La Guerra de la Independencia y los Comienzos de la Revolución Liberal. Constitución de 1812
Los reinados de Carlos IV y Fernando VII marcan una etapa convulsa e inestable de la Historia de España. Supusieron la transición a la Edad Contemporánea, la crisis del modelo político, social y económico del Antiguo Régimen, y estuvieron profundamente marcados por el impacto de la Revolución Francesa.
Reinado de Carlos IV (1788-1808)
El reinado de Carlos IV transcurrió desde 1788 hasta 1808. Sucedió en el trono a su padre, Carlos III. El monarca era incapaz de ejercer cualquier política, por lo que el Gobierno fue dirigido por el Primer Ministro de turno. Este cargo lo ocuparon el conde de Floridablanca, el conde de Aranda y, con mucha más importancia, Manuel Godoy en 1792. Godoy hizo uso de su poder, pero al igual que los anteriores ministros, no cuestionaba el carácter absolutista de la monarquía.
Durante el reinado de Carlos IV, se produjo una crisis política causada por la indolencia del rey y por la división de la familia real entre el monarca y su heredero, el futuro Fernando VII, quien llevó a cabo varias conspiraciones contra su padre, siendo la primera la de El Escorial y la segunda, la de Aranjuez. Se produjo entonces el descrédito de la monarquía ante el pueblo.
Además de una crisis política y social, se produjo una crisis económica, causada por la situación de bancarrota y por la crisis de subsistencia. Los monarcas y la corte gastaban más de lo que ingresaban, y el precio de los productos básicos aumentó. Mientras, los piratas ingleses saqueaban la Flota de las Indias, poniendo en peligro a las colonias españolas en América.
Todo ello produjo el descontento de la población, que junto a los problemas de alimentación y el descrédito de la monarquía, generó la crisis social de la época.
Impacto de la Revolución Francesa
Con el estallido de la Revolución Francesa y los problemas internos, España inició una política contra Francia. Se llevó a cabo con el cierre de fronteras y la imposición de censura contra cualquier ideal revolucionario.
Tras la ejecución de Luis XVI en 1793, España declaró la guerra a Francia. La hostilidad entre Francia y España se localizó en los territorios catalán, navarro y vasco y se conoció como la Guerra de la Convención (1793-1795). España contó con ayuda del clero y obtuvo victorias hasta 1794, cuando el ejército francés ocupó Girona, Guipúzcoa y Navarra.
Tras la derrota, se firmó la Paz de Basilea en 1795, con lo que terminó la guerra y se inició una época de acuerdos entre España y Francia.
Uno de ellos fue el Tratado de San Ildefonso en 1796, por el que España y Francia se aliaron contra Inglaterra. Esta situación culminó con la Batalla de Trafalgar (1805), en la que España fue derrotada y su marina de Guerra hundida, lo que produjo la pérdida de contacto con las colonias americanas.
Otro Tratado de importancia fue el de Fontainebleau en 1807, por el que Francia (dirigida por Napoleón) acordaba repartir Portugal, aunque acabó por ocupar España con sus tropas, iniciando la Guerra de la Independencia (1808-1814).
El Motín de Aranjuez y las Abdicaciones de Bayona
Parte de la corte estaba en contra de que Godoy se rindiera ante Napoleón, por lo que los contrarios a Godoy instigaron un motín popular, el Motín de Aranjuez, en marzo de 1808, que se saldó con la ocupación violenta del palacete en el que residía Godoy.
Esto provocó la caída de Godoy y obligó a Carlos IV a abdicar en favor de Fernando VII con el beneplácito de Napoleón, lo que expuso la debilidad de la monarquía española, dependiente de Napoleón mientras las tropas francesas ocupaban la Península.
Reinado de José I (1808-1813)
Napoleón convocó a Carlos IV y Fernando VII en la ciudad fronteriza de Bayona, donde los forzó a abdicar a favor de su hermano José Bonaparte. El reinado de José I se proclamó a través de la promulgación de una Carta Otorgada, el Estatuto de Bayona, que se basaba en los principios del liberalismo. José Bonaparte contó con el apoyo de un grupo pequeño pero influyente de españoles, los llamados afrancesados.
