La Etapa Socialista: Modernización e Integración Europea (1982-1996)
Los Gobiernos del PSOE (1982-1996)
En las elecciones de 1982, el PSOE logró una victoria aplastante con más de 10 millones de votos de 26,8 millones de votantes, y obtuvo la mayoría absoluta en el Congreso, gracias a su programa reformista con el lema “Por el cambio”. La UCD sufrió un gran desplome y fue reemplazada por Alianza Popular de Manuel Fraga como principal fuerza de la derecha. Convergència i Unió fue el tercer partido con 12 escaños, seguida por la UCD con 11 escaños y el PCE con 4, que tras su mal resultado impulsó la creación de Izquierda Unida (IU).
El 3 de diciembre de 1982, Felipe González formó el primer gobierno totalmente socialista en España. El PSOE gobernó durante cuatro legislaturas, renovando su mayoría absoluta en 1986 y 1989, pero no en 1993, cuando necesitó apoyos externos. Durante este periodo, el partido abandonó su herencia marxista y adoptó una línea socialdemócrata, buscando representar también a las clases medias, además de a los obreros y campesinos.
La política del gobierno socialista fue pragmática y moderada, evitando conflictos con los grandes poderes económicos e institucionales (la banca, iglesia y ejército), lo que provocó tensiones con los sindicatos. Priorizaron la lucha contra la inflación sobre el desempleo, rompieron la promesa de salir de la OTAN y mantuvieron buenas relaciones con la banca, Europa y EE. UU., alejándose de posturas antiimperialistas.
La Política Reformista
La política de Felipe González fue moderada y continuista, centrada en consolidar la democracia. Su victoria marcó el cierre simbólico de la transición, al llegar al poder un partido antifranquista mediante elecciones democráticas. Desde el inicio, se impulsaron reformas que transformaron y modernizaron España, consolidándose como un país desarrollado.
- Reformas Sociales: Durante esta etapa se impulsó legislación sobre derechos y libertades, como la objeción de conciencia (incumplimiento de obligación militar), la despenalización parcial del aborto y los derechos de los extranjeros. En educación, se aprobaron la Ley de Reforma Universitaria (LRU), que dio autonomía a las universidades, y la LODE, que reconoció la enseñanza pública y privada financiada por el Estado hasta los 14 años. En 1990, la LOGSE amplió la escolarización obligatoria y gratuita hasta los 16 años.
- Reforma de las Fuerzas Armadas: Se redujo el ejército y se hizo más operativo. Se impuso la supremacía del poder civil sobre el militar, intentando acabar con el golpismo.
- Consolidación del Estado de las Autonomías: Se consolidó el Estado de las Autonomías con la aprobación de los últimos estatutos (Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía ya los habían conseguido durante el gobierno de Suárez) y se aprobó la Ley del Proceso Autonómico para el reparto de poderes y competencias entre autonomías y Estado.
- Lucha contra el Terrorismo: El gobierno socialista enfrentó el terrorismo de ETA con medidas como la reinserción de presos, pactos políticos, negociaciones secretas y colaboración con Francia (lugar de refugio para los terroristas) desde 1984.
La Política Económica y el Enfrentamiento con los Sindicatos
Al llegar al poder, el PSOE afrontó una grave crisis económica con alta inflación, paro y déficit. El ministro Miguel Boyer impulsó un plan de estabilización económica contra la inflación, a través de una política de ajustes y liberalización, incluyendo la introducción del IVA en 1986. Carlos Solchaga lideró una reconversión industrial que modernizó la economía pero provocó cierres de empresas y más desempleo, generando conflictos laborales. Aunque no se cumplió la promesa de crear 800.000 empleos, las reformas sentaron las bases para una futura expansión económica.
