I. El Dominio Musulmán en la Península Ibérica
Califato de Córdoba (929-1031)
Entidad política establecida en el territorio de la Península Ibérica bajo dominio musulmán (Al-Ándalus) entre los años 929 y 1031. Su origen corresponde a la decisión del emir (gobernador) de Al-Ándalus, Abderramán III (912-961), de adoptar el título de califa en el año 929, lo que suponía romper los lazos políticos con el Imperio musulmán (capital en Bagdad). Se ponía fin de este modo al proceso de mayor independencia iniciado por Abderramán I desde el 756 (fase del emirato independiente).
Bajo el Califato se produce la fase de esplendor del dominio musulmán: conquistas sobre los cristianos (Badajoz en el 930, Toledo en el 932, Zaragoza en el 937), construcciones de la ciudad palatina Medina Azahara, florecimiento de una cultura árabe, etc. Desde el 976 el poder es dominado por un caudillo militar, Almanzor, que posterga al califa; y tras la muerte de Almanzor en el 1002 comienza una fase caótica en el Califato (la Gran Fitna) que conduce a su completa desintegración en taifas (reinos independientes).
Reinos de Taifas
Reinos musulmanes independientes que surgen en el territorio de la Península Ibérica bajo dominio musulmán desde el 1009 como resultado de la descomposicion del Califato de Córdoba (929-1031). A lo largo del siglo XI hubo unas 26 taifas cuya extensión coincidía generalmente con antiguas divisiones territoriales musulmanas. Sus características eran la tendencia hacia la fragmentación y el ser unidades políticas de supervivencia (pagaban tributos a los cristianos, parias, para lograr protección).
El final de las taifas se produjo por tres modalidades distintas: conquista de otra taifa, conquista cristiana o conquista de los almorávides, grupo bereber del norte de África, desde el 1090. Las crisis de poder de almorávides y almohades produjeron unas <segundas> y <terceras taifas> en los siglos XII y XIII, quedando un único reino de taifa, Granada, conquistado en 1492 por los Reyes Católicos.
II. La Consolidación de los Reinos Cristianos
Reino de Pamplona / Navarra
Núcleo político cristiano que se origina en base a la localidad de Pamplona y a la aristocracia autócrata que dominaba en ella, en estado de formación durante el siglo VIII (La Navarra Primordial). Esta aristocracia proporciona las primeras dinastías regias, la Íñiga o Arista (siglo IX) y la Jimena (siglo X).
Bajo Sancho Garcés I (905-925) se inicia una fase expansiva y de conquista territorial (condado de Aragón y Nájera) que alcanza su momento de esplendor con Sancho Garcés III el Mayor (1004-1035), cuando el reino logra su predominio sobre los restantes núcleos cristianos peninsulares. En 1162 el rey Sancho VI el Sabio (1150-1194) cambia el título de rey de Pamplona por el de rey de Navarra, expresión de una nueva concepción del dominio no ya del linaje sino sobre la tierra y la población.
Batalla de las Navas de Tolosa (1212)
Batalla entre cristianos y musulmanes ocurrida el 16 de julio de 1212 a los pies de Sierra Morena; en la que los ejércitos de Alfonso VIII de Castilla, Pedro II de Aragón y Sancho VII el Fuerte de Navarra derrotaron a las tropas del califa almohade Miramamolín.
La victoria cristiana supuso el declive del dominio almohade en la Península, la aparición de unas nuevas taifas (terceras) y la apertura del sur a la conquista castellana. La importancia histórica de esta batalla radica en que supone el punto de inflexión en el proceso de Reconquista que marca el inicio del predominio cristiano. Realidad y leyenda se mezclan al transmitirse el episodio por el que Sancho VII el Fuerte derrota a los guardianes de la tienda califal y corta las cadenas que la protegían; cadenas que habrían constituido el escudo de Navarra.
III. Instituciones y Unificación Dinástica
Cortes Medievales
Institución asamblearia que acogía una representación estamental (nobleza, clero y burguesía) que surge entre los siglos XII-XIV en toda Europa y también en la Península Ibérica (las más antiguas son las Cortes de León de 1188).
Estas asambleas procedían de la costumbre feudal del consilium, el consejo que debía prestar el vasallo, y de la institución de la Curia Regia, órgano que acompañaba al monarca (séquito) integrado por clero y nobleza. Las Cortes asumen esta función consultiva, además de la aprobación de impuestos. Son convocadas por el monarca y, en el caso de la Península, las de Castilla se limitan a este papel consultivo, mientras que las de Aragón y Navarra adquieren ciertas prerrogativas legislativas.
Unión entre el Reino de Castilla y la Corona de Aragón
Proceso histórico que significó la unión dinástica entre estos dos núcleos políticos en 1492, certificado por el Tratado de Alcáçovas de 1479. Esta unión se consigue tras el matrimonio de Isabel de Castilla y de Fernando II de Aragón en 1469 y la guerra civil desatada por la sucesión al trono castellano entre las hijas de Enrique IV, Isabel y Juana, entre 1475 y 1479.
El Tratado de Alcáçovas ponía fin a la guerra y reconocía a Isabel y Fernando como reyes de Castilla. Se trató de una unión personal, y no una integración territorial: cada corona conservó sus instituciones, territorios, aduanas, impuestos, etc. Este proceso se completa con las conquistas de Granada en 1492 y de Navarra en 1512.
Incorporación de Navarra a la Corona de Castilla (1512)
Acontecimiento histórico desarrollado tras la conquista militar castellana del Reino de Navarra en 1512 y la incorporación de este territorio a la Corona de Castilla por las Cortes de Burgos de 1515. El origen de este suceso reside en la posición amenazada del Reino de Navarra entre las dos potencias del momento, Francia y Castilla, y las ambiciones territoriales de estas dos monarquías.
La conquista fue rápida (contó con el apoyo de un sector de la nobleza navarra, los beamonteses) y la incorporación se efectúa bajo ciertas peculiaridades. Navarra conserva su condición de reino, mantiene su organización institucional y fiscal, y los monarcas castellanos respetaron los fueros (acto de juramento tradicional).