Guerra de la Independencia (1808-1813)
El 2 de mayo se produjo un alzamiento popular en Madrid, ya que los sublevados no aceptaban al nuevo rey. Esta sublevación se extendió rápidamente a otras provincias españolas, hasta que el conflicto estalló en mayo de 1808, con el Levantamiento del 2 de mayo y la represión y el fusilamiento del 3 de mayo. Se inició entonces la Guerra de la Independencia.
La Guerra de la Independencia se caracteriza por ser:
- Una guerra de resistencia contra los franceses.
- Una guerra internacional (en el ámbito de las guerras contra Napoleón).
- Una guerra civil entre patriotas (partidarios de Fernando VII) y afrancesados (partidarios de José I).
- Una guerra total (ejército profesional contra el pueblo, que estaba mal preparado).
- Una guerra de guerrillas de los españoles contra el ejército francés (basada en emboscadas).
Fases de la Guerra
1ª Fase (1808 – Otoño)
Se produjo una vigorosa reacción popular. Los generales franceses establecieron un plan para acabar con la resistencia. El pueblo español se organizó para resistir al francés en el Asedio de Zaragoza y Gerona. Los españoles vencieron temporalmente al ejército francés en la Batalla de Bailén. Al frente del ejército español se encontraba el General Castaño, y tras la victoria, José I se vio obligado a abandonar Madrid.
2ª Fase (1808-1812)
Supuso el control francés del territorio. Durante esta fase, Napoleón vino al frente de *La Grande Armée*, y llevó a cabo la ocupación de España con una guerra de desgaste, excepto en Lisboa, Cádiz, Gibraltar y la mayor parte de las zonas rurales.
3ª Fase (1812-1813)
Napoleón tuvo que retirar a parte del ejército para enviarlo a Rusia. Con la colaboración del ejército británico, dirigido por el general Wellington, se inició la reconquista del territorio a partir de la ciudad de Lisboa. Se llevaron a cabo tres batallas victoriosas: la Batalla de Arapiles, la Batalla de Vitoria y la Batalla de San Marcial. El final de la Guerra se concretó con el Tratado de Valençay, entre Napoleón y Fernando VII, por el que se retiró el ejército francés y se reconoció a Fernando VII como monarca.
Consecuencias de la Guerra
Tras la Guerra, se exilió un gran número de personas, entre ellas los afrancesados. Las consecuencias materiales fueron devastadoras:
- Se arrasaron las cosechas y desapareció una gran parte de la ganadería.
- Se perdieron multitud de infraestructuras.
- Se quebró el comercio colonial con América.
- Se perdió el contacto con las colonias americanas, que adquirieron la Independencia a partir de 1810.
- Se produjo una crisis definitiva de las estructuras del Antiguo Régimen, aunque se intentaron restaurar con la vuelta de Fernando VII.
Cortes de Cádiz y Vertiente Política (1808-1814)
En 1808 había una situación de vacío de poder, debido al exilio de Fernando VII en Bayona, y a que los patriotas no reconocían a José I como rey.
Debido a ello, los españoles se organizaron en Juntas (locales, provinciales y la Junta Central Suprema) para dirigir asuntos públicos, combatir a los franceses y redactar una constitución en contra de la ocupación. La población se dividió en españoles patriotas y afrancesados. Las Juntas estaban formadas por españoles patriotas, que a su vez se dividían en:
- Liberales: Pretendían un régimen político basado en los principios de la Revolución Francesa.
- Absolutistas: Integrados por la nobleza, el clero y los Ilustrados, defendían el mantenimiento del Antiguo Régimen.
En 1809 la Junta Central Suprema hizo la convocatoria de las Cortes. No se convocaron por estamentos, sino por representantes de las Juntas, de forma clandestina y al frente de la cual estaba el político liberal Melchor Gaspar de Jovellanos. Posteriormente se disolvió la Junta Central Suprema y se formó un Consejo de Regencia para reinar en nombre del rey.
Características de las Cortes de Cádiz
- Se convocaron en Cádiz, ya que era una ciudad que no fue conquistada por las tropas francesas, era comercial, cosmopolita, burguesa y el centro comercial de España. La resistencia fue apoyada por la Armada Británica.
- Se reunieron en la Iglesia de San Felipe Neri en 1810.
