Totalitarismos y la Gran Guerra: Fascismo, Nazismo y sus Orígenes

Características de los Regímenes Totalitarios del Siglo XX

Los regímenes totalitarios que emergieron en el siglo XX, como el fascismo y el nazismo, compartieron una serie de características fundamentales que los definieron:

  • Estado Totalitario: Control absoluto sobre todos los aspectos de la vida pública y privada.
  • El Papel del Líder y el Culto a la Personalidad: Una figura carismática y omnipotente que encarna la nación y sus ideales, con una devoción incondicional por parte de la población.
  • Odio a la Democracia: Rechazo frontal de los principios democráticos, la pluralidad política y las libertades individuales.
  • Odio hacia los Movimientos Obreros: Supresión de sindicatos y organizaciones laborales independientes, consideradas una amenaza al orden establecido.
  • Nacionalismo Exacerbado: Un patriotismo extremo y excluyente, a menudo acompañado de un sentimiento de superioridad nacional y xenofobia.
  • Desde el Punto de Vista Intelectual: Rechazo del pensamiento crítico y la libertad de expresión, promoviendo una ideología única y dogmática.

El Fascismo en Italia: Ascenso y Consolidación de Mussolini

Tras la Primera Guerra Mundial, Italia sufrió graves consecuencias, perdiendo medio millón de personas. Las pérdidas humanas no fueron compensadas con una entrega generosa de territorios, lo que generó un profundo descontento. Aunque recibió Trentino, el norte de Istria y Trieste, no obtuvo la parte de la costa Dálmata prometida por el Tratado de Londres de 1915, que pasó a Yugoslavia.

Benito Mussolini: De Orígenes Modestos al Liderazgo Fascista

Benito Mussolini, de orígenes modestos, logró convertirse en el líder indiscutible del fascismo italiano. Sus primeros pasos en política incluyeron la dirección del periódico socialista Avanti!. Tras ser expulsado durante la Primera Guerra Mundial, fundó el periódico Il Popolo d’Italia. En 1919, en Milán, estableció los Fasci di Combattimento, grupos violentos dirigidos contra las organizaciones obreras, marcando el inicio del movimiento fascista. En 1920, lanzó una ofensiva directa contra los socialistas.

Consolidación del Poder Fascista

El primer gobierno de Mussolini, inicialmente, respetó las instituciones e incluyó ministros de diversos partidos (excluyendo a los socialistas). Sin embargo, poco después, se inclinó hacia la eliminación violenta de los partidos opositores. Ante la creciente violencia, los popolari abandonaron el gobierno en 1924. Ese mismo año, se promulgó una ley electoral «a su medida», garantizando la mayoría fascista.

El caso más notorio de eliminación de la oposición fue el secuestro y asesinato del líder socialista Giacomo Matteotti. A partir de entonces, la oposición se vio forzada a operar desde el extranjero.

Los Pactos de Letrán y la Relación con la Iglesia

Un hito importante fue la firma de los Pactos de Letrán con la Santa Sede en 1929. Este acuerdo histórico significó el reconocimiento mutuo: la Iglesia, por fin, reconocía al Estado italiano, e Italia, a su vez, reconocía al Estado Vaticano como un país independiente, otorgándole una indemnización de 750 millones de liras.

El Nazismo en Alemania: La Ideología y el Ascenso de Hitler

Adolf Hitler nació en Braunau (Austria), en la frontera con Alemania, en 1889. Participó como voluntario en la Primera Guerra Mundial, a pesar de haber sido declarado no apto, una etapa que lo marcó profundamente. Tras la guerra, se opuso vehementemente al Tratado de Versalles y se declaró enemigo irreconciliable de socialistas, comunistas y judíos, a quienes culpaba de la decadencia del país.

Desarrollo de la Ideología Nazi

Pronto, Hitler entró en contacto con el Partido Obrero Alemán (con tendencias antisemitas y pangermanistas). La ideología nazi ya estaba definida en los «25 puntos del Partido Obrero Alemán» de 1920 y en su obra Mein Kampf, aunque carecía de una sistematización rigurosa. Hitler no buscaba convencer con programas concretos, sino movilizar a las masas mediante ideas simples y repetidas machaconamente. Su objetivo era tocar la fibra sensible y los instintos primarios de la multitud, utilizando como nadie la radio y los micrófonos en intervenciones escenográficamente muy preparadas.

El Antisemitismo como Pilar Ideológico

El antisemitismo fue una constante en la historia de Alemania y se convirtió en un pilar central de la ideología nazi. Según Hitler, los judíos eran una raza inferior y los culpables de la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial, debido a la retirada de capitales. Para evitar la «contaminación» de la población alemana, los judíos debían ser mantenidos apartados. Se les obligó a llevar un distintivo (la estrella de David), se prohibieron los matrimonios mixtos y se desaconsejaron los tratos comerciales con ellos. El punto culminante de esta política antijudía fue su reclusión en campos de exterminio, siendo Dachau, fundado en 1933, el campo más antiguo.

El Ascenso de Hitler al Poder

El 30 de enero de 1933, el presidente Hindenburg nombró a Hitler canciller del Gobierno, con la misión de formar un nuevo gabinete. Aunque en su primer gobierno los nazis eran minoría y había ministros de todos los partidos, esto era solo una apariencia: Hitler controlaba la policía y los grupos fascistas se transformaron en fuerzas parapoliciales. El 1 de febrero de 1933, disolvió el Reichstag y convocó elecciones para el 5 de marzo de 1933. La noche del 27 de febrero se produjo el incendio del Reichstag, un evento que se atribuyó a los comunistas y que sirvió de pretexto para iniciar su persecución.

La Primera Guerra Mundial (1914-1918): Causas y Desarrollo

La Primera Guerra Mundial fue un conflicto militar que comenzó el 28 de julio de 1914 como un enfrentamiento localizado entre el Imperio Austro-Húngaro y Serbia. Sin embargo, rápidamente escaló a un conflicto armado a escala europea cuando la declaración de guerra austro-húngara se extendió a Rusia el 1 de agosto de 1914. Finalmente, se transformó en una guerra mundial en la que participaron 32 naciones, concluyendo en 1918.

Veintiocho de estas naciones, conocidas como ‘aliadas’ o ‘potencias asociadas’ (incluyendo Gran Bretaña, Francia, Rusia, Italia y Estados Unidos), lucharon contra la coalición de los llamados Imperios Centrales, integrada por Alemania, Austria-Hungría, el Imperio Otomano y Bulgaria.

El Detonante: Asesinato en Sarajevo

La guerra estalló a raíz del asesinato del príncipe heredero de Austria-Hungría, el Archiduque Francisco Fernando, y su esposa, la duquesa Sofía de Hohenberg, en Sarajevo (Bosnia) el 28 de junio de 1914. El atentado fue perpetrado por un estudiante bosnio, miembro de la organización nacionalista serbia “Mano Negra”.

  • 23 de julio: Austria-Hungría emite un ultimátum a Serbia, exigiendo participar en las investigaciones.
  • 28 de julio: Austria-Hungría declara la guerra a Serbia. Alemania apoya a Austria, y Rusia a Serbia, desencadenando el sistema de alianzas.

Causas Profundas del Conflicto

Más allá del detonante, la Primera Guerra Mundial fue el resultado de una compleja red de tensiones y rivalidades:

  • Rivalidades Coloniales e Intereses Económicos: Disputas por mercados y colonias entre las grandes potencias, especialmente entre Alemania, Francia y Gran Bretaña. Alemania, con pocas colonias, aspiraba a expandir su influencia, lo que generó tensiones, como en Marruecos.
  • Carrera Armamentista y Reclutamiento Masivo: Un aumento significativo en el gasto militar y la preparación para la guerra en toda Europa.
  • Exaltación Nacionalista en los Balcanes: Tensiones nacionalistas en Serbia, Bulgaria y Rumanía, y la aspiración de Austria-Hungría y Rusia por dominar la región. El Conflicto de los Balcanes, que llevó a la independencia de Grecia, Serbia, Rumanía, Bulgaria y Montenegro del Imperio Otomano, dejó un polvorín en la región.
  • Tensión Franco-Alemana: La pérdida de Alsacia y Lorena por parte de Francia en la Guerra Franco-Prusiana (1870-1871) generó un fuerte revanchismo.
  • Conflictos de Nacionalidades en el Imperio Austro-Húngaro: Tensiones internas entre alemanes, magiares, checos, serbios y croatas.
  • Conflictos entre Inglaterra y Alemania: Rivalidad por el control de las rutas marítimas y el comercio internacional, exacerbada por las pretensiones navales de Guillermo II.
  • Alianzas Defensivas: La formación de bloques militares (Triple Entente y Triple Alianza) que, en lugar de prevenir la guerra, la hicieron inevitable al arrastrar a múltiples naciones a un conflicto localizado.

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