La Restauración en España: Política, Crisis y Oposición (1876-1931)

La Práctica Política de la Restauración

El reinado de Alfonso XII comenzó con el dominio del Partido Conservador (1876-1881), que destacó por su fuerte carácter autoritario y una política reaccionaria (Orovio), con el recorte de libertades de expresión y de imprenta (censura). La Ley electoral de 1878 estableció el sufragio censitario. Este periodo vio el fin de los conflictos carlistas y cubano.

El conflicto carlista se saldó con la derrota de Carlos VII en 1876, por la cual se abolían los fueros de las provincias vascas. En los años noventa surgirían el fuerismo y el nacionalismo vasco.

La Primera Guerra Cubana, iniciada en 1868, terminó en 1878 con la Paz de Zanjón. Se reconocieron algunas mejoras (amnistía, libertad de colonos), pero no se concedía el estatus de provincia española a la isla de Cuba. El problema estalló de nuevo en 1895.

La alternancia en el poder se inició en 1881, cuando el rey llamó a gobernar a Sagasta. La llegada al poder del Partido Liberal de Sagasta (1881-1883) supuso la consolidación del sistema y la puesta en práctica de derechos y libertades:

  • Libertad de imprenta.
  • Reforma educativa.
  • Librecambismo.

La prematura muerte de Alfonso XII en 1885 abrió el período de la Regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902) hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII. Cánovas y Sagasta reafirmaron, en el denominado Pacto del Pardo (1885), el funcionamiento del sistema de turno pacífico, con el fin de asegurar la propia monarquía ante la doble amenaza carlista y republicana. La muerte de los dos líderes, Cánovas (1897) y Sagasta (1903), no afectó al funcionamiento del sistema.

Entre 1885 y 1890 los liberales asumieron de nuevo el gobierno (el «gobierno largo» liberal de Sagasta (1885-1890)) y emprendieron una serie de reformas legislativas de carácter liberal que cumplían, en cierta medida, el ideario de la “revolución de 1868”. Estas reformas fueron:

  • Ley de asociaciones en 1887 (legalizó los sindicatos obreros).
  • Ley del jurado.
  • Supresión completa de la censura de prensa y ampliación de las libertades de expresión y de cátedra (se pudo criticar al Ejército, la Iglesia o la Corona).
  • Restablecimiento en 1890 del sufragio universal masculino para los mayores de 25 años.
  • Código civil y legislación de procedimiento administrativo.
  • Reforma del ejército.

Sin embargo, el sistema de turno siguió basándose en la adulteración sistemática de las elecciones, aunque en las grandes ciudades se fueron afianzando los republicanos, las organizaciones obreras y los partidos nacionalistas.

La Crisis de Fin de Siglo (1890-1898)

Al final de la década surgieron tres problemas que desembocaron en la crisis de 1898: la situación de las colonias, la cuestión social y el auge de los regionalismos convertidos en nacionalismos.

La Crisis Colonial del 98: El Fin del Imperio Colonial

La Guerra del 98 no es sino el final de una serie de levantamientos anteriores (Guerra de los Diez Años entre 1868-1878; la “Guerra Chiquita” de 1879). En 1895 comienza la insurrección cubana (Grito de Baire), liderada por José Martí y Máximo Gómez al frente del Partido Revolucionario Cubano; en Filipinas, olvidada por España, también se levantan. Estados Unidos intervino por intereses políticos y económicos, apoyando a los independentistas, y en 1898 entró en la guerra y derrotó a España, que tuvo que aceptar la pérdida de sus colonias con la Paz de París.

Consecuencias del Desastre del 98

Se puso de manifiesto “el problema de España”, su atraso y aislamiento. Ello provocó la aparición de un importante movimiento intelectual y crítico, el regeneracionismo, que rechazaba el sistema de la Restauración y proponía una transformación, más o menos radical, de las estructuras (Joaquín Costa, Ortega). Tuvo una vertiente literaria en la Generación del 98.

La Oposición a la Restauración

En respuesta a esa situación, en la Restauración surgen o se consolidan unas fuerzas políticas emergentes que se mantienen en la periferia del sistema, participando solo en la medida que se lo permitían los grandes partidos y luchando por sus propios intereses. Se trata del republicanismo, del socialismo, ya conocidos, y de los nacionalismos, de los que cabe decir que es ahora cuando adquieren carta de naturaleza. Son ideologías y tendencias políticas de oposición que, en mayor o menor medida, marcaron la historia de España durante el siglo XX y que, salvo quizá el republicanismo, en la práctica desaparecido de la escena política, marcan aún la realidad española en este comienzo del siglo XXI.

