La Monarquía Hispánica en los Siglos XVI, XVII y XVIII: De Carlos I al Despotismo Ilustrado

El Siglo XVI: La España de Carlos I y Felipe II

1. El Imperio de Carlos V: Conflictos Internos y Externos

Tras la muerte de Isabel la Católica (1504), la Corona pasó a Juana I, conocida como Juana la Loca. Hasta la llegada de su esposo, Felipe el Hermoso, Fernando el Católico actuó como regente. Felipe fue proclamado rey, y Juana enloqueció. Con la muerte de Felipe, el Cardenal Cisneros asumió la regencia. Fernando el Católico regresó de Italia para una segunda regencia y encerró a Juana en Tordesillas. Tras la muerte de Fernando el Católico (1516), Cisneros asumió una segunda regencia.

Carlos I y V, hijo de Juana y Felipe, nació en Gante (1500) y fue educado por flamencos. Heredó numerosas posesiones. Se proclamó rey de España en 1518 y emperador de Alemania en 1519. Defendió la Casa de Austria y rompió con Lutero. Abdicó en 1556 en favor de Felipe II y falleció el 21 de septiembre de 1558 en Yuste.

Los Conflictos en España

La llegada de Carlos I a España (septiembre de 1517), acompañado de consejeros flamencos, marginó a la aristocracia castellana en la administración. La situación se complicó en 1519 con su coronación como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. La fiscalidad de Castilla le permitiría sufragar los gastos de la elección (tuvo que pagar una considerable cantidad de dinero). Convocó Cortes en Santiago y La Coruña, y fue investido en Aquisgrán en 1520.

Esto provocó la Guerra de las Comunidades en Toledo (febrero de 1520), protagonizada por líderes como Juan de Padilla, Juan Bravo y Pedro Maldonado. Tras una victoria en Segovia, crearon la Junta Santa de Ávila, donde propusieron medidas al rey: que residiera en Castilla, la participación de la Comunidad en el gobierno y la prohibición de exportaciones. La quema de Medina del Campo por el general Fonseca provocó la extensión del movimiento comunero. Tomaron Tordesillas y fueron recibidos por la reina Juana. Los comuneros fueron ayudados por nobles de segunda fila, artesanos y clérigos. La alta aristocracia se mantuvo al margen hasta los movimientos antiseñoriales. Adriano de Utrecht asoció a nobles que apoyaron al rey. El 23 de abril de 1521, la batalla de Villalar consolidó la autoridad regia.

En Valencia y Mallorca, en 1519, estalló un levantamiento popular y social, una revuelta antiseñorial por irregularidades en la administración y arbitrariedades de la justicia, conocidas como las Germanías. Eran hermandades de artesanos que se apoderaron del gobierno, constituyeron la Junta de los Trece y solicitaban justicia contra los nobles. El rey autorizó las Germanías, que pidieron armas. Asolaron campos de nobles y el castillo de Játiva. Las batallas de Almenara y Orihuela (1521) fueron decisivas. Germana de Foix, la virreina, se encargó de la represión.

Política Exterior

  • Francia: Carlos I y Francisco I eran enemigos. Se libraron cinco guerras. La primera guerra culminó en la batalla de Pavía (1525). El objetivo era Milán, territorio clave para Carlos I. Acabó manteniendo Milán, pero perdiendo Borgoña.
  • Turcos: El peligro con Solimán el Magnífico era constante. Llegaron a Viena (casa de los Austria) y perjudicaban el tráfico comercial. Se edificaron fortalezas en las fronteras y se organizó un ejército bajo el mando de su hermano Fernando. Las protestas internas detuvieron el avance.
  • Reforma Protestante: Carlos V intentó mantener la conciliación con los protestantes. En la reunión de Worms (1521), se opuso a Lutero y reclamó un Concilio para la reforma de la Iglesia. Se formó la Liga de Esmalcalda. Para evitar la guerra, se firmó la Paz de Núremberg (1532) hasta la celebración de un concilio. El Concilio de Trento (1545) dio inicio a la Contrarreforma. Tras la derrota en Mühlberg (1547), y decepcionado, Carlos V firmó la Paz de Augsburgo (1555), que concedía libertad de religión. Un año después, abdicó en su hijo Felipe y en su hermano Fernando, retirándose a Yuste.

