Reacción absolutista

Etapas del reinado

1ª) El sexenio absolutista: 1814 – 1820

Evidentemente, todos aquellos que no estuvieran de acuerdo con esta forma de gobierno tuvieron que exiliarse o, si eran descubiertos, pasar a la cárcel. Todos los empleados públicos fueron purificados

Todo lo realizado por las Cortes de Cádiz fue olvidado, y se produjo un restablecimiento general de las instituciones y los modos de vida del Antiguo Régimen. El gobierno de España, en teoría, lo ejercía el rey asesorado por sus ministros, en realidad quienes mandaban a su antojo eran las personas más cercanas a la Real Persona, la famosa camarilla que estaba integrada, en general, por personas poco cultas y nada habituadas a las labores de gobierno.

A esta situación hay que añadir la ruina económica y demográfica de una país devastado por 6 años de guerra, y la aparición de un fenómeno característico del siglo XIX: las conspiraciones y los pronunciamientos. Evidentemente se conspira contra el régimen absoluto, no contra la persona del rey

2ª El trienio constitucional 1820 – 1823

Tras el triunfo de Riego, al que poco a poco se fueron uniendo distintas guarniciones, el rey declaró otra vez en vigor la Constitución del 12. Riego, había contado para su pronunciamiento con el ejército que iba a ser embarcado para acabar con la sublevación de las colonias americanas que luchaban por su independencia, de forma que, al no llegar este ejército, las colonias se convirtieron en excolonias y aquí hay que insertar la independencia de las colonias del continente mamericano.Desde el punto de vista de la política interior, no hubo tiempo para mucho porque, para empezar, los propios liberales se dividieron en moderados exaltados El gobierno lo ejercieron los moderados,exaltados  se envió a Riego fuera de Madrid y se obstaculizó el desarrollo de las llamadas sociedades patrióticas  A partir de 1821 comienza a organizarse la oposición absolutista

También los liberales exaltados, comenzaron a sublevarse en distintos puntos de la periferia exigiendo su participación en el gobierno, pero fueron derrotados.

El deseo de vuelta al absolutismo de algunos políticos y gran parte de los ciudadanos tremendamente afectados por las malas cosechas y la crisis económica, llevó a que el rey, en el momento en que los exaltados, en 1823 llegaron al poder, pidiera a los países  de la Santa Alianza su intervención militar en España. Éstos, en el Congreso de Verona en el que participó Francia, decidieron enviar un ejército que “limpiara” de elementos liberales revolucionarios España; se encargó a los franceses de esta misión y así los llamados cien mil hijos de San Luis al mando del duque de Angulema invadieron España

El gobierno, que se había trasladado junto con la familia real a Cádiz para embarcarse rumbo a América seentregó a los franceses casi sin resistencia, y la misma persona que en 1820 había pronunciado las famosas palabras “Vayamos todos juntos y yo el primero en pos de la senda constitucional” declaró el absolutismo más férreo.


3ª) La década ominosa o década absolutista 1823 – 1833

Por supuesto que en todo se volvió al absolutismo: abolición de la Constitución, exilio, cárcel para los liberales, purificaciones de funcionarios, restablecimiento de la Inquisición, vuelta de las órdenes monásticas, etc.

Por supuesto que existieron intentos de los liberales de asaltar el poder, que fracasaron todos. El ejemplo más conocido es el del general Torrijos. Lo que es más desconocido, es que los absolutistas también intentaron su “golpe de estado”. Por supuesto, estos elementos ultra absolutistas son los realistas que consideran que el rey ha caído en manos de unos consejeros traidores al absolutismo y que están causando todas las desgracias que le suceden Todo se complicó más con la muerte de la tercera esposa de Fernando VII. La reina no había tenido descendencia; la Ley Sálica seguía en vigor, por lo que el heredero de la Corona era el hermano del rey el Infante Carlos María Isidro, casado con una princesa portuguesa, más absolutista que su marido, y que ya contaba con descendencia masculina. La salud de Fernando VII, gravemente quebrantaba, no hacía esperar que contrajera un nuevo matrimonio por lo que los absolutistas más cerriles se preparaban para hacerse con el poder. Pero en 1829, tras guardar unos poquitos meses de luto, Fernando se casó con Mª Cristina de Nápoles y en 1830 antes de que la reina diera a luz, de forma inesperada, en abril de 1830, el rey publicó una Pragmática por la que se abolía la Ley Sálica. A los pocos meses nació, octubre de 1830, una niña, Mª Isabel, que fue declarada Princesa de Asturias y heredera al trono. El revuelo es comprensible, máxime teniendo en cuenta la malísima salud del rey, pero lo que fue solamente una cuestión dinástica, se convirtió en una cuestión política ya que en torno a la cuna de la niña se comenzaron a concentrar los políticos dispuestos a renovar España – más tarde se les llamará liberales, isabelinos o cristinos

En 1832 el rey ya tuvo que guardar cama y, estando la reina embarazada de nuevo, los partidarios del Infante don Carlos, los futuros carlistas, trataron de impedir que Isabel reinara y forzaron al rey a derogar la Pragmática y la Ley Sálica volvió a estar en vigor, pero a finales del mismo año, los cortesanos que estaban a favor de Mª Cristina, promovieron una revuelta palaciega conocida y Mª Cristina tomó las riendas el poder en lugar del enfermo.

En octubre fue nombrado ministro Cea Bermúdez, se dictó una amnistía para los liberales, y en diciembre el rey volvió a abolir la Ley Sálica basándose en las leyes tradicionales española.

En setiembre de 1833 murió, o mejor dicho, terminó de morir Fernando VII y con él acabó el absolutismo en España. Se abre otro de los periodos de nuestra historia: las guerras carlistas y el definitivo triunfo del liberalismo.

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