El Reinado de Alfonso XIII: Crisis y Transformación (1902-1931)
Alfonso XIII ascendió al trono a los 16 años, tras la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena. Durante su regencia, se había firmado el Pacto del Pardo para consolidar el turnismo de partidos entre Cánovas del Castillo y Sagasta. Su reinado se divide en dos etapas principales: la crisis del turnismo de partidos y las dictaduras de Primo de Rivera y del General Berenguer.
Primera Etapa: La Crisis del Turnismo de Partidos (1902-1923)
Durante este periodo, se mantuvo como forma de Estado la monarquía liberal y parlamentaria, y como forma de gobierno el turnismo de partidos. Sin embargo, el reinado de Alfonso XIII estuvo marcado por una crisis permanente, influenciada tanto por la coyuntura internacional (como el estallido de la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa, los Felices Años 20 y la Gran Depresión) como por problemas internos. Esta crisis se debió a varios factores:
- La personalidad del rey, que se entrometía en los asuntos de gobierno y desvirtuaba sus funciones constitucionales.
- La división interna dentro de los partidos dinásticos:
- El Partido Conservador, tras la muerte de Cánovas del Castillo, vio el enfrentamiento entre Maura y Eduardo Dato.
- El Partido Liberal, tras la muerte de Sagasta, carecía de un líder carismático y fuerte, con figuras como el Conde de Romanones y García Prieto.
- El surgimiento del Regeneracionismo, un movimiento ideológico impulsado por figuras como Francisco Silvela y Joaquín Costa que buscaba modernizar el país. Denunciaban los problemas del turnismo, el falseamiento electoral a través del caciquismo y el encasillado. Consideraban que la única solución era la educación y el progreso.
- El hecho de que, al disminuir la práctica del falseamiento electoral, ningún partido lograba mayorías claras en las elecciones.
- El aumento de las luchas sociales, con los obreros tomando conciencia de clase y reivindicando sus derechos.
- La difusión de ideas anticlericales, extendiéndose el pensamiento de separación entre Iglesia y Estado.
- El protagonismo de los militares en la vida política, que indujo a España en la Guerra de Marruecos, provocando numerosas bajas y beneficiando principalmente a las oligarquías.
- El fortalecimiento de los partidos de la oposición.
Gobiernos Dinásticos (1902-1913)
A pesar de la crisis, los partidos dinásticos intentaron mantener el sistema:
- 1902-1905: Gobierno de Francisco Silvela (Partido Conservador). Con ideas regeneracionistas, intentó renovar el país con la creación del Ministerio de Instrucción Pública, el Ministerio de Agricultura y una reforma de la Hacienda, llevada a cabo por el ministro Raimundo Fernández Villaverde.
- 1907-1910: Gobierno de Antonio Maura (Partido Conservador). Puso en marcha la «revolución desde arriba«, una reforma política que pretendía acabar con el falseamiento electoral y modernizar el país para evitar una revolución social. Se aprobaron derechos laborales y se inició una política exterior expansionista con la Guerra de Marruecos. Esta etapa, conocida como el «Gobierno Largo de Maura«, vivió una gran agitación social protagonizada por los obreros, que criticaban el autoritarismo de Maura. La decisión de enviar más efectivos a la Guerra de Marruecos provocó una fuerte rebelión en Barcelona, la Semana Trágica de 1909.
La Semana Trágica fue frenada por el ejército, declarando el gobierno el estado de guerra. Los principales líderes fueron fusilados, lo que enemistó al pueblo con Maura y con el rey, provocando su dimisión en 1910.
- 1910-1912: Gobierno Liberal de José Canalejas. Puso en marcha un programa de reformas con el objetivo de la desamortización y el aumento de derechos sociales. Llevó a cabo la Ley del Candado, que reducía el poder de la Iglesia y ponía fin a su monopolio en la enseñanza. Estableció la libertad religiosa y aprobó la Ley de Mancomunidades, que otorgaba mayor autonomía a Cataluña. Canalejas fue asesinado en 1912.
- 1913 en adelante: Gobierno de Eduardo Dato (Partido Conservador). Durante su mandato, la crisis del turnismo de partidos se agudizó. Sin embargo, España experimentó un crecimiento económico debido a su neutralidad en la Primera Guerra Mundial, convirtiéndose en abastecedora de productos. Este beneficio, no obstante, solo alcanzó a las oligarquías, perjudicando a las clases populares.
Fuerzas Políticas de Oposición
Durante este periodo, los partidos de la oposición comenzaron a tener una presencia significativa en la vida política:
- Republicanos: Presentaban una profunda división interna entre el partido de Alejandro Lerroux y el partido reformista de Melquíades Álvarez. Su principal base social eran los intelectuales y las clases medias. Sus principales reivindicaciones eran la defensa de un gobierno democrático, el laicismo y las reformas sociales.
- Nacionalistas:
- Nacionalismo Catalán: Dirigido por la Lliga Regionalista, tuvo mayor fuerza que el nacionalismo vasco. Sus principales ideólogos fueron Enric Prat de la Riba y Francesc Cambó. Sus objetivos eran la modernización de la economía, la regeneración de la vida política en Cataluña y la reivindicación de la autonomía catalana. Sus principales apoyos eran la burguesía y los conservadores, pero no contaban con el apoyo de los obreros. En 1905, la aprobación de la Ley de Jurisdicciones redujo la autonomía en Cataluña. Ante esto, todos los partidos nacionalistas se unieron en Solidaritat Catalana, dirigida por Cambó. Este partido fracasó en 1909 al apoyar a Maura en la Semana Trágica de Barcelona, desapareciendo y llevando a la burguesía a reformar la Lliga Regionalista.
- Nacionalismo Vasco: Organizado por el PNV (Partido Nacionalista Vasco), fundado por Sabino Arana en el siglo XIX. Su muerte provocó una crisis interna en el partido.
- Socialistas: Durante el primer tercio del siglo XX, tuvieron dos ramas: una política, el PSOE (Partido Socialista Obrero Español), y una sindical, la UGT (Unión General de Trabajadores). A principios del siglo XX, eran un grupo minoritario debido a la escasez de obreros, su principal base. El PSOE, dirigido por Pablo Iglesias, defendía la democracia, la participación de los obreros en la vida política y una revolución social. En 1910, Pablo Iglesias consiguió un escaño gracias a la coalición entre republicanos y socialistas.
- Anarcosindicalistas: El anarquismo rechazaba el Estado y la política, por lo que los anarquistas se convirtieron en una fuerza de oposición a través de los sindicatos. El sindicato Solidaridad Obrera, fundado en 1907, pasaría a llamarse C.N.T. (Confederación Nacional del Trabajo) en 1910. Los anarquistas utilizaban la acción directa para sus reivindicaciones.