El Crack del 29 y la Gran Depresión en Estados Unidos
Estados Unidos y los felices años 20
La Primera Guerra Mundial aceleró el crecimiento industrial de Estados Unidos, convirtiéndolo en el principal proveedor de Europa. Esto dio lugar a un superávit comercial. La expansión económica de Estados Unidos se debió a una profunda transformación productiva:
- Sector energético: Se sustituyó el carbón por la electricidad y el petróleo.
- Sector automovilístico: Implementación de la cadena en serie (Ford).
- Nuevos sectores industriales para aumentar el consumo de masas: Electrodomésticos.
- Industria de la construcción: Rascacielos.
- Concentración empresarial: Cárteles, trusts, holdings, etc.
- Sistema de compra-venta: Grandes almacenes, publicidad, marketing, compras a largo plazo, aumento masivo del consumo, endeudamiento de las familias.
Como consecuencia de todo esto, apareció la sociedad de consumo.
Los problemas de la economía estadounidense
Los primeros indicios de los problemas de la economía estadounidense se apreciaron en la crisis de la agricultura. Los años anteriores a la década de los 20 habían sido de prosperidad debido a la continua subida de producción y de precios, gracias al alto consumo interno y las exportaciones hacia una Europa en guerra.
Los productores agrarios se endeudaron con el fin de seguir aumentando la producción.
El problema se inició con el descenso de las exportaciones debido a la recuperación de la agricultura europea, lo que provocó el descenso de los precios agrícolas y la disminución de los ingresos. A esto se unió que los precios de los productos industriales estaban en continua alza. La consecuencia fue que millones de agricultores se arruinaron, viéndose obligados a malvender sus tierras y a emigrar a las ciudades.
Otro problema que se generó en la economía estadounidense durante los años 20 fue el fuerte desequilibrio entre una industria que tenía una gran capacidad productiva y la baja capacidad adquisitiva de los trabajadores. La sociedad norteamericana no podía absorber toda la oferta que generaba su industria. Se produjo entonces una crisis de superproducción o, si se quiere, una crisis de subconsumo, que comenzó a ser un grave problema.
Ambos hechos: la crisis de la agricultura y la crisis de sobreproducción, constituyeron el germen de lo que sería el Crack del 29 y la Gran Depresión.
La fiebre bursátil y el Crack del 29
El auge de la bolsa fue el resultado de la buena situación de las empresas y sus favorables perspectivas de futuro. Pero el auge de las cotizaciones dio paso a una burbuja especulativa.
Desde 1925, las cotizaciones de las acciones en la bolsa de Nueva York (Wall Street) subían sin cesar y acumulaban beneficios extraordinarios. Los bancos, los empresarios y numerosos particulares invertían de forma creciente en una actividad que parecía ofrecer enormes y seguros beneficios. La fácil obtención de créditos para comprar acciones en la bolsa aumentó la especulación. La diferencia entre el precio cada vez más elevado de las acciones y la actividad real de las empresas, mucho menos boyante que su cotización en bolsa (crisis de sobreproducción), no paraba de crecer.
En la primavera de 1929 se produjo un cambio de tendencia y empezaron a venderse las primeras acciones. Las autoridades monetarias norteamericanas, preocupadas por la fuerte especulación bursátil, tomaron la medida de elevar el interés del dinero para frenarla. La consecuencia fue que los inversores repatriaron los capitales norteamericanos invertidos en Europa, lo cual no frenó la especulación.
En octubre se produjo la baja de los precios de la industria metalúrgica y, en consecuencia, de los beneficios, en especial en el sector automovilístico. A mediados de mes surgió una tendencia generalizada de ventas de acciones, lo que se tradujo en una caída de los precios de estas.
Repentinamente, estalló la crisis el 24 de octubre. Ese «Jueves Negro» se pusieron a la venta 12 millones de acciones en Wall Street con una demanda nula. El día 29 («Martes Negro»), lo hicieron 16 millones, con el mismo resultado. El pánico se apoderó de los inversores, que pusieron de forma masiva a la venta sus acciones para poder devolver el dinero que habían pedido prestado, lo que acentuó la caída de la bolsa de Nueva York (el Crack del 29).
La Gran Depresión
La quiebra bursátil se convirtió pronto en crisis financiera. El pánico afectó enseguida a la banca, que se encontró atrapada entre unos inversores que no podían devolver los créditos, recibidos antes del Crack, y unos ahorradores que corrieron a rescatar sus fondos temerosos de perderlos. Más de 5000 bancos no pudieron hacer frente a esta situación, precipitándose en la ruina y haciendo perder sus ahorros a millones de ciudadanos.
