Momentos Clave de la Historia de España: De la Prehistoria a la Edad Contemporánea

La Guerra de Independencia Española

Antecedentes: El Reinado de Carlos IV (1788-1808)

Los inicios del reinado de Carlos IV (1788-1808) coincidieron con el estallido de la Revolución Francesa. El impacto de la revolución condicionó la política interior y exterior del reinado: se paralizó la política de reformas y España pasó a formar parte de la primera coalición europea contra la Francia revolucionaria. Pero Manuel Godoy firmó con Francia la Paz de Basilea (1795) y, en los Tratados de San Ildefonso (1796 y 1800), España se alió con Francia contra Inglaterra. En 1805, Napoleón pidió a Godoy la colaboración de la flota naval española para luchar contra los ingleses. El enfrentamiento acabó con la victoria británica en Trafalgar. La derrota supuso para España una gran pérdida de hombres y barcos, lo que hizo que la impopularidad de Godoy fuera en aumento. En 1807, Godoy firmaba con Napoleón el Tratado de Fontainebleau, que preveía el reparto de Portugal y autorizaba la entrada de los ejércitos napoleónicos por los Pirineos. En marzo de 1808 (días 17-19) triunfó el Motín de Aranjuez: Godoy fue encarcelado y a Carlos IV se le obligó a abdicar en su hijo Fernando. Carlos IV y Godoy, liberado a petición de Napoleón, se instalaron en Francia.

El Levantamiento del Dos de Mayo y las Abdicaciones de Bayona (5-6 de mayo)

En marzo, las tropas francesas habían entrado en Madrid. Poco después, Napoleón invitó a Fernando VII a que se dirigiese a Bayona. El rumor de una posible traición francesa y la salida de Palacio de la familia real provocaron que, de forma espontánea, los madrileños se levantaran contra los franceses. Tras una lucha desigual, los soldados franceses llevaron a cabo una dura represión, fusilando a muchos madrileños (3 de mayo). Al conocerse en el resto de España lo sucedido en Madrid, se desencadenó un levantamiento general: había estallado la guerra.

Instituciones y Actitudes durante el Conflicto

José I llegó con una Carta Otorgada donde quedaban reflejadas las ideas de Nación, Libertad, igualdad ante la ley y separación de poderes: el poder ejecutivo (con amplios poderes legislativos) en manos del rey, el poder legislativo en dos cámaras con representantes elegidos por sufragio muy censitario y el poder judicial en manos de jueces y magistrados.

Los nobles, clérigos, oligarquías locales y grupos mercantiles que se sublevaron contra los franceses, se organizaron a través de las Juntas Locales y provinciales. En septiembre de 1808, representantes de las Juntas Locales formaron la Junta Central, negaron la legitimidad de José I y asumieron todo el poder en nombre de Fernando VII, lo que llevó a la convocatoria de Cortes en Cádiz en 1810 y a la aprobación de la primera Constitución española.

Fases de la Guerra

Primera Fase (Mayo – Octubre 1808)

En esta fase, los franceses no consiguen hacerse con la Península debido a la resistencia de varias ciudades. Destacan la derrota de los franceses en el Bruc (Barcelona) y la derrota de las tropas francesas que invadían Andalucía en Bailén en julio, por las tropas del general Castaños. Los soldados de Napoleón que invaden Portugal son vencidos en Sintra. Estas derrotas obligaron al ejército francés a replegarse hacia el País Vasco. José I debe abandonar Madrid.

Segunda Fase (Octubre 1808 – Julio 1812)

Esta fase se caracteriza por el claro dominio de las tropas francesas, aunque no lograron exterminar todos los focos de resistencia. Napoleón entró personalmente en España al mando de la Grande Armée, con más de 150.000 hombres. Lograron expulsar a los británicos por Galicia y restablecieron a José I en Madrid.

Tercera Fase (Julio 1812 – 1814)

Fase final con una gran ofensiva de los aliados que culmina con la expulsión francesa de la península. El Tratado de Valençay, firmado en diciembre de 1813, repone a Fernando VII como rey de España.

