El gobierno provisional y la constitución de 1931

El almirante Aznar trazó un plan para realizar diversas elecciones, empezando por las municipales, con el objetivo de restaurar la normalidad constitucional. Pero estas elecciones municipales, celebradas el domingo 12 de Abril de 1931, dieron un vuelco a la situación del país. Los resultados fueron interpretados como de claro triunfo de las candidaturas republicanas, a pesar de que el número total de concejales era favorable a los monárquicos. Pero los republicanos habían vencido en el 80% de las capitales de provincia y en la mayoría del resto de los municipios con más de 10.000 habitantes. En Madrid y Barcelona, la ventaja republicana era abrumadora. Si en las zonas rurales, muchas de ellas sin lucha electoral por haberse presentado un solo candidato, habían vencido los monárquicos, se debía a las viejas prácticas caciquiles.

El día 14, conocidos los resultados, se fue proclamando la república en diversas ciudades: Éibar, la primera, Valencia, Sevilla, Oviedo, Zaragoza, Barcelona… Alfonso XIII decidíó abandonar su cargo y marchar al exilio.

LA CREACIÓN DEL GOBIERNO PROVISIONAL

En Madrid, los miembros del Comité revolucionario marcharon a la Puerta del Sol y, en medio de una masa entusiasmada, tomaron posesión del gobierno.
Presidido por Niceto Alcalá Zamora, estaba formado, además, por:

– Miguel Maura (derecha liberal republicana)

– Manuel Azaña y Marcelino Domingo (republicanos de izquierda)

– Alejandro Lerroux y Diego Martínez Barrio (del Partido Radical)

– Largo Caballero, Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos (PSOE)

– Nicolau d’Olwer (nacionalista catalán)

– Casares Quiroga (nacionalista gallego).

La primera medida del nuevo gobierno fue convocar elecciones a Cortes Constituyentes, que debían celebrarse el 28 de Junio. Al mismo tiempo, se dictaron una serie de decretos para realizar las reformas consideradas de urgencia y que no podían esperar que se aprobara la Constitución: reforma agraria, reforma del ejército, autonomía de catalanes y vascos, etc      Los conflictos también comenzaron pronto:

– declaraciones contra el nuevo régimen de empresarios y propietarios agrícolas.

– huelgas en Sevilla, Asturias, Barcelona, etc.

– oposición de la jerarquía de la iglesia católica, con el cardenal Segura (arzobispo de Toledo y primado de España)
A la cabeza.

– el 11 y 12 de Mayo fueron quemados en varias ciudades españolas (Madrid, Sevilla, Cádiz, Murcia…) iglesias y otros edificios religiosos.

LA CONSTITUCIÓN DE 1931

Las elecciones del 28 de Junio dieron la mayoría a la coalición republicano
Socialista, lo que supónía una aplastante victoria de las fuerzas de la izquierda.

Las nuevas Cortes reflejaban un cambio espectacular en el panorama político de España. Por primera vez, los partidos gobernantes no eran “partidos de notables” sino organizaciones con muchos afiliados y con capacidad para movilizar a millares o millones de seguidores. El Congreso de los Diputados, nuevo centro de la vida política del país, fue escenario de apasionados debates, que tenían repercusión en la prensa y en la calle.

La nueva Constitución se aprobó en Diciembre de 1931, después de tres meses de intenso debate. Se trataba de una constitución democrática y progresista que definía al estado español como una “República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia”. Como aspectos más destacados de la Constitución, señalemos los siguientes:

  • El Estado se definía como “integral” pero aceptaba la posibilidad de constituir gobiernos autónomos en algunas regiones.
  •  Declaraba que el Estado español no tenía religión oficial.
  • El poder legislativo residía únicamente en las Cortes, constituidas por una sola cámara y cuyas atribuciones estaban por encima de las demás instituciones.
  • El poder ejecutivo estaba constituido por el Consejo de Ministros y por el Presidente de la República. Este era elegido conjuntamente por las Cortes y un número de compromisarios igual al de Diputados, elegidos por sufragio universal, igual, directo y secreto.
  • Establecía la posibilidad de expropiación forzosa de cualquier tipo de propiedades (por utilidad pública y mediante indemnización) y de nacionalizar servicios públicos.
  • Presentaba una amplia declaración de derechos y libertades:
  • Sufragio universal (incluido el femenino) a partir de los 23 años.
  • Matrimonio civil y divorcio.
  • Igualdad de todos los ciudadanos ante la educación y el trabajo.

Aunque fue aprobada por una amplia mayoría de los diputados, la Constitución abriría dos debates que, a medio plazo, tendrían una vital importancia: la cuestión religiosa y el asunto de las autonomías. La aprobación de los artículos religiosos de la Constitución provocó la dimisión del sctor católico del gobierno. Manuel Azaña, hasta ese momento Ministro de la Guerra, sustituyó a Alcalá-Zamora en la presidencia del gabinete, mientras este ocupaba la Presidencia de la República.

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