La Guerra Civil Española (1936-1939)
INTRODUCCIÓN
El 17 de julio de 1936 se inició en Melilla un pronunciamiento que los sublevados llamaron “Alzamiento Nacional”. Franco tomó el mando de las tropas de Marruecos y Mola el de los ejércitos del norte. Sanjurjo, que debía hacerse cargo de la dirección de la sublevación, murió en un accidente. En los días siguientes, la sublevación se extendió por la Península, triunfando rápidamente en las zonas rurales de Galicia, Meseta norte, Navarra y Aragón, además de Marruecos y Sevilla. En estas zonas predominaba la propiedad agraria minifundista. En otras zonas rurales como la Meseta Sur y Andalucía, predominaba el latifundio, los obreros del campo estaban afiliados a organizaciones de izquierda, como la CNT, y se opusieron a la sublevación. También la España urbana e industrial de Madrid, Levante y Cornisa Cantábrica se mantuvo leal a la República. España quedaba dividida en dos zonas enemigas casi coincidentes con los resultados electorales de 1936: las zonas donde el voto había sido mayoritario para el Frente Popular permanecieron fieles a la República, mientras que donde habían ganado las derechas triunfó la sublevación. El enfrentamiento entre estas dos zonas convirtió lo que Mola había creído que sería un rápido golpe de estado en una guerra civil que se prolongó durante tres años.
DESARROLLO
A. La rápida llegada a Madrid
El plan inicial de los sublevados era ocupar Madrid. Gracias al apoyo de Hitler y de Mussolini, las tropas de Marruecos se transportaron a la Península a través del estrecho de Gibraltar. Desde Gibraltar pasaron a Sevilla, y luego a Extremadura y a Toledo a finales de septiembre, desviándose de la ruta hacia Madrid para auxiliar a los sublevados del Alcázar, asediados por tropas republicanas. Los “nacionales” (sublevados) liberaron el Alcázar, pero retrasaron su llegada a Madrid, lo que permitió organizar su defensa y resistir durante muchos meses. En octubre se organizó en Burgos un gobierno de los sublevados al que llamaron «gobierno nacional”, y Franco fue nombrado generalísimo de los ejércitos y Jefe del Estado, lo que conllevó el máximo poder militar y político de la zona “nacional”. Se preparó entonces un ataque contra Madrid, pero su resistencia no pudo romperse. No obstante, el Gobierno de Largo Caballero se había trasladado a Valencia, ante la inminencia de un ataque.
B. La implicación de potencias europeas
Las potencias europeas firmaron un acuerdo de no intervención, pero en la práctica no se cumplió el acuerdo. Las democracias se mantuvieron fieles al pacto de no intervención, sobre todo por miedo a desencadenar un conflicto generalizado, debido a las tensiones con Alemania. Alemania e Italia enviaron voluntarios y abundante material de guerra para los sublevados, mientras que la URSS lo hizo con los leales a la República. También la República recibió ayuda a través de las Brigadas Internacionales. Hay que destacar la utilización de esta guerra para experimentar armas, como los masivos bombardeos efectuados por Alemania sobre ciudades pobladas por civiles, como ocurrió en Guernica. En realidad, las ayudas recibidas por uno y otro bando no sirvieron para decantar la victoria; más bien lo que lograron fue alargar la guerra.
C. El avance de las tropas sublevadas y final de la guerra
Largo Caballero dimitió como presidente del Gobierno y fue sustituido por Negrín. Este actuó en una doble dirección: A) Intentar que el conflicto español se aglutinara en el conflicto internacional que ya se daba por inevitable y que conoceremos como II Guerra Mundial. B) Negociar un acuerdo con los «nacionales» basado en 13 puntos que Franco rechazó con la exigencia de una rendición incondicional. El ejército sublevado fue ocupando territorios y ciudades:
- Desde junio hasta octubre de 1937 fueron tomadas las ciudades industriales del norte.
- En diciembre de 1937 tuvo lugar la “batalla de Teruel”, una de las más duras de la guerra.
- En abril de 1938 los sublevados lograron llegar al Mediterráneo, dividiendo el territorio republicano en dos partes.
- De julio a noviembre de 1938 tuvo lugar la “batalla del Ebro”, que supuso el hundimiento del ejército republicano del este.
Los comunistas querían seguir resistiendo, pero el desmoronamiento del gobierno y del ejército republicano era total. En marzo, el Coronel Casado dio un golpe de Estado en Madrid que justificó como anticomunista, creándose el Consejo Nacional de Defensa, que intentaría, sin éxito, una paz negociada con Franco. El 26 de marzo cae Madrid en poder de los nacionales y, consecutivamente, las últimas capitales de provincia.
El 1 de abril Franco daba la guerra por terminada con un escueto comunicado.
