La Crisis del Antiguo Régimen y la Revolución Liberal (1808-1833)
Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
La convocatoria de las Cortes Generales y Extraordinarias fue iniciativa de la Regencia, que la sustituyó en enero de 1810. Las Cortes se reunieron en Cádiz porque era una ciudad libre de la ocupación francesa y fácil de defender.
Las Cortes no eran estamentales, sino que estaban formadas por diputados con distintas posturas ideológicas:
- Absolutistas (o Serviles): Partidarios de mantener el poder absoluto del rey.
- Jovellanistas (o Reformistas): Querían un sistema intermedio entre el absolutismo y un modelo constitucional basado en la soberanía compartida.
- Liberales: Proponían una cámara única que asumiera la soberanía nacional y redactara una constitución inspirada en la Revolución francesa. Este grupo triunfó porque muchos diputados fueron sustituidos por liberales presentes en Cádiz.
Los diputados pertenecían al clero, la nobleza, la burguesía y también había representantes americanos. La reforma liberal fue apoyada por la burguesía, y parte del clero y la nobleza, aunque la mayoría de los estamentos privilegiados eran absolutistas.
Cádiz se convirtió en un foco muy liberal, con actividad constante en cafés, periódicos y debates. En las tertulias participaban también mujeres. Allí nació la prensa política y la opinión pública gracias al Decreto de libertad de imprenta (1810). Se formaron dos grandes grupos: absolutistas y liberales. Tras la expulsión de los franceses, las Cortes se trasladaron a Madrid (1814).
La Misión Reformadora de las Cortes
La misión de las Cortes era acabar con el Antiguo Régimen. El primer Decreto de 1810 afirmó la soberanía nacional, pasando el poder del rey a las Cortes. También proclamó la igualdad ante la ley y entre españoles y americanos, pese al deseo de autonomía de estos últimos.
Se aprobaron reformas importantes:
- Libertad de imprenta.
- Fin de la tortura.
- Abolición de la Inquisición y de los señoríos feudales.
También se inició la desamortización del clero, una reforma de la Hacienda y la libertad comercial e industrial.
La Constitución de 1812: ‘La Pepa’
La Constitución de 1812 fue la primera de España. Se promulgó el 19 de marzo de 1812 y se llamó “la Pepa” por celebrarse el día de San José. Sus principios fundamentales fueron:
- La soberanía nacional.
- Los derechos individuales.
- La igualdad ante la ley.
- La división de poderes.
Las Cortes eran unicamerales y ostentaban el poder legislativo. El rey y su gobierno tenían el poder ejecutivo, y el judicial era independiente. La Constitución establecía la religión católica como única oficial y el sufragio universal masculino indirecto. También creó la Milicia Nacional.
Era una monarquía moderada, donde el rey promulgaba las leyes y tenía derecho a veto. En economía defendía el liberalismo con el fin de los gremios, la abolición de los señoríos, la eliminación de los privilegios de la Mesta, la libertad industrial y la desamortización de propiedades en manos muertas. Aunque no llegó a aplicarse por la vuelta al absolutismo, la Constitución de 1812 fue una referencia esencial para futuras constituciones liberales.
El Reinado de Fernando VII: Absolutismo y Liberalismo (1814-1833)
El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Fernando VII regresó a España por Valencia, donde recibió el Manifiesto de los Persas (1814), el primer texto político español que abogaba por la restauración del Antiguo Régimen. Inspirado en él, aprobó el Decreto de Valencia y restauró el absolutismo, iniciando el Sexenio Absolutista (1814-1820). Durante este periodo, surge el primer exilio político contemporáneo.
En esta etapa comenzó la independencia de las colonias americanas, lo que generó una grave crisis de Hacienda. Para solucionarla, Martín de Garay propuso un sistema fiscal basado en una contribución única y proporcional a los ingresos. Este periodo terminó con el triunfo del pronunciamiento liberal de Las Cabezas de San Juan en Sevilla (1820), dirigido por Rafael del Riego.
El Trienio Liberal (1820-1823)
Fernando VII fue obligado a jurar la Constitución de 1812 y aceptar reformas liberales. El nuevo gobierno liberal, formado por antiguos exiliados como Agustín de Argüelles, impulsó derechos individuales, expresados a través de la prensa política y las sociedades patrióticas. Apareció un doble poder: el gobierno central y las Juntas, de carácter popular. Esto provocó la división del liberalismo:
- Moderados: Partidarios del poder de la Corona y del control de la prensa.
- Exaltados: Defensores de la Constitución de 1812 y de reformas más radicales.
Durante el gobierno de los moderados, se aprobaron medidas como la supresión de órdenes monacales, la reforma del clero regular, la desamortización de bienes de la Iglesia y la abolición de los gremios. Las revueltas de los exaltados y la guerrilla realista provocaron que el poder pasara a los liberales exaltados durante un año. Esta etapa terminó cuando la Santa Alianza envió a España al ejército de los Cien Mil Hijos de San Luis, que restauró a Fernando VII como monarca absoluto.
La Década Ominosa (1823-1833)
Comenzó así la Década Ominosa (1823-1833). Con la vuelta al absolutismo se produjo una fuerte represión política, dirigida por:
- La Superintendencia de Policía.
- Los voluntarios realistas.
- Los tribunales y las Juntas de Fe.
En este periodo se perdieron las colonias americanas, excepto Cuba, Puerto Rico y Filipinas, lo que debilitó la crisis económica. Para afrontarla, el ministro López Ballesteros impulsó reformas y se realizaron cambios administrativos, como la creación de la Bolsa de Madrid, el Código de Comercio y el Banco de San Fernando.
En 1827 tuvo lugar la Guerra de los Agraviados, protagonizada por absolutistas radicales que consideraban débil el gobierno de Fernando VII y apoyaban a su hermano Carlos María Isidro, defensor de un absolutismo más extremo.
Según la Ley Sálica, y ante la falta de hijos varones, el trono correspondía a Carlos. Sin embargo, Fernando VII aprobó la Pragmática Sanción, que anulaba la Ley Sálica y permitía reinar a su hija Isabel. En 1832, durante los sucesos de La Granja, el rey, enfermo, fue presionado para anular la Pragmática, pero al recuperarse la restableció. A su muerte en 1833, Isabel II subió al trono con solo tres años, bajo la regencia de María Cristina, y la oposición de Carlos María Isidro dio inicio a la Primera Guerra Carlista.
La Península Ibérica Medieval: Evolución y Estructura
2.1. Al-Ándalus: Evolución Política
La conquista musulmana de la península ibérica (711-715) comenzó cuando el ejército de Táriq venció al rey visigodo Don Rodrigo en la batalla de Guadalete. Fue rápida porque algunos visigodos se convirtieron al islam o pactaron. Se forma un emirato dependiente del Califato Omeya de Damasco, durante el cual sufrieron la derrota en Poitiers (732).
Tras la revuelta Abasí en Damasco, Abderramán I proclamó el emirato independiente del Califato de Bagdad en lo político (756). En 929, Abderramán III proclama el Califato de Córdoba y asume también el poder religioso. Tras las reformas de este (creación de la figura del Háyib, visires, etc.), el Califato vive su momento cumbre hasta la muerte de Almanzor.
En el 1031 surgen los Reinos de Taifas (de origen árabe, bereber y eslavo) que pagarán parias a los cristianos. Tras la pérdida de Toledo (1085), las taifas se unificaron dos veces por dos imperios norteafricanos integristas: los almorávides y los almohades. Estos últimos caen en la Batalla de las Navas de Tolosa (1212). La última taifa será el Reino Nazarí de Granada de la dinastía Banu Nasr, que se rendirá con Boabdil “El Chico” en 1492 a los Reyes Católicos.
2.3. Los Reinos Cristianos: Evolución de la Reconquista y Organización Política
La Reconquista es el proceso de expansión de los reinos cristianos sobre los territorios de Al-Ándalus:
Evolución Territorial de la Reconquista
En Castilla, Don Pelayo venció en la batalla de Covadonga en 722. Alfonso III traslada la capital del reino Astur a León, y en el siglo X, Fernán González independiza los condados castellanos. Tras la Batalla de Simancas, Fernando I llegó hasta el Duero, Alfonso VI conquistó Toledo (1085), Alfonso VIII venció en las Navas de Tolosa (1212) y tras esta, Fernando III se hace con las taifas andalusíes. La conquista finalizó con los Reyes Católicos en el Reino Nazarí de Granada en 1492.
