La Sociedad en la Revolución Industrial: Clases, Problemas y Movimientos Sociales

La Revolución Industrial trajo consigo profundas transformaciones económicas y sociales, redefiniendo las estructuras de poder y las condiciones de vida de la población. Este periodo fue testigo del surgimiento de nuevas clases sociales y de la aparición de problemáticas que impulsaron el desarrollo de importantes movimientos sociales y corrientes de pensamiento.

Clases Sociales Emergentes

El Proletariado

El proletariado se consolidó como el grupo social asalariado y, en gran medida, empobrecido. Carecía de cualquier forma de propiedad y, a menudo, no podía cubrir las necesidades familiares con un solo jornal.

La Burguesía

La burguesía, impulsada por las consecuencias de la industrialización y las mayores acumulaciones de capital fruto del desarrollo económico, se convirtió en la clase dominante. En su conjunto, la sociedad se hizo más abierta y dinámica, dando lugar a la moderna sociedad de clases o sociedad burguesa, cuyo protagonismo se sitúa entre 1815 y 1914.

La nueva sociedad no terminó con la alta nobleza, aunque la baja nobleza sí desapareció como tal. Los burgueses tendieron a vivir como aristócratas, a imitar sus gustos y a seguir sus preferencias. Los privilegios de la aristocracia se fueron aboliendo lentamente, y lo que terminó con su preponderancia fue el desarrollo de la riqueza mobiliaria frente a la propiedad inmobiliaria. El desarrollo de las sociedades por acciones creó otro tipo de enriquecimiento económico, mucho más rápido y significativo. A medida que transcurría el siglo XIX, esto fue relegando a los aristócratas a un segundo plano o los fusionó con la burguesía, por medio de enlaces matrimoniales y de empresas comunes.

La burguesía consiguió el poder económico y político a lo largo del siglo XIX, convirtiéndose en la clase dirigente de esta sociedad capitalista.

Contexto Industrial y Urbano

Cambios en el Entorno Urbano

Las ciudades experimentaron un crecimiento acelerado y, a veces, desordenado durante la Revolución Industrial. Aumentaron sus funciones y actividades, creando un mercado diversificado y con una demanda en aumento. En ellas aparecieron las fábricas y los barrios obreros, caracterizados por el hacinamiento. La burguesía y la nobleza vivieron en zonas diferenciadas, mientras que las mayores ciudades crecieron a finales del siglo XIX mediante ampliaciones planificadas (ensanches).

Formación del Proletariado Urbano

El desarrollo urbano tuvo lugar a partir de la Revolución Industrial, al trasladarse un gran número de la población rural a los centros urbanos en busca de trabajo en las fábricas. Esto generó necesidades de vivienda, hacinamiento en los barrios, problemas de infraestructura, aprovisionamiento y también problemas psicológicos.

Crecimiento de la Población Urbana

El progreso de la población en las ciudades se debió a varios factores:

  • El excedente de nacimientos sobre defunciones.
  • La emigración de campesinos desde las zonas rurales.
  • La inmigración extranjera, como la emigración italiana e irlandesa a Nueva York.

Problemas Sociales de la Revolución Industrial

La industrialización, si bien trajo progreso económico, generó una serie de graves problemas sociales para la clase trabajadora:

  • El obrero ya no era dueño de su trabajo.
  • Su labor era monótona y repetitiva.
  • Trabajaban en deplorables condiciones de higiene y seguridad.
  • Salarios bajos.
  • Horarios extenuantes de trabajo (ej. los obreros trabajaban hasta 16 horas diarias).
  • Falta de protección social y laboral.
  • Viviendas hacinadas en barrios casi sin infraestructura.
  • Mayor explotación de mujeres y niños.
  • Enfermedades industriales.
  • Incertidumbre laboral, amenazados por la falta de protección ante la enfermedad o el paro.

Obreros y Campesinos

Distinguimos entre los trabajos agrícolas (campesinado) y los industriales (obreros); ambos grupos conformaban el proletariado y, en conjunto, vivían en situación precaria. Los trabajadores del campo producían las bases de la alimentación, mientras que el proletariado industrial producía la riqueza manufacturada.

Primeras Medidas Protectoras

Ante esta situación, figuras como Sir Robert Peel impulsaron cambios. En la Cámara de los Comunes, en 1802, promovió la adopción de medidas protectoras para niños y mujeres, aunque estas fueron solo un inicio.

Cambios Sociales y el Movimiento Obrero

La sociedad se polarizó en ricos y pobres, dirigida por la burguesía capitalista. La formación del proletariado y el pensamiento socialista contribuyeron al nacimiento, en la segunda mitad del siglo XIX, de los partidos políticos obreros y a la aparición de los sindicatos, que, en su conjunto, desarrollaron el movimiento obrero.

La Cuestión Social y sus Soluciones Propuestas

Socialismo Utópico

El socialismo utópico fue una corriente idealista que se desarrolló en la primera mitad del siglo XIX. Sus pensadores idearon fórmulas para resolver el problema obrero a través de postulados muy difíciles de llevar a la práctica. Fueron calificados así por «Utopía», título de una célebre obra de Tomás Moro del siglo XVI, donde se describía una sociedad perfecta.

Socialismo Científico (Marxismo)

El socialismo científico, fundado en la segunda mitad del siglo XIX por Karl Marx y Friedrich Engels, expuso los fundamentos de una nueva doctrina, conocida hoy como marxismo.

Para Marx, los fenómenos sociales e históricos tienen como factor determinante la economía. Todos los valores culturales, todas las formas sociales y todas las expresiones religiosas dependen de las formas de producción. Para Marx, la historia de la sociedad ha sido la historia de la lucha de clases.

En el momento histórico que le tocó vivir a Marx, las dos clases antagónicas eran la burguesía (dueña de las grandes fábricas, bancos y empresas) y el proletariado, cuyas condiciones de vida y trabajo eran muy precarias. El sistema económico imperante solo había contribuido a aumentar la riqueza de la burguesía y la pobreza de los obreros, acentuando la desigualdad social.

La solución al problema obrero, según Marx, radica en que los trabajadores tomen conciencia de su situación y se unan para luchar contra la burguesía, a la cual hay que derribar, pues solo ha favorecido la libertad de producción para obtener ganancias, sin considerar las condiciones de trabajo y vida de sus trabajadores.

Con esto, el proletariado lograría establecer la llamada «dictadura del Proletariado», un periodo en el cual los obreros se harían dueños del poder político, estableciendo la propiedad estatal de los medios de producción para producir, no para obtener ganancias, sino para satisfacer las necesidades de las personas. Pasado este periodo de transición, se establecería una sociedad comunista: una sociedad sin clases sociales ni Estado, en la que no habría ninguna forma de explotación.

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