D. Relación entre la geografía de la guerra y la economía
Al principio, los republicanos tenían la zona levantina de agricultura de exportación y de arroz. Los “nacionales” tenían la base cerealista de España y, poco a poco, fueron controlando la minería del norte. Mediada la guerra, la zona de Franco tenía todos los elementos de una economía completa y la inflación fue mucho menor. En el lado republicano sucedió lo contrario: se pagó sueldo a los milicianos y el optimismo popular hizo que se disparara en las grandes ciudades el consumo. A los pocos meses de iniciarse la guerra, el Gobierno presidido por Largo Caballero y con Negrín como Ministro de Hacienda, trasladó las reservas de oro del Banco de España a la URSS y a Francia, donde se vendieron. La utilización del dinero obtenido es hoy tema de debate histórico.
CONCLUSIÓN
La guerra se dio por terminada con un escueto comunicado: “En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. Burgos, 1 de abril de 1939. Firma: Francisco Franco, Generalísimo de los Ejércitos”. Este comunicado significa que el final de la guerra no fue sino una victoria militar, y no el final de las diferencias entre dos Españas muy distintas. Esta paz militar, sin acuerdos que reconciliaran a los dos bandos, suponía el dominio de una parte de la población española sobre la otra. El final de la guerra supuso también la persecución y el exilio de los vencidos. Como resultado de la guerra civil, surgió un gobierno emanado de las armas, no de las urnas.
La Segunda República Española (1931-1936)
INTRODUCCIÓN
El 13 de abril de 1931, conociendo los resultados de las elecciones para recuperar el sistema canovista tras la dictadura de Primo de Rivera, las masas salieron a la calle vitoreando la República. Ante esto, las fuerzas del orden público no tomaron medidas. Alcalá Zamora, presidente del comité revolucionario, exigió a Alfonso XIII su salida de España. Al día siguiente, el Comité pasó a llamarse Gobierno Provisional y se proclamó la Segunda República. Alfonso XIII partió hacia Cartagena para ir al exilio. La oligarquía se mantuvo pasiva ante los acontecimientos, aunque más tarde se organizaron para oponerse a la Segunda República.
DESARROLLO
A. El Bienio Reformador
Tuvo dos gobiernos: el Gobierno Provisional, desde la proclamación de la Segunda República hasta la aprobación de la Constitución de 9 de diciembre de 1931; y después un gobierno constitucional pero de los partidos republicanos y de izquierdas.
A.1. Gobierno Provisional
Formado por intelectuales con poca experiencia política, convocó elecciones constituyentes en junio de 1931 y legisló con los siguientes decretos:
- Trabajo en el campo: jornada de 8 horas, protección en caso de accidente, prohibición de desahucios, creación de jurados mixtos del trabajador rural y obligación de tener labradas y cultivadas todas las tierras.
- Instrucción pública: construcción de escuelas, aumento salarial y creación del Patronato de Misiones Pedagógicas para difundir la cultura en el medio rural.
- Reforma del ejército: reducción de oficiales, cierre de la Academia General Militar dirigida por Franco; anular la Ley de Jurisdicciones de 1906 y anulación de ascensos por méritos.
- Separación de la Iglesia y el Estado: prohibición de la enseñanza de la religión en escuelas públicas.
En las elecciones de las Cortes Constituyentes hubo la mayor participación hasta la fecha por sufragio universal masculino (70%). La desorganización de la derecha ayudó a que los republicano-socialistas obtuvieran la mayoría.
A.2. La Constitución de 1931
Fue redactada en 1931 por una comisión presidida por Jiménez de Asúa, pero la iniciativa la tuvieron los socialistas. Principios Constitucionales: Soberanía nacional, llamada soberanía popular; sufragio universal (hombres y mujeres); la propiedad privada queda sujeta a los intereses de la economía del Estado; el Estado se califica como República de los trabajadores de toda clase; también se declara el Estado como integral, pero con la autonomía de municipios y regiones; y se declara la no confesionalidad del Estado. La Iglesia y las órdenes religiosas carecerían de beneficios.
A.3. Gobierno Constitucional
La Constitución fue aprobada el 9 de diciembre y al día siguiente Alcalá Zamora fue nombrado presidente de la República y Azaña presidente del nuevo gobierno. Dos proyectos de ley fundamentales para la nueva República, el Estatuto de Cataluña y la Reforma Agraria, se estancaron en las Cortes debido a la oposición de la derecha y el partido de Lerroux. Para evitar su aprobación, sectores del ejército dirigidos por el general Sanjurjo, carlistas y alfonsinos se sublevaron, pero fueron vencidos y la sublevación tuvo el efecto contrario al buscado. A principios de 1933 hubo varios levantamientos anarquistas; el de Casas Viejas supuso el final del gobierno de Azaña, pues los socialistas no quisieron seguir colaborando con los republicanos. Lerroux retiró el apoyo al gobierno que quedó en minoría; el presidente de la República convocó elecciones.
