El Régimen de Franco y la Transición Española

Resumen amplio: Fundamentos ideológicos y evolución política del régimen franquista

Tras la Guerra Civil (1936-1939), el general Francisco Franco instauró una dictadura personalista y autoritaria que se mantuvo hasta su muerte en 1975. Franco concentró todos los poderes del Estado en su figura: fue jefe del Estado, presidente del Gobierno, líder del ejército y del único partido permitido, la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, nacida del Decreto de Unificación de 1937. El régimen suprimió la Constitución republicana de 1931, eliminó el sistema democrático, abolió los estatutos de autonomía y reprimió severamente al bando derrotado, con ejecuciones, encarcelamientos y campos de trabajo. La censura fue absoluta, controlando todos los medios como herramienta de propaganda.

Desde el punto de vista ideológico, el franquismo combinó elementos del fascismo europeo, el tradicionalismo católico y un fuerte nacionalismo centralista. Se autodefinió como un «Estado nacional-católico» y rechazó explícitamente la democracia liberal y el marxismo. El apoyo del ejército y la Iglesia católica fue fundamental para su consolidación.

En lo social, el régimen reprimió con dureza a todos los opositores, aplicando leyes como la de Represión del Comunismo y la Masonería (1940) o el Decreto del Bandidaje y Terrorismo, dirigidas especialmente contra los maquis (guerrilleros antifranquistas). Se discriminó a homosexuales y sindicalistas, y se impuso una política basada en el control moral y la disciplina. Sin embargo, en 1947 se decretó una amnistía que permitió cierta relajación represiva y el retorno de exiliados.

En términos económicos, la primera etapa fue muy dura. España quedó devastada tras la guerra y aislada internacionalmente, sin acceder al Plan Marshall ni a la OTAN. La escasez de alimentos llevó al uso de cartillas de racionamiento. Sin embargo, a partir de los años 50, y especialmente desde 1959, se aplicaron políticas de apertura económica gracias a los ministros tecnócratas del Opus Dei, que impulsaron el Plan de Estabilización. Esto favoreció el crecimiento económico, el desarrollo industrial y la aparición de una clase media, aunque no hubo apertura política real.


Etapas del franquismo

  1. Etapa Nacional-Sindicalista (1939–1945)

    Coincide con la Segunda Guerra Mundial. España simpatizó con las potencias del Eje y envió la División Azul a combatir con Alemania. En esta etapa se instauró un sistema corporativo inspirado en el fascismo, con instituciones como el Sindicato Vertical, el Frente de Juventudes o la Sección Femenina. Se publicó el Fuero del Trabajo (1938) y se creó una estructura estatal totalitaria.

  2. Etapa del Nacional-Catolicismo (1945–1959)

    Con la derrota del fascismo en Europa, Franco intentó mejorar la imagen del régimen. En 1945 se publica el Fuero de los Españoles, que proclamaba ciertos derechos teóricos fácilmente anulables. A pesar del aislamiento inicial, en 1953 firmó el Concordato con la Santa Sede y un Acuerdo con Estados Unidos, lo que permitió la instalación de bases militares a cambio de ayuda. En 1955 España ingresó en la ONU y otros organismos internacionales.

  3. Etapa del Desarrollo Económico y el Tecnocratismo (1959–1969)

    Gracias al Plan de Estabilización de 1959, España experimentó un importante crecimiento económico. Los tecnócratas (vinculados al Opus Dei) introdujeron reformas liberales en la economía, aunque el régimen mantuvo su autoritarismo. Se aprobó la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958) y la Ley Orgánica del Estado (1966). En 1969, Franco designó sucesor al príncipe Juan Carlos, asegurando la continuidad del régimen tras su muerte.

    Surgieron tensiones entre tecnócratas y aperturistas como Manuel Fraga. El escándalo Matesa (1969), un caso de corrupción, evidenció la división interna. Aunque los aperturistas denunciaron el caso, fueron apartados junto con los tecnócratas, y el sector más conservador volvió a tomar el control.

  4. Crisis Final del Régimen (1969–1975)

    Franco, gravemente enfermo, delegó el gobierno en Carrero Blanco, quien fue asesinado por ETA en 1973. Su sucesor fue Arias Navarro. La oposición democrática creció en este período (partidos clandestinos, sindicatos, movimientos estudiantiles). La Marcha Verde en 1975 marcó la pérdida del Sahara Occidental. Tras la muerte de Franco en noviembre de 1975, Juan Carlos I fue proclamado rey y, en 1976, se aprobó la Ley para la Reforma Política, iniciando así la Transición hacia la democracia.


