El texto que vamos a analizar es un fragmento del Manifiesto de Sandhurst, en el que se defiende la vuelta a la monarquía borbónica.
Clasificación del Manifiesto de Sandhurst
Se trata de una fuente primaria de naturaleza histórico-circunstancial y de claro contenido político, fundamental para comprender las ideas políticas de Alfonso XII y de Cánovas del Castillo.
Aunque el texto está firmado por Alfonso de Borbón (Alfonso XII), la mayoría de los historiadores señalan a Cánovas del Castillo como su verdadero autor.
Figuras Clave: Alfonso XII y Cánovas del Castillo
Alfonso XII
- Fue proclamado Príncipe de Asturias.
- Tras el triunfo de La Gloriosa en 1868, marchó al exilio en Francia.
- En 1870, su madre, Isabel II, abdicó en su favor, convirtiéndolo en el legítimo rey de España.
- Se presentaba como católico, constitucionalista y liberal, deseoso de servir a la nación.
- Con la Restauración de la monarquía borbónica, llegó a Madrid el 14 de enero de 1875.
- Falleció en 1885 a causa de tuberculosis.
Antonio Cánovas del Castillo
- Fue una de las figuras más influyentes de la política española del siglo XIX y el principal artífice de la Restauración.
- Tras el golpe de Estado de Martínez Campos, fue nombrado Regente y ocupó cargos de poder hasta su asesinato en Mondragón.
Como recoge el propio texto, el Manifiesto fue redactado en Sandhurst, ciudad inglesa, el 1 de diciembre de 1874.
Se trata de un documento de carácter público, destinado al pueblo español y, especialmente, a la clase política, en el que se exponían claramente los ideales políticos de Alfonso XII.
Análisis del Contenido del Manifiesto
En el texto, podemos destacar dos ideas principales:
- La defensa de sus derechos dinásticos al trono de España.
- La propuesta de una monarquía hereditaria, parlamentaria y constitucional como único modelo político capaz de poner fin a la inestabilidad existente en España.
Como podemos observar, en este texto Alfonso de Borbón reivindica sus derechos dinásticos al proclamarse como “único representante del derecho monárquico en España”, a raíz de la abdicación de su madre, Isabel II, en él en 1870.
Cuando defiende la monarquía hereditaria, lo hace para justificar sus derechos dinásticos al trono.
En cuanto al carácter representativo de la monarquía, Alfonso XII considera que las Cortes deben representar a la nación. De esta manera, defiende un Estado que descanse en estas dos instituciones básicas: la Corona y las Cortes, es decir, una monarquía parlamentaria. Las atribuciones de estas instituciones deben estar recogidas en una Constitución; de hecho, el texto comienza hablando de la necesidad de establecer una monarquía constitucional. Esta idea queda reforzada al final de este fragmento del manifiesto, cuando señala que no gobernará “arbitrariamente”.
Relacionado con lo anterior, el manifiesto implica el no reconocimiento de las últimas Constituciones, puesto que la de 1845 había sido abolida como consecuencia de La Gloriosa y la de 1869 no tendría validez por haber sido aprobada por el Gobierno Provisional. Esto lleva a la necesidad de elaborar una nueva.
Finalmente, para tranquilizar a la población, señala que no dejará de ser un buen español (patriotismo), se muestra católico (buscando el apoyo de la Iglesia y los moderados) y liberal (buscando el apoyo de los progresistas).
Además, como aparece al principio del texto, se compromete a no tomar represalias contra aquellos que habían privado a su madre del trono.
En este manifiesto se refleja claramente la ideología de Cánovas del Castillo, que se desarrollaría durante la Restauración.
Contexto Histórico del Manifiesto de Sandhurst
El texto se enmarca históricamente en el periodo que se desarrolla entre el final del Sexenio Democrático (1868-1874) y el inicio de la Restauración (1874-1931).
Como ya sabemos, con la Revolución de 1868 se abre un paréntesis durante el cual los Borbones no reinan en España. El estallido de La Gloriosa surge por el deterioro político que se produce en los últimos años del reinado de Isabel II, unido a una importante crisis económica. Progresistas, demócratas y algunos miembros de la Unión Liberal, unidos en el Pacto de Ostende, se levantan en armas para acabar con este régimen y establecer un modelo democrático de Estado.
El triunfo de los rebeldes supuso el abandono del trono por parte de Isabel II y su exilio en Francia. Se desarrolló una etapa de gran inestabilidad política cuya forma de gobierno fue la Monarquía.
El periodo finaliza en 1874, cuando el general Pavía disuelve las Cortes y se instaura la I República. Tras esto, se establece un nuevo Gobierno Provisional presidido por Serrano.
Durante todo el Sexenio, pero especialmente a partir de este momento, el político conservador Antonio Cánovas del Castillo había estado preparando el regreso de los Borbones al trono español, a la vez que ideaba un nuevo modelo político. Buscó el apoyo de la Iglesia, la nobleza, la alta burguesía, los generales del ejército, los moderados, etc. Consiguió convencer a Isabel II de que abdicara en su hijo, dirigió la formación del infante Alfonso y redactó e hizo firmar a Alfonso de Borbón este manifiesto.
Lo que realmente pretendía Cánovas del Castillo era que el regreso de los Borbones, en la persona del infante Alfonso, fuera consecuencia de un estado de opinión favorable y no producto de un nuevo levantamiento militar. Sin embargo, el 29 de diciembre, el general Martínez Campos se adelantó, pronunciándose a favor de Alfonso XII. La Restauración se había consumado.
El rey Alfonso XII llegó a España unos días más tarde. A su llegada, presentó un talante conciliador, haciendo un llamamiento a todos los grupos monárquicos para agruparse en torno a su persona. Comenzó así el breve reinado de Alfonso XII, puesto que falleció en 1885, aunque la Restauración se prolongó hasta 1931, cuando se proclamó la II República.
Conclusión sobre el Manifiesto de Sandhurst y la Restauración
Con la Restauración, se volvió al liberalismo de la burguesía conservadora y oligárquica (caciquismo). El Estado se centralizó, y aunque el sufragio universal para elegir Cortes Constituyentes posibilitó que la mayoría de la población analfabeta participara en el juego político del bipartidismo y el turnismo, también dio lugar a la manipulación electoral. Esta situación se intentaría solucionar con el Regeneracionismo político, social y económico, destacando figuras como Joaquín Costa.