B. Bienio Centro-Derecha
B.1. Marcha atrás en las reformas
Las derechas acudieron agrupadas a las elecciones de 1933, a diferencia de los socialistas y republicanos. Con voto femenino por primera vez, la CEDA obtuvo la mayoría, pero Alcalá Zamora encargó la formación del gobierno a Lerroux porque los republicanos y socialistas temían que la CEDA acabase con la República y amenazaban con una revolución. Pero Lerroux dependía de los votos de la CEDA en las Cortes, por eso su política consistió en frenar la autonomía catalana y vasca. La CEDA tenía una actitud que la izquierda consideraba provocativa.
B.2. La Revolución de Octubre de 1934 y sus consecuencias
En febrero se derogó la Reforma Agraria y los salarios bajaron; algunos terratenientes se negaron a sembrar como muestra de fuerza. Largo Caballero y una parte del PSOE endurecieron las huelgas en Andalucía.
Alcalá encargó un nuevo gobierno para acabar con esta crisis. Fue dirigido por Samper e incluyó tres ministros de la CEDA. Esta fue la excusa para que el presidente de la Generalitat proclamase el estado catalán, pero 24 horas después el gobierno de la Generalitat fue detenido y todo terminó. La represión en Asturias, mandada por Franco, provocó cientos de muertos y miles de detenidos.
B.3. Fin del periodo
En septiembre de 1934, un escándalo conocido como el estraperlo, hundió al partido radical. Gil Robles presionó a Alcalá para formar un gobierno con ministros de la CEDA. El presidente le encargó crear un gobierno a Portela con el objetivo de convocar elecciones en 1936.
C. Frente Popular
C.1. El Gobierno del Frente Popular
El PSOE, PCE y republicanos se unieron en un pacto del Frente Popular. La CEDA encabezó el Frente Nacional; la Falange Española y de las JONS no entró en esta coalición. Las elecciones dieron una ajustada victoria al Frente Popular, que contó con votos anarquistas. El nuevo gobierno, presidido por Azaña, amnistió presos, restableció la autonomía catalana y los ayuntamientos vascos, y aceleró la Reforma Agraria. Calvo Sotelo sustituyó a Gil Robles como líder de la derecha. La escala de violencia llegó a su máximo con el asesinato del teniente Castillo, militante socialista. Los suyos respondieron con el de Calvo Sotelo. Esto aceleró la sublevación dirigida por Mola.
CONCLUSIÓN
…
La Crisis de la Restauración (1898-1923)
INTRODUCCIÓN
Tras el desastre de 1898, los opositores al sistema canovista consideraron que este había fracasado. Pero aparece el Regeneracionismo que propone su renovación. El programa regeneracionista afirmaba que el sistema canovista atendía solo a los intereses de la oligarquía y esto provocaba la oposición del resto de la población. Costa proponía unas reformas públicas para contrarrestarlo. El objetivo último era crear una clase media que se alejase de anarquistas y socialistas. Deseaba, pues, un país moderno lejos del pasado colonialista y oligárquico. El proyecto de Costa de formar un partido político fracasó, pero fue tenido en cuenta por los gobiernos turnistas.
DESARROLLO
Los intentos de superar el desastre del 98 se iniciaron con María Cristina y continuaron con Alfonso XIII. Estos intentos se basan en el Regeneracionismo, y se conocen como “revolución desde arriba”, por estar promovidos desde los propios gobiernos del sistema que se quería renovar. Pero fracasaron debido a la oposición de la oligarquía y de la Iglesia, y por la pobreza del Estado. La negativa continuada de la oligarquía a reformar el sistema fiscal impedía cualquier cambio, lo que equivale a decir que la burguesía liberal española quería la modernización, pero no estaba dispuesta a pagarla. Además de Costa, hubo un grupo de escritores que coincidían con él. Se les conoce como Generación del 98. Los autores más significativos fueron Unamuno, Machado, Valle-Inclán, etc. Hicieron aportaciones individuales. A principios del siglo XX, en Cataluña, un grupo de escritores proponía la europeización de España. Eugeni d’Ors fue su inspirador e inventó el nombre de Novecentismo para el grupo. Escritores como Ortega y Gasset, Gregorio Marañón…
Crisis de 1909: La Semana Trágica
El desastre de 1898 llevó a los gobiernos de la Restauración a volcarse más en el dominio colonial de Marruecos. En este ambiente, el gobierno conservador de Maura decidió en 1909 enviar tropas reservistas de refuerzo al Rif. Esto provocó una gran oposición generalizada. Los socialistas se pusieron de acuerdo con Solidaridad Obrera y declararon la huelga general. Maura declaró el estado de guerra y sacó el ejército a las calles. Durante los tres meses siguientes, se detuvo a miles de personas, algunos con condenas severas. Los juicios se llevaron a cabo por tribunales militares, en aplicación de la Ley de Jurisdicciones. Entre los ejecutados se encontraba Ferrer Guardia, cuya ejecución provocó una amplia protesta en España y en las grandes capitales europeas. La Semana Trágica puso en evidencia el malestar de amplios sectores de la población con el sistema canovista, e influyó decisivamente en la política. Aunque hubo turno de partidos, antes de la Semana Trágica el protagonismo político le correspondió al Partido Conservador, mientras que después de ella pasó al Partido Liberal, y Maura se vio obligado a alejarse de la política durante años.