Represión y oposición política al régimen franquista (1939-1959)

Tras la victoria franquista en la Guerra Civil Española (1936-1939), el general Francisco Franco instauró una dictadura de carácter totalitario, personalista y militarista. El nuevo régimen suprimió toda forma de oposición política e implantó un modelo basado en la represión sistemática, el control ideológico y la eliminación de cualquier atisbo de disidencia. Esta situación marcó profundamente la vida política y social de España durante las siguientes décadas.

1. La represión franquista tras la Guerra Civil

Nada más terminar la guerra, se inició una durísima represión contra los vencidos: miles de personas fueron ejecutadas, encarceladas o condenadas a trabajos forzados. Se calcula que en los primeros años del franquismo hubo entre 40.000 y 50.000 ejecuciones. A ello se sumaron los campos de concentración, los consejos de guerra, las depuraciones en la administración pública y la enseñanza, así como la persecución religiosa de los no católicos. El aparato represivo incluía instituciones como:

  • El Tribunal de Responsabilidades Políticas (1939),
  • La Ley de Represión del Comunismo y la Masonería (1940),
  • La Brigada Político-Social, encargada de la vigilancia y represión de la disidencia,
  • Y la censura en todos los ámbitos de la cultura y los medios de comunicación.

Este clima de terror hizo casi imposible durante años cualquier tipo de oposición abierta.

2. La oposición al régimen franquista

A pesar de la intensa represión, desde 1939 comenzó a gestarse una oposición al franquismo que fue cambiando de forma y actores con el paso del tiempo. Se puede dividir en varios frentes:

a) Oposición interior

  • El movimiento obrero y los partidos clandestinos: Los partidos políticos tradicionales, como el Partido Comunista de España (PCE), el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) o la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), continuaron su actividad en la clandestinidad. El PCE, especialmente activo, organizó células en fábricas, barrios y universidades. Las huelgas de 1945 en Barcelona y de 1947 en Vizcaya demostraron que el descontento obrero iba en aumento, aunque la represión seguía siendo muy eficaz.
  • El papel de las Comisiones Obreras (CC.OO.): Surgidas a finales de los años 50, estas agrupaciones clandestinas se infiltraron en el sindicato vertical del régimen y empezaron a actuar como auténticos sindicatos alternativos, luchando por mejoras laborales y derechos sociales. Su creación marca un cambio de estrategia hacia una oposición menos violenta y más centrada en la organización desde dentro del sistema.
  • La protesta estudiantil y universitaria: En las universidades comenzaron a surgir movimientos de oposición protagonizados por una nueva generación de estudiantes. Asociaciones como el Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad de Barcelona (SDEUB) se convirtieron en referentes de la lucha contra la dictadura a partir de finales de los años 50.

b) La oposición guerrillera: el maquis

Durante los años 40, se mantuvo una resistencia armada organizada por los maquis, guerrilleros antifranquistas que actuaban desde zonas montañosas, especialmente en Galicia, León, Asturias, los Pirineos y Andalucía. Se dividían en dos grandes grupos:

  • Guerrilleros locales que no se exiliaron tras la guerra y continuaron combatiendo.
  • Excombatientes que regresaron desde Francia tras colaborar con la Resistencia contra los nazis.

Su acción más ambiciosa fue la invasión del Valle de Arán en 1944, una operación fallida en la que cientos de guerrilleros cruzaron los Pirineos con intención de provocar una insurrección popular. El fracaso de la operación y la intensificación de la represión llevaron a la desarticulación progresiva del maquis hacia finales de los 50.

c) La oposición desde el exilio

Más de medio millón de personas se exiliaron tras la Guerra Civil. En Francia, México, Argentina y otros países, se formaron gobiernos republicanos en el exilio y se mantuvieron las Cortes republicanas. En 1945, en México, se eligió a Diego Martínez Barrios como presidente de la República en el exilio. Los partidos republicanos, el PSOE, el PCE y la CNT intentaron mantener viva la legalidad republicana y denunciar el régimen franquista a nivel internacional.

El exilio español también tuvo un importante papel cultural, ya que muchos intelectuales, escritores y artistas prosiguieron su labor desde el extranjero, denunciando la dictadura.

d) La oposición monárquica

Algunos sectores del tradicionalismo monárquico también se enfrentaron a Franco, sobre todo tras la Segunda Guerra Mundial, cuando se frustró la posibilidad de restaurar la monarquía. En 1943, un grupo de altos mandos militares envió a Franco una carta pidiéndole que restaurara la monarquía. En 1945, Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII, publicó el Manifiesto de Lausana solicitando la instauración de una monarquía constitucional. Franco rechazó esta opción y mantuvo su régimen personalista.

3. Cambios estratégicos y respuesta del régimen

Durante la década de 1950, la oposición dio un giro estratégico importante. Se fue abandonando la lucha armada y se optó por formas más modernas de protesta: huelgas, manifestaciones estudiantiles y sindicalismo clandestino. La táctica del entrismo, sobre todo del PCE, buscaba infiltrar organizaciones permitidas para influir en ellas desde dentro sin ser detectados.

Frente a esta creciente contestación, el régimen adoptó una doble estrategia:

  • Reforzamiento de la represión, con leyes como la de Bandidaje y Terrorismo (1958) y la Ley de Orden Público (1959).
  • Apertura limitada en lo laboral, como la Ley de Convenios Colectivos (1958), con el fin de aliviar tensiones sociales.

4. Contexto internacional y aislamiento del régimen

Tras la Segunda Guerra Mundial, el franquismo fue duramente criticado por su afinidad con las potencias fascistas. España quedó excluida de organismos internacionales como la ONU. Sin embargo, la Guerra Fría cambió esta situación: el anticomunismo de Franco lo convirtió en un aliado útil para Estados Unidos, que firmó acuerdos militares y económicos con España en 1953. Esta nueva legitimidad internacional debilitó a la oposición exterior.

Conclusión

Durante el periodo 1939-1959, la oposición al régimen franquista fue constante pero limitada por la represión, la censura y el control total del Estado. Aunque dividida y sin coordinación efectiva, la resistencia antifranquista fue ganando fuerza con el tiempo, preparándose para el ciclo de movilizaciones y apertura que se produciría en las décadas posteriores, hasta desembocar en la Transición democrática tras la muerte de Franco en 1975.


La Transición Democrática en España (1975-1982)

Tras la muerte del dictador Francisco Franco el 20 de noviembre de 1975, España inició un proceso de transformación política que la conduciría desde la dictadura a un régimen democrático parlamentario. Este proceso, conocido como la Transición Democrática, fue impulsado desde la legalidad del régimen franquista pero con el objetivo de desmontarlo progresivamente.

1. La monarquía y el inicio del cambio

El 22 de noviembre de 1975, Juan Carlos I fue proclamado Rey de España, conforme a lo establecido por las Leyes Fundamentales del franquismo. Aunque en un principio fue recibido con desconfianza por sectores democráticos y republicanos (al ser designado por Franco como su sucesor), el rey pronto manifestó su intención de instaurar una democracia parlamentaria.

En sus primeros discursos apeló a la reconciliación entre los españoles, la apertura política y el respeto a los derechos humanos. Mantuvo inicialmente como presidente del gobierno a Carlos Arias Navarro, símbolo del inmovilismo franquista, pero ante la presión social y política, este dimitió en julio de 1976.

2. Adolfo Suárez y la reforma desde dentro (1976–1977)

El rey nombró a Adolfo Suárez presidente del gobierno, a pesar de las reticencias de algunos sectores, pues Suárez era un político joven, procedente del Movimiento Nacional. Sin embargo, Suárez mostró gran habilidad política al liderar una estrategia reformista desde dentro del sistema franquista, es decir, utilizando las propias leyes franquistas para desmantelarlo. Principales medidas del gobierno de Suárez:

  • Ley para la Reforma Política (1976): Aprobada por las Cortes franquistas y ratificada en referéndum el 15 de diciembre de 1976, fue la clave legal para iniciar el proceso de democratización. Establecía un sistema parlamentario con Cortes bicamerales elegidas por sufragio universal.
  • Amnistía parcial (julio de 1976): Se liberaron numerosos presos políticos.
  • Legalización de los partidos políticos y sindicatos: El proceso culminó con la legalización del Partido Comunista de España (PCE) en abril de 1977, lo que generó un gran impacto social y político, especialmente entre el ejército.