  • El Carlismo

    La derrota militar en 1876 dio paso a la vía política y se dividieron en dos grupos: los que se mantuvieron al margen del sistema (los integristas, con Ramón Nocedal), y los que formaron un partido político y compitieron dentro de la legalidad.

  • Los Partidos Republicanos

    Su base social era urbana, laica, progresista y popular. Estaban muy divididos: posibilistas (Castelar), radicales (Ruiz Zorrilla), republicanos unitarios (Salmerón) y federalistas (Pi i Margall). El grueso de los mismos se agruparía en torno a la Unión Republicana en 1893, liderada por Nicolás Salmerón y de la que, en 1895, se desgajaría el Partido Radical de Alejandro Lerroux; el republicanismo federal acabaría derivando en los movimientos nacionalistas.

  • El Nacionalismo

    Defendían la realidad histórica y plural de España, reflejada en diversas leyes, fueros e instituciones. Destacan el catalán y el vasco.

    • En Cataluña

      El movimiento nacionalista nace con la Renaixença como una manifestación cultural. Se elaboraron dos modelos de catalanidad: el primero, el republicanismo federal catalán de Valentí Almirall, y el segundo, de carácter conservador y corporativo que se impuso en los años noventa, con la fundación de la Lliga Regionalista (Cambó, Prat de la Riba), que recoge las reivindicaciones de la burguesía descontenta con el sistema canovista.

    • El Nacionalismo Vasco

      Tuvo un perfil conservador, tradicionalista y rural, apoyándose en la reivindicación de los fueros perdidos, el rechazo del liberalismo y de la industrialización, que asociaban a la inmigración y el Estado centralista, y tuvo un carácter marcadamente católico. Sabino Arana fundó en 1894 el PNV siguiendo una ideología tradicionalista, reivindicó la raza, la lengua y las costumbres tradicionales con un carácter xenófobo y racista.

    • Otros Nacionalismos

      En Galicia, Valencia y Andalucía con articulación política más tardía.

  • El Movimiento Obrero: Socialismo y Anarquismo

    • Socialismo

      En 1879, Pablo Iglesias fundó el PSOE, como partido de clase que defendía los derechos del proletariado. En 1888 se fundó la UGT.

    • Anarquismo

      Se difundió entre el campesinado andaluz y los obreros de la industria catalana. Su oposición a toda forma de poder, la acción violenta y el ataque a las instituciones del Estado hicieron del anarquismo una amenaza al poder establecido. En 1881 se fundó la “Federación de Trabajadores de la Región Española”, cuyo objetivo era defender por medios legales al proletariado y sus ideas anarcosindicalistas. A pesar de ello, las acciones violentas, atentados terroristas, huelgas y ocupaciones de tierras fueron una constante en este colectivo, sobre todo en las zonas agrarias andaluzas (“Mano Negra”).

La Crisis de la Restauración: El Reinado Constitucional de Alfonso XIII (1902-1923)

El período que se inicia en 1902, con el ascenso al trono de Alfonso XIII, y concluye en 1923, con el establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera, se caracterizó por una permanente crisis política. Se inició en un clima político y social marcado por el espíritu regeneracionista surgido tras la crisis del 98. Los nuevos líderes de los partidos dinásticos, Maura (conservador) y Canalejas (liberal), intentaron reformar la vida política con medidas regeneracionistas. Crecieron las fuerzas de la oposición: republicanos, nacionalistas, socialistas y anarquistas.

A partir de 1909 una serie de crisis políticas condujeron, finalmente, a la desaparición del sistema de la Restauración:

  • La Semana Trágica en Barcelona, en 1909.
  • La Triple Crisis de 1917:
    • Juntas de Defensa Militar.
    • Asamblea de Parlamentarios.
    • Huelga General Revolucionaria.
  • La Quiebra de la Monarquía Parlamentaria (1918-1923).
  • La Guerra de Marruecos y el Desastre de Anual en 1921.
  • La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930).

El Fin de la Monarquía (1930-1931)

Caída de la monarquía:

  • Pacto de San Sebastián (1930).
  • Elecciones municipales de 1931.
  • Proclamación de la República.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *