Consecuencias de la Primera Guerra Mundial y el periodo de entreguerra

Consecuencias de la Primera Guerra Mundial

La Gran Guerra afectó a todos los ámbitos de la sociedad. Entre las consecuencias humanas destacamos las más de 10 millones de muertes, además de mutilados y heridos. El número de viudas y huérfanos creció y se produjo un descenso de la natalidad. Por otro lado, los excombatientes se encontraron sin trabajo. El pesimismo se apoderó de Europa.

En el aspecto económico, la crisis afectó a todos los sectores, ya que tanto las vías de comunicación como los campos de cultivo e industrias habían sido destruidas durante la guerra. Para recuperarse, los estados comenzaron a endeudarse pidiendo préstamos a otros países emergentes. En 1919 se reunió en París el Comité de los 4, formado por los vencedores de la guerra: Estados Unidos, Francia, Inglaterra e Italia. Estos organizaron los acuerdos partiendo de los 14 puntos de Wilson, entre los que destacamos el derecho de autodeterminación de los pueblos, el desarme general y la creación de un organismo supranacional encargado de resolver las tensiones de forma pacífica. Los distintos tratados establecidos con los derrotados fueron elaborados sin contar con ellos, solo se limitaron a firmarlos. El Tratado de Versalles, que afectaba a Alemania, fue el que más repercusión tuvo y sus principios fueron: 1) fuertes indemnizaciones que debían pagar a los vencedores, 2) reconocerse como únicos responsables del conflicto, 3) pérdida de los territorios conquistados, 4) reducción de su ejército a 100.000 hombres, 5) derecho de autodeterminación en el caso de los pueblos alemanes no respetado. Entre las consecuencias territoriales destacamos el fin de los grandes imperios (Ruso y Austrohúngaro) y la creación de países como Yugoslavia o Checoslovaquia. Las democracias se extienden por el continente para frenar la expansión del comunismo ruso.



Periodo de entreguerra

Entre 1914 y 1918 se produjo el primer conflicto de carácter mundial que enfrentó a las principales potencias. La Gran Guerra ocasionó millones de pérdidas humanas y económicas, además de una serie de cambios territoriales en el mapa europeo. Los tratados de paz firmados fueron especialmente duros con los derrotados, lo que supuso una división entre los partidarios y los detractores. Estas tensiones se incrementaron con la llegada al poder de partidos totalitarios a lo largo de la década de los veinte y los treinta, y con el crack del 29 que provocó la mayor crisis conocida hasta ese momento.



La posguerra

La Sociedad de Naciones, creada para resolver los problemas de forma pacífica, muestra su inoperancia, ya que tiene obstáculos como la carencia de un ejército propio, la obligación de tomar decisiones de forma unánime y la ausencia de Estados Unidos. Los nuevos países fueron creados de forma artificial, de modo que compartían estado ciudadanos de la misma etnia, religión, idioma y cultura, lo que pronto generaría tensiones. Por otro lado, Alemania se muestra incapaz de pagar las indemnizaciones de guerra. La respuesta de Francia fue la de ocupar su principal fuente de ingresos, la cuenca del Ruhr. Estados Unidos se va a convertir en la primera potencia mundial, ya que pasa a ser un país acreedor, concediendo préstamos a los países que han sufrido las consecuencias de la guerra. Otros países emergentes como Japón o Canadá también tenían importancia. En Estados Unidos se produce un aumento de la demanda, lo que elevó los precios de los productos. Ante esto, el gobierno estadounidense llevó a cabo una política deflacionista, para aumentar la subida de los precios, reduciendo las inversiones públicas y la concesión de préstamos, entre otros. En cambio, los países beligerantes no lograron su objetivo y sufrieron un aumento de desempleados. En 1924 se impulsó el Plan Dawes, un programa destinado a mejorar la economía de Alemania, manteniendo la deuda, pero vinculando el pago anual al estado financiero de Alemania en cada momento. A partir de este momento, con la apertura de los mercados, vemos cómo toda la economía mundial depende de Estados Unidos, quedando desequilibrada, hecho que se refleja en que hasta el 60% de los préstamos que se conceden vienen de allí.



Felices años 20

Entre 1925 y 1929 se vive a nivel mundial un periodo de prosperidad económica, fundamentado en el nacimiento y el desarrollo de industrias como la publicidad, electrodomésticos y electricidad. Estados Unidos confirma su primacía entre las principales potencias mundiales. Otro factor que va a favorecer el desarrollo económico es el taylorismo o trabajo en cadena, ya que reduce los costes y amplía la producción. Por otro lado, comienzan a implantarse compras a plazos, con el objetivo de que las clases medias y bajas puedan acceder a estos nuevos productos. Este periodo de bonanza tiene sus desequilibrios que observamos en las materias primas como el hierro y el carbón, que son sustituidas por petróleo y electricidad. El campo también se ve perjudicado, ya que una serie de buenas cosechas unidas a la mecanización y el uso de abonos, llevaron a un notable aumento de una producción que la sociedad no podía consumir, de forma que los precios bajaron, lo que afectó a los agricultores. El crecimiento económico empresarial no se ve reflejado en los salarios de los trabajadores, produciéndose un descenso del consumo y aumentando así los stocks y el número de desempleados.



Crack del 29

Para comprenderlo hay que situarse en años anteriores, donde la prosperidad económica no afectaba a toda la población ni a todos los sectores. La causa inmediata vino motivada por la especulación en bolsa. El 24 de octubre miles de acciones se ponen a la venta, pero no se encuentran inversores, de forma que se hunde la bolsa. Esto se agrava cinco días más tarde cuando se ofrecen más acciones ante una nula demanda, el mercado se desploma. Tras el crack del 29 comienza la Gran Depresión, un periodo marcado por la escasez de inversiones y consumo, lo que provocó la retirada de ahorros y el cierre de bancos. El desempleo alcanzó el 25% de la población, estos parados no recibían ayudas por su situación, llevando a una gran parte de la población a la desnutrición y a la pérdida de sus hogares. Para solucionar esto, Estados Unidos comenzó una política proteccionista en la que frenan los intercambios con otros países. Con la crisis se produce una polarización de la sociedad entre las clases altas y bajas, lo que genera mayor radicalización. Ante el temor de que las clases bajas defiendan las ideas comunistas, en Estados Unidos se reprimen las protestas y se establece el New Deal, un programa económico que introduce reformas como:

  • Inversiones públicas para reducir el desempleo
  • Ayudas al sector primario para mantener precios estables
  • Mejoras en condiciones laborales como el salario mínimo y reducir la jornada laboral a 40 horas
  • Aumento de las pensiones

Estas reformas no solventaron los problemas económicos, pero ayudaron a reducir la gravedad de la situación.

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