La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
Causas del Golpe Militar
El golpe militar de Primo de Rivera se produjo en un contexto de profunda crisis en España. Las principales causas fueron:
- El deterioro político del sistema de la Restauración, con una creciente inestabilidad gubernamental.
- Los constantes desórdenes públicos y sociales, alimentados por el miedo a una revolución similar a la rusa.
- La presencia constante del Ejército en la vida pública y su descontento por diversos factores.
- La búsqueda de responsabilidades por el Desastre de Annual y el persistente problema de Marruecos.
- La crisis general del liberalismo en Europa, que facilitó el ascenso de regímenes autoritarios y fascismos.
El Pronunciamiento y los Apoyos Iniciales
En septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera, entonces Capitán General de Cataluña, encabezó un pronunciamiento militar. Solicitó plenos poderes al rey Alfonso XIII para, según sus palabras, acabar con el terrorismo, la corrupción política y la inestabilidad. Se convirtió en el enlace de las Juntas de Defensa y los militares africanistas descontentos con el gobierno liberal.
Primo de Rivera se pronunció contra la legalidad constitucional, declaró el estado de guerra y exigió que el poder pasara a manos militares. Su Manifiesto del 13 de septiembre de 1923 justificaba el golpe de Estado argumentando que el régimen constitucional estaba bloqueado y desprestigiado, y que existía un peligro inminente de revolución social. Se propuso modificar la naturaleza del sistema político, centrándose en la crítica a la «vieja política», y prometió acabar con el caciquismo y las amenazas a la unidad nacional.
La dictadura triunfó inicialmente sin apenas resistencia, contando con el apoyo de diversos sectores:
- La burguesía catalana (inicialmente, por el temor al anarcosindicalismo y la promesa de orden).
- Los terratenientes.
- Las denominadas «clases neutras» o apolíticas, cansadas de la inestabilidad.
- Logró que parte del movimiento obrero se mantuviera expectante, e incluso que el PSOE y la UGT colaboraran inicialmente con ciertas políticas sociales del régimen.
El rey Alfonso XIII legitimó el pronunciamiento, otorgando amparo legal a la dictadura y nombrando a Primo de Rivera presidente del Directorio Militar.
Etapas y Características del Régimen
El Directorio Militar (1923-1925)
Durante esta primera fase, Primo de Rivera concentró todo el poder en su persona, asumiendo la capacidad ejecutiva y manteniendo una relación directa con el rey.
- Suspendió el régimen constitucional de 1876.
- Disolvió las Cortes (Cámaras legislativas).
- Cesó a las autoridades civiles, reemplazándolas a menudo por militares.
- Prohibió la mayoría de los partidos políticos y sindicatos (especialmente la CNT).
Gobernó mediante decretos-ley y militarizó la administración pública. Reprimió el obrerismo más radical (anarquista), mientras recogía algunos postulados de la política regeneracionista de Joaquín Costa y Antonio Maura, con el objetivo declarado de acabar con la política caciquil.
Emprendió una reforma de la administración local con la promulgación del Estatuto Municipal (1924) y el Estatuto Provincial (1925), que contemplaban una teórica mayor autonomía y una representación corporativa. Disolvió los ayuntamientos, sustituyéndolos por Juntas de Vocales Asociados.
Promovió el Somatén Nacional como milicia cívica para el mantenimiento del orden público y el control social. Fomentó un nacionalismo español de carácter unitario y centralista, lo que llevó a la supresión de la Mancomunidad de Cataluña en 1925, generando descontento en el nacionalismo catalán.
En el ámbito colonial, Primo de Rivera asumió personalmente el cargo de Alto Comisario en Marruecos. El éxito militar del desembarco de Alhucemas (1925), en colaboración con Francia, fue decisivo para poner fin a la Guerra de Marruecos.
El Directorio Civil (1925-1930)
En esta segunda fase, se intentó institucionalizar el régimen, incorporando ministros civiles al gobierno junto a los militares. Primo de Rivera buscó crear un nuevo régimen que superara las bases políticas del modelo liberal.
- Se creó un partido único, la Unión Patriótica (UP), en 1924, concebido más como un movimiento de adhesión al régimen y de apoyo cívico que como un partido político tradicional. Tenía un carácter corporativo y buscaba agrupar a diversos sectores sociales.