Hispania Romana

La Conquista Romana de la Península Ibérica

La conquista de la Península Ibérica por Roma fue consecuencia de los enfrentamientos con Cartago por el dominio de las riquezas del Mediterráneo. Hubo tres etapas:

  • Segunda Guerra Púnica: Roma conquistó el este y sur peninsular.
  • Guerras Lusitanas: Con Viriato como símbolo de resistencia.
  • Guerras contra los Celtíberos: Destaca la conquista de Numancia, tras 8 meses de asedio.
  • Guerras Cántabras y Astures: Concluyeron con Augusto, ya nombrado emperador.

Así terminó la conquista romana de la península.

El Proceso de Romanización

La romanización es el proceso por el que los pueblos integrados en el Estado romano adoptaron sus formas de vida, organización, economía y cultura. Las principales aportaciones romanas fueron:

  • La administración provincial.
  • Un sistema de producción esclavista.
  • Una economía colonial exportadora de materias primas a Roma (trigo, vid y aceite) e importadora de productos manufacturados.
  • Una estructura social muy jerarquizada (libres y esclavos).
  • El Derecho Romano.
  • La lengua (latín).
  • La religión (primero politeísta y, con el Edicto de Milán de 313 d.C., comenzó la libertad religiosa que puso fin a la persecución del cristianismo).

Desde el punto de vista de la arquitectura y del urbanismo, se construyeron templos (como el de Diana en Mérida), foros, teatros y anfiteatros (como los de Mérida), puentes (como el de Alcántara), murallas (como las de Lugo) y acueductos (como el de Segovia). Las calzadas (Vía Augusta, Vía de la Plata) jugaron un papel fundamental en la romanización. El proceso no fue homogéneo, siendo más intenso en el sur y este, y menos en el interior y norte.

El Neolítico en la Península Ibérica

El Neolítico surge cuando, a partir del 5000 a.C., el ser humano pasó de una economía depredadora a otra productora, al practicar la agricultura y la ganadería; con ello, se produjo la sedentarización. Además, comenzó el pulimento de la piedra, se conoció la cerámica, la rueda, la cestería y los tejidos. Como consecuencia de estos avances, aumentó la población y hubo una mayor complejidad social. La pintura levantina es el máximo exponente pictórico neolítico, con figuras humanas esquemáticas, monócromas y escenas de grupos, como las de Cogull (Lérida) o Cueva de la Araña de Bicorp (Valencia).

Al-Ándalus: Evolución Política

La Llegada de los Musulmanes

La crisis del reino visigodo facilitó la llegada de los musulmanes. Liderados por Tariq y Muza, derrotaron al rey don Rodrigo en la Batalla de Guadalete. El nuevo estado, Al-Ándalus, era una provincia o emirato del Califato Omeya de Damasco con capital en Córdoba. En 756, el príncipe omeya Abderramán I se proclamó emir independiente, reconociendo únicamente la autoridad religiosa del califa de Bagdad. Tras la muerte de Almanzor, caudillo militar, el califato se dividió en reinos de taifas.

Etapas Políticas de Al-Ándalus

En la evolución política de Al-Ándalus distinguimos las siguientes etapas:

  • Emirato Dependiente (716-756): La península se convirtió en un emirato del Califato de Damasco, gobernado por un emir que actuaba en nombre del califa.
  • Emirato Independiente (756-929): En el año 756, Abd-al-Rahmán I, el miembro superviviente de la familia Omeya, llegó a la península proclamándose emir independiente, jefe político pero no religioso.
  • Califato Independiente (929-1031): En el año 929, Abd-al Rahmán III se autoproclamó califa, jefe político y espiritual.
  • Reinos de Taifas: En 1031, el califato de Córdoba se fragmentó en 28 reinos de Taifas. Según la etnia que las dominaba, podían dividirse en árabes (como Córdoba), bereberes (como Granada) y eslavas (como Valencia).

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