Crisis de 1917
A. El impacto de la Primera Guerra Mundial
Dato declaró neutral a España en la Primera Guerra Mundial, lo que supuso para España ser abastecedor de los países contendientes y un beneficio para la burguesía industrial. Pero para las clases populares supuso el empeoramiento del nivel de vida, pues la escasez de productos en el mercado español encareció los artículos de consumo, mientras que los salarios se mantuvieron bajos. Esto provocó el crecimiento de las tensiones sociales.
B. El ejército vuelve a cobrar protagonismo
Una de las preocupaciones de Cánovas a la hora de diseñar el sistema de la Restauración era garantizar una estabilidad política en España que acabase con el protagonismo del ejército y sus pronunciamientos. Pero a partir de la derrota frente a EE. UU., surgieron críticas contra el ejército acusando a jefes de haber hecho fortuna con los suministros para la campaña de Cuba, y el ejército acusaba a los políticos de ser responsables de la derrota. Algunos oficiales de Barcelona atacaron publicaciones que criticaban habitualmente al ejército. A estos militares les apoyaron muchos de toda España, y el gobierno cedió a sus presiones concediendo la Ley de Jurisdicciones. Los conflictos del ejército fueron también internos. Los que no iban a Marruecos crearon las Juntas Militares de Defensa y exigían el ascenso por orden de antigüedad. Así, el ejército volvió a tener protagonismo.
C. La crisis de 1917 propiamente dicha
a) La crisis militar
El gobierno mandó arrestar a los jefes de las Juntas. Ante la amenaza de una rebelión, el gobierno aceptó la existencia de las Juntas. En adelante, estas harán y desharán a los ministros de Guerra e incluso a los gobiernos. Comenzando así una nueva era de protagonismo militar en lo político.
b) La crisis política
Se inició con una reunión en Barcelona convocada por la Lliga. El objetivo era exigir al gobierno de la nación la convocatoria de unas Cortes Constituyentes que cambiaran la estructura del Estado. Esta heterogénea representación explicaría su fracaso, pero además Dato declaró la reunión sediciosa y mandó detener a los participantes. Las Juntas colaboraron con el gobierno en la disolución de la reunión.
c) La huelga general
La CNT y la UGT acordaron pedir al gobierno su intervención para contener los precios, y decidieron utilizar la huelga general para forzarlo a ello. La huelga se inició en Valencia en 1917 y se extendió por toda España, con especial incidencia en Asturias, donde la autoridad militar dio orden de perseguir a los mineros huelguistas. La reacción del gobierno fue represiva: ley marcial, encarcelamiento del comité de huelga, disolución violenta de las manifestaciones, etc., con intervención del ejército.
CONCLUSIONES
Tres son las conclusiones que se pueden extraer de la crisis: La primera es que el sistema de la Restauración se mantuvo durante cinco años más pero con muchas dificultades. La segunda, que el ejército fue el protagonista fundamental en los tres episodios revolucionarios, volviendo a aparecer como la solución a los problemas políticos. Y la tercera, el fracaso de los intentos de renovación del sistema de la Restauración y la incapacidad para ofrecer alternativas por parte de una oposición muy heterogénea.
La Dictadura de Primo de Rivera y el Fin de la Monarquía (1923-1931)
INTRODUCCIÓN
Tras la huelga general de 1917 se produjo una crisis política, donde se crearon 13 partidos políticos debido al desprestigio y debilidad de los partidos dinásticos. Su año clave fue el 1921 por una doble razón:
- EL TRIENIO BOLCHEVIQUE: La Semana Trágica de 1909, la huelga general de 1917 y la crisis de subsistencia causaron huelgas y revueltas en Asturias, País Vasco, Cataluña y el campo andaluz entre 1919 y 1922. Desde 1920, la represión sobre los huelguistas se endureció, aumentando la violencia entre las fuerzas gubernamentales y la CNT.
- EL PROBLEMA MARROQUÍ: El general Silvestre se propuso entre 1920 y 1921 obtener la victoria ante Abd-el-Krim. Su nefasta táctica le llevó a una gran muerte de soldados españoles y a la derrota del ejército español.
