El Régimen Franquista: Pilares, Apoyos Sociales e Instrumentos de Represión

Pilares del Régimen: Apoyos Sociales y Familias

Pilares del Régimen

Referente a los grandes poderes ajenos al Estado (partido, Ejército, Iglesia) Franco no pretendió nunca su total desaparición (como hubiese hecho un régimen totalitario, tipo el de Hitler), pero los tuvo bajo control:

  • Al Partido único (Falange) la burocratizó y la puso al servicio del Estado; se encargaría de dotar al régimen de sus bases ideológicas, de controlar los medios de comunicación, de encuadrar las organizaciones de masas (Frente de Juventudes, Sección Femenina, Sindicato Español Universitario, la Central Nacional Sindicalista).
  • La Iglesia Católica: tuvo un papel destacado en la legitimación y construcción del régimen franquista, que se definía como un Estado confesional católico. A cambio de este apoyo, la Iglesia obtuvo una financiación pública muy generosa (en 1939 se reinstauró el presupuesto de «culto y clero»), el control casi total del sistema educativo y el predominio de los valores y la moral católica en el conjunto de la sociedad española. (nacional-catolicismo)
  • El Ejército siempre fue adicto a Franco y éste lo utilizó como clase política gobernante; participó activamente en el poder, ya que una buena parte de los ministros y los gobernadores civiles eran militares de carrera.

Esos tres grandes poderes formaban una gran coalición interesada en mantener la Dictadura y el poder de arbitraje de Franco. Con esos pilares el Régimen era indestructible. Esa es otra de las razones de su larga permanencia.

Actitudes o Apoyos Sociales

Desde sus inicios, la dictadura contó con el apoyo de las élites económicas y sociales (terratenientes, empresarios, financieros, comerciantes, profesiones liberales). También contó con la adhesión de los propietarios agrícolas pequeños y medianos del Norte de España, que habían apoyado el alzamiento.

En 1939, el trauma de la guerra convirtió a la clase media en mayoritariamente pasiva y apolítica. Finalmente, una buena parte de los sectores populares, la represión, el miedo y el control policial, junto con el hambre, la miseria y el afán de supervivencia, condujeron a la mayor parte de las clases populares a la pasividad política.

Las «Familias» del Régimen

Dentro del franquismo coexistieron diferentes «familias» o grupos de influencia: falangistas, carlistas, monárquicos, ejército, los grupos católicos gozaron de gran influencia, como la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNDP), en la década de 1950, o el Opus Dei, en los años sesenta (los llamados tecnócratas), a los que hay que añadir al ejército.

Franco los elegía equilibradamente para formar sus gobiernos, compensando la composición de sus gabinetes, manteniendo las rivalidades entre los grupos y, a la postre, siendo él el único en tener el absoluto arbitraje, lo que le permitió utilizarlos para ir adaptándose a las circunstancias.

Instrumentos de Represión y Depuraciones

El fin del conflicto no comportó el fin de la violencia, sino que se procedió a la institucionalización de la represión. Con esta finalidad, se elaboraron una serie de leyes coercitivas y se supeditó la justicia a los dictados del gobierno, hecho que supuso la práctica desaparición de un poder judicial independiente:

  1. La primera ley represiva de carácter general fue la Ley de Responsabilidades Políticas (1939), con la que se pretendía la depuración total de las personas que habían colaborado de una u otra forma con la República.
  2. En 1940 se añadió la Ley de Represión del Comunismo y la Masonería, por la que se incoaba expediente a los acusados de «defender ideas contrarias a la religión, la patria y sus instituciones fundamentales».

Así pues, en los primeros años de la posguerra, la mayoría de las causas fueron juzgadas por tribunales militares en Consejos de guerra, ante los cuales la indefensión de los procesados era casi total. Se calcula que las personas ejecutadas por razones políticas fueron 50.000 durante la posguerra. En cuanto a la población reclusa, se ha estipulado que en 1940 había en España 280.000 presos, enviados a los Batallones de Trabajadores. Además, en mayo de 1940 se crearon los Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores.

Depuración Generalizada de Funcionarios

Expulsión del mundo laboral a todos aquellos que se habían destacado a favor de la causa republicana: fue especialmente duro con los maestros, en los colegios profesionales, como los de médicos, abogados y periodistas. En todos ellos se dio la baja de forma automática a los exiliados y a los procesados.

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