Sociedad y Represión bajo el Franquismo: Posición ante la II Guerra Mundial

Aspectos Clave del Régimen Franquista

1.3. Las Actitudes Sociales

Las actitudes sociales se pueden clasificar básicamente en tres: apoyo, pasividad y rechazo. Las clases altas (grandes propietarios, empresarios, profesionales liberales…) apoyaban la dictadura, ya que recuperaron la influencia económica, social y política perdida durante la II República. Y también la apoyaban buena parte de los pequeños y medianos propietarios agrícolas del norte de España. Las clases medias se habían visto desbordadas por la revolución social durante la Guerra Civil. Así, adoptaron una actitud pasiva ante la dictadura, ya que se atemorizaron por el trauma de la guerra. La mayoría de los sectores populares, considerados perdedores de la Guerra Civil, fueron sometidos a vigilancia y represión. Una minoría ejerció una activa oposición al régimen franquista, pero el miedo, el control policial, la miseria y el afán de supervivencia condujeron a una situación de pasividad política.

1.4. Las “Familias” del Régimen

La participación en el funcionamiento político estaba determinada por los grupos que habían mostrado apoyo incondicional al caudillo. Pero dentro del franquismo siempre coexistieron diferentes “familias” o tendencias ideológicas que rivalizaban por tener el máximo poder e influencia. Durante los primeros años, los grupos participantes en la guerra en el bando franquista fueron los falangistas, carlistas y monárquicos alfonsinos. También los sectores conservadores incorporados a la causa franquista durante la guerra: miembros de la CEDA, catalanistas de la Lliga Catalana y republicanos conservadores. La Iglesia influyó en la vida política del régimen a partir de grupos de inspiración católica, como la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNDP, 1940-50) y, a partir de 1960, la institución religiosa Opus Dei. Pronto surgió una rivalidad entre falangistas y católicos, aunque ningún grupo era totalmente homogéneo.

2. La Represión de los Vencidos

La creación de un nuevo orden totalitario llevó a una represión (fueron ejecutadas unas 50.000 personas por razones políticas) que perpetuaba la diferencia entre vencedores y vencidos, ya que todos los movimientos que apoyaban a la República en la Guerra Civil debían acabar. Para organizar la represión se elaboraron unas leyes colectivas: la Ley de Responsabilidades Políticas en 1939 y la Ley de Represión del Comunismo y la Masonería en 1940. Durante todo el periodo franquista, nunca se mostró una voluntad de superar la guerra y tener una reconciliación. Y en 1940 se crearon los Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores, reclutas que realizaban obras de reconstrucción de carreteras, puentes, etc.

Así, miles de personas sufrieron la cárcel, persecuciones, torturas o incluso fueron ejecutadas. Además, se incitó a la población a denunciar a las personas desafectas al régimen. Se trataba de difundir el terror entre la población, creando un “tiempo de miedo y silencio”. Por eso, la despolitización forzada fue uno de los factores que contribuyeron a la pervivencia de la dictadura.

El ejército fue el principal brazo ejecutor de la represión, ya que la mayoría de las causas se juzgaron por tribunales militares en Consejos de Guerra (ante los cuales los procesados eran indefensos). A partir de 1936 se creó el Tribunal de Orden Público (TOP) que inauguró una jurisdicción civil especial para juzgar los delitos políticos de carácter no violento. Además, se confiscaron los bienes de los políticos republicanos y se depuró la administración.

3. ¿Por Qué España No Intervino en la II Guerra Mundial?

Al inicio de la II Guerra Mundial (septiembre de 1939), el gobierno de Franco era neutro pero mostraba sus simpatías hacia las potencias del Eje. Cuando Alemania ganó a Francia en junio de 1940, Franco se entrevistó con Hitler y Mussolini para ver si el Eje tenía como apoyo a España. Los falangistas sí apoyaban esto, pero otros sectores (Iglesia, empresarios…) se mostraban contrarios. (ETAPA NEUTRAL)

Ramón Serrano Suñer (cuñado de Franco y ministro de Asuntos Exteriores) propuso que voluntarios españoles, la División Azul, apoyaran a las tropas alemanas que luchaban contra la URSS. Como España exportaba clandestinamente a Alemania un mineral estratégico para la industria de guerra, EE.UU. embargó el envío de petróleo a España, lo que provocó dificultades económicas. (ETAPA BELIGERANTE)

En octubre de 1943, la guerra empezó a ser desfavorable a las potencias fascistas, por lo que los gobiernos británico y estadounidense presionaron a Franco para que se distanciara de los países del Eje. Por ello, se disolvió la División Azul. Y regresó al estatus de estricta neutralidad. (ETAPA NEUTRAL)

Tras la definitiva derrota de los Estados fascistas en 1945, Franco tenía miedo de que los aliados exigieran su fin, al haber apoyado la expansión militar de las potencias del Eje. Mientras que la teoría franquista afirma que España no intervino gracias a la habilidad de Franco en su encuentro con Hitler en Hendaya.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *