Fueros y liberalismo

TEXTO 5: Ley del 25 de Octubre de 1839

1.-

                Este texto es un texto, según la fuente: histórico primario. Porque recoge directamente, sin modificaciones, la ley del 23 de Octubre de 1839. Según su forma es un decreto y según el contenido se trata de un texto político por el protagonismo de la modificación de los fueros. Está escrito por las Cortes y dirigido a las provincias vascas junto con Navarra, los únicos con fueros en este momento.

2.-

                Para entender mejor este texto se debe explicar qué son los fueros.
Los fueros son usos o costumbres de una regíón que tienen valor de ley. Hasta el Siglo XVIII prácticamente todas las regiones tenían fueros, pero con la llegada de Felipe V al trono, abolíó todos los fueros por medio de los Decretos de Nueva Planta, a excepción de Navarra y País Vasco.

En el primer artículo se puede considerar que las Cortes aceptan y reconoces los fueros, pero solamente si estos están de acuerdo con la constitución española. El segundo artículo recoge la idea de que las Cortes están autorizadas a revisar los fueros según la constitución por si alguna de sus leyes debiera modificarse o incluso eliminarse.

3.-

                Los últimos gobiernos de Fernando VII estaban constituidos por absolutistas y liberales moderados. En esta situación vio la oportunidad su hermano Carlos María Isidro de alcanzar el trono, puesto que Fernando no tenía descendencia. En 1830 se casó con María Cristian de Borbón y tuvo una hija, Isabel II, pero ésta según la ley vigente, la Ley Sálica, que prohibía el reinado de alguna mujer. Por esto el rey dictó la Pragmática Sanción que derogaba la ley anterior y hacía posible el reinado de una mujer. Lógicamente esta postura no fue admitida por su hermano, el cual tras la muerte de Fernando VII estando en Portugal publicó un manifiesto en el que reclamaba la corona, con este acto empezaba la primera guerra carlista.

En esta guerra se enfrentaron los carlistas (partidarios de Carlos) y los isabelinos (a favor de Isabel II). Los carlistas estaban formados por la gran mayoría de los campesinos, la pequeñas nobleza terrateniente y el bajo clero rural. Tenían como base territorial el País Vasco y Maestrazgo. A los isabelinos les apoyaban los propietarios intelectuales, hombres de negocio, funcionarios, nobles y alto clero. Éstos defendían la monarquía constitucional y las ideas de la Ilustración. Por el contrario, los carlistas tenían una ideología sintetizada por el lema “Dios, Patria y Rey”. Propugnaban la religión como columna sobre la que se debe apoyar el poder político, defendían la monarquía absoluta, la vigencia de los fueros y el régimen tradicional de propiedad de la tierra.

La primera guerra carlista (1833-1839) se divide en tres etapas. La primera (33-35) se caracteriza por las victorias carlistas gracias a su general, Tomás Zumalacárregui, que aun siendo isabelino, como fue sustituido del cargo se volvíó contra la reina. Era un general que triunfó porque además de ser buen estratega, conocía muy bien el terreno vasco. Tras su muerte por un disparo en el hombro mientras sitiaba Bilbao que se le infectó, los isabelinos cogen fuerzas. En la segunda etapa (35-37) se intentó sitiar Bilbao otra vez, pero el general Espartero derrotó en Lutxana a los insurgentes y líberó Bilbao. A partir de ese momento los carlistas intentaron llevar el conflicto a otras regiones y así empezaron las expediciones. La más importante de éstas fue la Expedición Real dirigida por el mismo Carlos en 1837. Carlos los guio hacia Cataluña donde se reforzaron con 25000 voluntarios y pasaron por Valencia hasta llegar a Madrid. El ejército no se encontraba en la capital por las maniobras de distracción de unos de los generales carlistas. Algunos carlistas veían una victoria clara, otros en cambio estaban más inseguros de sus posibilidades. Estando a las puertas de Madrid Carlos M.ª Isidro decidíó retirar a su gente porque él esperaba que saliese la reina y así pactar, entre isabelinos y carlistas, un acuerdo. Este acto desemboca en la tercera etapa (37-39) en la que los carlistas están dividíos en los que están a favor de la guerra y los que están a favor de pactar con los isabelinos.

La guerra finalizó con el Convenio de Bergara de 1839 en el que se produjo también el abrazo entre Maroto y Espartero. Se firmó la paz en el Pacto de Bergara en el que había condiciones tanto isabelinas (mantenimiento de los cargos militares) como carlistas. Espartero se comprometíó a defender los fueros ante las Cortes.

Esta ley tuvo consecuencias dos años más tarde cuando Espartero en 1841 dictó un decreto en el que por medio de un pacto a Navarra se le daba el mismo régimen jurídico que al resto del país, solo conservaría autogobierno en temas militares y tributarios. Luego en Octubre dictó otro decreto para las provincias vascas por un intento de levantamiento en Álava. Este decreto anuló las diputaciones y juntas forales que fueron sustituidas por diputaciones provinciales. Suprimíó también el pase foral.

4.-

                Uno de los principales objetivos de liberales en el Siglo XIX fue acabar don la diversidad legislativa en España por ser contrario a la igualdad de los ciudadanos. Sobre la ley del 25 de Octubre, se debe entender como un pequeño paso para acabar finalmente con los fueros, lo cual sucedíó en 1876 con el fin de la tercera guerra carlista.

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