Las Grandes Transformaciones del Siglo XVIII y XIX: Liberalismo y Nacionalismo

Introducción a las Revoluciones Burguesas

A finales del siglo XVIII tuvieron lugar profundas revoluciones en los ámbitos político, económico, social, científico y artístico. Se conocen como revoluciones burguesas al paso del Antiguo Régimen al mundo contemporáneo. La burguesía fue la principal beneficiada de estos procesos.

El Liberalismo: Pilares Fundamentales

El liberalismo se asienta sobre cuatro principios esenciales:

  • Soberanía nacional
  • Separación de poderes
  • Igualdad ante la ley
  • Derechos y libertades individuales

La Revolución Americana

Las causas de este doble proceso fueron el descontento de los colonos por razones políticas, ya que carecían de representantes en el Parlamento británico; económicas, por su dependencia comercial de Gran Bretaña; y territoriales, porque la ocupación de los extensos territorios situados al oeste de las colonias estaba reservada a los británicos.

La chispa que ocasionó la Revolución fue el intento de la monarquía británica de implantar nuevos impuestos. Los colonos se negaron por carecer de representantes en el Parlamento. En 1773, protestaron por el establecimiento de un impuesto sobre el té.

La independencia americana se logró con el apoyo francés y español.

La Revolución Francesa

Causas de la Revolución Francesa

  • Políticas e Ideológicas

    La Ilustración había dado las bases teóricas para acabar con el absolutismo, y la Revolución Americana había demostrado que estas ideas podían llevarse a cabo.

  • Sociales

    • Los nobles y el clero habían perdido poder como consecuencia del absolutismo real.
    • La burguesía carecía de influencia política y sus actividades económicas se veían obstaculizadas por el mercantilismo.
    • El campesinado se encontraba en su mayoría en situación de subsistencia y agobiado por el pago de impuestos.
    • Los grupos populares vivían en condiciones míseras.
  • Económicas

    Doble crisis económica: una de subsistencia debido a las malas cosechas de los años anteriores, y una crisis financiera motivada por el endeudamiento del Estado ante los elevados gastos militares y cortesanos.

Los Estados Generales (1789)

Los Estados Generales eran una institución con competencias para aprobar nuevos impuestos, integrada por los representantes de los tres estamentos. Llevaban sin convocarse desde 1614, es decir, 175 años, debido a que los monarcas no los convocaban.

En 1789, el Tercer Estado, representado por la burguesía, exigió deliberaciones conjuntas y el voto por cabeza. Al ser rechazada su petición, se trasladaron a la sala del Juego de Pelota, se proclamaron representantes de toda la Nación, constituyéndose en la Asamblea Nacional, y juraron no disolverse hasta haber aprobado una Constitución.

Fases de la Revolución Francesa

Asamblea Constituyente (1789-1791)

La Asamblea Nacional se transformó en Asamblea Constituyente. Temiendo que la Asamblea fuese disuelta por el ejército, el pueblo de París se amotinó y asaltó la fortaleza-prisión de la Bastilla el 14 de julio de 1789 para conseguir armas. Los disturbios se fueron extendiendo al campo y a otras ciudades.

Esta asamblea abolió el feudalismo, redactó la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano y elaboró la Constitución de 1791. Todo esto dio paso a un sistema político liberal.

Asamblea Legislativa (1791-1792)

El Poder Legislativo se enfrentó a la oposición de los nobles (que se exiliaron de Francia), a la del rey (que intentó huir en 1791 pero fue detenido), a los enfrentamientos políticos entre girondinos y jacobinos (estos últimos querían reformas más profundas y agitaban a los grupos populares, los sans-culottes), y a la guerra contra Austria y Prusia, que apoyaban a los contrarrevolucionarios.

La Convención (1792-1795)

La Convención, que concentró los tres poderes, abolió la monarquía, proclamó la República y decidió guillotinar a Luis XVI, originando así una guerra de las potencias absolutistas europeas contra Francia.

Robespierre, líder de los jacobinos, estableció la Ley de Sospechosos, promulgó una Constitución más democrática en 1793 (que establecía el sufragio universal masculino), adoptó medidas favorables para el pueblo y usó el terror y la guillotina contra cualquier opositor al sistema. Más tarde, fue expulsado y guillotinado por la propia Convención. El poder pasó a diputados de centro, que elaboraron la Constitución de 1795.

El Directorio y el Consulado (1795-1799)

El Poder Ejecutivo, tras la Constitución de 1795, pasó a ser desempeñado por el Directorio, compuesto por cinco miembros, que llevó a cabo campañas militares en Italia, Prusia, Austria y Egipto. En estas campañas destacó Napoleón Bonaparte, quien aprovechó su prestigio para dar un golpe de Estado y sustituir el Directorio por un Consulado. Napoleón fue nombrado Primer Cónsul.

Símbolos de la Revolución Francesa

  • La escarapela tricolor: Se formó en París una milicia que decidió lucir un signo distintivo, una divisa con los dos colores parisinos de entonces, el rojo y el azul.
  • El atuendo de los sans-culottes: Significa «sin calzones». Era un grupo muy heterogéneo del pueblo llano que llevaban pantalones amplios, largos y de rayas, y un gorro de color rojo.
  • Marianne: Es la figura alegórica de la República Francesa.