De la crisis del sector financiero se pasó a la crisis de la industria. La paralización de la concesión de créditos y las quiebras bancarias afectaron a la financiación de la industria y limitaron el consumo de los ciudadanos. Muchas fábricas se vieron forzadas a cerrar ante la disminución de la demanda y la imposibilidad de seguir abasteciéndose de materias primas y de maquinaria. La industria estadounidense pasó de la expansión a una situación de sobreproducción: almacenaje de sus productos (stocks), caída de los precios y pérdida de beneficios.
El campo vio acentuadas las dificultades que arrastraba desde el final de la Primera Guerra Mundial. El descenso de los precios y la demanda, así como la falta de créditos de los bancos, llevaron a la ruina a centenares de miles de campesinos, incapaces de hacer frente a sus deudas. Expulsados de sus tierras, se convirtieron en braceros o acudieron a las ciudades en busca de trabajo, en un momento en el que el paro en las ciudades crecía rápidamente.
De las consecuencias de la crisis, la de mayor significación fue el incremento del paro. En pocos meses se quedaron sin trabajo millones de estadounidenses (25% de la población activa) en todos los sectores económicos. El aumento del desempleo provocaba la reducción de la demanda, lo que implicaba a su vez un descenso de la producción y un agravamiento de los problemas.
La crisis, pues, adquirió terribles dimensiones sociales y políticas. El estado de pobreza generalizado despertó fuertes críticas contra un sistema económico incapaz de evitar el paso de la prosperidad a la miseria de forma inmediata.
Además, la administración americana y el presidente republicano Hoover, con el objeto de aliviar la crisis, tomaron medidas que resultaron contraproducentes. Para animar el sector agrario prometieron que el Estado compraría los excedentes; ello incentivó la inversión y, al aumentar la producción, bajaron los precios, con lo que el sector acabó hundiéndose. Hoover perdió las elecciones en 1932, a favor del demócrata Roosevelt.
La propagación de la crisis a nivel internacional
La estrecha relación económica y financiera de los Estados Unidos con el resto del mundo favoreció la rápida extensión de la crisis. Estados Unidos era el primer productor mundial, el más importante mercado y, sobre todo, el centro financiero mundial. Así, de la misma manera que Estados Unidos había sido el motor de la prosperidad europea en la década de los 20, la crisis económica de la década de 1930 de Estados Unidos arrastró a la ruina a Europa y al resto del mundo.
En 1931 la crisis llegó a Europa en forma de crisis financiera. La suspensión de préstamos e inversiones norteamericanos hacia Europa, principalmente Alemania y Austria, produjo la quiebra de los bancos de estos países, que dejaron de pagar las reparaciones de guerra a Francia e Inglaterra, reparaciones que estos utilizaban a su vez para pagar sus deudas contraídas con Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial, cerrando así un círculo crítico.
El comercio mundial también se vio afectado por el proteccionismo que adoptaron los principales países industriales. La adopción de tarifas proteccionistas por Estados Unidos en 1930 fue considerada una declaración de guerra comercial, que fue contestada por la mayor parte de los gobiernos con más medidas proteccionistas. El enfrentamiento comercial entre Europa y Estados Unidos hundió el comercio internacional. La caída del comercio comportó la expansión de la crisis a los países exportadores de alimentos y materias primas de América Latina y Asia, cuyas ventas disminuyeron enormemente.
Este excepcional hundimiento financiero e industrial del sistema capitalista causó una masiva destrucción de empleos. En 1932 había más de 30 millones de parados en los países industriales, principalmente asalariados. Un sentimiento de injusticia invadió Occidente, agudizando la conflictividad social, lo que ayudó a que las ideologías antiliberales y anticapitalistas se extendieran: por parte de la izquierda el socialismo y, especialmente, el comunismo; por la derecha, el fascismo.
Las soluciones a la crisis
La propuesta keynesiana
En la evolución de la economía capitalista se conocían desde el siglo XIX los ciclos económicos de expansión y depresión, y eran aceptados como una condición propia del sistema. La novedad de la crisis del 29 fue su duración y profundidad con respecto a las anteriores crisis, tanto, que pareció poner en peligro la propia existencia del sistema capitalista. En realidad, se estaba ante un trastorno general del funcionamiento del capitalismo que tuvo efectos de todo tipo y en todo el mundo, y que exigió transformaciones más profundas del sistema capitalista.