- Se convocó una Asamblea Nacional Consultiva (1927), formada por representantes designados por el régimen (no electos democráticamente), procedentes de instituciones locales, centrales y corporaciones profesionales. Su principal tarea fue elaborar un anteproyecto de Constitución (la Constitución de 1929), que finalmente no prosperó y no llegó a ser aprobada, buscando dotar de una nueva legalidad a la monarquía.
Política Económica
La política económica de la dictadura se benefició de una coyuntura económica internacional favorable (los «felices años veinte») hasta 1929. Sus principales características fueron:
- Intervencionismo estatal y nacionalismo económico: Se buscó fortalecer el mercado nacional y apoyar la producción interior.
- Regulación de precios y ordenación de los sectores productivos.
- Creación del Consejo de Economía Nacional (1924) para coordinar la política económica, aplicando medidas proteccionistas (fiscales y crediticias) y concediendo subvenciones a compañías ferroviarias, mineras, navieras, etc.
- Un ambicioso plan de obras públicas: construcción y mejora de infraestructuras, incluyendo carreteras (creación del Circuito Nacional de Firmes Especiales), confederaciones hidrográficas para la gestión del agua y planes hidroeléctricos. Esto generó un considerable aumento del déficit presupuestario.
- Creación de monopolios estatales o con amplia participación del Estado, como la Compañía Telefónica Nacional de España (Telefónica) y CAMPSA (Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos S.A.).
Política Social
La dictadura implementó diversas medidas en el ámbito social:
- Política agraria: Se intentó un tímido proyecto de reforma agraria que pretendía conceder fondos a los colonos para comprar y mejorar terrenos, pero tuvo escaso alcance y no solucionó los problemas estructurales del campo español.
- Organización Corporativa Nacional (OCN): Creada en 1926 e inspirada en el corporativismo fascista italiano, estableció comités paritarios (formados por igual número de representantes de patronos y obreros) para regular las condiciones laborales, mediar en los conflictos y evitar huelgas. Contó con la colaboración de la UGT, mientras la CNT era perseguida.
- Legislación social: Se promovieron algunas medidas como la construcción de viviendas obreras (casas baratas), seguros de maternidad, protección laboral de la mujer (aunque con una visión tradicional de su rol social) y la elaboración del Código de Trabajo (1926).
La Oposición a la Dictadura
A pesar del éxito inicial y de ciertos logros, la dictadura fue generando una creciente oposición desde diversos frentes:
- Intelectuales y estudiantes universitarios: Figuras como Miguel de Unamuno, Ortega y Gasset o Blasco Ibáñez fueron muy críticos con el régimen. Se fundó la Federación Universitaria Escolar (FUE), un sindicato estudiantil que se opuso activamente a la dictadura, especialmente a la tentativa de conceder validez oficial a los títulos expedidos por universidades privadas (principalmente católicas).
- Políticos de los antiguos partidos dinásticos (liberales y conservadores): Apartados del poder, conspiraron contra el régimen (como la «Sanjuanada» de 1926).
- Republicanos: Se reorganizaron y aumentaron su base social, convirtiéndose en la principal fuerza de oposición.
- Movimiento obrero: La CNT, ilegalizada y duramente reprimida, actuó en la clandestinidad, radicalizándose con la creación de la FAI (Federación Anarquista Ibérica) en 1927 como grupo de afinidad para mantener la pureza ideológica anarquista dentro del sindicato.
- Nacionalismos periféricos: El enfrentamiento con el catalanismo se agudizó tras la supresión de la Mancomunidad y la política centralista y de restricción de las lenguas y culturas regionales.
- Algunos sectores del Ejército que se sintieron marginados o en desacuerdo con la perpetuación del régimen.
La Caída de Primo de Rivera (enero 1930)
Diversos factores contribuyeron a la dimisión de Primo de Rivera en enero de 1930:
- La crisis económica mundial de 1929: Sus efectos comenzaron a sentirse en España (aunque con cierto retraso), con la retirada de capitales extranjeros, dificultades para financiar el déficit público, la depreciación de la peseta y el aumento del paro.
- La pérdida de apoyos sociales y políticos: El régimen fue perdiendo el respaldo de sectores que inicialmente lo habían apoyado, incluyendo la burguesía, los terratenientes y, crucialmente, importantes sectores del Ejército y del propio rey Alfonso XIII.
- El desgaste personal del dictador, su mala salud y la falta de un proyecto político claro a largo plazo más allá de su persona.
Primo de Rivera, sintiéndose falto de apoyos (especialmente tras consultar a los altos mandos militares), presentó su dimisión al rey Alfonso XIII el 28 de enero de 1930, exiliándose poco después a París, donde moriría en marzo de ese mismo año.
La Transición Fallida y la Caída de la Monarquía (1930-1931)
El Gobierno de Berenguer (la «Dictablanda»)
Tras la dimisión de Primo de Rivera, Alfonso XIII encargó formar gobierno al general Dámaso Berenguer (enero 1930 – febrero 1931). Su objetivo era retornar gradualmente al régimen constitucional de 1876, en un intento que la oposición calificó despectivamente como la «dictablanda».
- Los antiguos partidos dinásticos (conservadores y liberales) se mostraron reticentes a colaborar y exigieron una vuelta inmediata y completa a la normalidad constitucional, desconfiando de las intenciones del rey. Surgió la Unión Monárquica Nacional como intento de aglutinar a los monárquicos leales.
- El gobierno actuó con extrema lentitud en el restablecimiento de las libertades constitucionales y políticas.
- Se desarrolló una política económica restrictiva en inversiones y gasto público en un contexto de crisis, lo que agravó el malestar social.
Durante este período, se produjo un auge imparable del movimiento republicano, apoyado por:
- Grupos nacionalistas (como Esquerra Republicana de Catalunya, fundada en 1931).
- Partidos y sindicatos obreros (PSOE, UGT, CNT).
- Amplios sectores de las clases medias, intelectuales y catedráticos.
En agosto de 1930, las principales fuerzas políticas republicanas, socialistas y nacionalistas catalanas y gallegas firmaron el Pacto de San Sebastián. Acordaron una estrategia común para instaurar la República y crearon un comité revolucionario (futuro gobierno provisional) encargado de contactar con militares republicanos y buscar el apoyo obrero para organizar un levantamiento.
En diciembre de 1930, tuvo lugar la sublevación de Jaca, protagonizada por los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández, quienes proclamaron la República. El levantamiento fracasó rápidamente y sus líderes fueron fusilados, convirtiéndose en mártires de la causa republicana.
Se intensificaron las movilizaciones de los sindicatos y de la FUE. Intelectuales de prestigio como José Ortega y Gasset (con su artículo «El error Berenguer» y luego «Delenda est Monarchia»), Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala publicaron manifiestos a favor de la República.
El Gobierno de Aznar y las Elecciones Municipales del 12 de abril de 1931
En febrero de 1931, el general Berenguer dimitió y Alfonso XIII nombró presidente del gobierno al almirante Juan Bautista Aznar. Su principal cometido fue convocar elecciones para intentar una salida a la crisis política, comenzando por las elecciones municipales, fijadas para el 12 de abril de 1931.
Estas elecciones fueron planteadas por la oposición republicana y socialista como un plebiscito sobre la continuidad de la monarquía.
Resultados y Consecuencias:
- Aunque globalmente el número de concejales elegidos fue mayoritariamente monárquico (debido al peso del voto rural, menos politizado y más susceptible al caciquismo), las candidaturas republicano-socialistas obtuvieron una victoria arrolladora en 41 de las 50 capitales de provincia y en las principales ciudades y núcleos industriales, donde el sufragio era más libre, participativo y representativo del sentir popular.
- La abstención fue elevada en el campo y en algunas zonas tradicionalmente monárquicas donde los republicanos no presentaron candidaturas o se abstuvieron.
- Los resultados en los núcleos urbanos fueron interpretados inequívocamente como un rechazo masivo a la monarquía de Alfonso XIII y un apoyo mayoritario a la instauración de la República. Ante la magnitud de la victoria republicana en las ciudades, la euforia popular en las calles y la pérdida de apoyos clave, Alfonso XIII decidió suspender el ejercicio del poder real y abandonar España el 14 de abril de 1931, proclamándose ese mismo día la Segunda República Española.