Oposición al Sistema de la Restauración: Republicanismo, Carlismo y Nacionalismos Periféricos

1) LAS FUERZAS DE OPOSICIÓN AL SISTEMA: REPUBLICANISMO, CARLISMO Y NACIONALISMOS PERIFÉRICOS.

El sistema de la Restauración marginó a sectores amplios de la sociedad. Republicanos, carlistas, socialistas y nacionalistas quedaron relegados a la oposición. Nunca consiguieron una minoría parlamentaria influyente.

REPUBLICANISMO

Los republicanos se vieron afectados por el desencanto, por la represión y por las divisiones internas:

  • Castelar creó el Partido Republicano Posibilista, que aceptó la colaboración con el régimen, a cambio de una minoría parlamentaria.
  • Ruiz Zorrilla fundó el Partido Republicano Progresista, que recurrió a los pronunciamientos.
  • Pi i Margall lideró los restos del partido Republicano Federal, y Salmerón los del Partido Republicano Centralista.

Desde 1893-1901 formaron alianzas electorales: cierto éxito de Unión Republicana. En 1908 aparece el Partido Radical de Alejandro Lerroux: anticatalanista, con un discurso demagógico, anticlerical y supuestamente revolucionario, tuvo eco en Cataluña hasta la Semana Trágica. Desde 1909, el republicanismo, salvo Lerroux, formó coaliciones electorales con el PSOE.

CARLISMO

El carlismo mantuvo la presencia en sus bases tradicionales:

  • Tras la guerra quedó afectado por la derrota y las escisiones.
  • Quiso presentarse como la única fuerza católica pero el apoyo de las jerarquías eclesiásticas a la Restauración les privó de esa baza.
  • Ramón Nocedal creó el Partido Integrista, ultracatólico y antiliberal.
  • Vázquez de Mella fundó en 1919 el Partido Tradicionalista.

Las tres corrientes (jaimistas, tradicionalistas e integristas) se reunificaron en 1931 ante la llegada de la II República: Comunión Tradicionalista.

NACIONALISMOS

Surgen como movimientos de recuperación cultural y lingüística en territorios con lengua propia y señas de identidad arraigadas, frente al modelo de Estado centralista. Se convierten en corrientes políticas que reclaman formas de autogobierno: Cataluña, País Vasco y, en menor medida, Galicia.

NACIONALISMO CATALÁN

Tiene su origen en la Renaixença (1830), movimiento cultural de defensa de la lengua y cultura catalanas. Desde 1880 se desarrolla el catalanismo político, con dos tendencias:

  • Una basada en el tradicionalismo: obispo Torras y Bages.
  • Otra de tipo progresista y federal, impulsada por Valentí Almirall, antiguo republicano federal, que fundó el Centre Catalá. Se impuso la corriente conservadora de Prat de la Riba, que presentó a la regente Mª Cristina en 1887 un Memorial de Greuges, programa regionalista que mantenía la fidelidad a la monarquía y la búsqueda de la amplia autonomía.

Crearon la Unió Catalanista, que redactó las Bases Manresa, en las que se pedía la oficialidad del catalán y el restablecimiento de las instituciones catalanas tradicionales. En 1901 se crea la Lliga regionalista, dirigida por Prat de la Riba y Francesc Cambó. De orientación burguesa, conservador, autonomista y negociador, fue el principal partido de Cataluña en el primer tercio del siglo XX. En 1906, como reacción a la Ley de Jurisdicciones, se formó la coalición electoral Solidaridad Catalana, que obtuvo 41 de 44 diputados. El nacionalismo republicano dio lugar en 1922 a Estat Catalá, independentista, y ya en la II República a Esquerra Republicana de Catalunya, que desbancó a la Lliga.

NACIONALISMO VASCO

El nacionalismo vasco:

  • Tiene su origen en Vizcaya y surgió a partir de la abolición de los fueros históricos en 1876.
  • Movimiento de los euskaros, defensores de la lengua vasca, de las tradiciones y con un componente religioso.
  • El propulsor del nacionalismo vasco fue Sabino Arana, que ve amenazada la lengua, etnia y tradiciones por la industrialización y la inmigración.
  • En 1895 crea el Partido Nacionalista Vasco, con el lema: “Dios y Ley Vieja” (Jaungoikoa eta Lege Zaharrak).
  • Carácter católico, interclasista e independentista. Con el ingreso de De la Sota amplió sus bases hacia una burguesía más moderna e industrial.

Desde fines del XIX comenzó a tener ciertos éxitos en las elecciones municipales y a ostentar cargos en las Diputaciones.

NACIONALISMO GALLEGO

El nacionalismo gallego:

  • Sus bases están en el resurgimiento de la lengua literaria (Rexurdimento), impulsado por escritores como Rosalía de Castro, y en los movimientos federalistas.
  • Tuvo lento desarrollo y no cuajó en una corriente política hasta bien entrado el siglo XX, a pesar del prestigio de galleguistas como Brañas o Risco.

Existen además movimientos culturales regionalistas que no cuajaron en nacionalismos políticos: valencianismo y andalucismo (Blas Infante).

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