Los primeros remedios que adoptaron casi todos los países fueron los tradicionales de una política deflacionista: fomentar la reducción salarial, la restricción del gasto público, del crédito y de las importaciones por medio de elevar las tarifas aduaneras, junto con la defensa de la moneda contra la devaluación.
Pero estas prácticas limitaron la producción, el consumo y destruyeron el sistema monetario internacional, lo que limitó más el comercio mundial; por lo tanto, tuvieron el efecto de agravar aún más la recesión económica y el paro. El fracaso de esta política económica abrió el paso a otro tipo de soluciones en la que se impuso la intervención del Estado.
Fracasadas las soluciones tradicionales, el Estado se convirtió en organizador y árbitro económico, aplicando una política de déficit presupuestario que financiara grandes obras públicas y subvencionara empresas rentables para mitigar el paro. La intervención estatal terminó por extenderse a todos los sectores de la economía: regulando salarios, precios de los productos e incluso la jornada laboral.
En este marco intervencionista se sitúa la obra del economista británico J.M. Keynes. Según él, el Estado debe estimular la inversión y el consumo mediante el aumento de los gastos públicos y del déficit presupuestario controlado. Las teorías keynesianas contrastan con las de la economía clásica, al defender que lo importante no es tanto la producción y el ahorro, como la inversión y el consumo.
Las diferentes soluciones a la crisis
Las teorías de Keynes proporcionaron la justificación a las políticas intervencionistas del Estado, pero estas fueron distintas en cada país tanto en la forma de aplicarlas como en sus resultados:
En Estados Unidos, tras el fracaso de la administración republicana, fiel al ideario del liberalismo económico tradicional, el demócrata Franklin Delano Roosevelt ganó las elecciones en 1932. Inmediatamente puso en marcha un proyecto de corte keynesiano, el New Deal, con el objeto de reactivar la economía y tomó las primeras medidas:
- Devaluación del dólar con el fin de aumentar las exportaciones.
- Mayor control de los bancos a través del Sistema de la Reserva Federal.
- Política agraria basada en la disminución de la producción agrícola y la elevación de sus precios, con el objeto de sacar de la ruina a los agricultores.
- Política industrial donde el gobierno colaboró con las empresas privadas para favorecer la inversión y la demanda.
- Se llevó a cabo una política de grandes obras públicas destinada a reabsorber a los parados.
- Reducción de la jornada laboral y establecimiento de un salario mínimo para sostener el nivel adquisitivo de los trabajadores.
- Creación de un sistema estatal de seguridad social para ayudar a los parados.
Los resultados económicos fueron muy positivos y, sobre todo, constituyeron una nueva forma de práctica política y económica llamada a tener enorme repercusión en el futuro. El final de la crisis en Estados Unidos llegó con la Segunda Guerra Mundial y el relanzamiento de la demanda que este conflicto originó.
En Europa, las soluciones pasaron por la intervención del Estado, aunque desde distintos puntos de vista:
- Los sistemas no democráticos como el fascismo italiano y el nacionalsocialismo alemán emprendieron también una política de intervención y control autoritario de la economía por parte del Estado para superar la crisis de los años treinta. Las principales medidas fueron: autarquía económica, gasto público para financiar obras públicas, relanzamiento de su industria militar y control de las relaciones laborales entre patronos y obreros por medio del corporativismo. Esta política de intervención autoritaria de la economía permitió la desaparición del paro y la recuperación de la capacidad adquisitiva de la población, a costa de una intensa producción armamentística que condujo a una nueva guerra mundial.
- Entre los países democráticos europeos, los países escandinavos (Suecia, Dinamarca), las medidas que adoptaron para salir de la crisis estuvieron influidas por los programas de los partidos socialdemócratas. Estos partidos, desde principios de siglo, venían defendiendo medidas para mejorar la situación de los trabajadores como prestaciones de desempleo, pensiones, sanidad y educación gratuitas. De este modo se inició en estos países la construcción del Estado del bienestar, que después de 1945, se difundiría y consolidaría en el conjunto de la Europa desarrollada.
El Auge de los Totalitarismos
La Era de Stalin (1928 – 1953)
El ascenso de Stalin al poder
Lenin muere en 1924. El enfrentamiento por quién asumiría el poder se polarizó en torno a dos figuras importantes: Trotski y Stalin.