La Era Napoleónica (1799-1815)

Entre 1805 y 1810, Napoleón consiguió dominar gran parte de Europa Occidental tras una serie de campañas militares victoriosas (Austerlitz, Jena, Friedland y Ulm). En ellas, Napoleón se enfrentó y venció a las diversas coaliciones de países que se formaron contra él.

El fracaso de Napoleón se debió a la campaña contra Rusia en 1812 y la derrota en España en 1814. Una coalición de potencias europeas (Reino Unido, Austria, Rusia, Prusia) entró en París y desterró a Napoleón a la isla de Elba, restableciendo la monarquía en Francia en la persona de Luis XVIII. Napoleón logró escapar, pero fue derrotado definitivamente por los aliados en la batalla de Waterloo en 1815 y desterrado a la isla de Santa Elena, donde murió en 1821.

La Restauración y el Congreso de Viena

Con el objetivo de:

  • Restablecer el absolutismo: Los monarcas fueron restablecidos en su trono; se consideró que su legitimidad provenía de Dios y que la soberanía nacional era una usurpación.
  • Reconstrucción del mapa de Europa: Francia volvió a sus límites anteriores y las potencias vencedoras trazaron fronteras y se repartieron territorios de acuerdo con sus intereses.

La Santa Alianza, formada por Austria, Prusia y Rusia, tenía como objetivo prestar ayuda a sus miembros en caso de amenazas revolucionarias. Posteriormente, se unió el Reino Unido, formando la Cuádruple Alianza.

Principios del Liberalismo Político

Los principios fundamentales del liberalismo político incluyen:

  • Libertad política, económica e ideológica
  • Propiedad, que incluye la libre disposición de los bienes
  • La igualdad ante la ley

Para expresar estos derechos se requería la soberanía nacional, expresada a través de la elección de representantes mediante el voto, y la división de poderes.

Las Oleadas Revolucionarias del Siglo XIX

Las Revoluciones de 1820

Fueron los medios por los cuales la represión ejercida tras la Restauración, y sobre el liberalismo como ideología subversiva, se movió en la clandestinidad. En 1820, los liberales protagonizaron levantamientos antiabsolutistas en España, Portugal, Nápoles y Piamonte, que fracasaron y terminaron con el restablecimiento del absolutismo. Solo Grecia, que en 1821 se rebeló contra la dominación turca, alcanzó su independencia en 1830.

Las Revoluciones de 1830

Las revoluciones llevaron a los liberales al poder en varios estados de Europa Occidental. Así, Francia destituyó a Carlos X y se implantó una monarquía constitucional bajo Luis Felipe de Orleans; Bélgica se independizó de Holanda, a la que había sido unida en el Congreso de Viena, e instauró un sistema liberal; y España y Portugal establecieron gobiernos liberales. Una vez en el poder, el liberalismo se hizo conservador. En consecuencia, limitó los derechos y libertades e implantó un sufragio censitario.

Las Revoluciones de 1848

Las revoluciones se iniciaron en Francia, donde Luis Felipe se vio obligado a abandonar el trono y se proclamó la Segunda República. Otros estados también pasaron por oleadas revolucionarias, como Austria, Prusia, Hungría, Alemania, Nápoles y Venecia. Las revoluciones contaron con mayor participación de la clase trabajadora y exigieron democracia, resumida en más derechos, soberanía popular, sufragio universal masculino, igualdad social y mejoras sociales.

Impacto del Liberalismo en el Siglo XIX

En el siglo XIX, el liberalismo se había impuesto en la mayoría de países de Europa Occidental. La servidumbre se había abolido en gran parte de países de Europa Central y Oriental y se habían abierto las puertas a nuevos ideales democráticos que acabarían extendiéndose en la segunda mitad del siglo XIX.

El Nacionalismo

El nacionalismo es una ideología política que considera que la unidad fundamental de la vida de la persona es la nación, entendida como comunidad dotada de rasgos propios que provienen de una historia, una lengua y una cultura común. El objetivo del nacionalismo es que cada nación tenga su propio Estado, es decir, que forme una unidad soberana con capacidad de autogobierno. Por tanto, reclaman los Estados-nación, es decir, que las fronteras de las naciones coincidan con las de los estados.

Tipos de Nacionalismo

  • Nacionalismos Independentistas

    Lucharon por separar a una nación de un poder extranjero o de un Estado plurinacional. Los más importantes afectaron a Grecia, que se separó del Imperio Turco, y a Bélgica, que se separó de los Países Bajos; sin embargo, Irlanda no lo logró.

  • Nacionalismos Unificadores

    Lucharon para unificar a una nación separada en un solo Estado. Los casos más destacados fueron Italia y Alemania, protagonizados por Piamonte en Italia y Prusia en Alemania.

Las Unificaciones de Italia y Alemania

Italia estaba dividida en siete estados y Alemania en 39. Ambas unificaciones fueron realizadas y dirigidas bajo un rey y con la ayuda de un primer ministro. La italiana atravesó varias etapas, mientras que la alemana solo pasó por dos. Ambas implicaron guerras y ambas lucharon contra Austria.

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