La Revolución Francesa y el Imperio Napoleónico: El Amanecer de la Historia Contemporánea

La Revolución Francesa es considerada el inicio de una nueva etapa histórica: la Historia Contemporánea.

Orígenes de la Revolución Francesa

En Francia, a mediados del siglo XVIII, la realidad económica y política no satisfacía las necesidades de una población en crecimiento. Esta situación se agravó debido a la Guerra de los Siete Años (1756-1763) contra Gran Bretaña. El colapso financiero hizo que sucesivos ministros de Hacienda del rey Luis XVI llegaran a la misma conclusión: los estamentos privilegiados debían pagar impuestos.

Desarrollo de la Revolución

La Revuelta de los Privilegiados

Los nobles y el clero protestaron y pidieron la celebración de los Estados Generales, única institución que, según ellos, tenía la potestad de establecer nuevos impuestos y que no se reunía desde 1614.

Los Estados Generales (agosto de 1788 – julio de 1789)

En el periodo comprendido entre la convocatoria y la inauguración de los Estados Generales, cada estamento eligió a sus representantes y elaboró sus cuadernos de quejas.

Los Estados Generales se inauguraron en Versalles el 5 de mayo de 1789. El Tercer Estado (o estado llano) planteó reuniones conjuntas y el voto individual. Al no alcanzarse acuerdos, sus representantes optaron por constituirse en Asamblea Nacional y, junto con algunos privilegiados, realizaron el Juramento del Juego de Pelota.

En París, la falta de pan y los rumores de disolución de la Asamblea provocaron motines. En su transcurso, el 14 de julio de 1789 se produjo el asalto a la Bastilla.

La Asamblea Constituyente (julio de 1789 – septiembre de 1791)

Las actividades de la Asamblea Nacional Constituyente establecieron nuevas bases políticas:

  • Aplicación de medidas reformistas: abolición de privilegios, elaboración de la Constitución Civil del Clero y emisión de asignados.
  • Aprobación de la Constitución de 1791: incorporó como preámbulo la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y estableció la división de poderes.
  • Establecimiento del sufragio censitario e indirecto.

La Constitución de 1791 recibió el rechazo de numerosos clérigos, conocidos como refractarios.

La Asamblea Legislativa (octubre de 1791 – agosto de 1792)

Aprobada la Constitución en septiembre de 1791, la Asamblea Constituyente fue disuelta y se celebraron elecciones a la Asamblea Legislativa.

La Asamblea declaró la guerra a Austria y, en apoyo de los austriacos, el ejército prusiano llegó cerca de París. Finalmente, el 10 de agosto de 1792, la insurrección popular de los sans-culottes forzó la destitución y encarcelamiento de Luis XVI.

Caída la monarquía, se proclamó la república y se convocaron elecciones a una nueva asamblea, la Convención.

La Convención Nacional (septiembre de 1792 – octubre de 1795)

La Convención se inició con el triunfo militar de las tropas republicanas sobre los prusianos en Valmy, lo que alejó el frente bélico de París. Los Jacobinos se sentaban en los bancos más elevados de la Asamblea y estaban dirigidos por Maximilien Robespierre.

Se juzgó y condenó a muerte a Luis XVI, quien sería guillotinado el 21 de enero de 1793.

Con Robespierre como hombre fuerte, se crearon los Comités de Salud Pública y de Seguridad Nacional, que pusieron en práctica medidas radicales:

  • Se crearon tribunales especiales para eliminar a la oposición, lo que desencadenó la etapa del Terror.
  • Se amplió el ejército revolucionario con reclutamientos masivos y se creó un cuerpo de oficiales propensos al régimen.
  • Se impuso la Ley del Maximum, que fijaba un tope para el precio de los productos básicos y para los salarios con el fin de contener la inflación.
  • Se introdujeron medidas antirreligiosas y se implantó el calendario republicano francés.
  • Se preparó la Constitución de 1793, que recogía la soberanía popular y el sufragio universal masculino, pero no llegó a entrar en vigor.

El 27 de julio de 1794, se produjo un golpe de Estado. Robespierre y sus seguidores fueron condenados a muerte y ejecutados.

El Directorio (octubre de 1795 – noviembre de 1799)

Un gobierno moderado elaboró la Constitución de 1795. Se basó en la soberanía nacional y en la separación de poderes, estableció el sufragio censitario, dividió el poder legislativo en dos cámaras e hizo recaer el poder ejecutivo en un Directorio de 5 miembros.

El Directorio se enfrentó a continuas amenazas exteriores y a insurrecciones e intentos de golpes de Estado. Uno de ellos fue la Conjura de los Iguales, que pretendía la igualdad social.

El 9 de noviembre de 1799, Napoleón dio el golpe de Estado del 18 de Brumario y acabó con el Directorio.

El Consulado (noviembre de 1799 – mayo de 1804)

La Constitución de 1799 estableció un gobierno de tres cónsules o Consulado. Los poderes ejecutivo y legislativo recaían en el primer cónsul. Napoleón, designado para dicho cargo, estableció un régimen personalista.

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