- Muchos integrantes eran suplentes, personas con conocimientos de lectura y escritura (mayoritariamente bajo clero) que eran de la misma región de la persona que suplantaban.
- Todos eran patriotas, aunque tenían ideologías distintas (*absolutistas serviles*, *ilustrados o reformistas* y *liberales*). Se impuso la ideología liberal, ya que era un grupo compuesto por las clases medias urbanas como abogados y el bajo clero, más activo en las discusiones de las Cortes.
Labor Legislativa de las Cortes de Cádiz
El 24 de septiembre de 1810 tuvo lugar la primera reunión de las Cortes, que realizarían una obra legislativa muy amplia, comenzando por los Decretos. Los Decretos eran leyes puntuales que abolían el Antiguo Régimen y ponían las bases del Nuevo Régimen, basado en el liberalismo.
- (1810) Se permitió la libertad de imprenta, pensamiento y opinión, suprimiendo la censura para los escritos públicos.
- (1811) Fueron abolidos los señoríos jurisdiccionales, apareciendo así el concepto de igualdad ante la ley.
- (1813) Se suprimieron los gremios, que impedían la innovación e iniciativa económica, instaurando la libertad de comercio y producción.
- (1813) Se procedió a la incautación y subasta pública de tierras comunales, de órdenes militares y de los jesuitas.
- (1813) Fueron derogados los privilegios de la Mesta (institución ganadera medieval), reconociendo el derecho de los pueblos a acotar sus tierras comunales y el de los vecinos sobre sus propiedades.
- (1813) Fue abolida la Inquisición, que impedía el normal desarrollo de la libertad de pensamiento y de la ciencia.
La Constitución de 1812: ‘La Pepa’
Tras numerosos debates que se iniciaron en 1811, en el año 1812 se aprobó una Constitución inspirada en la Ilustración y el liberalismo, que defendía:
- La soberanía nacional (el poder emana del pueblo, la nación).
- La división de poderes (legislativo, ejecutivo, judicial).
- La igualdad ante la ley y los derechos y libertades individuales.
Apoyaba un sistema de gobierno de monarquía constitucional, con Fernando VII como rey de España.
En sus 384 artículos, agrupados en 10 títulos (o capítulos), se proclamaba que la función legisladora quedaba en manos de las Cortes, con una sola cámara, elegida por sufragio universal masculino mediante un complicado sistema indirecto. Organizaba el territorio en provincias y municipios.
Definía un Estado centralizado política y administrativamente, disponía de una fiscalidad común y un ejército (Milicia Nacional) formado por ciudadanos. Establecía la educación primaria y declaraba el Estado confesional, reconociendo únicamente el ejercicio de la religión católica (debido a la presencia de miembros eclesiásticos entre los diputados).
Vigencia de la Obra Legislativa
Esta Constitución y el resto de los decretos estuvieron en vigor hasta la llegada de Fernando VII en 1814, quien abolió esta obra legislativa y disolvió las Cortes. Posteriormente, tuvo dos periodos de vigencia:
- (1820-1823) Durante el Trienio Liberal, el rey Fernando VII se vio obligado a jurar la Constitución, debido a un levantamiento liberal (pronunciamiento de Riego). Sin embargo, con la llegada de la Santa Alianza, fue abolida.
- (1836-1837) Durante la regencia de María Cristina, por la minoría de edad de Isabel II.
A pesar de la escasa vigencia de la Constitución de 1812, fue un referente para todo el constitucionalismo español y para las constituciones de las colonias americanas, que se independizarían a partir de 1820.
Para concluir, derrotado el ejército francés y tras la firma del Tratado de Valençay en diciembre de 1813, el rey Fernando VII regresó a España y restauró el absolutismo aboliendo la Constitución, los Decretos y las Cortes de Cádiz.
Frente a una minoría liberal, la mayoría del pueblo español, la nobleza y el clero, mantenían su adhesión al absolutismo y al rey por el que habían luchado. Se inició una gran represión contra los liberales.
La lucha entre Antiguo y Nuevo Régimen (absolutismo y liberalismo) sería una característica y un tema recurrente en el reinado de Fernando VII y su hija Isabel II.
En 2012 se celebró el bicentenario de la Constitución de Cádiz.