3. Las primeras elecciones democráticas (15 de junio de 1977)

España celebró sus primeras elecciones democráticas desde 1936. Fue un hito clave en la Transición. La participación fue alta y no hubo incidentes destacables. Resultados:

  • UCD (Unión de Centro Democrático): liderada por Suárez, ganó las elecciones.
  • PSOE (Partido Socialista Obrero Español): liderado por Felipe González, quedó en segundo lugar.
  • PCE: dirigido por Santiago Carrillo, logró representación significativa.
  • AP (Alianza Popular): agrupaba a sectores conservadores del franquismo.

Estas elecciones dieron lugar a unas Cortes Constituyentes encargadas de redactar una nueva constitución democrática.

4. La Constitución de 1978

La Constitución Española de 1978 fue aprobada por las Cortes y ratificada en referéndum el 6 de diciembre. Entró en vigor el 29 de diciembre.

Contenido fundamental:

  • España se define como un Estado social y democrático de Derecho, con soberanía nacional y división de poderes.
  • Reconoce derechos y libertades fundamentales.
  • Se establece una monarquía parlamentaria como forma de gobierno.
  • Se promueve un sistema de Estado autonómico, reconociendo la diversidad territorial de España.
  • Se reconoce el pluralismo político, la libertad ideológica y de expresión, así como la igualdad ante la ley.

5. Los Pactos de la Moncloa (1977)

Ante la difícil situación económica (inflación, desempleo, déficit exterior), y para asegurar la estabilidad política, el gobierno convocó a los principales partidos, sindicatos y organizaciones empresariales a pactar un plan de medidas conjuntas. Logros de los Pactos:

  • Contención salarial y moderación de beneficios empresariales.
  • Reforma fiscal, laboral y de la Seguridad Social.
  • Estabilidad institucional y compromiso con la democracia.

Fueron un ejemplo de consenso político entre ideologías muy distintas, en favor de la democracia.

6. Obstáculos y amenazas a la democracia

Durante la Transición hubo importantes desafíos:

  • Violencia de ETA: La organización terrorista intensificó su campaña de asesinatos y atentados, especialmente contra militares, policías y políticos.
  • Grupos de extrema derecha: Cometieron atentados contra comunistas, sindicalistas y manifestantes, intentando frenar el avance democrático.
  • Tensiones militares: El sector más conservador del ejército se mostró inquieto, sobre todo tras la legalización del PCE. El golpe de Estado era una amenaza latente.
  • Crisis social y económica: La inflación y el desempleo causaban malestar en la población.

7. Crisis de la UCD y dimisión de Suárez (1981)

A medida que la UCD iba perdiendo cohesión interna y apoyo social, el liderazgo de Suárez se debilitó. Las tensiones entre sus diferentes sectores (centristas, conservadores, liberales) y el desgaste por los conflictos sociales y políticos lo llevaron a dimitir en enero de 1981.

8. El golpe de Estado del 23-F (23 de febrero de 1981)

Durante la investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo como sucesor de Suárez, el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero asaltó el Congreso de los Diputados con un grupo armado. El país vivió horas de incertidumbre.

El rey Juan Carlos I, vestido con uniforme militar, apareció en televisión condenando el golpe y ordenando a las fuerzas armadas mantenerse fieles a la Constitución. Esta intervención fue clave para desactivar el intento golpista.

9. La victoria del PSOE en 1982

En octubre de 1982, se celebraron nuevas elecciones generales. El PSOE, liderado por Felipe González, obtuvo una mayoría absoluta. Supuso el relevo definitivo del poder y el fin de la Transición. Se consolidó la democracia, se fortalecieron las instituciones y se inició una nueva etapa de modernización y reformas. España se encaminaba hacia su integración plena en Europa.

Conclusión

La Transición española fue un proceso complejo pero exitoso. A pesar de las amenazas, se logró pasar de una dictadura a una democracia mediante el consenso, la moderación y el diálogo entre fuerzas políticas muy distintas. La Constitución de 1978 simbolizó este logro colectivo, permitiendo la reconciliación nacional y sentando las bases del actual sistema democrático.

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