Los años que pudo mantenerse la dictadura solo sirvieron para estancar aún más la sociedad española. Sin embargo, solo un grupo minoritario de intelectuales y políticos intentaron el sueño republicano de 1931.
Lo que otras naciones europeas habían tardado largos años en conseguir, los republicanos españoles acariciaban alcanzarlo en poco tiempo.
El Cambio de Régimen: El Advenimiento de la República
La victoria electoral de los republicanos en las ciudades trajo consigo la caída de la monarquía. El cambio de régimen se realizó sin derramamiento de sangre el 14 de abril de 1931. Cuando el general Sanjurjo, jefe de la Guardia Civil, hizo saber que sus hombres no lucharían por la monarquía, Alfonso XIII tomó el camino del exilio.
En la mayoría de las capitales, el resultado electoral fue celebrado con jubilosas manifestaciones pacíficas.
El Gobierno Provisional y sus Tareas Fundamentales
Un Gobierno Provisional, presidido por el conservador Niceto Alcalá-Zamora, asumió pacíficamente el poder y puso manos a la obra para la transformación del Estado.
Muchos españoles compartían la idea de que era necesario cambiar; por ello, recibieron con esperanza un régimen que estaba llamado, en apariencia, a enterrar la vieja España caciquil de la Restauración.
La Reacción Eclesiástica y los Conflictos Iniciales
Los obispos, cautelosos, recordaron a sus fieles el respeto que debía guardarse a los nuevos gobernantes.
Poco duró la calma. El Gobierno Provisional no había cumplido su primer mes de vida cuando un centenar de edificios eclesiásticos fueron incendiados por provocadores anónimos o viejos anticlericales que consideraban el poder de la Iglesia como el más grave problema español.
Las Cortes Constituyentes y la Nueva Configuración Política
Las elecciones para Cortes Constituyentes se celebraron el 28 de junio con una participación no conocida hasta entonces. La conjunción republicano-socialista obtuvo una aplastante mayoría en casi todas las provincias. El Congreso estaba, pues, muy inclinado a la izquierda.
La Constitución Republicana de 1931: Pilares y Controversias
La redacción de una nueva Constitución fue la primera tarea que se impusieron los diputados. El ardor en los debates constitucionales alcanzó las cotas más altas al afrontar las relaciones de la Iglesia con el Estado, provocando la primera crisis de gobierno. La nueva legalidad impuso la disolución de órdenes religiosas y el fin del presupuesto del clero.
Por la Constitución aprobada el 9 de diciembre de 1931, España se convertía en un Estado democrático, laico, con una única cámara y un Gobierno responsable ante ella. La nueva Constitución definía un Estado central fuerte, capaz de aplicar las reformas democráticas necesarias.
El Bienio Reformista (1931-1933): Las Grandes Transformaciones
Las Grandes Reformas del Bienio: Modernización Social y Política
Durante el Bienio Reformista, y aun antes de aprobar la nueva Constitución, se llevaron a cabo un conjunto de reformas estructurales que pretendían la modernización social y política de España.
La Reforma Educativa: Hacia una Enseñanza Progresista
El Gobierno se entregó a la difícil tarea de sustituir los métodos y profesores religiosos por otros, partidarios de una enseñanza progresista.
A pesar de la decidida voluntad de la República, ni el tiempo ni el dinero permitieron eliminar el monopolio docente de la Iglesia; pero, a principios de 1933, cerca de diez mil nuevas escuelas primarias manifestaban la apuesta del Gobierno por la mejora de la educación.
La Reforma Militar: Modernización y Control Civil
A la vez que intentaba dar un giro radical a la enseñanza, el Gobierno republicano abordaba la espinosa tarea de modernizar el Ejército, cuya abundancia de mandos, escasa formación de los soldados y anticuado material le habían hecho perder capacidad técnica.
La República no se atrevió a disolver la Guardia Civil, aunque sí procuró acabar con su hegemonía en cuestiones de orden público.
La Reforma Agraria: Un Desafío Social y Económico
La esperanza republicana lleva sobre todo el nombre de reforma agraria, un grave problema social y técnico que se arrastraba desde hacía dos siglos.
La Ley, que comenzó a aplicar el Instituto de Reforma Agraria en catorce provincias, autorizaba la expropiación con indemnización, aunque no podía dar respuesta a la demanda de cientos de miles de campesinos, prestos a cualquier movimiento insurreccional.