El voto y las elecciones instrucción premilitar

10.1. La proclamación de la Segunda República Española. La Constitución de 1931. El Bienio Reformista

La Segunda República se proclamó el 14 de Abril de 1931 tras las elecciones en las que los españoles desearon acabar con la monarquía, ya que apoyó la dictadura y los ataques fracasados a Marruecos. Los sectores privilegiados se opusieron a este movimiento desde el primer momento. A esta situación se le añadían la crisis económica mundial y la polarización ideológica.

Tras el Pactos de San Sebastián se unieron los republicanos y socialistas y estas opciones del republicanismo se fortalecieron apoyando además al nacionalismo catalán. Esta estrategia falló por las sublevaciones en Jaca. El 14 de Febrero de 1931 dimitíó Berenguer y le sustituyó el almirante Aznar, que convocó elecciones para el 12 de Abril. Se trataba de que se entendiera el carácter plebiscitario para elegir entre una monarquía o una república. El 23 de Marzo se establecieron las garantías constitucionales, se suprimíó la censura y se reconocíó la libertad de reuníón y asociación.

Las elecciones dividieron al país en monárquicos y coalición republicano
Socialista. Finalmente vencieron los monárquicos, pero esta victoria fue reivindicada por los republicanos al triunfar en las provinciales y al enterarse de que se había hecho uso del pucherazo en su contra.

El 13 de Abril se reuníó el Consejo de Ministros en el que se le propuso al Rey abandonar el país, propuesta que acepta al prever el enfrentamiento civil que provocaría su permanencia en el país. Abandona el 1 de Abril y se anuncia la proclamación de la República en manos del Comité Revolucionario, formado por Niceto Alcalá Zamora (presidente), Manuel Azaña (Ministro de Guerra) y Alejandro Lerroux (Ministro de Estado), entre otros.

Las primeras medidas fueron la promulgación del Estatuto Jurídico del Gobierno Provisional y la proclamación de la República Catalana como estado integrado en la federación ibérica (se soluciónó con un consenso con el Gobierno). En cuanto a la desaparición de todo lo relacionado con la religión, la Iglesia reacciónó mal. El 1 de Mayo de 1931 el cardenal y arzobispo de Toledo publicó una pastoral en contra del régimen republicano, desatando así una fuerte oleada anticlerical muy violenta, a pesar de que el Gobierno trató de resolverla pacíficamente.

El 14 de Julio de 1931 y tras meses de intenso debate quedó aprobada. Destacaban artículos como el que defendía que el Estado era una República democrática de trabajadores, el que decretaba el sufragio universal (mayores de 23 años), el matrimonio civil, el divorcio, el voto femenino…; o el que afirmaba que las Cortes son la representación del pueblo y el Presidente de la República es elegido por los diputados. Muy polémicos fueron los artículos que determinaban la desaparición del presupuesto de culto y clero, prohibición del ejercicio de la enseñanza, industria y comercio, libertad de conciencia y cultos, y jurisdicción civil sobre cementerios. La Constitución se aprobó y se eligió presidente a Niceto Alcalá Zamora.

La coyuntura económica generó en España una depreciación de la peseta y una débil relación con las financias internacionales. Se mantuvo la producción agraria y la banca, pero al estar estancada esta economía, el Gobierno se planteaba la necesidad de hacer reformas. Esto trajo consigo una crisis del comercio y un aumento del paro.

En este momento se inicia el Bienio reformista (31-33), provocado por esta necesidad de modernizar el país. Azaña nombró tres ministros en busca del apoyo de los obreros y tomó medidas como la reforma del Ejército (supresión de Ley de Jurisdicciones, lealtad institucional y reducción del número de oficiales), la reforma agraria (Ley de Bases de la Reforma Agraria, que fracasó y provocó la ocupación de tierras y protestas), la reforma laboral (destaca la aprobación de la jornada de 8 horas en el campo y la negociación colectiva), la descentralización territorial (aparecen el Parlamento y la Generalitat en Cataluña) y la reforma educativa (apertura de escuelas, institutos y bibliotecas promoviendo la educación pública, laica, obligatoria, gratuita y mixta; se eliminó la asignatura de religión).

Frente a estas medidas, los sectores más conservadores quisieron eliminar el sistema dando un Golpe de Estado en 1932 que acabó en fracaso, pero se formó la Confederación Española de Derechas Autónomas y la Falange Española. Para los socialistas y anarquistas eran cambios insuficientes y empezaron a rechazar este gobierno.
El asesinato de unos campesinos a manos de la Guardia Civil provocó la dimisión de Azaña y la disolución de las Cortes, convocando unas elecciones que ganó Lerroux.

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