DESARROLLO
A. El golpe militar
En septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera se pronunció en Barcelona y proclamó la dictadura militar provisional para tres meses, cuyo objetivo era resolver los males que asolaban el país: terrorismo, propaganda comunista, separatismo nacionalista, desorden financiero, corrupción política, cuestión marroquí e impiedad. El rey se mostró colaborador y le entregó el poder a Primo de Rivera, que constituyó y presidió un Directorio militar. El mismo día se decretó el Estado de Sitio y las Cortes se disolvieron. Así, el ejército llegó al máximo de su protagonismo político.
La opinión pública fue favorable en un primer momento. Después estuvieron a favor: la España rural, los partidos dinásticos, los terratenientes, la burguesía industrial y la derecha católica. En contra: las clases medias, los anarquistas y los socialistas (PSOE, UGT).
B. La ideología
Aunque hay coincidencias con el fascismo, esta dictadura fue regeneracionista, conectando ideas de Joaquín Costa y la revolución desde arriba: persecución de la corrupción caciquil, la reforma electoral que daría el voto a la mujer pero no llegó a aprobarse, modernización de la sociedad, etc. Esta dictadura no prohibió los partidos políticos excepto los comunistas, aunque sí les prohibió la participación en la vida política. [aqui falta chicha.]
C. Primera etapa: Directorio Militar (1923-1925)
a) Los objetivos de esta etapa eran: acabar con el poder de los caciques en los ayuntamientos y diputaciones sustituyéndolos por el de militares. b) Restablecer el orden público, reprimiendo a la CNT, la prensa, los intelectuales y nacionalistas. c) El problema de Marruecos: Francia y España firmaron un acuerdo para unir sus esfuerzos en el protectorado. Entre 1926-1927 pacificaron la zona, el número de tropas de Marruecos se redujo y el Protectorado dejó de ser un problema para España.
D. Segunda etapa: Directorio Civil (1925-1930)
Primo de Rivera introdujo civiles en el directorio con el objetivo de: a) Crear un sistema al margen de la oligarquía y el caciquismo. b) Legalizar la dictadura con una Constitución. Fue redactada por la Unión Patriótica y la Asamblea Nacional. En el proyecto no se recogía la soberanía nacional ni la división de poderes, solo la soberanía compartida Cortes-Nación. Finalmente quedó sin resolverse, no convenció al dictador.
E. Coyuntura económica
La dictadura aprovechó la buena coyuntura económica de la postguerra mundial. El objetivo principal de la política económica era elevar la renta nacional y mejorar su distribución entre la población. Para ello se incrementó el gasto del sector público, se creó CAMPSA o Telefónica, mejorando la red y el transporte ferroviario.
F. La instrucción pública
La construcción de centros de enseñanza y Escuelas Normales para la formación de maestros, y el aumento salarial, hizo que descendiera el índice de analfabetismo. A la vez hubo recortes en la libertad de la enseñanza, sobre todo en la Universidad, lo que llevó a su enfrentamiento con la dictadura.
G. Final de la dictadura
Tras cuatro años de directorio civil, la dictadura sufrió ataques de distintos sectores; el más importante fue la Sanjuanada, en la que colaboraban políticos de distintas ideologías. La enfermedad y huelgas y conspiraciones militares llevaron a Primo de Rivera a dimitir y salir del país, muriendo poco después.
H. Efímero regreso de la monarquía parlamentaria
Tras la dimisión de Primo de Rivera, Alfonso XIII intentó volver al sistema anterior a la dictadura. Nombró presidente al general Dámaso Berenguer; este periodo fue conocido como la dictablanda. Pero el regreso a la Restauración era imposible, ya que la monarquía de Alfonso XIII se había quedado sin apenas aliados y el sistema caciquil estaba desarticulado. Berenguer fue sustituido por el almirante Aznar, al que el rey le asignó la convocatoria de unas elecciones municipales, provinciales y legislativas. Primero se convocaron las municipales, confiando en el caciquismo. Se esperaba que los candidatos monárquicos obtuvieran buenos resultados, restaurando su poder. Después se convocarían las demás elecciones con garantía de volver al sistema de turnos de partidos.
El 12 de abril de 1931 se realizaron las elecciones; participó casi un 70% del censo (varón y mayor de 23 años). Los resultados fueron terribles para la monarquía. De 50 capitales de provincia, en 41 ganaron candidatos republicanos y socialistas. El monarca y los partidos republicanos entendieron que era hora de dar paso a la Segunda República.
CONCLUSIÓN
- La dictadura de Primo de Rivera puso fin al sistema canovista.
- Se creó la Unión Patriótica.
- Deterioro aún mayor de la monarquía y el ejército.
- Deterioro de los partidos burgueses tradicionales, quedando los republicanos y socialistas.
- Importante relación entre la dictadura de Primo de Rivera y Franco.
