I. Causas y Estallido de la Revolución Francesa (1789)
El Impacto de la Ilustración y la Revolución Americana
La Declaración de Independencia de Estados Unidos de América y su Constitución (1787) defendían los derechos inalienables del ciudadano, la separación de poderes, los principios de igualdad y libertad, y el derecho a elegir a los gobernantes. Estos ideales coincidían con los que la Ilustración difundía en Europa y que se habían extendido entre las élites culturales y la nueva burguesía.
Los principios ilustrados y el ejemplo de la Revolución americana aportaron a la burguesía las nuevas ideas para enfrentarse al absolutismo y a la sociedad estamental, y propusieron nuevas formas de organización social y de gobierno. Todo ello propició el ciclo revolucionario que se inició en Francia en el año 1789.
La Crisis Social y Económica
A finales del siglo XVIII, el Tercer Estado o estado llano —integrado por la burguesía, los campesinos y los artesanos— aspiraba a profundas reformas sociales:
- Los campesinos (el 80% de la población) se oponían a las pesadas cargas feudales impuestas por los señores.
- Los burgueses aspiraban al fin de los privilegios de que gozaban la nobleza y el clero, a la libertad de comercio y de negocios, y a poder participar en la vida política.
Con este descontento como telón de fondo, la coincidencia en 1789 de dos graves crisis económicas provocó el estallido de una revolución:
- La crisis económica: Fue consecuencia de las malas cosechas que venían sucediéndose desde 1760. El alza del precio de los alimentos, sobre todo del pan, principal sustento popular, generó un gran descontento y un espíritu de rebeldía entre la población.
- La crisis financiera: Tuvo su origen en la falta de dinero de la monarquía para sufragar los gastos del Estado. Para solucionarla, los ministros de Luis XVI habían propuesto que los privilegiados pagasen impuestos. Estos se negaron a aceptarlo.
1789: El Estallido Revolucionario
Los Estados Generales se abrieron en Versalles en mayo de 1789, presididos por el rey y formados por los representantes de la nobleza, el clero y el Tercer Estado. La negativa de los privilegiados a aceptar una mayor representación del Tercer Estado y que el voto fuese por persona y no por estamento hizo que los diputados del estado llano decidiesen abandonar la reunión. Reunidos en un pabellón de Versalles (*Jeu de Paume*), los representantes del Tercer Estado se erigieron en Asamblea Nacional (representantes de toda la nación) y se comprometieron a elaborar una Constitución que reflejase la voluntad de la mayoría de los franceses.
II. Desarrollo de la Revolución Francesa (1789-1799)
La Monarquía Constitucional (1789-1792)
En la primera etapa de la Revolución francesa, la burguesía moderada intentó llegar a un acuerdo con el rey y los privilegiados para convertir Francia en una monarquía constitucional y parlamentaria. Así, la Asamblea Nacional Constituyente abolió los pilares del Antiguo Régimen:
- Decretó la abolición del feudalismo (estamentos, servidumbre personal, diezmos…) y promulgó la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, que reconocía los derechos y las libertades individuales, así como la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y los impuestos (agosto de 1789).
- Promulgó una Constitución (1791) basada en la separación de poderes, la soberanía nacional y la igualdad legal, aunque reservaba al rey el derecho de veto. Estableció el sufragio censitario, que daba el voto únicamente a los que poseían un determinado nivel de riqueza.
Tras la aprobación de la Constitución se formó una Asamblea Legislativa, que elaboró nuevas leyes para implantar el liberalismo, obligó a pagar impuestos a la nobleza y abolió la organización gremial. Para defender la Revolución, creó un nuevo ejército: la Guardia Nacional.
A mediados de 1791, aunque parecía que la monarquía constitucional estaba consolidada, la familia real y los privilegiados no aceptaron los cambios y buscaron el apoyo de las monarquías absolutas de Europa para restablecer el absolutismo. Austria organizó un ejército para invadir Francia y Luis XVI huyó de París para unirse a los austriacos (Fuga de Varennes, junio de 1791). Aunque el rey fue detenido, el ejército austriaco entró en Francia y avanzó hasta las puertas de París (septiembre de 1792).
La República Social (1792-1794)
La traición del rey y la invasión militar provocaron la revuelta de las clases populares (*sans-culottes*). El 10 de agosto de 1792 se produjo el asalto al palacio real de las Tullerías, se encarceló a la familia real y se proclamó la república (septiembre de 1792).
La Convención Girondina (1792-1793)
La república quedó en manos de los girondinos, representantes del sector más moderado de la burguesía. La nueva asamblea se llamó Convención Nacional y fue elegida por sufragio universal masculino (derecho al voto independientemente de la riqueza).
La Convención Jacobina (1793-1794)
En junio de 1793, los jacobinos, el sector más radical de la burguesía, hizo suyas las demandas de los sectores populares, se hizo con el poder y la Revolución entró en su fase más extrema.