TROTSKI | STALIN | |
Organización del partido comunista |
|
|
Revolución internacional | Era partidario de extender la revolución a Europa. | No era partidario de extenderla a Europa hasta que no estuviese consolidada en la URSS. |
Modelo económico | Economía donde no hay iniciativa privada (capitalista) y se oponía a la NEP. | Economía mixta y estaba a favor de la NEP. |
Stalin consiguió el poder y Trotski fue expulsado de la Unión Soviética y en 1940 fue asesinado en México por un agente de Stalin.
Una vez en el poder, en pocos años Stalin consiguió purgar del partido a todos los viejos dirigentes bolcheviques y se hizo con el poder absoluto del PCUS y de la URSS.
El Estalinismo Político
- Sistema totalitario: Stalin controlaba el Partido Comunista y sus miembros ocupaban todos los cargos del Estado.
- La obsesión de Stalin por el poder absoluto le llevó, por medio de la propaganda, al culto a su personalidad.
- Rusificación de las repúblicas soviéticas: Dando el predominio político y cultural a los rusos eslavos sobre el resto de los pueblos que componían la Unión Soviética.
- Estado de terror:
- Purgas: Hacia cualquier disidencia en contra del proceso de rusificación.
- Ejecuciones y deportaciones: Si no eran eliminados físicamente eran deportados a los campos de trabajo de Siberia (el gulag).
- Surgieron por todas partes cómplices y delatores apoyados por la policía política (NKVD).
*NOMENKLATURA: Es la lista de todos los puestos de dirección designados por las autoridades superiores o la lista de las personas que ocupan esos cargos o que son mantenidas en reserva para ocuparlos.
Estalinismo Económico
* CARACTERÍSTICAS DEL MODELO ECONÓMICO.
- Política económica dirigida y controlada por el Estado, que buscaba un crecimiento económico rápido.
- OBJETIVO: Industrialización, con el fin de sobrevivir.
- Esta política se puso en práctica mediante los planes quinquenales.
* CARACTERÍSTICAS DE LOS PLANES QUINQUENALES:
- Planificación imperativa, controlada por el partido, regulaba los niveles de producción, inversión, consumo, precios y salarios.
- El sector agrario financiaba el crecimiento industrial propuesto. Invertían en fábricas y no en el campo, por ello la industria creció rápidamente mientras que la agricultura fue condenada a un atraso crónico.
- Fomento de la industria pesada frente a la industria de bienes de consumo privado; esto generó un mercado negro que abastecía a la población de bienes de consumo y de lujos a precios muy elevados.
*CONSECUENCIAS
POSITIVAS | NEGATIVAS |
Emigración de los campesinos a las ciudades. Revolución industrial Desarrollo del sector siderúrgico: hierro y acero. Desarrollo de la producción de energía: carbón y electricidad. Construcción de infraestructuras: ferrocarril. Crecimiento de las poblaciones y creación de nuevas ciudades. | Colectivizaciones forzosas. Pérdida de tierras de los campesinos. Descenso de la producción. Hambrunas que llevaron a muchos campesinos a la muerte. Gran atraso de la agricultura. |
Aspectos Generales del Fascismo
La Ideología Fascista
Fascismo: Modelo político que tuvo su primera expresión en la Italia y la Alemania de entreguerras. Sus principios ideológicos son muy simples y poco rigurosos, pero debido a la crisis social, política y económica, estos principios le permitieron cumplir sus objetivos.
IDEOLOGÍA
- Nacionalismo radical: Los fascistas consideraban que la Primera Guerra Mundial había provocado en sus naciones pérdidas territoriales. La reconstrucción de imperios, que los fascistas veían como un derecho histórico, solo se podía hacer por medio de la guerra.
- Militarismo y exaltación de la violencia: Un fascista consideraba la guerra como un instrumento de progreso histórico y de selección de pueblos, naciones y razas. El soldado, por tanto, se convertía en el modelo ideal del ser humano.
- Defensa de un Estado totalitario: Un partido único controlaba todos los aspectos de la vida política, económica y social de una nación.
- Rechazo del sistema democrático liberal: Negaba la igualdad, los derechos, las libertades y la soberanía popular. No toleraba la separación de poderes ni las diversas opciones políticas que configuraban el parlamento por medio del voto.
- A favor de un modelo social corporativo: Donde no podía haber elementos de disgregación social.
- El culto al líder: Al líder se le consideraba un ser iluminado que no cometía errores. Este líder carismático concentraba todos los poderes, encarnaba al Estado y era el jefe del partido único.