La Romanización de Hispania
INTRODUCCIÓN
Por romanización se entiende el proceso histórico en todo el Mediterráneo, que se inició en la península Ibérica en el siglo III a. C. y en las islas Baleares un siglo después. La población indígena asimiló los modos de vida de los romanos en diversas facetas: la administración provincial, la urbanización y las obras públicas, las estructuras económicas y sociales, el derecho, la cultura y la religión. Se conservaron algunas costumbres prerromanas. El proceso no fue homogéneo en el tiempo; se intensificó a partir del siglo I a.C. bajo la paz imperial. Tampoco lo fue en territorio, siendo muy intenso en las zonas mediterráneas, incluidas las islas Baleares, y más leve en el interior, en el norte y en el noroeste.
DESARROLLO
La administración territorial
En la Administración romana de Hispania hubo tres etapas:
a) Desde el 197 a.C. hasta el siglo I a.C.: Es un periodo de administración militar en el que la península fue dividida en dos provincias: Hispania Citerior e Hispania Ulterior, con límites que fueron variando hasta quedar definitivamente establecidos por una línea imaginaria que cruzaba aproximadamente desde Cartagena hasta Zamora. En cada una de ellas había un enemigo que seguía creando una amenaza: en la Citerior eran los celtíberos, y en la Ulterior, los lusitanos. Cada provincia estaba bajo la jurisdicción de un pretor que determinaba con su presencia la capitalidad de una ciudad. Las más frecuentes fueron: Emporion, Cartago Nova y Tarraco para la Citerior y Corduba para la Ulterior.
b) Entre los siglos I a.C. y III d.C.: En este periodo, Hispania fue dividida en tres provincias creadas por Octavio, el primer emperador, tras someter a cántabros y astures. La provincia Citerior se mantuvo, pero ahora fue denominada Tarraconense. Tuvo capital estable en Tarraco y abarcaba dos tercios del territorio peninsular, incluía los territorios más problemáticos desde el punto de vista militar. El número de tropas disminuyó poco a poco, aunque permaneció un destacamento, la Legio VII Gémina. La antigua Hispania Ulterior se dividió en dos: la Lusitania, con capital en Emerita Augusta, y la Bética, con capital en Corduba. Las provincias Tarraconense y Lusitania estaban gobernadas por el emperador a través de legados, mientras que la Bética, considerada pacificada y romanizada, era controlada por el Senado.
c) Entre los siglos III y V d.C.: En este periodo, las estructuras territoriales experimentaron una remodelación como consecuencia de la crisis que atravesaba el Imperio. Bajo los emperadores Diocleciano y Constantino I, el Imperio se dividió en diócesis dirigidas por un vicarius, cada una formada por varias provincias. La diócesis de Hispania estaba formada por siete provincias: de la antigua Tarraconense salieron tres nuevas provincias segregadas (Gallaecia, Cartaginense y Baleares), la Lusitania, la Bética y la Mauritania del norte de África.
La ciudad
La ciudad era la unidad administrativa básica, fue un instrumento fundamental de romanización. Puede decirse que sin ciudad no existe el Imperio:
- a) Nuevas ciudades: Con habitantes procedentes de Roma o Italia y soldados veteranos licenciados, por ejemplo: Itálica o Corduba (fundadas en la época republicana), Bercino e Ilici (en la época de las guerras civiles), o las creadas por Octavio: Emérita Augusta y Cesaraugusta. También se creó un cinturón en torno a los cántabros y astures: Lucus Augusta.
- b) Ciudades indígenas transformadas en ciudades romanas: Con un régimen jurídico similar al de Roma. Estas habían colaborado con Roma y recibieron un trato privilegiado. También siguieron este proceso las que tenían inmigrantes romanos. Malaca, Gades, Sagunto, Cartago Nova y Tarraco fueron las principales ciudades de Hispania convertidas en municipios romanos.
- c) Las ciudades estipendiarias: Ciudades indígenas que pagaban impuestos a cambio de que se respetase su administración propia. No obstante, en estas ciudades se imitaban las costumbres romanas, sus nombres e incluso obtenían la ciudadanía romana.
La red viaria
Comunicaba las ciudades creando una red que abarcaba toda la Península y todo el Imperio con el objetivo primordial de facilitar a las legiones su desplazamiento, pero también para favorecer la economía y, por lo tanto, la romanización.
Los recursos económicos peninsulares
Fueron explotados por Roma con mano de obra libre, esclavos y condenados. Muy intensa fue la minería de la plata en Cartago Nova y Castulo, la de oro, plomo, hierro, cobre y estaño. Estas minas atrajeron a técnicos, contables, comerciantes y empresarios de la península itálica, intensificándose la romanización. También explotaron la tríada mediterránea: vino y olivo en su mayoría.
