Reinos cristianos de la península

La crisis de 1640

 El proyecto de la Unión de Armas fue aprobado, con rebajas, en Aragón y Valencia pero rechazado por las Cortes catalanas. La situación se tensó y el problema fiscal fue transformándose en un problema político que se agravó por el inicio de la guerra con Francia (1635). Cataluña se convirtió en un frente de guerra. La presencia de los tercios del ejército real para defender la frontera ocasionó enfrentamientos con los vecinos y campesinos catalanes . En protesta por los abusos, un grupo de segadores (campesinos) asesinaron al virrey de Cataluña. Este episodio, conocido como el Corpus de Sangre (Corpus de Sang) el 7 de Junio de 1640 inició la sublevación de Cataluña o Guerra de los segadores ( 1640-1652). La respuesta de Olivares fue la ocupación de Cataluña con tropas castellanas. Sin embargo, el conflicto se prolongó cuando se proclamó la República Catalana y los gobernantes catalanes se pusieron bajo la autoridad del monarca francés Luis XIII.  -Paralelamente, Portugal también se oponía a las reformas de Olivares y se rebelaron a finales de 1640 proclamando al duque de Braganza rey de Portugal (Juan IV). Los intentos de Felipe IV por recuperar Portugal fracasaron y la independencia portuguesa se consolidó. Otras rebeliones estallaron en Andalucía (1641), Nápoles (1647), Sicilia (1648), etc.  Toda esta situación  de crisis motivó la retirada del gobierno de Olivares en 1643.  –Aunque finalmente Cataluña fue reincorporada a la Monarquía Hispánica (tras casi diez de ocupación francesa se había generado el mismo malestar entre la población catalana lo cual fue aprovechado por Felipe IV para reconquistar el Principado) la monarquía quedaba sumida en una grave crisis. –El virrey de Cataluña era el conde de Santa Coloma.

Los disturbios se producirían en Barcelona durante los días siguientes. El balance se cerró con un total de entre 12 y 20 muertes, mayoritariamente funcionarios reales. Marcó  un punto de inflexión en la ruptura entre Cataluña y la Monarquía y precipitó el inicio de la «Guerra de los Segadores» .Pau Claris ,al frente de la Generalitat proclamó la República catalana. -Las revueltas ya habían comenzado en 1637. Entre las causas, al rechazo a la presión fiscal que suponía la Unión de Armas se añadían las dificultades que tenía Felipe IV para proteger al Imperio ultramarino portugués de los ataques holandeses.

En el Tratado de Lisboa de 1668, la Monarquía Hispánica reconocía la independencia portuguesa.

Felipe IV puso como virrey de Cataluña a su hijo bastardo Juan José de Austria y prometió respetar las leyes catalanas.