- Se promulgó una nueva Constitución que reconocía la soberanía popular (sufragio universal masculino) y el derecho a la igualdad social.
- El ejecutivo quedó en manos de un Comité de Salvación Pública, que otorgó el poder a Robespierre, un dirigente jacobino.
Para rechazar la invasión austriaca se organizó una leva en masa, que obligaba a todos los ciudadanos a enrolarse en el ejército, y para acabar con los conspiradores se impulsó la política del Terror. El Comité suspendió las libertades y unos tribunales revolucionarios castigaron con prisión o muerte en la guillotina a los que se oponían al gobierno (Ley de sospechosos). El Terror y el proceder dictatorial del gobierno provocaron la oposición de buena parte de la población y, en julio de 1794, un golpe de Estado acabó con el gobierno jacobino. Robespierre y otros líderes jacobinos fueron ejecutados en la guillotina.
La República Conservadora: El Directorio (1794-1799)
La burguesía moderada tomó de nuevo el control de la Revolución, que entró en su tercera y última etapa. Se anularon las leyes jacobinas y se promovió el retorno de los exiliados a causa del Terror. Una Constitución (1795) otorgó el poder ejecutivo a un gobierno colegiado (Directorio) y restableció el sufragio censitario.
El nuevo Directorio vivió en una permanente inestabilidad porque tuvo que hacer frente tanto a la oposición de la aristocracia, que pretendía instaurar la monarquía y recuperar sus antiguos privilegios, como de las clases populares, que apoyaban el retorno de los jacobinos. En ese contexto de crisis y en plena guerra contra las potencias absolutistas, en 1799, un joven general, Napoleón Bonaparte, protagonizó un golpe de Estado que puso fin al Directorio.
III. La Era Napoleónica (1799-1815)
El Consulado (1799-1804)
El golpe de Estado de Napoleón tuvo el respaldo de buena parte de la burguesía. Su intención no era el regreso al Antiguo Régimen, sino la consolidación de los principios moderados que habían inspirado la Revolución de 1789. En 1799, el general fue nombrado cónsul y se inauguró el *Consulado*, que se caracterizó por un gobierno personalista y autoritario. Napoleón pretendía acabar con la inestabilidad política de los años de la Revolución, consolidar algunos de los principios revolucionarios y fomentar la reactivación económica, mediante un gobierno que representase los intereses de la burguesía.
El nuevo sistema político no contemplaba la separación de poderes ni incluía una declaración de derechos (Constitución de 1800). Las libertades quedaron muy limitadas y se impuso la censura para controlar la opinión pública.
Para centralizar la administración del Estado se crearon las prefecturas, que hacían cumplir las órdenes del gobierno en las provincias, y se reformó la Hacienda. Con el objetivo de constituir una élite de funcionarios para la Administración, se impulsó la enseñanza con la fundación de las escuelas del Estado. También se permitió el regreso de los exiliados que aceptasen el nuevo orden, y se firmó un Concordato para restablecer las relaciones con la Iglesia. Asimismo, para estimular la economía se elaboró un Código de Comercio, se creó el Banco de Francia y se emitieron nuevos billetes bancarios.
El Imperio Napoleónico (1804-1815)
A partir de 1803, Napoleón inició la conquista de Europa y en 1804 se hizo coronar emperador por el Papa. La organización de un gran ejército y el uso de nuevas tácticas militares le permitieron derrotar a las monarquías europeas. La victoria napoleónica en *Austerlitz* (1805) sobre los dos emperadores (Austria y Rusia) marcó el momento álgido de la superioridad napoleónica. Algunos territorios conquistados fueron incorporados a Francia, y en otros casos, se crearon Estados satélites gobernados por franceses.
¿Por qué fue derrotado Napoleón?
Las conquistas napoleónicas generaron una doble reacción en los países ocupados por los ejércitos franceses:
- Por un lado, la abolición de las monarquías absolutas y la supresión de los derechos feudales despertaron las simpatías de los liberales de toda Europa.
- Por otro lado, la invasión de un ejército extranjero, la violencia indiscriminada de sus soldados y la sumisión a los intereses de Francia generaron un fuerte sentimiento antifrancés entre la población.
IV. Entre el Absolutismo y el Liberalismo (1815-1848)
La Restauración del Absolutismo
Entre 1814 y 1815, los vencedores de Napoleón se reunieron, a propuesta del canciller austriaco Metternich, en el Congreso de Viena. Su objetivo era poner fin a la expansión de las ideas liberales y restaurar el absolutismo en Europa.
Tras reponer a los monarcas en sus tronos, las cuatro potencias (Rusia, el Reino Unido, Prusia y Austria) remodelaron el mapa europeo en su provecho y sin tener en cuenta las aspiraciones de los pueblos. En el Congreso se acordó el regreso de Francia a sus fronteras de 1792 y la división del Imperio napoleónico entre los vencedores.
En Viena también se establecieron los principios ideológicos de la Restauración: la legitimidad de los monarcas absolutos.
La Revolución de 1830
El Congreso de Viena no respetó ni los principios liberales ni las aspiraciones nacionales de algunos pueblos europeos. En consecuencia, a partir de 1815, el liberalismo y el nacionalismo se convirtieron en las dos fuerzas de oposición, que impulsaron las oleadas revolucionarias (1830 y 1848) que pusieron fin al sistema de la Restauración.
Las insurrecciones contaron con un importante apoyo popular y, donde triunfaron, significaron la sustitución del absolutismo por sistemas políticos liberales, basados en la soberanía nacional y el sufragio y regidos por una Constitución, en los que la burguesía detentaba el poder.
El movimiento se inició en Francia, donde, en julio de 1830, se derrocó al monarca absoluto. En 1831 estalló también una revuelta en Polonia, que se hallaba bajo el dominio del Imperio ruso, pero fue duramente reprimida por el ejército zarista.
V. Herencia y Legado de la Revolución Francesa
Las Bases de la Democracia
La organización de los Estados y las formas de hacer política que rigen en la mayor parte de los países democráticos occidentales tuvieron sus orígenes en los principios de la Revolución francesa:
- La consideración de las personas como ciudadanos con derechos reconocidos por el Estado (Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano).
- La soberanía nacional, es decir, el derecho de los ciudadanos a elegir mediante el voto a sus representantes, que se reúnen en un parlamento para elaborar las leyes y elegir el gobierno.
- La Constitución como ley fundamental que establece los derechos y deberes tanto de los ciudadanos como de los gobernantes.
- La igualdad de todas las personas ante la ley, que queda fijada y establecida en los códigos legales (civil, penal, militar…), y una justicia independiente del poder político.
- La organización administrativa del Estado en departamentos (provincias) y ayuntamientos.
La Vida Política y la Prensa
La vida política de los sistemas democráticos se vehicula a través de los partidos políticos, que tuvieron un antecedente claro en los clubs creados durante la Revolución. Los ciudadanos que defendían ideas y propuestas semejantes se agruparon en sociedades para participar en la política e influir en la Asamblea.
El hecho actual de clasificar a los partidos en derechas e izquierdas se originó en la Asamblea Nacional francesa, cuando los diputados más moderados acostumbraron a sentarse en los escaños de la derecha, y los más radicales, en los de la izquierda.
La prensa política y de opinión nació también por el interés de los ciudadanos de contrastar las opiniones de los diferentes grupos y discutirlas entre ellos.
La Liberalización de la Economía
La Revolución y las leyes napoleónicas comportaron la liberalización de la economía, que permitió el desarrollo del capitalismo y de la burguesía:
- Se suprimieron los gremios que reglamentaban y obstaculizaban el crecimiento de la producción y se decretó la libertad de empresa y de contratación. Sin embargo, se prohibieron las asociaciones de obreros para defender sus derechos.
- Se eliminaron las aduanas interiores que gravaban el transporte de mercancías y dificultaban el comercio.
- Se unificaron los sistemas de pesos y medidas para facilitar los intercambios.
VI. Glosario de Términos Históricos
Constitución
Conjunto de leyes fundamentales de un país aprobadas por votación de los ciudadanos, que determina la forma de gobierno, establece los derechos y deberes de las personas y define las instituciones y el funcionamiento del Estado.
Democracia
Sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente (reunidos en asamblea o mediante referéndum) o por medio de representantes elegidos en unas elecciones.
Estado
Territorio independiente, delimitado por fronteras aceptadas internacionalmente, con instituciones propias y soberanas que le permiten ser responsable de su propio ordenamiento jurídico. Conjunto de instituciones creadas para organizar la vida y actividad de las personas que viven en un mismo territorio y están gobernadas por unas mismas leyes bajo un mismo poder.
Liberalismo
Sistema político que fundamenta la sociedad en el individuo. El Estado ha de garantizar los derechos y las libertades de las personas. El conjunto de los ciudadanos constituye la nación, que ostenta la soberanía. Doctrina política que postula la libertad individual y social en lo político y la iniciativa privada en lo económico y cultural, limitando en estos terrenos la intervención del Estado y de los poderes públicos.
Nación
Conjunto de personas de un mismo origen étnico que comparten vínculos históricos, culturales, religiosos, etc., tienen conciencia de pertenecer a un mismo pueblo o comunidad, y generalmente hablan el mismo idioma y comparten un territorio.
Nacionalismo
Ideología política que sostiene el derecho de los pueblos a decidir sobre ellos mismos y a defender su soberanía. Propugna la necesidad de hacer coincidir Estado y nación.
Sans-culotte
Denominación que se daba en la Francia revolucionaria a las clases populares urbanas (obreros, artesanos). Se denomina así porque no vestían el calzón corto y ajustado (*culotte*) que usaban los grupos sociales acomodados. Formaron el sector más radical de la Revolución.
