El Régimen Franquista y sus Relaciones Internacionales

FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS DEL RÉGIMEN FRANQUISTA PUNTO 1

El franquismo es el régimen político que se inicia durante la Guerra Civil española (1936-1939) en los territorios controlados por los sublevados y se impone en el conjunto de España desde el final de la guerra en abril de 1939. Constituye una dictadura militar de carácter personalista encabezada por Francisco Franco, que ocupa el poder hasta su muerte en 1975. En su etapa inicial, los principales apoyos son los mismos que apoyaron la sublevación militar, aunque su papel fue variando a lo largo de las casi cuatro décadas de dictadura. Los grupos ideológicos procedentes del bando ganador de la guerra civil no eran homogéneos y por eso se suelen distinguir diversas “familias” del franquismo. Todos compartían el rechazo a la República y la defensa de un Estado nacionalista, fuerte y centralizado, la confesionalidad católica (nacionalcatolicismo) y un orden social basado en la familia, la religión y la propiedad privada. La propaganda franquista denomina el régimen como una “democracia orgánica”, en la que los ciudadanos estaban representados mediante la familia, el municipio y el sindicato como órganos naturales u orgánicos de la sociedad. Además, Franco había obligado a integrarse en Falange Española Tradicionalista y de las JONS en el Decreto de Unificación (1937) a todos sus apoyos durante la guerra para controlarlos bajo su mando, aunque había notables diferencias entre ellos. Los monárquicos se dividen en tradicionalistas (que mantienen los aspectos básicos del carlismo) y los partidarios de restablecer la monarquía con Juan de Borbón. Por otro lado, los falangistas mantenían un discurso populista muy influido por el fascismo, que aspiraba a un régimen totalitario controlado por el Movimiento Nacional o FET y de las JONS. Fueron perdiendo influencia dentro del franquismo, excepto en las organizaciones de masas del Movimiento Nacional, como la Sección Femenina (con un papel destacado en el adoctrinamiento de las mujeres) o el Frente de Juventudes.Los católicos tenían presencia en el régimen a través de los “propagandistas” (Asociación Católica Nacional de Propagandistas) y el Opus Dei, sobre todo desde que asumen la dirección económica del gobierno a finales de la década de 1950. Además, la jerarquía de la Iglesia y el clero se convierte en un apoyo básico para el régimen (nacionalcatolicismo) hasta que la renovación del Concilio Vaticano II lleve a algunos sectores a romper con el franquismo y apoyar a la oposición. El Ejército fue otro apoyo básico e impregnó al régimen de militarismo. Los militares ocuparon importantes cargos políticos, sobre todo en los comienzos del régimen.

En cuanto a los apoyos sociales, destacan los pequeños y medianos propietarios agrarios, algunas clases medias urbanas y las oligarquías económicas y sociales (grandes terratenientes, burguesía industrial y financiera). Finalmente existe el llamado “franquismo sociológico”, integrado por clases medias que no apoyan, pero que se van “acostumbrando” a la dictadura, movidos por el miedo tanto a la revolución social como a la represión.


RELACIONES INTERNACIONALES DE ESPAÑA DURANTE EL FRANQUISMO PUNTO 2

La evolución política del franquismo está muy condicionada por los cambios que se van produciendo en el contexto internacional. Las ayudas recibidas de Hitler y Mussolini durante la guerra civil, así como la simpatía mostrada hacia Italia y Alemania durante la segunda guerra mundial (pese a la proclamada neutralidad y al intento de distanciamiento de las potencias fascistas al final de la guerra), explican que la comunidad internacional perciba el régimen franquista como próximo a los fascismos, por lo que se decide aislar a España por la falta de libertades. Buenos ejemplos son la condena de la ONU en 1946, que prohíbe a España la pertenencia a los organismos internacionales y pide la retirada de los embajadores de Madrid, o la exclusión de las ayudas del Plan Marshall.

Sin embargo, con el comienzo de la Guerra Fría, el anticomunismo de Franco permite su acercamiento al bloque capitalista occidental. El valor geoestratégico de España conduce a la firma en 1953 de los Acuerdos con Estados Unidos y el Concordato con la Santa Sede. Este proceso culmina con el ingreso en la ONU en 1955, que abre las puertas a otros organismos internacionales, aunque no a las instituciones europeas, que mantendrán su exigencia del establecimiento de un sistema democrático para la admisión de España, ni a la OTAN.

La visita del presidente estadounidense Eisenhower en 1959 es aprovechada por la propaganda del régimen, pero en 1962 Franco recibe el rechazo a su petición de ingreso en la Comunidad Económica Europea. Para la creciente oposición democrática resulta muy importante el apoyo recibido ese mismo año en el Congreso del Movimiento Europeo, denominado despectivamente por el régimen franquista como “contubernio de Múnich”, en cuya resolución se exige la democracia en España y se condena el régimen.