LA GUERRA DE Sucesión (1701-1715) Y EL SISTEMA DE UTRECH La Guerra de Sucesión fue al tiempo un conflicto dinástico y una guerra de carácter internacional y civil. Tras la muerte de Carlos II (1700) sin descendencia directa su testamento designaba como sucesor de la corona española al borbón Felipe de Anjou, nieto del rey francés Luis XIV. Se pensaba así que la alianza con Francia –potencia hegemónica en Europa- garantizaría mejor la integridad de todos los territorios de la monarquía española. Además sus derechos dinásticos eran superiores a los del otro candidato posible a la sucesión, el archiduque Carlos de Habsburgo, de la casa de Austria –el cual garantizaba la continuidad dinástica de los Austrias-. La toma de posesión de Felipe de Anjou (Felipe V) como rey de España en 1701 suponía una alianza familiar entre la corona española y francesa y por tanto una ruptura del equilibrio europeo en favor de Francia que afianzaría así su hegemonía. La respuesta del resto de potencias (Austria, Reino Unido, Provincias Unidas, Prusia, Saboyá y Portugal) fue la Alianza de la Haya y la declaración de guerra a España y Francia. A partir de 1702 el conflicto se generalizó teniendo cuatro escenarios principales, la Península ibérica, el norte de Italia, Flandes y ultramar. En 1711 el archiduque Carlos accede al trono imperial (Carlos VI) tras la muerte de su hermano. El hecho de que se pudiese constituir un gran bloque entre España y Austria si Carlos heredara también el trono español provocó la salida de las Provincias Unidas y Reino Unido de la Alianza. Esta circunstancia y la renuncia al trono francés de Felipe V motivaron el fin del conflicto que se concretó en los tratados de paz de UtrechRastatt (1713-15) donde: -Felipe V es reconocido rey por el resto de potencias a cambio de separar definitivamente los tronos de Francia y la monarquía hispánica. -La monarquía hispánica pierde sus posesiones europeas: Flandes, Nápoles, Milán y Cerdeña ( que van a Austria) y Sicilia (que va a Saboyá). -El Reino Unido refuerza su papel como potencia marítima con la posesión de enclaves estratégicos como Gibraltar, Menorca y derechos sobre el comercio con América (navío de permiso) y el tráfico de esclavos (asiento de negros). -Se establece una nueva política de equilibrio que marcará el sistema de relaciones internacionales durante todo el Siglo XVIII. En la península, bajo el trasfondo de la lucha entre dos concepciones de Estado, la centralista y la autonomista, el conflicto se tradujo en una Guerra Civil entre clases sociales y territorios. -Castilla mostró su apoyo a Felipe V, especialmente las clases populares quien veían en el nuevo rey la esperanza de encarnar a una nueva monarquía tras el mal recuerdo dejado por Carlos II. -Aragón y, especialmente Cataluña, apoyaron al archiduque Carlos debido a la animadversión hacia los franceses por los acontecimientos de 1640 y la amenaza que representaba la Concepción absolutista y centralista del Estado de los borbones, para sus fueros y libertades. Tras unos éxitos iniciales del bando austracista con la toma inglesa de Gibraltar (1704) y Menorca (1708) y la conquista de Carlos de los reinos de la Corona de Aragón, a partir de 1707, las victorias de Almansa, Brihuega y Villaviciosa permitieron al bando borbónico tomar la iniciativa y conquistar Aragón y Valencia en 1711. Cataluña resistió hasta 1714 con el asedio y toma de Barcelona el 11 de Septiembre y Mallorca cayó en 1715. En España el conflicto terminó de una forma no negociada sino impuesta por la superioridad militar de Felipe V el cual abolió las leyes e instituciones propias de los reinos de Valencia, Aragón, Principado de Cataluña y reino de Mallorca con los Decretos de Nueva Planta.

Decretos de Nueva Planta (1707 Aragón y Valencia, 1715 Mallorca, 1716 Cataluña): Abolición de los fueros e instituciones propias de los reinos de la Corona de Aragón. Los fueros de las provincias vascas y Navarra se mantuvieron ya que apoyaron a Felipe V durante la Guerra de Sucesión.

Nuevo modelo de administración territorial, basado en la siguiente estructura: división del territorio en provincias; sustitución de los Virreyes por los Capitanes Generales como gobernadores políticos de las provincias; las Reales Audiencias se mantienen para las cuestiones judiciales; y siguiendo el modelo francés, se creó la figura de los Intendentes, funcionarios encargados de las cuestiones económicas. Finalmente, en los Ayuntamientos se mantuvieron los cargos de Corregidor, Alcalde Mayor y Síndicos personeros del común (elegidos por el pueblo para su defensa)

Los Borbones también reformaron la administración central consolidando el establecimiento de una plena monarquía absoluta. Se suprimieron todos los Consejos, exceptuando el Consejo de Castilla que se convirtió en el gran órgano asesor del rey. Se crearon las Secretarías de Despacho (Estado, Guerra, Marina, Hacienda, Justicia e Indias), antecedentes de los ministerios. En 1787 se establece la Junta Suprema de Estado, antecedente del Consejo de Ministros. La nueva dinastía intensificó la política regalista, buscando la supremacía de la Corona, poder civil, sobre la Iglesia. Las dos medidas principales fue el establecimiento de un mayor control sobre la Inquisición y, sobre todo, la expulsión de la Compañía de Jesús adoptada por Carlos III en 1767. Hubo intentos no demasiado eficaces de reformar el sistema de Hacienda. Se trató de unificar y racionalizar el sistema de impuestos y, para ello, se llevó a cabo el Catastro de Ensenada en 1749 en la Corona de Castilla. Este Catastro es un censo de todas las propiedades del reino, muy útil para los historiadores. Se buscó también la unificación monetaria, estableciéndose el Real de a dos.

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