2. La Monarquía Hispánica de Felipe II (1527-1598): La Unidad Ibérica

Hijo de Carlos I, Felipe II fue rey en 1556. Fijó la corte en Madrid y fue un monarca burócrata. Creó normas conciliares y se enfrentó a quienes se oponían al cristianismo. Contrajo cuatro matrimonios.

Política Interior

Rebelión de las Alpujarras: Carlos I había concedido a los moriscos una tregua de 40 años. En 1566, dicha tregua terminaba. Felipe II se negó a ampliar el plazo. Abén Humeya levantó a los moriscos. La rebelión finalizó en 1570 con la intervención militar de su hermano bastardo, Don Juan de Austria. Murieron 50.000 moriscos.

La Crisis Aragonesa (1591): Las alteraciones se iniciaron con la llegada a Zaragoza de su antiguo secretario real, Antonio Pérez, encarcelado durante 11 años por la planificación del asesinato de Escobedo, secretario de Don Juan de Austria. Antonio Pérez se refugió en Zaragoza, y Felipe II pretendió que lo juzgara la Inquisición. Durante el traslado, escapó a Francia. Felipe II ordenó la invasión de Aragón por un pequeño ejército real. Juan de Lanuza, Justicia Mayor de Aragón, fue ejecutado. En las Cortes de Tarazona, el rey se comprometió a respetar los fueros y el derecho a nombrar virrey.

Política Exterior

Lucha contra los Turcos: La amenaza turca asediaba Malta y Chipre. El Papa Pío V convocó una Liga Santa, al mando de Don Juan de Austria, que derrotó a los turcos en la batalla de Lepanto (1571).

La Guerra de Flandes: Felipe II intentó mantener la soberanía de los Austrias en los territorios que hoy son los Países Bajos y Bélgica, con tres millones de habitantes, gran riqueza agrícola y comercial. La región era predominantemente calvinista. El gobierno de Margarita de Parma, regente de Carlos I, se basó en una política conciliadora, pero con la implantación del Concilio de Trento y la Inquisición, se inició la revuelta calvinista, alentada por Guillermo de Orange. Felipe II nombró al duque de Alba gobernador, quien ganó la batalla de Gemmingen e instauró el Tribunal de los Tumultos (o de la Sangre) para juzgar a los rebeldes. El duque fue sustituido por Luis de Requesens (1573), quien buscó el diálogo y suprimió el Tribunal. A su muerte, Don Juan de Austria asumió el mando, retiró los Tercios y respetó las libertades de Flandes a cambio de la fe católica. Su muerte obligó a nombrar a Alejandro Farnesio, quien logró la adhesión de las provincias del sur, formando la Unión de Arrás. Los protestantes formaron la Unión de Utrecht y se declararon independientes. Guillermo de Orange fue asesinado en 1584, y bajo el liderazgo de Mauricio de Orange e Inglaterra, las fuerzas españolas se vieron obligadas a retroceder. En 1598, el rey cedió la soberanía de los Países Bajos a su hija Isabel Clara Eugenia.

Guerra con Inglaterra: Isabel I prestaba ayuda a los protestantes holandeses, y los corsarios ingleses atacaban los barcos hispanos. Felipe II organizó en 1588 la Armada Invencible (130 naves y 30.000 hombres) al mando de Don Álvaro de Bazán. Tras su muerte, el mando pasó al duque de Medina Sidonia. Una tormenta y los ataques ingleses provocaron su retirada. Solo regresaron 66 barcos y 10.000 hombres.

Unión Ibérica: El rey Sebastián I de Portugal desapareció en la batalla de Alcazarquivir. Al carecer de descendencia, el cardenal Enrique asumió el trono. Felipe II aspiraba a la Corona. Su rival era Antonio, Prior de Crato, con apoyo del pueblo y el clero. El Consejo de Regencia no se atrevió a reconocer a Felipe II como rey. La intervención militar de las tropas españolas, al mando del duque de Alba, forzó la huida del Prior. Felipe II se comprometió en las Cortes de Tomar a respetar los fueros portugueses.

El Siglo XVII: La Crisis de la Monarquía de los Austrias

El siglo del Barroco se caracterizó por una profunda crisis económica y por la lucha política de los monarcas para alcanzar el absolutismo pleno.

8.1 Los Austrias Menores

Felipe III (1598-1621)

Felipe III fue un monarca falto de energía y decisión. Rey cortesano, no gobernó directamente, sino que delegó en validos. Se casó con Margarita de Austria, y tuvieron a Ana (casada con el rey de Francia) y a Felipe IV. Su política fue pacifista.

Paz con Inglaterra

Tras la muerte de la reina Isabel I, Jacobo I firmó el Tratado de Londres (1604). Se concedieron facilidades comerciales a Inglaterra con América a cambio de la supresión de su ayuda a los holandeses.

Paz con Holanda (Tregua de los Doce Años)

Felipe II había abdicado en Isabel Clara Eugenia, pero la soberanía volvería a Castilla si no había descendencia. El cansancio y las dificultades financieras llevaron a la firma de la Tregua de los Doce Años (Paz de Amberes) (1609). No afectaba a las colonias, por lo que se mantuvo el bloqueo comercial con Flandes. La Tregua de los Doce Años finalizó en 1621, reanudándose las hostilidades que se integrarían en la Guerra de los Treinta Años.

La Expulsión de los Moriscos

A los moriscos dispersos se les acusaba de seguir practicando la religión musulmana y de colaborar con los piratas turcos y norteafricanos (representaban el 4% de la población). Se acentuó el odio y la intolerancia. En 1609 se decretó su expulsión de Valencia, luego de Castilla y Aragón.

Felipe IV (1621-1665)

Felipe IV era de carácter débil y dejó las tareas de gobierno en manos de sus validos, mientras se dedicaba a la caza, el teatro y el mecenazgo. Casado con Isabel de Borbón, tuvo dos hijos: María Teresa (casada con el rey de Francia) y Baltasar Carlos, quien falleció prematuramente. Al enviudar, se casó con Mariana de Austria, con quien tuvo a Carlos II y a Juan José de Austria (hijo ilegítimo).

La Guerra de los Treinta Años

La Guerra de los Treinta Años, iniciada en 1618 y concluida con la Paz de Westfalia en 1648, comenzó por la rebelión de la protestante Bohemia contra el emperador alemán Fernando II. España apoyó al emperador. Dinamarca y Suecia apoyaron al bando protestante. Francia declaró la guerra a España y al Imperio. La paz estableció: libertad religiosa; independencia de Holanda y la Confederación Helvética; y el Derecho Internacional (cada Estado resuelve sus propios conflictos sin la intervención de un tercero, fomentando la diplomacia).

La Guerra con Holanda

El fin de la Tregua de los Doce Años reinició las hostilidades. Al inicio, España obtuvo victorias (como Breda), pero con la ayuda de Francia y los protestantes, perdió en las batallas de Las Dunas (1639) y Rocroi (1643). Holanda se independizó.

La Guerra con Francia

Se inició en 1635 debido a una política agresiva de Francia. Al principio, España obtuvo victorias, hasta la rebelión separatista de Cataluña en 1640. La guerra finalizó con la Paz de los Pirineos (1659). España entregó el Rosellón, la Cerdaña y algunas plazas en los Países Bajos; además de ventajas comerciales. Así, Francia consiguió la preponderancia en Europa y el compromiso matrimonial de María Teresa.

Las Reformas del Conde-Duque de Olivares
  • Junta Grande de Reformación (1622): Propuso la reducción de oficios y empleos cortesanos; protección de la artesanía; eliminación de aduanas internas; abolición de impuestos (millones); y reducción de la deuda pública.
  • Gran Memorial (1624): Buscaba unificar la legislación y la contribución a las cargas de la monarquía por parte de todos los reinos, siguiendo el modelo castellano. Esto implicaba reforzar la autoridad real y el pago de 140.000 soldados, pagados proporcionalmente por cada reino, lo que se conoció como la Unión de Armas.

Carlos II (1665-1700)

Enfermo por taras de consanguinidad, Carlos II entregó el gobierno a validos. No tuvo descendencia. Esto generó una sensación de desgobierno, luchas de poder y la pérdida del prestigio internacional. Regresaron los conflictos con Francia, que consiguió territorios fronterizos y parte de Cataluña. Sin embargo, la Paz de Rijswijk (1697) preparó el terreno para la sucesión de Felipe de Anjou.

La muerte de Carlos II sin descendencia. Su testamento designaba a Felipe de Anjou como sucesor, frente al archiduque Carlos de Austria. Ante la posible unión de las coronas de Francia y España, Europa y la Corona de Aragón apoyaron a Carlos. La guerra finalizó con la Paz de Utrecht (1713).

