La Restauración Monárquica en España (1875-1898)
1. El Sistema Político de la Restauración
1.1 Un Nuevo Sistema Político
El pronunciamiento de Martínez Campos significó la restauración de la monarquía de Alfonso XII. El político clave del momento fue Antonio Cánovas del Castillo, quien asumió la regencia hasta el regreso del rey. Los grupos conservadores recibieron la restauración de los Borbones con la esperanza de que la nueva monarquía devolviera la estabilidad política y pusiera fin al intento de revolución democrática y social en España. Cánovas pretendía la vertebración de un modelo político que superase los problemas del liberalismo precedente. Para ello, se propuso dos objetivos: elaborar una constitución basada en el bipartidismo y pacificar el país poniendo fin a la guerra de Cuba y al conflicto carlista. La primera medida política de importancia fue la convocatoria de elecciones para unas Cortes Constituyentes.
- La Constitución de 1876: Una clara muestra de liberalismo doctrinario y soberanía compartida entre las Cortes y el Rey. Consideraba a la monarquía una institución superior, incuestionable, permanente y al margen de cualquier decisión política, constituyendo un poder moderador. Las Cortes eran bicamerales, formadas por el Senado y el Congreso de los Diputados. Se estableció el voto censitario y, posteriormente, se aprobó el sufragio universal masculino. La Constitución también proclamó la confesionalidad católica del Estado y contó con una declaración de derechos.
- Bipartidismo y Turno Pacífico: Antonio Cánovas introdujo un sistema de gobierno basado en el bipartidismo y en la alternancia en el poder del Partido Conservador y el Partido Liberal, con un turno pacífico. El ejército quedó subordinado al poder civil.
1.2 El Fin de los Conflictos Bélicos
La estabilidad del régimen se vio favorecida por el fin de la guerra carlista y la guerra de Cuba. La consecuencia inmediata de la derrota carlista fue la abolición del régimen foral. El final de la guerra carlista permitió acabar con la insurrección cubana (Guerra de los Diez Años, 1868-1878). En 1878 se firmó la Paz de Zanjón, que incluía una amplia amnistía, la abolición de la esclavitud y reformas políticas y administrativas por las que Cuba tendría representantes en las Cortes españolas.
2. La Vida Política y la Alternancia en el Poder
El funcionamiento del sistema político diseñado por Cánovas requería la existencia de dos grandes partidos dinásticos que se alternasen en el poder.
2.1 Los Partidos Dinásticos
Cánovas, principal dirigente del Partido Alfonsino, lo transformó en el Partido Liberal Conservador, que acabó llamándose Partido Conservador. El otro partido, liderado por Sagasta, se llamó Partido Liberal. Ambos aceptaban la monarquía Alfonsina y la alternancia en el poder. Conocidos como partidos dinásticos, defendían la monarquía, la Constitución, la propiedad privada y la consolidación del Estado liberal, unitario y centralista. Sus diferencias políticas eran escasas. Eran partidos de minorías que tenían como objetivo la estabilidad institucional.
2.2 Falseamiento Electoral y Caciquismo
Este sistema se mantuvo durante más de 20 años gracias a la corrupción electoral y a la utilización de la influencia y el poder económico de ciertos individuos sobre la sociedad, conocido como caciquismo. Un fenómeno que se dio en toda España. Los caciques eran personas ricas con gran influencia política y social, que manipulaban las elecciones continuamente de acuerdo con los gobernadores civiles. El conjunto de trampas electorales que ayudaba a mantener este régimen se llamaba pucherazo.
2.3 El Desarrollo del Turno de Partidos
El Partido Conservador gobernó desde 1875 hasta 1881, cuando Sagasta formó el primer gobierno liberal, que introdujo el sufragio universal masculino. En 1884, Cánovas volvió al poder. Por temor a una desestabilización del sistema político tras la muerte del rey Alfonso XII, se impulsó un acuerdo entre conservadores y liberales, llamado Pacto del Pardo, para garantizar la continuidad de la monarquía y la regencia de María Cristina. Bajo la regencia, el Partido Liberal gobernó más tiempo que el Conservador. Durante el gobierno largo de Sagasta, los liberales impulsaron una importante obra reformista. La reforma de mayor trascendencia fue la implantación del sufragio universal masculino en las elecciones generales. En la última década del siglo, se mantuvo la alternancia de poderes hasta el asesinato de Cánovas y el personalismo que acabó deteriorando y descomponiendo ambos partidos.
En definitiva, el sistema político de la Restauración, ideado por Cánovas, se construyó sobre tres pilares escasamente democráticos:
- Una Constitución limitada que instauraba la monarquía como forma de Estado incuestionable.
- Un sistema político que solo daba entrada a los dos partidos dinásticos, excluyendo, y a menudo prohibiendo y persiguiendo, a la oposición.
- Una alternancia en el poder que quedaba asegurada por los constantes fraudes electorales propios del caciquismo.
Todas estas prácticas fraudulentas llevaron al desencanto de una buena parte de la población, que se concretó en un elevado abstencionismo electoral.