Durante la crisis final del franquismo, en especial tras el asesinato de Carrero Blanco, se intensifica la represión y se firman las últimas sentencias de muerte, lo que provoca numerosas protestas y conflictos diplomáticos que amenazan con un nuevo aislamiento internacional de España. Todo esto sucede en un contexto histórico en el que en 1974 habían caído las dictaduras de Portugal por la revolución de los claveles y el régimen de los coroneles en Grecia, quedando España como la última dictadura de Eu occidental

Esta crisis exterior se agrava con el abandono del Sahara bajo la presión de la llamada “Marcha Verde” organizada por el rey Hassan II de Marruecos. El gobierno de España ordena la retirada apenas una semana antes de la muerte de Franco, dejando de lado el compromiso anterior como potencia colonial de organizar un referéndum para que el pueblo saharaui decidiera su futuro político. Tras el Acuerdo de Madrid (14 de noviembre de 1975), Marruecos y Mauritania se reparten el territorio, dejando abierto un conflicto que se mantiene hasta la actualidad.

a) La posguerra y la autarquía (1939-1959) PRIMERA PARTE AUTARQUÍA

Las consecuencias derivadas de casi tres años de guerra civi de la II Guerra Mundial y del aislamiento internacional de España causan una muy larga posguerra. Desde el punto de
vista político, esta etapa se caracteriza por la represión contra los vencidos de la Guerra Civil, tratando de eliminar toda forma de oposición y la construcción del nuevo Estado franquista. En cuanto a la economía, se adopta un modelo de autarquía que perseguía el autoabastecimiento mediante el intervencionismo del Estado.

EN EL ÁMBITO POLÍTICO se establece una política sistemática de represión para consolidar la victoria obtenida en la Guerra Civil. Antes incluso de finalizar la guerra se aprueba
la Ley de Responsabilidades Políticas, que castigaba cualquier actividad en contra del régimen franquista, pero también abarcaba a actos anteriores, desde octubre de 1934.
Además de la represión y encarcelamiento de las personas vinculadas al bando republicano, la aplicación de esta ley provocó la incautación de bienes, la inhabilitación y el destierro de miles de personas.

El origen del Estado franquista es anterior a 1939, pues tras el fallecimiento del general Sanjurjo al comienzo de la guerra civil, el general Francisco Franco concentra todo el poder militar y político en el territorio controlado por el bando rebelde mediante el Decreto de 1 de octubre de 1936, que lo nombra Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos. Se inicia entonces un régimen totalitario y nacionalista, de carácter personalista, con el respaldo de la jerarquía católica.

Para construir una nueva imagen del Estado, la propaganda franquista denomina el régimen como una “democracia orgánica”, en la que los ciudadanos estaban representados mediante la familia, el municipio y el sindicato como órganos naturales u orgánicos de la sociedad. Se prescindía de los partidos políticos y la soberanía nacional por medio del sufragio universal característicos de la democracia liberal.

Este proceso de institucionalización del nuevo Estado prosigue con la aprobación de las Leyes Fundamentales del Reino, promulgadas entre 1938 y 1967. Este entramado
jurídico se desarrolla sobre todo en la década de 1940 y trata de dar apariencia de un Estado de Derecho, pero no eran más que una fachada que trataba de ocultar la realidad de una
dictadura militar. Para controlar la sociedad y el mundo del trabajo se implanta el llamado Movimiento Nacional y se crean los sindicatos verticales al estilo de las corporaciones italianas, donde obligatoriamente se integran trabajadores, empresarios y propietarios de una misma rama de actividad, quedando prohibidos los sindicatos de clase.

SEGUNDA PARTE AUTARQUÍA

DESDE EL PUNTO DE VISTA ECONÓMICO, las consecuencias de la guerra y el aislamiento internacional se tratan de combatir mediante la autarquía, una política económica
de autosuficiencia, que reduce el comercio internacional y establece una fuerte intervención del Estado en la economía. Por ejemplo, en 1941 se crea RENFE (nacionalizando las compañías ferroviarias) y el Instituto Nacional de Industria (INI). También se fijan barreras arancelarias y otras medidas proteccionistas en el sector agrario.

Sin embargo, esta política resulta un fracaso porque no logra el crecimiento de la producción industrial y solo consigue prolongar las duras condiciones de vida, además de
extender un mercado negro (conocido como estraperlo), sin que se eleve apenas el nivel económico y productivo de España. La sociedad española de la posguerra padece la escasez y encarecimiento de alimentos y bienes de primera necesidad. Los trabajadores y la hasta entonces clase media no disponen apenas de recursos para acceder al mercado negro, debiendo sobrevivir y sortear al hambre con las cartillas de racionamiento, vigentes hasta 1952. Las largas jornadas de trabajo de todos los miembros de la familia y los bajos salarios no eran suficientes. A ello se suma la falta de viviendas y la escasa atención sanitaria, dentro de un contexto de persecución sistemática de cualquier disidencia y con un importante retroceso de los derechos de las mujeres.

