El Reino Visigodo de Toledo y la Política Centralizadora de los Borbones

El reino visigodo de Toledo

Los visigodos eran minoría respecto a los hispanorromanos. Cada comunidad vivía bajo sus propias leyes, con diferente religión, etc.

El monarca Leovigildo dio un gran paso hacia la unificación territorial cuando en 585 puso fin al reino suevo de Gallaecia pero no pudo acabar con las guarniciones bizantinas del litoral sur y sureste, instaladas a mediados del siglo VI por el emperador bizantino Justiniano, interesado en reconstruir el Imperio romano. En el siglo VII, el rey Suintila logró expulsar a los bizantinos.

Al convertirse el rey Recaredo al catolicismo en el III Concilio de Toledo (589) supuso el comienzo de la unificación religiosa. Los judíos, al quedar fuera de la unidad religiosa, fueron perseguidos.

Como cada pueblo mantenía sus leyes, al proceso de unidad le faltaba la legislativa que se obtendrá por Recesvinto cuando, en 654, promulga el Liber Ludiciorum, texto único legal para visigodos e hispanorromanos.

La estructura de la sociedad visigoda: Sigue predominando la economía rural y se mantiene la decadencia de la vida urbana y del comercio. El grado más bajo en la escala social lo ocupaban los esclavos y libertos. La nobleza englobaba a los herederos de la aristocracia senatorial hispanorromana y a los nobles visigodos.

La fortaleza del reino visigodo iba acumulando cada vez más privilegios que restaban autoridad al Estado visigodo.

El final del Reino Visigodo

La lucha por el poder entre las grandes familias de la nobleza socavó los cimientos de la monarquía visigoda. Enfrentamientos en los que también la Iglesia tomaba parte en conjuras y conspiraciones. La lucha interna de los dos últimos reyes visigodos, Witiza y don Rodrigo, terminaron poniendo fin al reino: Muerto Witiza, la facción rival se impuso y colocó al frente del reino a don Rodrigo. Los witizanos, entonces, llamaron en su ayuda a los musulmanes que acababan de finalizar la conquista de todo el norte de África. En el año 711 desembarca Tarik en Gibraltar al frente de un ejército bereber. Don Rodrigo acudió a frenarlos, pero en la batalla de Guadalete (711) serán derrotados. Era el fin de la dominación visigoda de la Península.

La política centralizadora de los Borbones

Como vimos anteriormente Carlos II, el último Augsburgo, muere sin descendencia y deja los reinos españoles a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia. Otro candidato era el archiduque Carlos de Habsburgo, hijo del emperador de Alemania.

Holanda y Gran Bretaña recelan de los Borbones ya que al gobernar en Francia y España, temen que Francia pueda controlar las colonias españolas en América, poniendo por ello en peligro sus intereses. Los Habsburgo, Holanda e Inglaterra constituyeron una Gran Alianza antiborbónica a la que se unieron Portugal, Prusia y Saboya, dando lugar a la Guerra de Sucesión de España (1701-1715).

En 1705 la Gran Alianza antiborbónica recibió el apoyo de Valencia que temía la política centralizadora de los Borbones. Desde allí ocuparon Cataluña que también les apoyó, junto a Aragón y Mallorca. La guerra se convirtió en civil.

Castilla se alineó con los Borbones, pues los Habsburgo la habían arruinado y esperaban mejorar con el cambio.

En 1711, Carlos de Habsburgo hereda el trono imperial. Gran Bretaña y Holanda tampoco quieren que los Habsburgo vuelvan a gobernar el Imperio Germánico y la Monarquía Hispánica por lo que consiguen que Felipe V renuncie a sus derechos a la corona francesa y fuerzan la paz con la firma de tratados de Utrecht en 1713 y Rastadt en 1714 que puso fin al conflicto internacional, aunque Cataluña y Baleares siguieron luchando contra Felipe V hasta 1716.

