Introducción: El Protagonismo de España en la Transición Democrática
Solo durante la Guerra Civil española, España tuvo un gran protagonismo mundial. De haber otra ocasión, sería el momento de la Transición a la democracia. Existía un enorme peso muerto que dificultaba que la Transición se hiciera en paz y sin graves traumas sociales; sin embargo, el resultado fue positivo e inesperado. La relevancia del caso de España no tuvo mucha trascendencia internacional, pero ha servido como punto de referencia comparativo. Esa misma perspectiva permite integrar el caso de España en un fenómeno de carácter universal que pudiera denominarse como la difusión de la democracia.
Características Generales de la Transición Española
Haciendo un balance rápido de las condiciones de partida de la Transición, no se veía claro que esta fuera a salir bien, ya que el régimen franquista procedía de una dura Guerra Civil y la sociedad española tenía una mayor conflictividad social y regional. Sin embargo, el balance fue, en general, muy positivo. España experimentó durante el franquismo una transformación decisiva, convirtiéndose en 1975 en una potencia industrial entre las más desarrolladas. Si «la democracia es tanto más posible cuanto más igualitaria es la sociedad», la española lo era mucho más que en cualquier etapa anterior de su historia.
Otro rasgo característico es el papel jugado por la institución monárquica. Siempre el gran peligro de un proceso de transición democrática es la quiebra de la legitimidad en aquel momento en que se ha desvanecido la de la dictadura y todavía no ha aparecido la democracia. El papel de la monarquía fue: por un lado, la monarquía era el régimen deseado por Franco y Juan Carlos I su heredero; por otro lado, era representante de una legitimidad dinástica e inevitablemente su persona aparecía vinculada a la trayectoria de su padre en oposición al franquismo.
La Transición Política y la Consolidación Democrática
La Transición democrática es el proceso que permite a España pasar de un régimen autoritario a una democracia parlamentaria. A pesar de la necesidad de evolucionar, hubo fuertes resistencias dentro del régimen franquista. La Transición tuvo éxito porque integró en el objetivo común de la consolidación de la democracia a los partidarios de las reformas junto a los opositores del régimen. El 22 de noviembre de 1975, las Cortes proclamaron rey a Juan Carlos de Borbón y Borbón, quien cinco días más tarde recibía el testimonio de confianza de las democracias europeas en el acto de coronación. Se abrió una nueva etapa política.
Primer Gobierno de la Monarquía
Desde que el rey subió al trono, ya se sabía aproximadamente cómo iba a ser el cambio político. Consistía en realizarlo desde las Leyes Fundamentales del Reino; para ello, había que colocar en los puestos clave a las personas adecuadas, como Torcuato Fernández de Miranda, quien fue presidente de las Cortes y del Consejo del Reino, y era el encargado de proponer la terna para que el Jefe del Estado eligiese y nombrase al presidente del gobierno, según la Ley Orgánica del Estado. Este primer gobierno representó una mezcla de continuistas del franquismo, como Arias Navarro; aperturistas, como Manuel Fraga; e incluso falangistas, como Adolfo Suárez. En junio de 1976, Arias Navarro, desbordado por la realidad, presentaba su dimisión.
Segundo Gobierno de la Monarquía: Adolfo Suárez y la Reforma Política
Adolfo Suárez, pragmático y decidido a la vez, asumió la presidencia del nuevo gobierno con el compromiso de una reforma política. La Ley de Reforma Política significaba un cambio hacia un sistema parlamentario y constituyente nuevo a partir de las instituciones franquistas. Las Cortes franquistas aprobaron la ley y se autodisolvieron, en una actitud calificada de hara-kiri. Pero sirvió para disipar la última oposición al nuevo régimen. La ley fue sometida a referéndum el 15 de diciembre de 1976, donde fue aprobada. Cuando se suprimieron ciertos derechos y se aprobaron otros, las fuerzas políticas se consideraron preparadas para que en 1977 se celebraran las elecciones. Se empleó el sistema proporcional bajo la regla D’Hondt, que favorece a los partidos más fuertes.
Primer Gobierno de la UCD: Desafíos y Consolidación
Las elecciones de junio de 1977 dieron la mayoría a la UCD, encabezada por Adolfo Suárez, colocando al PSOE como principal oposición. Tuvo que afrontar ciertos problemas:
- Grave deterioro de la situación económica: Se redujo la inflación a costa de un aumento del paro y una reducción de salarios.
- Terrorismo: ETA incrementó sus atentados entre 1978 y 1980.
- Reivindicaciones autonómicas: Manuel Clavero Arévalo fue nombrado Ministro para las Regiones. Se crearon las Preautonomías; más adelante, se abrió la posibilidad de transferir servicios del Estado y de las diputaciones.
A todo esto se unió la necesidad de aprobar una Constitución.
La Constitución de 1978: Pilar de la Democracia Española
Su elaboración duró unos 15 meses y en su redacción definitiva se emplearon 400 horas de debates parlamentarios, entre las que se debatió la extensión del articulado, lográndose con dificultades una Constitución de consenso. El 6 de diciembre de 1978, el electorado refrendó la Constitución con el 87.9% de los votos. Finalmente, el rey la sancionó y fue publicada en el BOE.
Principios Básicos de la Constitución del 78
- Estado social y democrático de derecho.
- Libertad e igualdad.
- Pluralismo político.
- Soberanía popular: El poder reside en el pueblo.
- Monarquía parlamentaria: El rey reina pero no gobierna.
Declaración de Derechos en la Constitución Española
- Derechos y libertades personales: Son los que protegen al individuo.
- Derechos cívico-políticos o democráticos: Son los que permiten a los ciudadanos participar en la vida pública.
- Derechos sociales y económicos: Garantizan una vida digna a la población. El marco institucional del sistema económico aparece definido como la economía social de mercado.
Para la defensa de todos los derechos, se creó el Defensor del Pueblo y el recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.
Organización del Estado según la Constitución
- La Corona: El rey como Jefe de Estado debe realizar sus labores y resaltar su papel.
- Las Cortes Generales (Congreso y Senado): Representan al pueblo y elaboran las leyes, aprueban el presupuesto y controlan al ejecutivo.
- El Gobierno y la Administración del Estado (presidente, vicepresidente/s, ministros): Dirige la política, la administración civil y militar y ejerce la función ejecutiva y reglamentaria.
- Poder Judicial (jueces y magistrados): Administra la justicia.
- Tribunal Constitucional.
- Reforma Constitucional.
Organización Territorial del Estado: El Modelo Autonómico
Respecto a la organización territorial del Estado, ha sido el tema más discutido. Existían dos tipos de autonomía: plena o histórica y limitada; varias vías de acceso para llegar a ellas, así como las características necesarias para los estatutos de autonomía. La Transición concluyó con la aprobación de la Constitución, aunque quedaban algunos interrogantes que había que resolver.