España en la Era Napoleónica: Guerra de Independencia y Constitución de 1812

Antecedentes y el Impacto de la Revolución Francesa

Francia se encontraba en un momento muy conflictivo debido a la grave situación que estaba viviendo. Esto llevó a que en 1789 estallara lo que se conoce como la Revolución Francesa, un evento que revolucionó las bases políticas, sociales y económicas en las que se basaba el país.

La Corte española reaccionó con preocupación ante esta Revolución. Como consecuencia, se implantó un cierre de fronteras para evitar que las ideas francesas llegasen a España. Este cierre fue conocido como el “cordón sanitario”, y fue establecido por el conde de Floridablanca. Implicaba, además, la censura de la prensa y la vigilancia de la propagación de ideas.

Floridablanca fue sustituido no mucho después por el conde de Aranda, y la situación de España quedó en suspenso.

La Política Exterior Española y las Guerras

El rey Carlos IV (casado con María Luisa de Parma) no quería que los franceses mataran al rey Luis XVI, pero aun así fue ejecutado. El entonces jefe de Gobierno, Manuel Godoy, le declaró la guerra a Francia.

La guerra comenzó con la Guerra del Rosellón (invasión del Rosellón dirigida por el general Ricardo), pero el ejército español solo contaba con 2000 hombres y los franceses ocuparon el País Vasco, Cataluña y Navarra. Amenazados por Francia, se firmó la Paz de Basilea en 1795 (que entregaba a Francia Santo Domingo) y el Tratado de San Ildefonso (1796). Esto convertía a España en aliada de Francia.

Esta alianza llevó al enfrentamiento con Inglaterra. Godoy se convirtió en el valido del rey. Cabe destacar la Batalla del Cabo de San Vicente (1797) contra los ingleses, tras la cual España perdió el *Santísima Trinidad* (el entonces mayor buque de guerra del mundo).

En 1799, Napoleón se hizo con el poder en Francia y entró en guerra con Portugal (aliada de Inglaterra). Napoleón ordenó a Godoy que invadiera Portugal (Guerra de las Naranjas de 1801). Cuatro años después, tendría lugar el enfrentamiento más importante contra Inglaterra (bajo el mando de Nelson): la Batalla de Trafalgar (1805). En esta batalla, España perdió su potencial naval (se hundió el mayor buque de guerra de la época, el *Santísima Trinidad* español).

La Crisis Interna y el Camino a la Guerra

En 1807, Godoy firmó con Napoleón el Tratado de Fontainebleau, donde se permitía que las tropas francesas cruzasen España para invadir Portugal (Napoleón quería aislar el continente para acabar con la economía inglesa). Muchas tropas francesas cruzaron los Pirineos y fueron ocupando puntos estratégicos ante la pasividad de las tropas españolas (que consideraban a los franceses aliados) con el objetivo de ocupar toda la Península, no solo Portugal.

Mientras tanto, los partidarios del príncipe de Asturias se enfrentaron a Godoy con el apoyo de Carlos IV y de su esposa. Esto acabó provocando el 19 de marzo de 1808 el Motín de Aranjuez, que a su vez provocó la caída de Godoy y la abdicación de Carlos IV. El príncipe de Asturias pasó a ser Fernando VII.

En abril, Napoleón atrajo hasta Bayona a Carlos IV y a Fernando VII, quien dejó al frente del gobierno una Junta de Gobierno. Allí, al primero le prometió la restitución de sus derechos al trono, y al segundo el matrimonio con una princesa imperial. Napoleón consiguió así que Fernando abdicase en su padre, luego su padre en Napoleón y este en favor de su hermano José Bonaparte (Abdicaciones de Bayona).

La Guerra de la Independencia Española (1808-1814)

Todas estas circunstancias en las que se sumía el país (y ante la pasividad del ejército español) condujeron al levantamiento en armas del pueblo de Madrid contra los franceses el 2 de mayo de 1808. Se formaron juntas revolucionarias, la principal en Sevilla (Junta Suprema Central de España e Indias). Estas juntas le declararon la guerra a los franceses y plantearon ofensivas contra su ejército. Comenzó así la Guerra de la Independencia española.

Características y Protagonistas

La guerra fue tanto una guerra civil entre patriotas y afrancesados (quienes apoyaban a José I atraídos por las ideas revolucionarias) como un conflicto internacional entre Francia e Inglaterra y una guerra contra la invasión francesa. Ante la falta de ejército nacional suficiente, surgieron partidas de voluntarios conocidos como “guerrilleros” (guerra de guerrillas), destacando figuras como *El Cura Merino* o *El Empecinado*.