La villa romana
Explotación agrícola-ganadera destinada a la comercialización. Estas se convirtieron durante el Bajo Imperio en centros de poder rural y serán la base del cambio de modelo de urbano a rural tras la caída del Imperio.
Las estructuras sociales
En el siglo I a.C. había en Hispania siete millones de personas en diferentes situaciones jurídicas, que tendieron a la romanización con la concesión de la ciudadanía:
- a) Minoría de colonos romanos e itálicos: Tenían plenos derechos políticos y de propiedad. A menudo controlaban los sectores comerciales, industriales, mineros y agrícolas. De entre esta minoría surgieron familias que fueron influyentes en la vida política y cultural de Roma.
- b) Élites indígenas: Imitaban a los romanos en costumbres e idioma. Algunos lograron la ciudadanía romana tras servir en el ejército. Pero la concesión de ciudadanía fue escasa hasta el final de la República; la mayoría de las élites urbanas pudieron convertirse en ciudadanos. En el año 212, el emperador Caracalla concedió a todos los habitantes del Imperio la ciudadanía romana.
- c) Los indígenas libres: Tardaron más tiempo que las élites en abandonar sus costumbres, su lengua y sus creencias religiosas, sobre todo en el interior peninsular. Estos constituían la base social, quedando más abajo los libertos y los esclavos.
Cultura y Religiosidad
- Cultura: El derecho romano, que regía en todo el Imperio, es una de las más importantes aportaciones de la romanización, siguiendo presente hoy en día en muchas órdenes jurídicas. Constituye un fundamental signo de romanización, pues la lengua es el principal rasgo diferenciador de las comunidades humanas. Antiguas son las aportaciones hispanas a la literatura clásica. Del latín proceden todas las lenguas de España, menos el vasco.
- Religiosidad: Los romanos recurrieron al sincretismo de sus divinidades con las locales, aunque obligaban al culto a la tríada capitolina (Júpiter, Juno y Minerva) y a la divinidad del emperador. Procedente de Oriente llegó el cristianismo, del que hay constancia en Hispania a partir del siglo III. Teodosio I el Grande convirtió al cristianismo en la religión oficial del Imperio, prohibiendo la práctica de otros cultos. Privilegiada jurídica y económicamente, la Iglesia católica pasó a ser un poderoso colaborador del Imperio en la romanización de Hispania.
CONCLUSIÓN
La Península Ibérica experimentó una profunda transformación durante los seis siglos que permaneció vinculada a Roma. Por primera vez en su historia, el territorio peninsular tuvo unidad política y administrativa. Sus habitantes se convirtieron en romanos, aun conservando peculiaridades propias, a través de las costumbres, el derecho, la religión y la lengua. El vigor de aquel proceso queda aún visible en la fisonomía peninsular: monumentos, vías, edificios, cultivos, etc.
La Baja Edad Media en Castilla y Aragón
INTRODUCCIÓN
La victoria de Don Pelayo frente a los musulmanes en Covadonga supuso el comienzo de la recuperación del dominio cristiano sobre el territorio del antiguo reino visigodo. Este territorio se convirtió en cuatro entidades monárquicas cristianas: Portugal, Corona de Castilla, Navarra y Corona de Aragón (reinos de Aragón, de Valencia, de Mallorca y Condados catalanes), a los que se suma a comienzos de la Baja Edad Media el reino nazarí de Granada. El crecimiento demográfico y económico de los siglos XII y XIII se detuvo en el siglo XIV debido al hambre, la peste, las guerras civiles en Castilla y el malestar social. Común a toda Europa occidental en la Baja Edad Media fue la enorme virulencia: uno de cada tres europeos murió debido a la peste; la Guerra de los Cien Años asoló Europa, y la llegada de los turcos a Europa supuso una confrontación política, cultural y religiosa. Los efectos demográficos en Castilla fueron muy inferiores a los del resto de los reinos peninsulares, y eso llevó a su ventaja demográfica y económica.
DESARROLLO
Castilla
En Castilla, los sucesores de Fernando III tuvieron que hacer frente a sublevaciones de la nobleza. Para ello, su hijo Alfonso X se apoyó en los concejos para consolidar el poder del rey. Alfonso XI impuso una línea más autoritaria que fue seguida por su hijo Pedro I. Este se apoyó en las ciudades, de donde obtenía sus funcionarios o su base económica, y también por su participación en las Cortes y en los ejércitos del rey. La autoridad eclesiástica y la alta nobleza apoyaron a un Trastámara, hermanastro de Pedro I, y se desató una guerra civil que supuso la subida al trono de la dinastía Trastámara en la persona de Enrique II, que premió con concesiones y privilegios (“mercedes enriqueñas”) a la Iglesia y a la alta nobleza por su apoyo y para garantizarse su lealtad. Para afianzar su poder, los reyes Trastámara centralizaron la administración creando una “nobleza de servicio” dedicada a las tareas burocráticas y ayudándose de juristas profesionales. Sin embargo, la nobleza intentó de nuevo hacerse con el poder del Estado en el siglo XV durante los reinados de Juan II y de Enrique IV. En el reinado de este último tuvo lugar otra guerra civil durante la que se llegó a deponer simbólicamente al rey en la llamada “farsa de Ávila”. A pesar de estos conflictos, el poder monárquico se consolidó en Castilla:
- A) Influencia del derecho romano: Desde mediados del siglo XIII, promovió una misma ley para todos.
