La Segunda República Española: Del Bienio Radical-Cedista a la Guerra Civil

LA SEGUNDA REPÚBLICA: EL BIENIO RADICAL-CEDISTA. LA REVOLUCIÓN DE 1934. LAS ELECCIONES DE 1936 Y EL FRENTE POPULAR

En 1933, el gobierno de Azaña se encontraba en una profunda crisis, cuestionado por la dura represión de los sucesos de Casas Viejas y criticado por amplios sectores socialistas. Azaña dimitió y el presidente de la República, Alcalá-Zamora, convocó elecciones. Éstas fueron especialmente significativas por ser las primeras en las que participaron las mujeres de toda España. Por otra parte, arrojaron un triunfo de las fuerzas de derecha. La CEDA fue el partido con más representación, seguido del Partido Radical de Lerroux. La unión del centro-derecha, junto a la división del centro-izquierda y la propaganda abstencionista del anarquismo, explican el resultado electoral. Alcalá-Zamora encargó la formación de gobierno a Lerroux, que contó con el apoyo parlamentario de la CEDA, aunque ésta no entró en el gobierno.

El nuevo gobierno inició un giro conservador paralizando la reforma agraria, revisando la política laboral a favor de la patronal, amnistiando a Sanjurjo y paralizando los procesos de autonomía en marcha. Se habló incluso de un proyecto de reforma constitucional que no se llevó a cabo.

Octubre de 1934: La Revolución y la Entrada de la CEDA en el Gobierno

En octubre de 1934, Lerroux decidió incluir en su gobierno a tres ministros de la CEDA. Entre ciertos sectores del PSOE se planteaba la idea de una insurrección popular contra la política contrarreformista del gobierno, a la que dio más fuerza la entrada de la CEDA en el gobierno. A esto se suma el contexto internacional, donde Hitler ya se había hecho con el poder en Alemania y en Austria se reprimía violentamente al movimiento obrero. Las organizaciones obreras creyeron que la entrada de la CEDA en el gobierno era un paso más en el avance del fascismo y el PSOE, con el apoyo del PCE y la CNT, convocó una huelga revolucionaria. Ésta tuvo un seguimiento desigual y fue rápidamente controlada por el gobierno. Sin embargo, en Asturias se llegó a proclamar la República Socialista y el gobierno tuvo que recurrir a la Legión para reprimir la insurrección. En Cataluña, la Generalitat, en manos de ERC, se había enfrentado al gobierno por la Ley sobre contratos que perjudicaba a los terratenientes y favorecía al campesino. Con la entrada de la CEDA en el gobierno, el presidente Companys proclamó el Estado Catalán y el gobierno respondió bombardeando la Generalitat y suspendiendo la autonomía catalana.

El gobierno desató una dura represión sobre los implicados en los hechos de octubre. Pero esto favoreció la unión de todas las fuerzas de centro-izquierda en una coalición electoral conocida como Frente Popular, que incluía incluso al PCE, pues la propia Internacional Comunista favoreció esta coalición para frenar el avance del fascismo. Cuando en 1935 Lerroux dimitió por el escándalo del estraperlo, Alcalá-Zamora convocó nuevas elecciones en las que triunfó el Frente Popular, mientras que el centro-derecha, que se presentó dividido, pasó a la oposición.

El Gobierno del Frente Popular y la Tensión Prebélica

Azaña formó un nuevo gobierno y se recuperaron y aceleraron las reformas del primer bienio: se amnistió a los represaliados de octubre, se retomaron los proyectos de autonomía y se aceleró la reforma agraria dando carácter legal a las ocupaciones de los jornaleros. Sectores de la oligarquía y el Ejército empezaron a pensar en un golpe militar para derribar al gobierno. La situación se complicó cuando se destituyó a Alcalá-Zamora de la presidencia y en su lugar se eligió a Azaña. Los sindicatos promovieron huelgas reivindicando mejoras laborales y crecieron los enfrentamientos callejeros entre militantes falangistas y obreros. La violencia verbal llegó a las Cortes en las discusiones entre diputados. En julio, fue asesinado el izquierdista teniente Castillo de la Guardia de Asalto. Como represalia, fue asesinado el diputado conservador Calvo-Sotelo, cuya muerte sería utilizada como pretexto para adelantar el golpe militar.

LA GUERRA CIVIL: LA SUBLEVACIÓN MILITAR Y EL ESTALLIDO DE LA GUERRA. EL DESARROLLO DEL CONFLICTO: ETAPAS Y EVOLUCIÓN DE LAS DOS ZONAS

Entre el 17 y el 18 de julio de 1936 estalló la sublevación militar contra el gobierno del Frente Popular que se venía preparando desde hacía meses. En realidad, el golpe militar fracasó y provocó la división de España en dos zonas:

  • España Nacional: Se extendía desde Galicia a Zaragoza, abarcando la Submeseta Norte y el alto valle del Ebro, y también abarcaba Canarias, el Marruecos español y zonas aisladas de Andalucía. Coincidía con la España conservadora o aquellas zonas donde no hubo resistencia a la sublevación o ésta fue controlada.
  • España Republicana: Se dividía en dos zonas: la Cornisa Cantábrica desde Gijón a San Sebastián, y casi toda la mitad sur y la España mediterránea. En esta zona, la lealtad de los militares al gobierno y la resistencia popular al golpe determinaron el fracaso de éste.