- La víctima expiatoria: Judíos, homosexuales, gitanos, demócratas, comunistas, socialistas e incluso discapacitados, debían ser exterminados porque se veían como seres inferiores o traidores a la nación, y dificultaban una completa identificación entre el partido fascista y el pueblo.
La Evolución del Fascismo
Este proceso se dio en diferentes fases:
1ª Fase
Por las causas de la Primera Guerra Mundial, se produjo una reacción espontánea e irracional de las clases medias contra el Estado liberal que no era capaz de solucionar sus problemas. De estas clases medias surgieron el Partido Fascista Italiano y el Partido Nazi Alemán.
2ª Fase
Se produjo una alianza entre las clases medias (que patrocinaban el fascismo) y las clases altas (tradicionales de industriales y agrícolas). El objetivo de esta alianza por parte de las clases altas era instrumentalizar el fascismo contra el movimiento obrero. Esta alianza permitió a los fascistas salir de su marginalidad y desarrollar una acción propagandística extensa, ganándose así a las masas; desarrollo de fuerzas paramilitares que sirvieran contra el movimiento obrero.
3ª Fase
Se produjo el ascenso al poder de los fascistas. Las clases dominantes renunciaron al poder político a cambio del mantenimiento de sus privilegios, lo cual perjudicaba a las clases medias. Esta paradoja se solucionó por medio de darles acceso a ser altos funcionarios, fomentando el patriotismo, o simplemente por medio de la represión.
4ª Fase
Se llegó a un sistema totalitario puro. Esta fase solamente se dio en Alemania, donde se llegó a una identificación completa entre el Estado, el Partido Fascista y el líder.
El partido fascista controlaba:
- La vida política: Represión de cualquier disidencia política, ya sean socialistas, comunistas o demócratas. El único partido legal sería el fascista.
- La economía: Los fascistas terminaron sometiendo a los grandes capitalistas. Además, impusieron un control centralizado y autoritario de la economía (promovieron la iniciativa pública, el intervencionismo del Estado en los conflictos laborales, la defensa de la autarquía como modelo económico y el crecimiento de la industria militar).
- La sociedad: Se llegó a un modelo social corporativo y jerarquizado. Se asemejaba a un solo cuerpo en el que sus miembros lo conformaban los diferentes elementos sociales (burgueses, campesinos y obreros); además, solo tenían derecho a formar parte de este cuerpo los que pertenecían a la raza aria. Los que no lo eran, eran exterminados (homosexuales, judíos, gitanos…).
La Italia Fascista (1922-1939)
El nacimiento del Partido Fascista
Los orígenes del fascismo italiano entroncan con la Primera Guerra Mundial y sus consecuencias. En la posguerra italiana coincidieron dos hechos que facilitaron la llegada de los fascistas:
- La crisis nacional: Debido a la difusión de un sentimiento de una Italia «vencida» entre los vencedores, ya que los tratados de paz no satisficieron las ambiciones del nacionalismo italiano.
- La crisis social: La inflación y el desempleo provocaron una gran conflictividad social, con una marea de huelgas y ocupaciones de tierras y fábricas por obreros agrícolas e industriales.
Estas circunstancias fueron aprovechadas por Benito Mussolini. Este fue miembro en su juventud del partido socialista, del que disintió en 1915 por defender el intervencionismo en la guerra frente a los imperios centrales. En 1919 fundó en Milán los «Fasci Italiani di Combattimento» («Camisas Negras»). En 1921 fundaría el Partido Fascista. El programa del partido se basaba en la superación del parlamentarismo y de la lucha de clases, a través de la integración de todos en un Estado totalitario regido incondicionalmente por el Duce.
El partido se movió entre el fracaso electoral y la agitación callejera violenta contra los movimientos sociales de izquierdas (socialistas y comunistas). Los patronos, la clase media e incluso el gobierno, apoyaron a los fascistas en lo que vieron un instrumento útil para frenar el movimiento obrero. Así lograron reventar la huelga general en agosto de 1922.
Mussolini accede al poder
La creciente fuerza del Partido Fascista y los apoyos de los grupos sociales poderosos impulsaron a Mussolini a tomar el poder. Esto se llevó a cabo en octubre de 1922 por medio de la Marcha sobre Roma (manifestación formada a partir de previas concentraciones en diferentes ciudades y cuyo objetivo era acceder directamente al poder).
La reacción del Gobierno fue de rechazo, pero el rey Víctor Manuel III apoyó a Mussolini, lo nombró primer ministro y le mandó formar gobierno.
