Transformación Económica y Movimientos Sociales en El Salvador (1960-1970)

Contexto Económico y Social en El Salvador (1960-1970)

Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, los precios del café se incrementaron, lo que posibilitó que a partir de 1950 el proyecto de modernización de la economía salvadoreña pudiera implementarse sin mayores dificultades. Durante la guerra hubo un mayor consumo de café, sobre todo entre la población estadounidense, y para 1958 el café había alcanzado el precio de 120 colones por quintal. Los ingresos de la exportación del café subieron de 46 millones de colones en 1945 a 154 millones en 1950 y a más de 228 millones en 1955. De cada 100 colones que ingresaban por exportaciones entre 1942 y 1945, 81.90 provenían del café; para 1946-1955, la proporción había subido a 87.50.

Ante la perspectiva de implementar un modelo de industrialización con base en el aprovechamiento de los altos precios del café y el algodón, el problema era cómo canalizar estos ingresos para que promovieran la modernización. No había muchas oportunidades de vender nuevos productos a una población que en su gran mayoría no podía satisfacer más que sus necesidades básicas de subsistencia, mientras que un 8% de la población recibía el 51% del ingreso nacional y destinaba sus ingresos al consumo de bienes producidos en el extranjero.

Comisión Económica para América Latina (CEPAL)

La CEPAL planteó un modelo de modernización de la economía, proponiendo un modelo de industrialización por sustitución de importaciones como la estrategia clave para superar la dependencia y el subdesarrollo, sobre todo cuando se dependía del monocultivo, como en el caso de El Salvador. La estrategia económica y social establecida a partir de 1948 se basaba en el equilibrio de distintos intereses sociales:

  • Por un lado, estaban los terratenientes y exportadores, muy fuertes en el aspecto económico.
  • Por otro lado, estaban quienes representaban sectores sociales en ascenso: clases medias profesionales, nuevos industriales y, en menor medida, trabajadores industriales urbanos.

Presidentes de El Salvador (1960-1970)

En 1956 gobernó el Coronel José María Lemus hasta 1960, cuando fue derrocado poco antes de terminar el periodo constitucional para el que había sido elegido. Después del derrocamiento del Coronel Lemus, hubo dos breves gobiernos:

  • De octubre de 1960 a enero de 1961, gobernó la Junta de Gobierno, controlada por oficiales militares próximos al Coronel Óscar Osorio.
  • De enero de 1961 a enero de 1962, gobernó el Directorio Cívico Militar, formado por oficiales y civiles conservadores.

De 1962 a 1967 gobernó el Coronel Julio Adalberto Rivera, quien entregó la presidencia al Coronel Fidel Sánchez Hernández, cuya administración fue de 1967 a 1972. Estos gobiernos de corte militarista se caracterizaron por su represión hacia los movimientos sociales.

Mercado Común Centroamericano (MCCA)

El ministro de Economía de El Salvador, Jorge Sol Castellanos, a principios de la década de 1950, señaló que la integración económica era parte de las necesidades vitales y económicas del país, pues de lo contrario habría problemas para subsistir dentro de la estrechez de sus propios recursos y mercados. En 1951, en una reunión de la CEPAL efectuada en México, los ministros de economía centroamericanos trataron las primeras iniciativas orientadas a la integración económica del istmo. Fue el 13 de diciembre de 1960 cuando se estableció el Mercado Común Centroamericano (MCCA) en virtud de la firma del Tratado General de Integración Económica Centroamericana, el cual constituye la carta fundamental que rige este sistema de integración regional. El MCCA entró en vigencia el 4 de junio de 1961 y estaba integrado por cinco países: Honduras, Nicaragua, Costa Rica, El Salvador y Guatemala.

Alianza para el Progreso (ALPRO)

El presidente de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, inició su gobierno en noviembre de 1960. Fue uno de los presidentes más populares de Estados Unidos, y se le atribuye un acontecimiento latinoamericano importante: la propuesta de la Alianza para el Progreso (ALPRO) el 13 de marzo de 1961. Tras invitar a los cuerpos diplomáticos de cada país de América Latina a la Casa Blanca, donde pronunció un discurso exponiendo las ideas que tenía para el proyecto. Los objetivos que Kennedy planteó fueron ayudar, proveer y aliar a los países latinoamericanos, y también que todos los hombres pudieran tener la esperanza de un estándar de vida digno, en el que todos vivieran su vida con dignidad y libertad. Prometió aportar 20 millones de dólares en ayuda y pidió a los gobiernos de América Latina aportar 80 millones de dólares en fondos de inversión para sus economías; en esa época, este fue el mayor programa de ayuda creado por Estados Unidos para el mundo en desarrollo.