Desarrollo del Conflicto

Las primeras iniciativas las adoptó Franco al frente del ejército de África, que con ayuda alemana e italiana consiguió pasar sus tropas a la Península y desarrollar una rápida guerra de columnas que le aseguró el control de Andalucía occidental y la unión con la zona norte por Badajoz. Desde entonces, comenzó el rápido avance por el Tajo hacia Madrid, desviándose antes para liberar el Alcázar de Toledo. En Madrid encontró la primera resistencia republicana que le llevó a plantear maniobras de rodeo en el Jarama y Guadalajara. El fracaso de éstas en marzo de 1937 llevó a Franco a plantear una guerra larga y lanzó la ofensiva sobre la Cornisa Cantábrica, en la que será célebre el bombardeo de Guernica por la Legión Cóndor. El reconstruido Ejército Popular republicano intentó frenar el avance de Franco con las ofensivas de Brunete y Belchite, pero en octubre de 1937 Franco culminó el control de todo el norte. A comienzos de 1938, los republicanos lanzaron su exitosa ofensiva sobre Teruel, que fue reconquistada por los nacionales, los cuales prosiguieron hacia el Mediterráneo cortando nuevamente la zona republicana en dos. En el verano de 1938, los republicanos iniciaron la batalla del Ebro intentando unir Cataluña con la zona centro. Tras meses de combate, los nacionales reconquistaron las zonas perdidas y en enero de 1939 iniciaron sin resistencia la conquista de Cataluña. En la zona centro, una sublevación militar con el objetivo de negociar una rendición provocó la crisis final de la España republicana. Sin ninguna resistencia, los nacionales avanzaron por todos los frentes y el 1 de abril se dio por concluida la guerra.

Evolución Política en las Dos Zonas

España Republicana

En la zona republicana, la reacción popular al golpe militar originó la desarticulación del Estado republicano, formando las milicias populares e iniciando una auténtica revolución social, sobre todo en zonas de predominio anarquista, disolviendo el poder político en multitud de consejos y comités controlados por organizaciones obreras y dando lugar a acciones de violencia represiva.

Ante los fracasos militares, en septiembre Largo Caballero formó un gobierno de unidad con todas las fuerzas políticas leales a la República, que incluyó incluso a ministros de la CNT. El nuevo gobierno se trasladó a Valencia e intentó reorganizar el Estado suprimiendo comités y consejos. Pero se abrió una división entre quienes, como la CNT y el POUM, creían necesario hacer la revolución al tiempo que la guerra, y quienes, liderados por el PCE, creían necesario evitar acciones revolucionarias y centrarse en ganar la guerra. La división estalló en forma de enfrentamientos abiertos en Barcelona en mayo de 1937 entre anarquistas y fuerzas de la Generalitat dispuestas a arrebatar a la CNT el control de la Telefónica. La crisis provocó la dimisión de Largo Caballero y la formación de un nuevo gobierno por Negrín. Este asumió las tesis del PCE que se resumían en un fortalecimiento del Estado, la creación de un Ejército Popular con disciplina y mando único, el fin de las acciones revolucionarias y el control de los excesos represivos.

Pero el sufrimiento asociado a la duración de la guerra hizo que algunos sectores pensaran en una paz negociada, mientras Negrín y el PCE apostaban por una resistencia a ultranza. En 1939, tras la caída de Barcelona y la dimisión de Azaña, el coronel Casado se sublevó en Madrid contra Negrín, creó un Consejo Nacional y ofreció negociar con Franco. Éste sólo aceptó la rendición incondicional, los frentes se abandonaron y se puso fin a la guerra.

España Nacional

En la España Nacional, en los primeros días de la guerra se creó una Junta de Defensa Nacional presidida por Cabanellas, que en la práctica coordinaba la acción de los militares sublevados. Pero el 1 de octubre de 1936 se decidió unificar el mando militar y político designando a Franco jefe del Gobierno del Estado y Generalísimo de todos los ejércitos. Ante la falta de una ideología en que sustentar el nuevo Estado, en 1937 se decidió unificar falangistas y carlistas, las principales fuerzas políticas que apoyaron la sublevación, creando FET de las JONS como partido único del nuevo estado. Pero será el catolicismo el principal soporte ideológico del franquismo, con la adhesión de la Iglesia que legitimó la sublevación calificando a la guerra como Cruzada. Finalmente, en 1938 Franco formó su primer gobierno incluyendo a ministros de diferente procedencia como militares, carlistas, falangistas y monárquicos.

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