1. El Contexto Internacional: La Restauración
En 1814, Europa, tras un largo periodo de agitaciones revolucionarias, creyó volver a la normalidad que los gobernantes que habían derrotado al emperador francés identificaban con el absolutismo. A ese periodo de supuesta vuelta del Antiguo Régimen se le conoce como la Restauración.
Los principios que inspiran este periodo son:
- El Equilibrio: Se produjo un importante reajuste de las fronteras europeas en el Congreso de Viena.
- La Legitimidad: Devolución de los diferentes tronos gobernados por Napoleón a sus legítimos propietarios, es decir, a las dinastías históricas destronadas por el emperador de Francia.
En este contexto internacional se produce la vuelta de Fernando VII, el Deseado, a España en marzo de 1814.
La Santa Alianza
Tres de las grandes potencias vencedoras de Napoleón (los imperios de Austria y Rusia y el reino de Prusia) establecieron un sistema de seguridad, cristalizado en la Santa Alianza. Por medio de esta, se comprometían a ayudarse entre sí y a cualquier otro monarca que se viera en peligro por una revolución liberal. Se trata de una alianza entre soberanos absolutos, en defensa del absolutismo y en contra del liberalismo.
2. El Regreso del Rey y la Reimplantación del Absolutismo (1814-1820)
Fernando VII vuelve a España. Aunque era esperado por buena parte de los diputados de Cádiz y por la burguesía partidaria del régimen liberal implantado allí como un rey constitucional, no es menos cierto que otra parte de diputados gaditanos y la mayor parte del pueblo lo reclamaban como soberano absoluto.
Su actitud inicial fue un tanto ambigua, pero muy rápidamente se decantó por considerarse a sí mismo como un rey absoluto con plenitud de poderes.
El Manifiesto de los Persas y la Nulidad de Cádiz
Durante su viaje de vuelta a Madrid, estando en Valencia, se publicó el Manifiesto de los Persas, en el que 65 diputados en Cádiz solicitaban al rey que volviera al absolutismo. Este grupo, que forma parte de los llamados “serviles”, era contrario al liberalismo e incluso al reformismo ilustrado del siglo XVIII (al que consideraban demasiado francés), y deseaban orientar a España hacia la tradición política de la época de los Austrias.
Poco más necesitaba Fernando VII para, en mayo de 1814, publicar un manifiesto en el que proclama la nulidad absoluta de todos los actos y decisiones de las Cortes de Cádiz.
La Restauración del Antiguo Régimen y la Represión
A lo largo de los siguientes años, Fernando VII desencadenó una feroz represión contra los elementos liberales responsables de la Constitución. El resultado fue la cárcel, el exilio, la clandestinidad o la expulsión de la administración.
En definitiva, el rey dio los pasos necesarios para la restauración del Antiguo Régimen:
- Volvieron a aparecer los privilegios de la nobleza en un intento de vuelta a la sociedad estamental.
- Se restauró la Inquisición y los gremios.
- Se anuló la libertad de prensa.
- Se proyectó la reaparición de los señoríos jurisdiccionales, aunque no se llegó a dar el paso.
La Oposición Liberal y los Pronunciamientos
Al margen de la persecución a la que se vio sometida, la oposición al régimen pronto empezó a organizar conspiraciones antiabsolutistas. Los liberales actuaron en la clandestinidad, creándose una serie de sociedades secretas. Pronto llegaron los primeros pronunciamientos:
- 1814: Dirigido por Espoz y Mina.
- 1815: Juan Díaz de Porlier.
- (Fecha no especificada): Protagonizado por la sociedad secreta “El Triángulo”, con el proyecto de secuestrar al rey.
- 1817: Milans del Bosch.
- 1818: Pronunciamiento en Andalucía.
- 1819: Pronunciamiento en Valencia.
Todos ellos fracasaron, hasta que en 1820 triunfó el del comandante Rafael de Riego.
3. La Revolución Liberal de 1820: El Trienio Liberal
En los últimos días del año 1819, un contingente militar se encontraba acantonado en diversas zonas de Andalucía a la espera de embarcar rumbo a América para sofocar las sublevaciones independentistas que allí se estaban produciendo.
Las noticias que traían los pocos que regresaban de expediciones anteriores eran poco halagüeñas y daban pocas esperanzas de volver a casa, lo que aumentó el alto grado de malestar de los soldados. Si a ello unimos que los mandos intermedios estaban indignados por los privilegios que habían sido concedidos a los militares procedentes de la nobleza, tenemos un completo panorama de descontento en esas tropas.