8.2 El Valido

La figura del valido no fue peculiar de España. El precedente fue el secretario real. Sus rasgos comunes eran:

  • Actuaban como protectores del poder real, diferenciando entre la gestión del gobierno diario y la soberanía del Estado. Asumían los errores, liberando al rey de las críticas.
  • Pertenecían a la alta aristocracia y la Corte. Aquellos con mayor linaje y altos cargos podían llegar a ser validos. Así, se estrechó la relación entre la monarquía y la alta nobleza.
  • Crearon una red de clientelas entre sus familiares y amigos para incrementar su poder, ocupando puestos clave.

Cambio en los Órganos de Gobierno

La corrupción se extendió por toda la administración, y la venta de cargos públicos para las depauperadas arcas del Estado ocasionó un aumento de la burocracia. Otro aspecto fue la privatización de competencias estatales (tropas, armamento, impuestos…) para mantener los enormes gastos de la Corte (fiestas, pensiones…).

Las Juntas estaban formadas por personas de confianza para aconsejar a los ministros del rey sobre situaciones concretas. Destacaron Francisco Gómez de Sandoval (Duque de Lerma), valido de Felipe III, y Gaspar de Guzmán (Conde-Duque de Olivares), valido de Felipe IV.

8.3 La Crisis de 1640

Rebelión de Cataluña

Durante la guerra con Francia (1635), la frontera catalana era una zona estratégica. Cataluña se quejaba por: el reclutamiento forzoso, el comportamiento indisciplinado de las tropas y la paralización del comercio. Pau Claris y Francesc de Tamarit encabezaron la protesta contra el alojamiento de las tropas. El enfrentamiento culminó en el Corpus de Sangre (1640). Se produjo una ruptura en 1641 con la proclamación de la República Catalana, que se mantuvo hasta la capitulación de Barcelona en 1652, debido al desengaño con la ayuda francesa.

Independencia de Portugal

Al mismo tiempo, se produjo la separación portuguesa, motivada por la Unión de Armas, los impuestos y el comercio holandés. En 1640, la exigencia de que los soldados portugueses lucharan en Cataluña provocó la revuelta de Lisboa, donde fue asesinado el secretario de Estado Miguel de Vasconcelos. Felipe IV decidió centrar esfuerzos en Cataluña, y luego fue demasiado tarde para Portugal. Las tropas españolas fueron derrotadas en la batalla de Villaviciosa o Montes Claros (1665). El Tratado de Lisboa (1668) reconoció la independencia de Portugal.

8.4 Evolución Económica y Social en el Siglo XVII

Población

El siglo XVII marcó el fin de la etapa de crecimiento demográfico, debido a: cuatro grandes pestes, la expulsión de los moriscos, las permanentes guerras y la emigración.

Depresión Económica

Una de las manifestaciones fue el descenso de la población. La población tendió a salir del campo por la presión fiscal. Se vivió un proceso de refeudalización. La agricultura y la ganadería seguían siendo la base de la renta nacional. Las malas cosechas afectaron tanto a campesinos como a señores, quienes debían pagar impuestos al Estado, diezmos y rentas señoriales. Ante la inflación monetaria y la menor llegada de plata, la Corona emitió una moneda de menor valor: el vellón (aleación de plata y cobre). La moneda perdió valor y disminuyó la competitividad. A esto se sumaron los enormes gastos de la Corte.

Problemas de la Hacienda

La Hacienda era incapaz de ajustar los gastos con los ingresos, lo que generó mayor presión social. La venta de cargos públicos fue una práctica común. Las bancarrotas fueron frecuentes. A finales de siglo, se implementaron reformas de corte mercantilista para estabilizar la moneda y reactivar la economía.

Sociedad

La sociedad era estamental. La nobleza era el estamento privilegiado que creció porque la Corona permitía acceder a la nobleza por servicios administrativos o por venta de títulos. Era rentista, pero podía trasladarse a la Corte y no trabajaba. Aumentaron los hidalgos, de escasa riqueza, pero orgullosos de su condición. El clero era el otro estamento privilegiado. Su formación intelectual había decaído. El alto clero vivía como nobles; el bajo clero, como el pueblo. Aumentó el número de religiosos como vía de escape a la crisis. Las clases medias y los campesinos fueron los que más sufrieron. Aumentó la población desocupada y los «pobres de solemnidad».