Los representantes de todos los países miembros de la OEA firmaron, excepto Cuba, dado que una de las verdaderas causas del programa era que no hubiera expansión del comunismo en América Latina. De esta manera, de forma encubierta, Estados Unidos intervenía en los países de una forma diplomática y a la vez evitaba que se propagara el comunismo. El plan estaba diseñado para terminar en 1970, aunque los gobiernos que se suponía estaban siendo ayudados se dieron cuenta de que el desarrollo de sus países era mucho más complejo. A través de la ALPRO se pretendía emprender un proceso de reforma agraria; sin embargo, esto nunca se materializó. Por lo general, se limitó a apoyar la salud bucodental y entregar utensilios de cocina (platos, cucharas, tazas, etc.).

Antecedentes de la Revolución Cubana

Desde que Cuba se independizó de España en 1898, estuvo bajo influencia y control de Estados Unidos. En la década de 1950 ocurrieron cambios políticos caracterizados por gobiernos de corrupción, como lo fue el gobierno de Fulgencio Batista, apoyado por Estados Unidos. En 1940, Batista derrocó a Ramón Grau San Martín y gobernó la isla desde 1940-1944. Asimismo, en 1952 dio un golpe de Estado al presidente electo Carlos Prío Socarrás, del partido Auténtico, y volvió a gobernar. Su gobierno dictatorial se caracterizó por la corrupción y el enriquecimiento personal. Tras un gobierno de injusticias y controlado por Estados Unidos, no solo en el ámbito político, sino también en el económico, ya que los estadounidenses controlaban la economía cubana, nació un movimiento en 1953 llamado “Movimiento 26 de Julio” (M-26-7), dirigido por Fidel Castro y su hermano Raúl Castro, el cual más tarde se convertiría en la organización que lideró la revolución.

El Asalto al Cuartel Moncada

El 26 de julio de 1953, 40 hombres tomaron el Cuartel Moncada ubicado en Santiago de Cuba, y el cuartel Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, con el fin de derrocar al gobierno corrupto de Batista. Esta gesta se conoce como el Asalto al Cuartel Moncada y se conmemora como una fiesta nacional en Cuba, ya que desde un inicio tenía una ideología de progreso y grandes cambios antiimperialistas y democráticos, porque estaba fundada en las ideas de José Martí, el héroe de la independencia de Cuba. El asalto al Moncada fracasó y sus cabecillas fueron hechos prisioneros; sin embargo, esta fue una estrategia subversiva que después serviría de modelo a otros levantamientos armados de América Latina, Medio Oriente y África. Entre 1955 y 1956, parte del movimiento conocido por sus siglas como M-26-7 se vio obligado a exiliarse en México, donde se prepararon militarmente.

El Triunfo de la Revolución y Bahía de Cochinos

Es en ese país donde Fidel conoció al doctor en medicina Ernesto Guevara de la Serna, conocido como el Comandante Che Guevara. En 1956, ambos líderes a bordo del yate Granma partieron de México con 82 guerrilleros pertenecientes al M-26-7 y desembarcaron en la zona de los Cayuelos, en la cual tuvieron percances, quedando solo un reducido grupo de 20 personas que instalaron su cuartel general en la Sierra Maestra. A finales de 1958, la guerrilla de Sierra Maestra y el Segundo Frente Oriental lograron vencer la resistencia del Ejército de Batista.

El 1 de enero de 1959, Fidel Castro entró triunfante en La Habana. Indiscutiblemente, la guerra contra la dictadura de Batista se había ganado y comenzaba una nueva fase de drásticos cambios. En agosto de 1960, Castro nacionalizó las empresas estadounidenses de la isla, entre ellas: refinerías de petróleo, centros azucareros y las compañías de teléfonos y de electricidad. Esto generó el descontento en la administración del presidente estadounidense Eisenhower, quien el 17 de marzo de 1960, junto con otros gobiernos que estaban contra Castro, planificó una operación militar que buscaba quitarlo del poder. Su objetivo no fue logrado porque el gobierno cubano reaccionó de inmediato; es más, para muchos, esto fue una victoria para los cubanos y una vergüenza para los estadounidenses, y así lo sostuvo el Che Guevara cuando expresó en Punta del Este lo siguiente: “Bahía de Cochinos es la primera derrota del imperialismo en América Latina”.

La operación de Bahía de Cochinos estaba respaldada por la CIA. Su objetivo era la desestabilización del régimen castrista, que significaba un peligro no solo por su alianza con la Unión Soviética, sino también por su potencial apoyo a otras revoluciones con el fin de ampliar el comunismo en Latinoamérica. En enero de 1961, el nuevo presidente, John F. Kennedy, también apoyó el plan que consistía en una serie de ataques y desembarcos en la zona. La invasión comenzó el 15 de abril de 1961, cuando 8 bombarderos B-26B atacaron tres bases aéreas cubanas, que destruyeron menos de la mitad de la aviación castrista. Dos días después, el 17 de abril de 1961, la Brigada 2506 desembarcó en dos puntos de la Bahía de Cochinos: Playa Larga y Playa Girón, y se dispusieron a enfrentarse contra los del régimen cubano, hasta que veinte mil soldados y milicianos reunidos por Castro los rodearon. El 19 de abril de 1961, los invasores se rindieron a las fuerzas cubanas. Kennedy, por su parte, negó su participación en el ataque; sin embargo, Castro lo obligó a reconocer su participación a cambio de entregar a los invasores. A la Casa Blanca no le quedó más remedio que aceptar las reglas del régimen castrista. El Ataque a Playa Girón o Bahía de Cochinos dejó muertos y prisioneros que tiempo más tarde fueron intercambiados por toneladas de medicamentos.

Los Movimientos Sociales en El Salvador

En la década de 1960, los movimientos sociales en El Salvador tuvieron gran influencia del Partido Comunista Salvadoreño, el cual, desde la clandestinidad, en conjunto con la Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños (AGEUS), la Federación Unitaria Sindical de El Salvador (FUSS) y la Asociación Nacional de Educadores Salvadoreños (ANDES-21 de Junio), organizaron las mayores olas de protestas sostenidas de la década.

La FUSS y las Huelgas Laborales

La FUSS se creó en 1965 y fue la fusión de la Confederación General de Trabajadores Salvadoreños (CGTS) con siete sindicatos más. Es importante recordar que en 1963, a partir de la creación del Primer Código de Trabajo en El Salvador, se permitió el derecho a sindicalizarse y crear federaciones laborales legalmente. En 1967, surgió una cadena de huelgas laborales, comenzando con la huelga de buseros en enero, e incluyendo una huelga en la planta textil más grande de El Salvador (IUSA), con el apoyo de más de 35,000 empleados. En abril de 1967, se produjo una huelga general que se inició en la fábrica metalúrgica ACERO, demandando el derecho a efectuar una huelga tal y como lo establecía la ley. La huelga finalizó el 28 de abril de 1967. Unos 15,000 trabajadores más estaban listos para unirse a la huelga general si esta se convocaba en San Salvador, Santa Ana y San Miguel, lo cual habría logrado la participación de hasta 50,000 obreros.

ANDES-21 de Junio y el Magisterio

En 1965 nació la ANDES-21 de Junio, y luego unos 11,000 maestros se organizaron para manifestarse demandando su propia pensión, un paquete de beneficios y que se les excluyera del plan de retiro que el gobierno había propuesto.

A finales de 1967 e inicios de 1968, ANDES-21 de Junio desencadenó dos huelgas de gran importancia por parte del magisterio. La primera huelga duró del 3 al 9 de octubre de 1967 e inmovilizó a la mayoría de los maestros a escala nacional. Esta ocurrió de manera simultánea a las huelgas de panaderos y buseros, lo que evidenció un agudo sentido del creciente nivel de organización masiva frente al poder que los militares ostentaban.

A principios de 1968, el gobierno intentó destituir a los líderes clave del ANDES-21 de Junio como represalia por la realización del paro de 1967. Los maestros reiniciaron la huelga en febrero de 1968, la cual duró 58 días e incluyó varias marchas masivas de más de 20,000 protestantes, así como la ocupación del patio de la Biblioteca Nacional, donde se encontraban las oficinas del MINED. En solidaridad, estallaron huelgas realizadas por los sindicatos afiliados a la FUSS en empresas como Minerva, Sacos Molins, Industrias Plásticas IPSA, PRADO, Trabajadores del Tren de Aseo Municipal de San Salvador, Industrias DryCleaning, Marvel, Martinizing y múltiples rutas de buses.

Durante julio y agosto de 1971, la ANDES-21 de Junio inició otra huelga demandando una escala salarial modernizada y un sistema de promociones correspondiente al rango y a los años de servicio prestados. Cada organización civil dentro de la coalición contribuyó a sostener la huelga a través de la recaudación de fondos, paros laborales solidarios, distribución de propaganda y emisión de comunicados de prensa que expresaban su simpatía por la causa.

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