Fases del Conflicto

La guerra duró desde 1808 hasta 1814, y se distinguen tres etapas:

  1. Primera fase (mayo – octubre de 1808): El ejército francés no logra dominar la Península Ibérica y sufre una famosa derrota en la Batalla de Bailén (1808). Esta fue la primera vez que el ejército napoleónico era derrotado en campo abierto. La gravedad de la derrota hizo que José I y los franceses abandonasen Madrid y se replegasen al norte del Ebro. La posición francesa en España se hizo aún más difícil gracias a la presencia de un ejército británico al mando del duque de Wellington.
  2. Segunda fase (octubre de 1808 – julio de 1812): Napoleón decide venir a España con un ejército de 100.000 hombres (*Grande Armée*), que avanzó por el país y logró que los franceses volvieran a ocupar Madrid. En la Batalla de Ocaña (1809), las tropas españolas que resistían en Andalucía fueron fulminadas y el ejército se descompuso. Los franceses lograron tomar Andalucía a excepción de la ciudad de Cádiz, que se defendía gracias a la acción constante de los guerrilleros (los pocos supervivientes que quedaron se habían dispersado y posteriormente encabezaron movimientos guerrilleros).
  3. Tercera fase (julio de 1812 – 1814): Napoleón perdió su campaña contra Rusia debido al frío y duro invierno de allí. A finales de 1813, las tropas francesas empiezan a tener que retirarse. En 1814 se firma el Tratado de Valençay, que puso fin a la Guerra de la Independencia y con el que Napoleón reconoció como rey a Fernando VII.

Consecuencias de la Guerra

Las consecuencias de seis años de guerra fueron muy graves para el país. Entre los muertos y los afrancesados que huían por miedo a las represalias, la población disminuyó considerablemente. Hubo graves daños en la agricultura y, sobre todo, en la ganadería, factores que influyeron sobre la economía del país. No solo eso, algunas ciudades (como Zaragoza, Gerona o San Sebastián) quedaron reducidas a casi escombros.

Las Cortes de Cádiz y el Nacimiento del Liberalismo

Paralelamente a la guerra, se concretaron por primera vez las bases teóricas en las que se sustentaba el liberalismo. La Regencia que había sustituido la Junta Suprema Central convocó las Cortes, las cuales llevaban inactivas casi un siglo. Con gran dificultad, los diputados se reunieron en Cádiz, asediada por el ejército napoleónico pero abastecida por la flota británica desde el mar.

En estas Cortes se olvidó por primera vez la idea de estamentos, habiendo representantes de los tres (aunque la mayoría eran burgueses). Hubo tres corrientes ideológicas que influyeron:

  • Absolutistas: Contrarios a las reformas y partidarios del regreso de Fernando VII.
  • Reformistas o Jovellanistas: Herederos del pensamiento ilustrado. Eran partidarios de introducir cambios en la forma de gobierno pero rechazaban planteamientos radicales.
  • Liberales: Partidarios de introducir cambios en profundidad. Destacan Muñoz Torrero, el conde Toreno y Agustín Argüelles, que fueron los que lograron que se redactase una Constitución que fuera la base legislativa de un nuevo régimen (soberanía nacional, separación de poderes, desaparición de la sociedad estamental e igualdad ante la ley).

La Constitución de 1812: «La Pepa»

Contexto y Aprobación

A comienzos del siglo XIX, Cádiz era una de las ciudades en las que se tomó el liberalismo con más intensidad. En ella, había una poderosa burguesía vinculada al negocio de su puerto y al negocio del vino, se publicaban varios periódicos, había cafés donde se expresaban las opiniones públicas… un ambiente que hizo que se llegara a un pacto entre liberales moderados y reformistas, al que se sumaron la mayor parte de los diputados. El resultado fue la aprobación de la primera Constitución Española (19 de marzo de 1812), conocida como *La Pepa*.

Principales Características

En esta Constitución quedó definida la monarquía constitucional como sistema político. En ella se recogía la división de poderes, aunque la Corona seguía teniendo, además del poder ejecutivo, parte del legislativo. El rey no podía evitar ni disolver las reuniones de las Cortes, pero sí podía vetar las reformas por dos años. La monarquía estaba limitada, ya que las decisiones del rey estaban refrendadas por los ministros.

Otro punto importante era tener una sociedad igualitaria (igualdad ante la ley), suprimiendo los privilegios de clase e incluyendo a los ciudadanos americanos en un nuevo concepto de “España”. Se defendía la soberanía nacional, con un sufragio universal masculino para mayores de 25 años. Se estableció el concepto de “nación” y la creación de un ejército nacional cuyo servicio era obligatorio. Se llevó a cabo la enseñanza primaria pública y obligatoria y se respetó la libertad de prensa y de imprenta.

Aunque hubo cierta supresión del Tribunal de la Inquisición, no se reconoció la libertad religiosa, sino que solo se permitió la práctica de la religión católica (Estado confesional). También se produjo el derecho a la libertad plena al suprimir las propiedades amortizadas (primer paso para la desamortización de los bienes eclesiásticos), la liberación del comercio y de la industria (supresión de los gremios) y un estado unitario y centralizado con una reorganización de la administración provincial y local y la eliminación de los señoríos jurisdiccionales.

Esta Constitución es importante por ser el comienzo del constitucionalismo español y del Estado liberal. Incluso fue modelo para otros países de Europa. No entraría en vigor hasta 1820, ya que Fernando VII no la aceptó cuando volvió al trono.

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