Transformación Económica de España: Del Franquismo Autárquico al Desarrollo (1939-1975)

La Dictadura Franquista y la Autarquía Económica (1939-1959)

Entre 1939 y 1975, tras el fin de la Guerra Civil, España vivió una de las dictaduras más prolongadas de Europa, que solo concluyó con la muerte natural del dictador. La autarquía fue el régimen económico de la posguerra española que se desarrolló entre 1939 y 1959.

Ideológicamente, se caracterizó por una mezcla de nacionalismo totalitario y una visión totalitaria del catolicismo, conocida como nacionalcatolicismo.

Etapas Económicas de la Autarquía

En el ámbito económico, la autarquía se desarrolló en las siguientes etapas:

1941-1945: Desindustrialización y Aislamiento

Este periodo se caracterizó por la desindustrialización, causada por la destrucción de fábricas durante la Guerra Civil y la implicación indirecta de España en la Segunda Guerra Mundial (IIGM).

1946-1950: Recuperación Incipiente y Aislamiento Internacional

Coincidiendo con el final de la Segunda Guerra Mundial, se observó un ligero crecimiento económico gracias a la recuperación de los recursos destruidos durante la Guerra Civil. Durante esta etapa, a España se le negó la entrada en la ONU debido a la naturaleza no democrática de su régimen, lo que la mantuvo aislada del contexto internacional.

1951-1955: Apertura y Reconocimiento Internacional

A partir de 1949, el mundo se polarizó entre capitalistas y comunistas, dando inicio a la Guerra Fría. Desde 1950, Estados Unidos comenzó a prestar ayuda a España. El régimen franquista fue progresivamente aceptado, en parte gracias al apoyo del Vaticano, y España logró ingresar en la ONU. Este cambio de actitud del mundo occidental hacia el franquismo, sumado a la recomposición de la dinámica económica, la entrada de capital extranjero y el incipiente turismo, impulsó un crecimiento económico del 6,6%.

1956-1960: Consolidación del Crecimiento y Modernización

En este periodo, el crecimiento económico alcanzó el 7,1%. La industria comenzó a desligarse del ciclo agrario, se reanimó el éxodo rural y la demografía inició un proceso de modernización.

Durante la década de 1940, España permaneció cerrada al comercio internacional, lo que se tradujo en una drástica subida del precio de los alimentos debido a la escasez. Para paliar esta situación, el Gobierno se vio obligado a fijar precios máximos para cada producto y a implementar un sistema de reparto de alimentos mediante cartillas de racionamiento. Además, hasta 1959, el comercio exterior requería un permiso estatal, que a menudo se concedía a allegados al régimen, lo que generó el empobrecimiento de la mayoría y el enriquecimiento de unos pocos.

Este cierre al contexto internacional resultó insostenible, ya que España era un país con recursos limitados que necesitaba importar bienes esenciales. Como consecuencia, su economía quedó atrasada y se consolidó un modelo económico cerrado y fuertemente controlado.

En 1952, las cartillas de racionamiento dejaron de utilizarse, reflejando una mejora en los recursos de la población y, por ende, un aumento de la demanda. Sin embargo, al no ir acompañada de un incremento proporcional en la producción, esta situación generó un proceso inflacionista que hizo imperativo un Plan de Estabilización.

El Plan de Estabilización de 1959: Hacia una Economía Abierta

El gobierno se enfrentaba a la urgente necesidad de corregir el problema de la inflación y el desequilibrio económico. Entre 1957 y 1958, se implementaron las siguientes medidas preliminares:

  • Monetarias: Aumento de los tipos de interés para reducir la liquidez y frenar la circulación excesiva de dinero.
  • Control del redescuento: Establecimiento de límites al redescuento bancario, una fuente de liquidez que contribuía a la inflación.
  • Reforma fiscal: Intentos de modernización del sistema tributario.
  • Eliminación de deuda pública: Supresión de la deuda pública pignorable.
  • Devaluación de la peseta: Devaluación de la moneda a 42 pesetas por dólar para favorecer las exportaciones y desincentivar las importaciones.

A pesar de estas medidas, la balanza de pagos española continuaba siendo deficitaria.

Conscientes de los dos problemas principales —la inflación y el desequilibrio económico—, en julio de 1959 se implementó el Plan de Estabilización. Su objetivo era sentar las bases para una economía equilibrada y aprovechar el favorable contexto de la economía europea, transitando de un modelo autárquico a una economía abierta e integrada. Entre las medidas adoptadas se incluyeron el incremento de los impuestos indirectos y el aumento de las tarifas de los transportes públicos.

Gracias a este plan, España logró ingresar en la OCDE, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Se inició una liberalización de las importaciones, aunque gran parte de la economía siguió bajo control gubernamental. Paralelamente, el país se abrió a la inversión y acogió el capital extranjero.

Efectos del Plan de Estabilización

Los efectos positivos del Plan de Estabilización incluyeron:

  • Control de la inflación.
  • Disminución del crédito especulativo.
  • Equilibrio de la balanza de pagos, que pasó a ser superavitaria.
  • Estabilización de la peseta.

Efectos Negativos

Por otra parte, los efectos negativos fueron:

  • Recesión económica transitoria.
  • Reducción de la inversión empresarial debido a la incertidumbre.
  • Contracción de la demanda, lo que generó un aumento del desempleo, aunque mitigado por la emigración de trabajadores.

En este periodo, el turismo comenzó a desarrollarse de manera significativa, atrayendo importantes flujos de divisas extranjeras. De este modo, España sentó las bases para un crecimiento económico sostenido a largo plazo.

El Desarrollo Económico (1960-1975)

Entre 1960 y 1975, España experimentó un periodo de notable crecimiento económico, con un aumento promedio anual del PIB del 6,2%.

Los factores clave de este crecimiento fueron:

  • Precios bajos de petróleo, materias primas y alimentos.
  • Importante flujo de capitales gracias al turismo y las remesas de emigrantes.
  • Incorporación de tecnología extranjera.
  • Abundancia de mano de obra.

Los sectores que impulsaron este auge económico fueron:

  • Bienes de consumo duradero (electrodomésticos y automoción).
  • Industria química.
  • Turismo.
  • Construcción.

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