Las consecuencias de la paz fueron: La consolidación del Reino Unido como potencia naval y comercial. Inglaterra se quedaba con Gibraltar y Menorca y adquiría diversos privilegios en el comercio americano. La consolidación de Austria como potencia centroeuropea incorporando a su territorio Flandes, Nápoles, Sicilia y parte del Milanesado. Portugal adquirió la colonia de Sacramento (Uruguay) muy importante para el contrabando de portugueses y británicos en la América española. España se convierte en una potencia menor al perder sus territorios europeos y necesitar el apoyo de Francia para proteger sus territorios coloniales en América.

La nueva dinastía instauró en España un modelo de monarquía absoluta y un sistema de administración territorial centralizado similar al francés, terminando con el modelo federal y pactista que había caracterizado la monarquía española desde Los Reyes Católicos.

La unión política

La unión política fue impuesta por Felipe V, mediante los decretos de Nueva Planta por los que se impuso en el reino de Aragón la organización político-administrativa de Castilla. Así, con la excepción de Navarra y el País Vasco, todo el territorio español constituyó una única estructura política de carácter uniforme.

Con estas medidas se suprimen: Los fueros y privilegios fiscales y militares. Las instituciones de gobierno de aquellos reinos y El uso oficial de la lengua propia…

Hay tres causas que explicaban la adopción del Decreto de Nueva Planta: Fortalecimiento del poder regio. Imitación de modelos político-organizativos propios de la monarquía borbónica francesa y Castigo a los territorios que habían luchado apoyando al archiduque Carlos. A pesar de ello no quedaron abolidos los privilegios forales ni las instituciones autónomas propias vasco-navarras, porque fueron fieles a Felipe V durante la Guerra de Sucesión.

Felipe II

Desde su llegada al trono en 1556 Felipe II tuvo dos grandes objetivos: Defensa del catolicismo, y el mantenimiento de la hegemonía en Europa y ultramar. Para ello: Se valió de un ejército permanente. Organizó una compleja administración dirigida personalmente por el rey. Gobernó desde España, estableciendo la capital en Madrid y Prevalecieron los intereses dinásticos sobre los hispánicos.

Política Interior

Felipe II tuvo que hacer frente a varias rebeliones internas: Sublevación de los moriscos en las Alpujarras. Que a pesar de haberse convertido al cristianismo conservaban sus costumbres y lengua islámicas. Eran vistos como un problema político, por lo que en 1568 se inició una guerra que terminó con una dura represión y deportaciones. Alteraciones en Aragón en 1591 por los derechos forales. El bandolerismo fue un problema crónico. y La crisis de la Hacienda, con ella se declaró la primera bancarrota, transformando la deuda en Juros, lo que no impidió que las bancarrotas de sucedieran cada dos años.

Política exterior

  • “Unión Ibérica”, creada al unir el reino de Portugal, en 1580, cuando Felipe II sucedió al trono de su abuelo Manuel I, con el apoyo de la clase dirigente portuguesa.
  • El enfrentamiento con los Otomanos. Para luchar contra ellos, se creó la Santa Liga, que derrotó a los Turcos en Lepanto, aunque supuso una gran derrota no frenó la amenaza turca.
  • La rebelión de Flandes. En este contexto estalló la llamada Guerra de los Ochenta años. Felipe II mandó al ejército al mando del Duque de Alba, aunque la dureza de la represión no hizo más que aumentar la sublevación general. A pesar de las victorias posteriores a cargo de Alejandro Farnesio, no se evitó la independencia de algunas provincias del norte a la que posteriormente se le sumaron otras provincias, con el nombre de Provincias Unidas. Éstas se convirtieron en una de las grandes potencias marítimas y máxima rival de España.
  • Inglaterra había sido aliada de España hasta la muerte de María Tudor, mujer de Felipe, con la sucesión al trono por Isabel I, la hostilidad creció. Inglaterra pretendió acabar con el monopolio hispánico en América, además de mostrar apoyo a las provincias en Flandes para desgastar económicamente y políticamente a la monarquía hispánica. En 1588 Felipe II decidió la invasión de Inglaterra con la Armada Invencible, que terminó con un fracaso absoluto.
  • Firma de la Paz con Francia en 1598 (Paz de Vervins).

