, etc.), cuya actividad incluía la jurisdicción sobre delitos políticos ejercida mediante Consejos de guerra.
  • Las élites económicas (terratenientes, oligarcas, burguesía industrial y financiera, meritocracia administrativa) encontrarían en el mercado negro (estraperlo) el lugar idóneo para incrementar sus beneficios.

Características Políticas, Ideológicas y Sociales del Régimen

Políticamente, la dictadura se caracterizó por el poder absoluto de Franco (Caudillo, Generalísimo, figura providencialista…); la falta de libertades y derechos; un Estado unitario y centralizado; la censura; el control de los medios de comunicación y de las relaciones laborales; así como la represión contra toda oposición (exilio, despolitización, clandestinidad, depuraciones, TOP – Tribunal de Orden Público).

Sus fundamentos ideológicos fueron la adhesión inquebrantable a Franco, el tradicionalismo y conservadurismo, el nacional-patriotismo, el nacionalsindicalismo, el nacionalcatolicismo, el antiparlamentarismo y antiliberalismo, y el anticomunismo (agitando la idea de una conspiración judeo-masónica-comunista). El régimen se definió a sí mismo como una democracia orgánica, con representación a partir de las unidades orgánicas de la sociedad: la familia, el municipio y el sindicato (mediante designación y elección directa de los candidatos desde estas estructuras).

A pesar de su ideología monolítica, la dictadura se apoyó en diferentes sectores sociales o «familias» del régimen: monárquicos, tecnócratas y los llamados «puros» o «ultras».

Etapas de la Dictadura Franquista (1939-1975)

A lo largo de la dictadura podemos señalar las siguientes etapas:

1. Los Años Cuarenta: Autarquía, Represión y Aislamiento (1939-1950)

Durante la etapa azul (1939-1945), la dictadura mostró su inclinación hacia las potencias del Eje (manteniendo posturas de neutralidad y no beligerancia, con notable importancia de Serrano Súñer) y los falangistas ocuparon los principales cargos (impulsando el nacionalsindicalismo). Se aprobaron el Fuero del Trabajo (1938) y la Ley Constitutiva de las Cortes (1942).

Tras la derrota de los fascismos, España quedó aislada internacionalmente. El ministro de Asuntos Exteriores, Alberto Martín Artajo, impulsó una «operación de maquillaje» del régimen a partir del Fuero de los Españoles (1945), la Ley de Referéndum Nacional (1945) o la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947).

Los falangistas cedieron influencia ante los sectores católicos (consolidándose el nacionalcatolicismo). Sin embargo, el régimen mantuvo su nula capacidad de reconciliación o democratización.

Esta etapa estuvo presidida por la autarquía y el estancamiento económico. El hambre y la escasez propiciaron las cartillas de racionamiento y el mercado negro (estraperlo).

No obstante, el fuerte intervencionismo estatal fracasó a la hora de paliar la falta de materias primas y de equipamiento. A pesar de la represión y del terror generalizado impuesto tras la guerra (campos de concentración, miles de ejecuciones), siempre existió oposición a la dictadura. En estos años, además del Gobierno republicano en el exilio, destacaron tres frentes en la lucha antifranquista: el movimiento obrero, los monárquicos y el maquis (el núcleo más activo de oposición armada en estos años).

2. Los Años Cincuenta: Fin del Aislamiento e Inicio de la Apertura (1951-1959)

En esta etapa finalizaba el aislamiento internacional: la ONU levantó su condena a España (1950); se produjo el ingreso en organismos como la FAO y la OMS (1951), y en la UNESCO (1952); se firmó el Concordato con la Santa Sede y los Pactos de Madrid con EE. UU. (1953); y España ingresó en la ONU (1955). España quedaba integrada en el bloque occidental de la Guerra Fría (aunque al margen de la OTAN y del proceso de construcción europea, a cambio de cesiones de territorio para bases militares estadounidenses). A partir de 1956 comenzaba la descolonización del Protectorado de Marruecos.

El peso de los sectores falangistas continuó disminuyendo en beneficio de los católicos. En 1957 se formó un gobierno con notable presencia de tecnócratas, y en 1958 se aprobó la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento.

Los años 50 iniciaron una tímida liberalización económica. Se superaron el racionamiento y el mercado negro. La apertura capitalista reducía la intervención estatal y el proteccionismo. El gobierno impulsó el Plan de Estabilización Económica (1959), punto de partida para la transformación económica de la década siguiente.

En estos años, la oposición experimentó tres cambios significativos: la renuncia progresiva a la violencia, la transformación social y generacional de sus miembros, y su impulso en las universidades y en los resquicios de los sindicatos franquistas. Las acciones más frecuentes fueron las huelgas. El régimen reaccionó con mayor represión (Ley contra el Bandidaje y el Terrorismo, 1958; Ley de Orden Público, 1959) y aceptando algunas demandas salariales (Ley de Convenios Colectivos, 1958).

3. Los Años Sesenta: Desarrollismo Económico e Inmovilismo Político (1959-1969)

Los gobiernos, formados por tecnócratas y personas cercanas al Opus Dei, impulsaron profundas transformaciones económicas y sociales. Se aprobaron la Ley Orgánica del Estado (1967), la Ley de Prensa (1966), la Ley de Libertad Religiosa (1967), la Ley de la Seguridad Social (1967) o la Ley General de Educación (1970). Sin embargo, políticamente nada cambió (inmovilismo).

En 1969, Franco designó a Don Juan Carlos de Borbón como su sucesor. Guinea Ecuatorial (1968) e Ifni (1969) se independizaron, de forma paralela al fortalecimiento del almirante Luis Carrero Blanco (presidente del Gobierno hasta su asesinato en 1973).

El crecimiento económico, desarrollado al amparo de tres Planes de Desarrollo, trajo la creación de una amplia clase media, la superación de la miseria y el desarrollo urbano e industrial. En aquel habían resultado fundamentales la emigración (que generó divisas) y el turismo. El Desarrollismo se interrumpió con la crisis del petróleo de 1973.

Esta etapa se caracterizó por una gran conflictividad: protesta obrera, estudiantil, vecinal, el alejamiento de la Iglesia y la oposición de determinados sectores católicos, la oposición militar (UMD) y política (con primacía del PCE y el Congreso de Múnich en 1962), así como el surgimiento de grupos armados como el FRAP y ETA. Como respuesta, la dictadura recurrió con frecuencia a estados de excepción e incrementó la represión hacia una oposición que abiertamente exigía cambios políticos.

4. La Crisis Final del Franquismo (1969-1975)

El final del Franquismo se desarrolló en plena crisis general: divisiones internas entre aperturistas e inmovilistas, incremento y fortalecimiento de la oposición, tensiones nacionalistas, distanciamiento de la Iglesia, escalada terrorista, impacto de la Revolución de los Claveles en Portugal, crisis económica, la Marcha Verde sobre el Sáhara Español y el rechazo internacional ante los últimos fusilamientos. En este contexto, tras una larga agonía, Franco murió el 20 de noviembre de 1975.

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