Hasta la década de 1950 no se recupera el nivel de renta previo a la guerra, momento en el que la economía española se abre lentamente hacia el exterior después de los Acuerdos de 1953 con los Estados Unidos, aunque esto provoca un aumento del déficit comercial por el desequilibrio entre importaciones y exportaciones.

b) El desarrollismo (1959-1973) PARTE 4

A finales de la década de 1950 van accediendo a la política y al gobierno los denominados tecnócratas, vinculados al Opus Dei, que serán los encargados desde los ministerios económicos de combatir la inflación, el déficit y el escaso desarrollo derivado de la autarquía, dando prioridad a la eficacia frente a los discursos ideológicos. Ellos se encargan en 1959 de impulsar el Plan de Estabilización por el que se abandona la autarquía y la economía se abre al mercado internacional y las inversiones extranjeras tratando de conseguir una estabilidad de los precios y una flexibilidad de la estructura económica española.

El Estado asume una planificación indicativa con ayudas para las empresas privadas que asuman estos planes, de modo que se obtenga un crecimiento acelerado de la economía. Para ello se aprueban a partir de 1964 los Planes de Desarrollo, con carácter cuatrienal. Elnuevo contexto internacional y la entrada de divisas procedentes de las exportaciones, el turismo, las remesas de emigrantes y la inversión extranjera favorecen el crecimiento económico. Así se logra el desarrollo industrial de España, que alcanza el décimo puesto mundial en la industria, aunque con una fuerte dependencia del exterior y grandes desequilibrios territoriales, sociales y productivos. Este crecimiento introduce profundos cambios sociales, con la llegada de la sociedad de consumo y la formación de clases medias urbanas, cuyo nivel de vida mejora, frente a la clase obrera y sobre todo los excedentes de mano de obra agraria que se ven obligados a un masivo éxodo rural hacia las
áreas industriales de España y Europa.

En lo político no se abre un proceso paralelo de liberalización como el que había ocurrido en la economía, aunque sí se produce un cierto aperturismo. Las medidas adoptadas en este sentido son escasas y limitadas, como la Ley de Prensa de 1966, que elimina la censura previa pero no garantiza una verdadera libertad de expresión porque se mantienen multas y suspensiones, o la Ley de Libertad Religiosa de 1967.

No obstante, predominan las posturas inmovilistas, y por ello la Ley Orgánica del Estado de 1967 confirma un poder casi absoluto al Jefe del Estado. Buscando la continuidad de la dictadura, Franco designa a Juan Carlos como sucesor a título de rey, sin tener en cuenta a don Juan de Borbón, heredero legítimo al trono. Por tanto, Franco no pretendía restablecer la monarquía tradicional, sino una que fuera continuadora del régimen. Todo quedaba “atado y bien atado”.

c) La crisis final (1973-1975) PARTE 5


En el tardofranquismo van creciendo las tensiones dentro del régimen entre inmovilistas y aperturistas, al tiempo que la oposición democrática va en aumento. Franco trata de resolver las tensiones internas e intenta zanjar este conflicto con el nombramiento en 1973 del almirante Carrero Blanco como presidente del gobierno, que por primera vez se diferenciaba del Jefe del Estado. De este modo muestra su respaldo al “búnker”, señalando a su líder como continuador de su política.

El asesinato de Carrero Blanco por ETA a los seis meses de su nombramiento como presidente del gobierno causa un gran impacto y abre una crisis institucional que se no logra cerrar con el nombramiento de Carlos Arias Navarro. En el discurso del denominado “espíritu del 12 de febrero” plantea alguna medida liberalizadora, aunque las presiones del inmovilismo bloquean cualquier reforma y algunos altos cargos aperturistas, partidarios de una reforma desde dentro, se pasan a la oposición moderada al franquismo.

El gobierno se siente fortalecido y emprende una nueva oleada de represión frente a la conflictividad social (por ejemplo, el proceso 1001 contra miembros de CC.OO) y las acciones terroristas de ETA y el FRAP (dictando varias penas de muerte).

Por otro lado, los intentos finales del régimen por mantenerse tropezarán con una creciente oposición democrática, cada vez más organizada y agrupada. En 1974 el Partido
Comunista impulsa junto a otros grupos y personalidades la oposición la Junta Democrática. Al año siguiente el PSOE formará la Plataforma de Convergencia Democrática que después de
la muerte de Franco, se unirá a la Junta para formar Coordinación Democrática, conocida como “Platajunta”.

En 1973 estalla en el mundo la crisis del petróleo como consecuencia de la subida de precios del crudo. El ciclo expansivo de la economía mundial llega a su fin, pero en España el impacto es mayor debido a la gran dependencia energética y tecnológica del exterior, lo que afecta a la balanza comercial. Además, el desarrollismo se asentaba sobre las inversiones extranjeras, los ingresos por turismo y las remesas de emigrantes, y todo ello se frena con la crisis internacional. El resultado es el crecimiento del paro y la inflación, además del retorno de inmigrantes.

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