Para refrendar su poder, Mussolini convocó elecciones generales en 1924, que ganó ampliamente, pero de forma fraudulenta al presionar por medio de la violencia a los partidos de oposición y alterar la ley electoral. El diputado socialista Matteotti fue secuestrado y asesinado al denunciar esta situación, y parte de los parlamentarios se retiraron, lo que permitió promulgar un paquete de decretos entre 1925 y 1928, las «Leyes Fascistísimas», que supusieron la transformación del Estado liberal en un Estado fascista con plenos poderes para Mussolini:
- Concentración de poderes ejecutivos y legislativos en la figura del Duce (dictadura).
- Supresión de cualquier cosa no fascista.
- Promulgación de la Ley de Corporaciones y la Carta del Lavoro (sustituían las relaciones directas entre empresario y trabajadores, lo que hacían en realidad era realizar reivindicaciones laborales).
- Creación del Gran Consejo del Fascismo, presidido por Mussolini y encargado de proponer al rey el candidato a la Presidencia de Gobierno.
- El Pacto de Letrán en 1929 con el Vaticano, por el que se regulaban las relaciones entre el Estado italiano y la Santa Sede.
- En el ámbito ideológico: Se centraron en la mitificación del Duce a través de los libros escolares, las organizaciones juveniles paramilitares o grandes concentraciones de masas.
Como contrapartida a la supresión de libertades, el Estado fascista acometió una serie de reformas económicas siguiendo un modelo autárquico y cuyo objetivo era conseguir la salida de la crisis y el pleno empleo. Para ello llevó a cabo una política de grandes obras: repoblación forestal, construcción de autopistas y ferrocarriles…, aunque estas no siempre dieron los resultados apetecidos.
Las líneas de la política exterior italiana durante el régimen fascista se concretaron en el apoyo financiero y militar al bando franquista durante la Guerra Civil Española; el acuerdo de colaboración con Hitler en 1936, y en la expansión imperialista en Abisinia en 1935 y Albania en 1939. Esta política tendría como resultado la Segunda Guerra Mundial.
A finales de los años treinta, la dictadura fascista estaba firmemente asentada, y la política internacional de Mussolini era aceptada por muchos países, pero Italia seguía siendo un país muy atrasado. Estas limitaciones quedarían al descubierto con la entrada de Italia en la Segunda Guerra Mundial.
La Alemania Nazi
Hitler y el NSDAP
El final de la Guerra había supuesto para Alemania una verdadera convulsión política: derrota del viejo sistema imperial, intentos de revolución social protagonizados por el movimiento espartaquista en 1919, implantación de una débil república parlamentaria de corte liberal (la República de Weimar). Alemania era el país más afectado por la crisis económica de posguerra, agravada por la cuestión de las reparaciones de guerra, que eran consideradas por una mayoría de alemanes como una humillación.
En 1919, Hitler se afilió al Partido de los Trabajadores Alemanes, heredero de las teorías pangermanísticas del siglo XIX. Un año después fue rebautizado como Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP), conocido como Partido Nazi. Hitler era el jefe de propaganda del partido y a quien se debía su programa ideológico (mezcla de medidas sociales y reivindicaciones):
- Revisión de los términos del Tratado de Versalles (no lo aceptaban).
- Constitución de la Gran Alemania (pangermanismo).
- Antisemitismo (en contra de los judíos).
- Rearme y militarización del pueblo alemán.
- Limitación de la libertad de prensa y arte.
- Refuerzo del gobierno central, eliminación de la autonomía de los Länder.
- Nacionalización de la industria (industria controlada por el Estado).
- Favorecimiento de la clase media y los pequeños comerciantes.
- Ampliación de las pensiones.
Durante la década de los veinte, el Partido Nazi obtuvo un escaso apoyo electoral, pero fue un período muy importante por varios motivos:
- Se formó su núcleo dirigente.
- Hitler logró establecer un dominio absoluto sobre el partido, convirtiéndose en su líder carismático: el Führer.
- Se constituyó el brazo paramilitar del partido: las Secciones de Asalto (SA), que tenían a su cargo la práctica de la violencia contra los movimientos de izquierda y los judíos.
- Se crearon organizaciones juveniles como la Juventud Hitleriana.
En 1923, Hitler aprovechó la coyuntura política de la crisis del Ruhr para intentar acceder al poder por medio de un golpe de Estado (el Putsch de Múnich) que fracasó. Los principales líderes del partido fueron encarcelados y Hitler aprovechó este período para escribir el Mein Kampf (Mi Lucha), documento que inspiraría el movimiento nazi posterior:
- Rechazo de la democracia.