El Siglo XVIII: La España de los Borbones

El siglo XVIII se inicia con el reinado de Felipe V, bajo un régimen absolutista, denominado Antiguo Régimen. El siglo avanzó con Carlos III y el despotismo ilustrado (fusión de Ilustración y absolutismo).

9.1 Guerra de Sucesión y Tratado de Utrecht

  • 1700: Muere sin descendencia Carlos II. Su testamento designa como sucesor a Felipe de Borbón (nieto de Luis XIV), y no al archiduque Carlos de Austria. Felipe V fue coronado rey y reconocido por las Cortes de Castilla y de Aragón. Esto podría alterar el equilibrio de poder en Europa y dio inicio a la Guerra de Sucesión. Se enfrentó la Gran Alianza de La Haya (Inglaterra, Austria, Holanda, Portugal y Saboya) a favor de Carlos, contra los Borbones. En el interior de la Península, Aragón apoyó a Carlos y Castilla a Felipe V.
  • 1702: Felipe V comienza con victorias en Italia.
  • 1704: El archiduque Carlos se autoproclama rey en Lisboa. Las fuerzas aliadas van ganando terreno.
  • 1707: Victoria de Almansa para Felipe V y promulgación de los Decretos de Nueva Planta. Se consiguen victorias decisivas en Brihuega y Villaviciosa.

Muere José I de Austria y le sucede el archiduque Carlos. Inglaterra no mantiene su apoyo por la posible unión hispano-austriaca. Se firman la Paz de Utrecht (1713) y los acuerdos de Rastadt (1714). Victoria de Felipe V. España renuncia a sus derechos al trono francés, cede a Austria: Flandes, Milán, Nápoles y Cerdeña; a Saboya: Sicilia. Inglaterra obtuvo privilegios comerciales (derecho de asiento) y el navío de permiso.

En España, la guerra continuó y Barcelona acabó cayendo ante el duque de Berwick (1714) después de un largo asedio. La resistencia fue heroica por la negativa a aceptar la supresión de los fueros.

9.2 El Cambio Dinástico: Las Reformas Internas

El absolutismo de Felipe V y Fernando VI aplicó reformas para racionalizar y centralizar el Estado. La monarquía autoritaria, sin límites en Castilla, limitaba su poder en Aragón, País Vasco y Navarra. Al introducirse el absolutismo, desaparecen estas limitaciones. El rey es el único depositario de la soberanía por delegación divina y concentra todos los poderes e instituciones: legislativo, judicial y ejecutivo.

  • Reformas Administrativas: Centralización y Unificación Política. El objetivo era aumentar la eficacia de la administración. La derrota de la Corona de Aragón supuso el fin de su ordenamiento jurídico. Los Decretos de Nueva Planta abolieron la autonomía en los territorios vencidos y establecieron la organización de Castilla; excepto en Navarra y el País Vasco. El rey delegaba en Secretarías de Despacho (equivalentes a ministerios): Estado y Extranjero, Gracia y Justicia, Guerra, Marina e Indias, y Hacienda. El territorio se dividió en provincias con intendentes encargados de la recaudación de impuestos. El castellano se impuso como lengua única en la administración. Para la sucesión se estableció la Ley Sálica (1712), por la que las mujeres no podían reinar.
  • Reformas de la Hacienda. Se reorganizó el sistema impositivo para aumentar los ingresos. Felipe V impuso una cantidad fija en cada territorio, recaudada entre sus habitantes en función de la riqueza. Se implantó el catastro (en Cataluña), el equivalente (en Valencia), etc. Para ello, Zenón de Somodevilla y Bengoechea realizó un inventario. Además, se realizaron políticas mercantilistas (Compañías Privilegiadas de Comercio), se creó una flota y Reales Fábricas.

9.3 Carlos III y el Despotismo Ilustrado (1716-1788)

Carlos III fue coronado tras la muerte de Fernando VI en 1759, y reinó hasta su fallecimiento en 1788. Su absolutismo fue benefactor, aplicando reformas basadas en las ideas ilustradas de racionalización y progreso, bajo el lema «Todo para el pueblo, pero sin el pueblo».

Hizo reformas apoyado en ministros como:

  • Leopoldo de Gregorio (Esquilache), junto con Sabatini, emprendieron reformas en Madrid.
  • Para aumentar los ingresos, actualizó las cantidades de pago de nobles y clero, lo que generó animadversión.
  • El fiscal Campomanes propuso el Tratado de la Regalía de Amortización y la liberación del comercio de grano.

