Tema 1
El Reinado de Alfonso XIII y la Crisis de la Restauración (1902-1931)
En 1902, Alfonso XIII fue declarado mayor de edad a los 17 años, iniciando así su reinado. España, por entonces, atravesaba un periodo de inestabilidad y condiciones poco favorables.
Continuidad y Crisis del Sistema de la Restauración
En los primeros años del reinado de Alfonso XIII, se intentó reformar el sistema de la Restauración y adaptarlo a los nuevos tiempos, pero resultó imposible. En 1902, Francisco Silvela se hizo cargo del primer gobierno del rey Alfonso XIII, con el objetivo de regenerar la política y mantener el orden y la estabilidad en España. En 1903, renunció a este puesto, siendo sucedido por Antonio Maura. Maura falleció en 1905. Existían dos partidos principales: el Partido Conservador, liderado por Antonio Maura, y el Partido Liberal, liderado por José Canalejas. La muerte de ambos líderes provocó la fragmentación de sus respectivos partidos.
Más tarde, el rey aprobó la Ley de Jurisdicciones, con el fin de someter al poder civil al ejército y evitar el protagonismo que los militares habían tenido durante todo el siglo XIX. En 1909, se produjo una huelga general obrera de carácter anarquista en Barcelona, que dio lugar a la Semana Trágica, denominada así por su carácter extremadamente violento y sangriento. Este evento supuso grandes cambios, impulsando una mayor radicalización y organización. El gobierno tomó medidas drásticas, lo que llevó al fusilamiento de Francisco Ferrer i Guardia, cabecilla anarquista y fundador de la Escuela Moderna.
La Crisis del Sistema (1912-1917)
El sistema de la Restauración se encontraba en un desequilibrio total, y el país demandaba una nueva política, lo que implicaba la aparición de nuevos partidos políticos, nuevos liderazgos, etc. Sin embargo, el periodo entre 1913 y 1923 mostró una tendencia opuesta. En 1914, se produjo una ruptura total entre liberales y conservadores. En estas fechas, se inició la Primera Guerra Mundial, conflicto en el que España mantuvo una estricta neutralidad. La guerra generó importantes efectos secundarios, tanto económicos como sociales, que tuvieron un gran impacto en España. A este malestar económico y social se sumaron problemas políticos y un creciente descontento en el ejército, lo que desencadenó la Crisis de 1917, caracterizada por la incapacidad del gobierno para restablecer la situación.
El Proceso de Desintegración del Sistema (1917-1923)
Tras la Primera Guerra Mundial, surgió en Marruecos un nacionalismo revolucionario que se enfrentó a las fuerzas españolas de ocupación. El líder rifeño, Abd el-Krim, desencadenó una ofensiva contra España, que culminó en el Desastre de Annual (1921). La respuesta en España fue rápida e inmediata, dirigiéndose las críticas contra los mandos del ejército en África e incluso contra el propio rey, a quien se le atribuyó cierta responsabilidad en las decisiones. Tras estos acontecimientos, se llevaron a cabo importantes informes e investigaciones, como el Expediente Picasso.
La Dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930)
La dictadura de Miguel Primo de Rivera fue el último recurso de la monarquía de Alfonso XIII para intentar solucionar la grave situación que atravesaba España: la crisis del turnismo, la inestabilidad social y económica, etc. La dictadura se desarrolló en dos fases principales:
- El Directorio Militar (1923-1925): Fue el primer periodo de la dictadura, basado en un gobierno compuesto exclusivamente por militares. Se concibió como una solución temporal a la crisis. Durante esta fase, se creó un partido único (Unión Patriótica) y se logró la pacificación de Marruecos.
- El Directorio Civil (1925-1930): Representó un intento de institucionalizar y prolongar la dictadura. Se intentó crear una nueva Constitución (Estatuto Fundamental de la Monarquía) que legitimara el régimen, pero este proyecto fracasó.
La Caída de la Monarquía y el Auge del Republicanismo (1930-1931)
La monarquía había quedado desprestigiada por su apoyo a la dictadura. Ante esta situación, Alfonso XIII encargó la formación de gobierno al General Dámaso Berenguer. Posteriormente, se firmó el Pacto de San Sebastián (1930), un acuerdo entre fuerzas republicanas y nacionalistas que buscaba establecer un gobierno provisional a favor de la República. Finalmente, las elecciones municipales de abril de 1931 dieron una clara victoria a las candidaturas republicanas, lo que se interpretó como un plebiscito contra la monarquía. Alfonso XIII abandonó el país y se marchó al exilio.
Tema 2
La Segunda República Española (1931-1936)
El Primer Régimen Democrático en la Historia de España
La Segunda República Española (1931-1936) fue el primer régimen verdaderamente democrático en la historia de España. Su advenimiento fue recibido con gran entusiasmo y esperanzas de profundos cambios, aunque apenas cinco años después desembocaría en una cruenta Guerra Civil. La Segunda República surgió en un contexto delicado: España, tras la Primera Guerra Mundial, se encontraba en plena crisis, arrastraba problemas internos y la polarización política no favoreció su desarrollo.
La Proclamación de la República (1931)
En 1931, las elecciones municipales dieron la victoria a las candidaturas republicanas, lo que se interpretó como un claro voto contra la monarquía, el rey y la dictadura que este había apoyado. Así, se proclamó oficialmente la Segunda República Española. El poder fue asumido por un Gobierno Provisional formado por socialistas y republicanos de diversas tendencias, quienes habían firmado el Pacto de San Sebastián. Este gobierno convocó elecciones a Cortes Constituyentes, en las que las fuerzas republicanas y socialistas obtuvieron una amplia mayoría. Su principal objetivo era la creación de una nueva Constitución, que se promulgó en 1931. Esta Constitución de 1931 otorgaba amplias libertades y derechos a los ciudadanos, incluyendo por primera vez el sufragio femenino.
Un Periodo de Reformas (1931-1933)
El gobierno, compuesto por fuerzas de izquierda y socialistas, emprendió una serie de reformas ambiciosas con el objetivo principal de modernizar el país en diversos ámbitos (militar, educativo, religioso, agrario, laboral, etc.). Sin embargo, la falta de recursos económicos y el escaso tiempo impidieron la consecución plena de algunos de estos objetivos.
Oposición de Derecha e Izquierda
Estas reformas generaron descontento y una fuerte oposición tanto por parte de la derecha conservadora como de la izquierda obrera radical. Para los sectores conservadores, algunas reformas resultaban excesivas, especialmente en lo referente a la cuestión religiosa y la propiedad. La derecha católica se organizó, creando partidos como la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas). Era un secreto a voces que amplios sectores de la derecha aspiraban a acabar con la República. Para las organizaciones obreras y anarquistas, las reformas eran demasiado lentas y tímidas, lo que provocó grandes huelgas y protestas, entre las más destacadas los trágicos sucesos de Casas Viejas (1933), que terminaron con numerosas víctimas.
El Giro Conservador (1933-1936)
Las elecciones de 1933 fueron ganadas por las fuerzas de centro-derecha, con la CEDA como principal formación. El encargado de formar gobierno fue Alejandro Lerroux, líder del Partido Republicano Radical, quien se dedicó a paralizar gran parte de las reformas emprendidas anteriormente. Posteriormente, tanto los partidos de izquierda (como el PSOE) como los de derecha (como la CEDA) experimentaron una mayor radicalización. La inclusión de tres ministros de la CEDA en el gobierno de Lerroux provocó la Revolución de Octubre de 1934, una huelga general que tomó tintes revolucionarios. Esta insurrección fracasó en casi toda España, siendo solo victoriosa en Asturias. La represión gubernamental sobre este levantamiento fue extremadamente dura, resultando en numerosos muertos y heridos. Finalmente, Lerroux se vio obligado a dimitir en 1935 debido a los escándalos de corrupción y la impopularidad de su gobierno. En 1936, se convocaron nuevas elecciones generales.
Hacia la Catástrofe: El Frente Popular y el Golpe de Estado (1936)
La polarización política y social se acentuó. Las elecciones de 1936 fueron ganadas por la coalición de izquierdas, el Frente Popular. El Frente Popular intentó reactivar las medidas reformadoras del primer bienio, pero la creciente conflictividad social y política dificultó su labor. La tensión se trasladó a las calles, con un aumento de la violencia política y numerosos asesinatos. Finalmente, un sector del ejército, aprovechando la situación de caos e inestabilidad, dio un golpe de Estado que venía planeándose desde hacía tiempo. Este levantamiento militar, que fracasó en su intento de control rápido del país, desencadenó la Guerra Civil Española.