- Anticomunismo.
- Desigualdad entre los hombres: Superioridad de la raza aria y odio a los judíos.
- Belicismo y expansionismo territorial: El pueblo alemán tenía que defender su espacio vital.
El ascenso al poder
El fracaso del golpe de Estado de Múnich llevó a Hitler a un cambio de estrategia, utilizando la vía democrática como medio para acceder al poder. El ascenso del partido de Hitler no se produjo hasta las elecciones de 1930, en las que alcanzó una cuota del 18% del electorado, convirtiéndose en la segunda fuerza del parlamento alemán (el Reichstag). A partir de aquí, el aumento del apoyo electoral fue constante hasta las últimas elecciones celebradas en marzo de 1933.
Este éxito del Partido Nazi se explica por varias razones. La Gran Depresión de la década de 1930 tuvo efectos desastrosos sobre Alemania, donde el nivel de desempleo creció hasta cerca de siete millones de parados en 1932. También los efectos de la hiperinflación, con el consiguiente empobrecimiento de la clase media tradicional, así como la política de austeridad para combatir la crisis, que empobreció a la clase obrera. Además, las instituciones políticas de la República de Weimar no se hallaban consolidadas ni gozaban de la lealtad de todos los partidos.
En la llegada de Hitler a la cancillería se combinaron los medios legales, es decir, las elecciones, junto con una gran labor propagandística a través de grandes concentraciones militares, y las acciones violentas de sus fuerzas paramilitares contra sus contrincantes, especialmente contra el movimiento obrero. A ello se sumó una serie de intrigas políticas en las que participaron activamente sectores del ejército y magnates de las finanzas, como Krupp, Thyssen o F. von Papen. El 30 de enero de 1933, el presidente de la República Hindenburg nombró canciller (jefe de Gobierno) a Hitler.
El Régimen Nazi
Una vez conquistado el poder, Hitler y su gobierno pusieron rápidamente en práctica los principios ideológicos del partido. En pocos meses pasó de ser jefe de gobierno constitucional a dictador: eliminó a sus enemigos políticos, impuso el partido único (el NSDAP), suprimió los sindicatos, eliminó el Reichstag por medio de un incendio que atribuyó a los comunistas, también disolvió el Reichsrat (cámara representativa de los diferentes Estados alemanes o Länder) y proclamó el III Reich.
Tras la muerte de Hindenburg, Hitler acumuló los cargos de canciller y presidente de la República (1934), que le fueron confirmados en un plebiscito por abrumadora mayoría. Esta situación le permitió exigir un juramento de fidelidad personal por parte del ejército, aunque este le exigió la desaparición de las fuerzas paramilitares del partido. En la llamada «Noche de los Cuchillos Largos» (30 de junio de 1934), los principales dirigentes de las SA fueron asesinados. Toda disidencia dentro del partido quedaba así eliminada.
Pero el gran cambio efectuado por el Partido Nazi desde el poder se reflejó en la penetración social de las nuevas ideas. La divulgación propagandística de los logros del régimen tenía el objetivo de crear un estrecho vínculo entre pueblo y líder, lo que garantizaba no solo la eliminación de la oposición, sino el compromiso activo de toda la población con la política nazi. Allí donde no era suficiente la persuasión ideológica se empleaba una política de terror, a través de las SS (policía militarizada del partido) y la Gestapo (policía secreta del Estado), dirigidas por Himmler y cuya misión era eliminar a los disidentes o enviarlos a los campos de concentración, que se construyeron a partir de 1933.
El antisemitismo, una de las bases de la ideología nazi, se plasmó de inmediato en la persecución de los judíos, a los que se acusaba de forma irracional de ser los responsables de los males de Alemania. Se declaró el boicot a sus almacenes y fueron excluidos de la Administración y las universidades. Las Leyes de Núremberg de 1935 prohibieron los matrimonios entre arios y judíos; estos últimos ya habían sido desposeídos de la nacionalidad alemana. La represión y persecución de estos se agudizó en 1938, en la conocida «Noche de los Cristales Rotos», donde fueron quemadas sinagogas y detenidos miles de judíos. En 1939, miles de judíos huyeron de Alemania, entre ellos científicos como Einstein y escritores como Thomas Mann. Los que se quedaron fueron víctimas del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial.