Así se produjo el Motín de Esquilache (1766), provocado por la obligación de transformar la capa larga y el sombrero amplio por capa corta y sombrero de tres picos. La población de Madrid se echó a la calle y pidió la expulsión de los ministros extranjeros. Carlos III destituyó a Esquilache y nombró un nuevo equipo de ministros, entre los que destacaron el conde de Aranda, Campomanes y Floridablanca.

Después, una de las medidas fue la de dignificar los oficios, considerándolos honestos para los nobles. Se reorganizó el sistema educativo para hacerlo más técnico y útil (creación de las Sociedades Económicas de Amigos del País). Carlos III se enfrentó a la Iglesia (expulsando a los jesuitas, a quienes acusó de organizar el motín).

Economía

La paz y las reformas desarrollaron la economía. Con nuevos ministros, se implementaron medidas liberalizadoras como la supresión de las aduanas interiores, aunque permanecieron los rasgos típicos del proteccionismo.

Agricultura

Aumentó la población de 7 a 10,5 millones. La producción agrícola se incrementó por la ampliación de tierras de cultivo, a menudo de peor calidad. Predominaba el secano, el monocultivo y el barbecho. En Cataluña y Valencia, el regadío era más común. Pero el problema principal era la propiedad de las tierras. No podían ser objeto de compra-venta porque eran propiedad de familias nobles (mayorazgos), la Iglesia (manos muertas) y los Ayuntamientos (bienes de propios y comunes). Esta práctica se denomina amortización (Iglesia) y vinculación (familias nobles). El 60% de la tierra estaba en manos de la aristocracia. Carlos III, con ayuda de informes de Campomanes y Jovellanos, introdujo reformas, a pesar de la resistencia de los grupos privilegiados:

  • Limitó los privilegios de la Mesta.
  • Impulsó infraestructuras de regadío (como el Canal Imperial de Aragón).
  • Protegió a los arrendatarios en el disfrute de las tierras que explotaban.
  • Decretó la comercialización libre de los cereales (1765).
  • Se colonizaron despoblados con población alemana, holandesa y española (Nuevas Poblaciones de Sierra Morena). Para potenciar la agricultura, se buscaba dar seguridad a la carretera de Andalucía, iniciada en estos años, ante una fuerte presencia de bandoleros.

Producción Industrial y Comercio

El crecimiento demográfico produjo un aumento de los productos manufacturados. Medidas para limitar los privilegios gremiales facilitaron la aparición de nuevas técnicas. Se acabó con el monopolio gremial al eliminar el examen. Aparecen fábricas de un empresario en Valencia, País Vasco y Cataluña.

También había manufacturas reales con productos de gran calidad. Se iniciaron con Felipe V, como los paños de Guadalajara o el cristal de La Granja, y estaban exentas de impuestos.

El comercio fue el sector más desarrollado. Era fundamental para la Hacienda del Estado y para obtener una balanza comercial favorable. Para ello, se mejoraron las comunicaciones, se puso fin al monopolio del comercio americano por parte de la Casa de Contratación, y se crearon Compañías Privilegiadas.

9.4 La Política Borbónica en América

Se implementaron medidas para racionalizar la administración. Se reorganizaron los virreinatos. El de Nueva España se mantuvo, pero el de Perú se dividió en: Perú, Río de la Plata y Nueva Granada. Se impulsaron las misiones franciscanas en California y Nuevo México, y las jesuitas en Paraguay. Con Carlos III, el Imperio español alcanzó su máxima extensión en América. Muchos criollos, descendientes de españoles nacidos en América, comenzaron a sentir un creciente descontento.

9.5 La Ilustración

Hasta el siglo XVIII, la religión era la base del conocimiento. Fue sustituido por la razón (Descartes, Newton…). En España fue un movimiento moderado, pero se transmitió la preocupación por: las supersticiones populares; el desprestigio de la artesanía; la debilidad de la agricultura; el desinterés por la ciencia y la técnica; y los privilegios de la Iglesia y la nobleza.

Los ilustrados eran escasos, concentrados en Madrid, y promovieron reformas en el campo educativo. El Padre Feijoo combatió contra las supersticiones; Gregorio Mayans fue fundador de la historiografía moderna; y Campomanes y Jovellanos realizaron importantes obras para la Ilustración.

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