Guerra Civil Española (1936-1939): Orígenes y Estallido
La conspiración militar que desembocó en la Guerra Civil Española se gestó tras la victoria del Frente Popular en las elecciones de 1936. El golpe de Estado de julio de 1936 fue orquestado por un grupo de militares descontentos, inicialmente liderados por el general Emilio Mola, a quien más tarde se unió el general Francisco Franco. Los sublevados preveían un golpe de Estado breve, no una guerra civil prolongada, ya que no esperaban tanta resistencia por parte de las, a su juicio, débiles instituciones republicanas. Por su parte, los republicanos no lograron articular medidas efectivas para prevenir el inminente conflicto.
Desarrollo de la Guerra Civil Española
La Guerra de Columnas y la Marcha hacia Madrid (Julio-Noviembre 1936)
En esta fase inicial, participaron diversas columnas militares de ambos bandos: el ejército regular por parte de los sublevados y las milicias populares por parte de la República. Estas últimas contaron con el respaldo de figuras como Enrique Líster, Buenaventura Durruti, José Miaja y Vicente Rojo. Durante este periodo, el Gobierno central y la Generalitat de Cataluña perdieron el control del orden público y la iniciativa militar. El objetivo principal de los sublevados era la toma de Madrid. Las columnas del norte, dirigidas por Mola, avanzaron hacia el Sistema Central, mientras que Franco progresó desde el frente sur, atravesando Extremadura y tomando Toledo. En el frente norte, se llevó a cabo la toma de Irún por su estratégica posición, y más tarde, San Sebastián se rindió ante el avance de los sublevados.
La Batalla de Madrid (Noviembre 1936-Marzo 1937)
El conflicto se transformó en una guerra de desgaste debido a la inesperada y feroz resistencia de Madrid, que fue intensamente bombardeada y asediada. El Gobierno republicano se trasladó a Valencia, anticipando una pronta caída de la capital. A partir de entonces, la defensa de Madrid fue dirigida por una Junta de Defensa, en la que destacaron Miaja y Rojo. Esta junta recibió armamento soviético y un crucial apoyo extranjero de los voluntarios de las Brigadas Internacionales. Los republicanos lograron rechazar el primer ataque frontal en el oeste, donde lamentablemente falleció Durruti. Franco intentó entonces rodear Madrid, lo que provocó las cruentas batallas de la carretera de La Coruña, del Jarama y de Guadalajara. En el frente sur, Málaga fue tomada en febrero de 1937.
Campaña del Norte y Ofensivas Republicanas (Marzo 1937-Marzo 1938)
Franco cambió de estrategia y atacó el frente norte, aprovechando la escasa coordinación entre el Gobierno vasco y el republicano. Durante esta campaña, se produjo el trágico bombardeo de Guernica, y se tomaron sucesivamente Bilbao, Santander y Asturias. Para intentar detener la ofensiva en el norte, los republicanos lanzaron operaciones militares sin el resultado esperado, como las batallas de Brunete, Belchite y Teruel.
La Batalla del Ebro y la Conquista de Cataluña (Marzo 1938-Febrero 1939)
Franco modificó nuevamente su estrategia: en lugar de avanzar hacia Madrid, atacó Aragón con el fin de alcanzar el Mediterráneo y dividir la zona republicana. En abril de 1938, los sublevados lograron su objetivo a la altura de Vinaroz. El ejército republicano, en un intento desesperado, lanzó una gran ofensiva y logró cruzar el Ebro, dando lugar a la Batalla del Ebro en 1938. Sus objetivos eran:
- Reducir la presión sobre Valencia.
- Unir de nuevo las zonas republicanas.
- Alargar la guerra a la espera de un conflicto internacional.
Tras la Batalla del Ebro, se llevó a cabo la conquista de Cataluña, cayendo Barcelona en febrero de 1939, lo que obligó al Gobierno republicano a trasladarse a Francia.
El Fin de la Guerra (Febrero-Abril 1939)
Los últimos episodios de la Guerra Civil se desarrollaron en este periodo. Mientras el presidente Juan Negrín y el PCE (Partido Comunista de España) abogaban por resistir hasta el final, el coronel Segismundo Casado y el general Miaja eran partidarios de una salida negociada al conflicto. Esta divergencia condujo a un golpe de Estado en marzo de 1939, liderado por Casado, con el objetivo de poner fin a una guerra que consideraba sin sentido. Este golpe provocó una breve guerra civil interna dentro del bando republicano, de la que salieron triunfantes Casado y sus seguidores. Además, se había creado un Comité de No Intervención para evitar la participación de otros países en el conflicto español, y se prohibió la exportación de armamento a España, lo que acentuó las diferencias de recursos entre ambos bandos. Finalmente, Casado decidió entregar a Franco toda la zona que aún estaba en manos de los republicanos, marcando el fin de la contienda.