Política institucional bajo los Austrias

Se mantuvo la estructura de los Reyes Católicos, siendo la monarquía la cúspide de todo el sistema, y el elemento de unión entre los reinos. Las cortes siguieron siendo territoriales, pero con una importancia disminuida. El rey gobernaba apoyado en un sistemas de Consejos, que se fue adaptando y creciendo según las necesidades de la monarquía.

Aumento del número de consejeros

División entre Consejos territoriales (administración de los distintos territorios) y los temáticos (Hacienda, guerra…)

En 1526 se creó el Consejo de Estado, sobre todo para asuntos de política exterior.

Uno de los problemas más graves de su administración fue la venta de cargos públicos, o venalidad de los cargos, lo que degradó la administración.

La expansión territorial

Durante el Siglo XI, debido a la descomposición en Taifas del territorio andalusí, los reinos cristianos comenzaron una fuerte presión militar sobre ellos. Los reyes musulmanes intentaron detener los ataques entregando a los reinos cristianos anualmente una cantidad de oro y objetos preciosos. A éste sistema se le llamó Parias, eran una especie de tributo con el que los jefes musulmanes pagaban la paz. Estas parias fueron utilizadas por los cristianos para reforzar su poder militar, construir castillos, fortificaciones, y equipar a sus guerreros. El reino de Castilla en el siglo XI se extendió hacia el sur del Duero, anexionando el reino de León (a partir de ahora será llamado reino de Castilla-León), hasta Ávila, y Coimbra. Posteriormente y hasta el siglo XII llevaron la frontera más allá del Tajo, ocupando Toledo y las tierras al norte del río. En el Ebro, el rey de Aragón Alfonso el Batallador y sus sucesores extenderán el reino hacia el sur hasta Teruel. El conde de Barcelona, conquistó Tortosa y Lleida. La llegada de los almorávides frenará la expansión cristiana Pero el dominio almorávide duró poco, y los reinos Taifas volverán a aparecer.

GUERRA INDEP. 18081809: FRACASO INICIAL DE LA OCUPACIÓN FRANCESA:

El día 2 de mayo, el resto de la familia real se preparaba para partir hacia Bayona con Fernando VII, pero El pueblo de Madrid intento impedir esto sin conseguirlo, provocando indignación y llamamientos públicos que desembocarían en la Guerra. En las principales ciudades de España surgieron entonces juntas de defensas para organizar la resistencia antifrancesa.

El país se dividió pronto entre afrancesados y patriotas. Ejército y pueblo combaten mediante la resistencia o la guerrilla. Las Juntas de Defensa pactan pronto con Gran Bretaña para luchar contra los franceses. En julio de 1808 se produce la Batalla de Bailén, en la que las tropas francesas se enfrentan a las españolas dirigidas por el General Castaños impidiendo la toma de Andalucía. Las tropas francesas se repliegan al norte y José I abandona Madrid. Ante esto el propio Napoleón cruzó los Pirineos y el ejército francés se extiende por toda España. La Junta Central Suprema huye a Sevilla y después a Cádiz, única ciudad que, con ayuda británica resiste al asedio francés. En 1812 el Imperio Napoleónico sufre derrotas también en España. La VICTORIA española de ARAPILES obliga a las capitulaciones de los franceses en el Tratado de Valençay (1713). Por este tratado el ejército francés abandona la Península y Fernando VII es nombrado rey de España. El clero y la nobleza deseaban la vuelta de Fernando VII para imponer de nuevo el absolutismo. Finalmente los liberales Veían en la vuelta de Fernando VII una oportunidad para cambiar el régimen político y sustituirlo por otro liberal.

BALANCE DE LA GUERRA: España quedó destrozada, con enorme mortalidad y gran destrucción. La guerra acabó con el Antiguo Régimen. Vuelta al absolutismo con FERNANDO VII. Continuos enfrentamientos entre absolutistas y liberales.

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