De 1985 a 1992, España experimentó un notable crecimiento económico acompañado por una buena coyuntura internacional. La inversión extranjera, la producción industrial y el turismo aumentaron, la inflación bajó y el PIB creció un 4,5% anual. Sin embargo, el paro también disminuyó, pero a un ritmo más lento de lo esperado, siendo el aspecto más negativo de la economía.
El crecimiento económico se reflejó en una ambiciosa política de inversiones en infraestructuras, como autovías y el AVE, financiadas en parte por fondos de la CEE. También se incrementaron los servicios educativos, sanitarios, de desempleo y pensiones, sostenidos por un sistema fiscal eficiente. Por primera vez, España pudo hablar de un Estado del Bienestar, mejorando la calidad de vida de los ciudadanos. Esto hizo que en el año 1992 España proyectara una imagen totalmente moderna durante la celebración de la Expo de Sevilla y de los Juegos Olímpicos de Barcelona.
El crecimiento económico y las medidas liberalizadoras aumentaron las desigualdades sociales, lo que generó tensiones con los sindicatos CCOO y UGT. Nicolás Redondo, dirigente de UGT y diputado del PSOE, abandonó su escaño en protesta. El 14 de diciembre de 1988, los sindicatos organizaron una exitosa huelga general, que marcó el comienzo del desgaste del gobierno y obligó a Felipe González a adelantar las elecciones 9 meses. En 1992 y 1994, se convocaron nuevas huelgas generales debido al aumento del paro, aunque sin el mismo éxito.
Relaciones Exteriores
La política exterior de Felipe González fue activa, orientada en Iberoamérica y Europa, con atención también al norte de África, especialmente Marruecos, y estableció relaciones diplomáticas con Israel en 1986. El primer desafío importante fue el referéndum de la OTAN, ya que, aunque inicialmente contrarios, los socialistas cambiaron su postura y, manteniendo su promesa de convocar el referéndum, pidieron el voto afirmativo para la permanencia en la OTAN.
Bajo la dirección de Fernando Morán como ministro de Asuntos Exteriores, España logró acceder a la Comunidad Económica Europea (CEE) el 1 de enero de 1986, tras unas negociaciones iniciadas en 1977, recibiendo grandes ayudas a través de los Fondos Estructurales.
En 1992, España participó en el Tratado de Maastricht, que fundó la Unión Europea (UE). También apoyó la creación de la moneda única: el euro.
El balance de la política exterior fue muy positivo y España recuperó un lugar en el panorama internacional que había perdido hacía mucho tiempo. El punto álgido fue posiblemente la convocatoria de la Conferencia de Paz sobre Oriente Medio en Madrid en 1991.
La Crisis del PSOE
Las elecciones de 1989 marcaron el descenso del PSOE, mientras que la derecha, liderada por Aznar, se reorganizó y Alianza Popular se transformó en el Partido Popular (PP). En 1993, el PSOE perdió la mayoría absoluta, mientras la derecha aumentaba su apoyo. La recesión mundial de principios de los noventa afectó gravemente a España, con una crisis económica que disparó la inflación y el paro, que alcanzó los tres millones de desempleados.
La crisis económica fue seguida por una serie de escándalos de corrupción que debilitaron al gobierno socialista, incluyendo la financiación ilegal del PSOE (caso FILESA), enriquecimiento personal y tráfico de influencias (como los casos de Juan Guerra, Luis Roldán y Mariano Rubio). A esto se sumó el escándalo de los GAL, un grupo formado por policías y sectores de la extrema derecha, vinculado al gobierno que llevó a cabo una «guerra sucia» contra ETA entre 1983 y 1987, con una treintena de atentados.
La crisis y los escándalos debilitaron al PSOE y provocaron divisiones internas entre Felipe González y Alfonso Guerra. Ante esta desfavorable situación y la presión de la oposición, González adelantó las elecciones al 3 de marzo de 1996. El PP ganó sin lograr la mayoría absoluta, poniendo fin a la etapa socialista, en la que se consolidó la democracia y España se modernizó e integró plenamente en Europa.