Evolución Política de la Segunda República durante la Guerra
El Poder Legal Republicano y la Revolución Espontánea
Tras el golpe de Estado, el presidente del Gobierno, Santiago Casares Quiroga, dimitió. Diego Martínez Barrio intentó llegar a un compromiso con Mola para detener la guerra, pero este se negó. El gobierno, presidido por José Giral, tomó la decisión de armar a los milicianos. Se inició entonces una revolución espontánea, liderada por la UGT (Unión General de Trabajadores) y la CNT (Confederación Nacional del Trabajo), que creó organismos propios que funcionaban con total independencia del gobierno. Esta revolución se acompañó de una represión indiscriminada contra simpatizantes o sospechosos de colaborar con los rebeldes, como la ejercida en Paracuellos del Jarama. El gobierno se vio impotente para detener estas acciones. Los sindicatos llevaron a cabo:
- Incautaciones y colectivizaciones de propiedades privadas.
- Colectivizaciones de bienes del clero.
El Gobierno de Coalición de Largo Caballero (Septiembre 1936-Mayo 1937)
Se formó un gobierno de coalición dirigido por Francisco Largo Caballero, integrado por representantes de partidos republicanos moderados, Esquerra Republicana de Catalunya, el PNV (Partido Nacionalista Vasco), el PSOE (Partido Socialista Obrero Español), la UGT, la CNT y el gobierno de la Generalitat de Cataluña. Este gobierno adoptó las siguientes medidas:
- Legalizar las incautaciones realizadas por campesinos.
- Integrar las milicias en el ejército regular.
- Instituir tribunales populares de justicia.
Al trasladarse el gobierno a Valencia, la Junta de Defensa de Madrid, ya mencionada, desempeñó un papel crucial en la resistencia de la capital. En el seno del gobierno de Largo Caballero se produjeron importantes rivalidades políticas. Los enfrentamientos internos estallaron en mayo de 1937 por la lucha por el control de los servicios públicos de Barcelona, lo que llevó a la dimisión de Largo Caballero y la disolución de su gobierno. Esto supuso un triunfo de los partidos republicanos, que formaron un nuevo gobierno presidido por Negrín entre mayo de 1937 y febrero de 1939. El general Casado, por su parte, llevó a cabo una conspiración militar, habiendo entablado conversaciones y contactos con Franco, lo que culminó en el golpe de Estado de marzo de 1939. Negrín y sus fieles tuvieron que huir, lo que supuso la rendición sin lucha de la zona republicana.
Evolución Política en la Zona Sublevada
Los sublevados no buscaban una guerra tan larga, sino derrocar al gobierno republicano, pero la resistencia de Madrid alargó el conflicto. Al comienzo de la guerra, entre julio y septiembre de 1936, hubo una organización provisional administrada por la Junta de Defensa Nacional de Burgos. Franco fue elegido para asumir el mando militar y político, con los títulos de Generalísimo y Jefe del Gobierno del Estado Español, entre septiembre y noviembre de 1936. La Iglesia Católica, por su parte, apoyó la sublevación, lo que contribuyó a consolidar la figura de Franco como Caudillo de España. Entre noviembre de 1936 y abril de 1937, se llevó a cabo la unificación de las fuerzas políticas que apoyaban a Franco en un movimiento por encima de los partidos tradicionales: la FET de las JONS (Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista). Tras ello, se configuró un nuevo Estado entre abril de 1937 y abril de 1939, formado por una amalgama política denominada Franquismo. Franco buscaba un control absoluto sobre todos los aspectos de la sociedad, incluyendo:
- La prensa.
- La educación.
- La religión, estableciendo el catolicismo como religión oficial.
- La negación del divorcio y la anulación de los divorcios que tuvieron lugar durante la Segunda República.
- La legalización de la pena de muerte.
Consecuencias de la Guerra Civil Española
La Guerra Civil Española dejó un legado devastador con profundas consecuencias:
- Grandes pérdidas demográficas: Además de los muertos en combate y los desaparecidos, se produjo un descenso significativo de la natalidad.
- Elevado número de exiliados: Miles de españoles se vieron obligados a abandonar el país.
- Dura represión: Más allá de los fusilados, hubo un gran número de presos en campos de concentración franquistas, condenados a trabajos forzados y personas que permanecieron escondidas por temor a represalias.
- Pérdidas económicas: Destrucción masiva de infraestructuras, edificios y mobiliario, sumado al enorme gasto en armamento y la implementación de cartillas de racionamiento.
- Hambre y epidemias: La escasez de alimentos y las precarias condiciones sanitarias provocaron brotes de enfermedades.
- Beneficiarios del conflicto: Los principales grupos beneficiados por el nuevo régimen fueron los terratenientes, la Iglesia y el ejército.