- B) Legislación real: Desde finales del siglo XIV, el rey legisló directamente a través de pragmáticas sanciones, relegando el papel de las Cortes.
- C) Justicia centralizada: También se consideraba como juez supremo y procuró conseguir una jurisdicción centralizada.
Todo ello fue formando una monarquía caracterizada por la unificación política, en la que el rey lo era de cada uno de los reinos que componen sus dominios, pero con preeminencia de Castilla:
- Consolidación de Valladolid como capital estable.
- Cortes comunes a todos los reinos de la Corona de Castilla.
- Creación de la Audiencia o Cancillería Real, y el Consejo Real como tribunal superior común a todos los reinos de la Corona.
- Reformas en la hacienda, desligando los impuestos de cualquier pacto entre la Corona y las Cortes.
- Intervencionismo en los concejos: En 1345 se instituyó el cargo de corregidor como delegado real en todos los territorios, antes dominados por oligarquías urbanas.
El interés económico de Castilla se volcaba hacia el norte europeo; el Cantábrico era la vía principal para la exportación de productos. Por el sur entraba oro, marfil, esclavos, telas italianas y especias de Oriente. En el interior se desarrollaba el intercambio por medio de las ferias. Castilla, Portugal y Aragón se aliaron hasta mediados del siglo XIV para proteger la ruta del sur de los nazaríes y benimerines. Pero Portugal y Castilla acabaron rivalizando por el control de Canarias.
Corona de Aragón
En la Corona de Aragón, las instituciones se consolidaron en la primera mitad del siglo XIV con dos características básicas: pactismo y diversidad territorial. A partir del Compromiso de Caspe, los Trastámara reinaron también en Aragón e intentaron establecer un autoritarismo que chocó con los estamentos catalanes. Los enfrentamientos desembocaron en una guerra civil con implicaciones internacionales. Cataluña se rindió a cambio de que el rey respetase las instituciones y leyes catalanas. Así pues, los reyes de Aragón se fortalecieron, pero mantuvieron la política pactista, jurando el respeto a las leyes de cada uno de sus territorios, incluso Sicilia o Cerdeña. A diferencia de Castilla, la Corona de Aragón no fue un reino unificado, sino una confederación formada por los reinos de Aragón, Valencia y Mallorca, y el Principado de Cataluña. Cada miembro de esta federación poseía instituciones y leyes distintas. Puede decirse que la Corona de Aragón se caracterizó por ser una “monarquía pactista” en la que el poder del rey era débil y debía pactar con los estamentos privilegiados y respetar las leyes de cada reino a la hora de tomar decisiones. Al frente de cada reino había un representante del rey que actuaba como su delegado. En el siglo XIII se crearon Cortes en Cataluña, Aragón y Valencia independientes entre sí. Estas Cortes fueron adquiriendo un poder creciente frente al rey. Al igual que en Castilla, las Cortes eran asambleas estamentales que reunían representantes privilegiados y urbanos. Dominadas por la nobleza y el clero, controlaron y limitaron el poder del monarca y velaron por los intereses feudales del clero y la nobleza. Las Cortes catalanas crearon una institución llamada Diputación del General de Cataluña o Generalitat, que se convirtió en una especie de gobierno del Principado. En Valencia y Aragón se crearon posteriormente Diputaciones del Reino, instituciones similares a la Generalitat catalana. En Aragón existió la institución del Justicia de Aragón, cargo asignado a un miembro de la nobleza que velaba por el mantenimiento de los privilegios estamentales frente al poder del rey. La administración territorial se organizó en merindades. El órgano de poder en las ciudades fue el municipio. Este modelo pactista estaba relacionado con la expansión aragonesa por el Mediterráneo desde Jaime I y sus sucesores: los monarcas aragoneses se vieron obligados a ceder patrimonio, privilegios y derechos a los grandes señores y hacer concesiones a las Cortes para obtener los recursos necesarios para la expansión mediterránea. Aunque esta expansión resultó beneficiosa para el desarrollo comercial y económico, en especial de Cataluña.
CONCLUSIÓN
Los cambios de la Baja Edad Media tuvieron repercusiones importantes en las instituciones políticas. Los reyes adaptaron las instituciones para consolidar su poder y el de su dinastía como árbitro entre la nobleza, el clero y el pueblo.