Las dos grandes áreas de gobierno a las que los nazis prestaron especial atención fueron la política económica y las relaciones exteriores:
- La economía alemana se caracterizó por sus objetivos de autarquía económica y de fortalecimiento de la industria bélica. Para ello se apoyó en la industria pesada y química. La política de obras públicas y la introducción del servicio militar obligatorio ayudaron a eliminar el paro. Pero realmente los grandes beneficiarios fueron la gran industria y la banca, que aceptaron el dirigismo económico a cambio de grandes contratos con el Estado y el sometimiento de la clase trabajadora. En la práctica, la economía alemana estuvo dedicada entre 1933 y 1939 a la preparación de la guerra.
- El objetivo de la política exterior fue la revisión de los acuerdos del Tratado de Versalles y la aplicación de las ideas de pangermanismo, es decir, la unión de todos los alemanes en un solo Estado. Hitler abandonó la Sociedad de Naciones, ocupó las zonas desmilitarizadas de Renania y anexionó Austria y Checoslovaquia, zonas con un importante número de población germánica. Inevitablemente, esta política agresiva en Europa Central desembocaría en la Segunda Guerra Mundial, que estallaría con la invasión del corredor de Danzig en Polonia.
El Fascismo en Otros Países
A partir de los ejemplos italiano y alemán, se desarrollaron por toda Europa organizaciones y regímenes políticos dictatoriales que asimilaron más o menos elementos ideológicos del fascismo:
- Rumanía: La organización Guardia de Hierro, que llegó a tener una importante representación parlamentaria.
- Yugoslavia: Los «Ustacha» croatas, con financiación italiana y antiserbios.
- Bulgaria: La dictadura militar filofascista del monarca Boris III.
- Austria: El grupo Milicias Nacionales llegó incluso a formar coalición de gobierno con los socialcristianos.
- Grecia: La dictadura militar de Metaxas (1941).
- Portugal: La dictadura militar liderada por Salazar implantada en los años veinte fue adquiriendo con el tiempo rasgos del fascismo.
- España: La dictadura de Primo de Rivera durante los años veinte sería un caldo de cultivo para las primeras organizaciones fascistas (Partido Nacionalista Español, La Conquista del Estado…). Estos grupos, sin embargo, supusieron el germen de otros más influyentes: las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, creadas por Ramiro de Ledesma, y Falange Española, que se fundirían en Falange Española de las JONS bajo el liderazgo de José Antonio Primo de Rivera en 1934. Falange era un grupo pequeño sumado al alzamiento militar contra la República, pero la prolongación del conflicto lo convertiría en la fuerza política más relevante de la España Nacional, fundida con los sectores tradicionalistas, y rebautizada como Falange Española Tradicionalista y de las JONS (1937). Tras la guerra se convirtió en el partido único del nuevo régimen, pero perdiendo parte de su ideario fascista a favor del personalismo de Franco.
Tampoco los pocos regímenes liberales democráticos que quedaron en Europa se libraron de desarrollar en su interior movimientos fascistas, aunque con escasa incidencia social y política. Así encontramos en Francia grupos como Acción Francesa o La Cruz de Fe; este último sería colaboracionista de la Francia de Vichy. El fascismo británico giró en torno a la figura de Oswald Mosley, fundador de la British Union of Fascists, aunque solo tuvo un papel testimonial dentro de la nación con más tradición liberal.
El Imperialismo Japonés en Asia
Japón surgió como una gran potencia tras la Revolución Meiji, y al igual que las potencias occidentales, practicó una política de expansión imperialista en Asia. Esta política expansionista se acentuó ante los efectos de la crisis económica en la década de 1930. Japón se planteó disponer de un «espacio vital» propio que le permitiera el dominio de toda Asia oriental, con el fin de extraer materias primas y exportar productos. Para conseguir este objetivo, el gobierno autoritario japonés desarrolló una poderosa industria armamentística y se acercó a la Alemania Nazi y a la Italia Fascista, firmando el Pacto Antikomintern al considerar a la URSS como su principal enemigo en la zona.
La invasión de la región de Manchuria, en China, fue el primer acto del nuevo rumbo expansionista japonés y significó la formación del Estado satélite, Manchukuo, en 1932. La condena de la Sociedad de Naciones no sirvió para nada, y en 1937, tras haber formado una gran fuerza naval, invadió el norte de China. Su objetivo de formar este gran imperio se vería favorecido por el inicio en 1939 de la guerra en Europa. La debilidad de Gran Bretaña y Francia para mantener el control de sus imperios coloniales asiáticos fue aprovechada por Japón para invadir Indochina, Birmania y múltiples islas del Pacífico. La única potencia capaz de oponerse a esta expansión sería Estados Unidos.