A partir de la Marca Hispánica carolingia, y tras la batalla de Roncesvalles, se forma el Reino de Pamplona con Íñigo Arista, los condados de Aragón de Aznar Galíndez y los condados catalanes, unificados por Wifredo el Velloso e independizados por Borrell II. A la muerte de Sancho III de Navarra (siglo XI) surge el Reino de Castilla con Fernando I y el de Aragón con Ramiro I. Pedro I conquistó Huesca, seguido de Alfonso I con Zaragoza hasta el Ebro (siglo XII). Nació la Corona de Aragón con el matrimonio de Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV de Barcelona. Por último, Jaime I conquistó Valencia y Mallorca, y se firmaron los tratados de Tudilén y Cazorla (siglo XII) marcando los límites entre Castilla y Aragón.
Organización Política
La organización política de los reinos cristianos se basó en el derecho romano para reforzar el poder real y fueron ayudados por la Curia Regia.
- En Castilla: Evolucionó a una monarquía autoritaria. Las villas contaban con concejo y regidor.
- En la Corona de Aragón: Evolucionó al pactismo. Había un cabildo y estaban gobernados por alcaldes aconsejados por el Consell.
2.4. Modelos de Repoblación y Organización Estamental
Modelos de Repoblación
La repoblación se dio en tres zonas principales:
- Zona Cantábrica y Pirenaica: Con el sistema de presura o aprisio. Los campesinos ocupaban libremente las tierras y se hacían propietarios de ellas.
- Valle del Tajo y Ebro: Fue a través de un sistema concejil, gracias a los fueros y cartas pueblas que otorgaban derechos y privilegios a los ciudadanos. La caballería villana defendía el concejo.
- Valle del Guadalquivir, Júcar y Turia: Se repobló mediante el repartimiento, encomienda y donadío. El rey otorgó grandes latifundios a la nobleza y a las órdenes militares.
Organización Estamental
La sociedad era estamental y se definía por cuna (salvo el clero), dividida en privilegiados y pueblo llano.
- Privilegiados: Eran la nobleza (guerreros) y el clero (los que rezaban). Tenían diferentes funciones y códigos jurídicos, y ambos cobraban impuestos (como el diezmo). Se dividían en alto y bajo clero o nobleza, basado en sus propiedades.
- Pueblo Llano (No Privilegiados): Trabajaban, tenían una jurisdicción distinta y pagaban impuestos. Iban desde artesanos hasta campesinos libres o no.
También había minorías religiosas como los judíos, que vivían en juderías, y los mudéjares, musulmanes que vivían en territorio cristiano.
2.5. La Baja Edad Media en las Coronas de Castilla y de Aragón y en el Reino de Navarra
La muerte de Alfonso I el Batallador da lugar a la monarquía de Ramiro II en Aragón, cuya hija Petronila se casa con Ramón Berenguer IV (siglo XII), y nace la Corona de Aragón, que hereda su hijo Alfonso II. La Corona de Aragón es un estado compuesto por los reinos de Valencia, Mallorca y Aragón y los condados catalanes, todos con fueros propios. Alfonso II inicia la expansión de Aragón por el Mediterráneo, con la conquista de Cerdeña, Sicilia, y más tarde Atenas y Neopatria con los Almogávares.
La muerte de Martín I sin descendencia (siglo XV) da lugar a un cambio de dinastía en el Compromiso de Caspe, con Fernando I de Trastámara y sus hijos Alfonso V y Juan II. Tras la guerra civil contra el Príncipe de Viana (hijo de Juan II), el reino pasa a Fernando el Católico.
En Castilla, Alfonso X el Sabio crea un único fuero real con Las Siete Partidas. Se produce la guerra civil entre Pedro I y Enrique II de Trastámara (siglo XIV), y la victoria del último trae la nueva dinastía Trastámara. La nobleza gana poder hasta el reinado de Isabel la Católica.
Durante el reinado de García Ramírez (siglo XII), Navarra se separa de Aragón, y con Sancho VI pasa de llamarse Pamplona a Navarra. Entre el siglo XIII y el XVI, el Reino cae bajo la órbita francesa. En el siglo XV se unen Blanca de Navarra y Juan II de Aragón, por lo que su hijo Fernando el Católico conquista Navarra en 1512, primero para Aragón, pero luego se la cede a Castilla.
