Guerra civil, españa, primo de rivera

TEMA 11. LA CRISIS DEL SISTEMA DE LA RESTAURACIÓN (1898-1931)

 1. REGENERACIONISMO Y REFORMISMO

 El desastre del 98 mostró las deficiencias del régimen de la Restauración y dio lugar

a un reformismo político, basado en las ideas regeneracionistas.

El período que se inicia en 1902, con el ascenso al trono de Alfonso XIII, y

concluye en 1923, con el establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera, se

caracterizó por una permanente crisis política. Diversos factores explican esta

situación:

 •    Intervencionismo político de Alfonso XIII sin respetar el papel de árbitro que

teóricamente debía jugar. Su apoyo a los sectores más conservadores del ejército

culminó con el apoyo a la Dictadura de Primo de Rivera. Elemento clave en el

desprestigio de la monarquía.

 •    División de los partidos del «turno», provocada por la desaparición de los

líderes históricos y las disensiones internas. A la muerte de Cánovas en 1897 se

sumó la de Sagasta en 1903. Es ahora cuando alcanza la jefatura del Partido Conservador Antonio Maura, mientras en el Partido Liberal se afianzaba José

Canalejas.

 •    Debilitamiento del caciquismo, paralelo al desarrollo urbano del país.

 •    Desarrollo de la oposición política y social al régimen de la Restauración:

republicanos como Alejandro Lerroux, nacionalistas catalanes y vascos,

socialistas (en 1910 Pablo Iglesias es nombrado diputado) y anarquistas

(fundación de la CNT en 1910)



•    El Pistolerismo: fue un método usado durante esta época de crisis de la

Restauración. Consistía en la contratación de matones a sueldo por parte de la Patronal (representantes de los empresarios) para hacer frente a los sindicalistas más activos. Por su parte los sindicalistas respondieron con sus propios pistoleros. Como ejemplos más emblemáticos de este triste método están los asesinatos de Salvador Seguí (el Noi del Sucre), líder del anarcosindicalismo catalán a manos de pistoleros contratados por la patronal catalana, o los de los

presidentes del gobierno José Canalejas (1912) y Eduardo Dato (1921), a

manos de pistoleros próximos a la CNT.


Así desde principios de siglo se sucedieron los gobiernos de coalición, sujetos a

alianzas y continuos cambios. Ni liberales ni conservadores consiguieron mayorías

suficientes para conformar gabinetes sólidos.




En este contexto de inestabilidad política, el país tuvo que enfrentarse a graves

problemas sociales:

•    Agudización de las luchas sociales. Las posiciones de patrones y trabajadores

se fueron enfrentando cada vez más como queda demostrado con un simple dato:

la CNT pasó de 15.000 afiliados en 1915 a 700.000 en 1919. Aun así, los movimientos obreros fueron consiguiendo paulatinamente mejoras laborales: las

leyes protectoras del trabajo de las mujeres y los niños (1900), la Ley de accidentes laborales (1901), la Ley del Descanso Dominical (1904), la Ley que

prohíbe el trabajo nocturno de las mujeres (1912), etc.

 •    La «cuestión religiosa» se reavivó con las crecientes protestas contra el poder

de la Iglesia, especialmente en la enseñanza. El anticlericalismo se extendió por

buena parte de la población urbana y las clases populares. Incluso desde el

gobierno se impulsaron medidas encaminadas a la separación Iglesia-Estado. Por ejemplo,
el gobierno liberal de José Canalejas (1910-1912) promulgó la

Ley del Candado (1910), que prohibía durante dos años el establecimiento de

nuevas congregaciones religiosas en España, lo que le enemistó con el Vaticano.

Además revisó el procedimiento de financiación de la Iglesia Católica.

 •    La «cuestión militar» volvió a resurgir ante el desconcierto de un ejército

humillado en 1898 que recibía críticas crecientes de los sectores opositores

(republicanos, socialistas, nacionalistas).



 •    El «problema de Marruecos». En la Conferencia de Algeciras (1906) se

acordó el reparto entre Francia y España del territorio marroquí. A España le correspondió la franja norte. Desde 1909 se inició un conflicto bélico, la guerra de Marruecos (1909-1927), que analizaremos después, muy impopular en el país, que ensanchó el foso que separaba al Ejército y la opinión pública,

esencialmente las clases populares.

 •    Consolidación del movimiento nacionalista en Cataluña y el País Vasco, sin

ningún cauce de negociación por parte de los partidos de turno.

En 1906 estalló una grave crisis en Cataluña. La victoria de la Lliga Regionalista

de Francesc Cambó y Prat de la Riba en las elecciones locales de 1906 alarmó al ejército que veía en peligro la unidad de España. Los comentarios satíricos contra el ejército en alguna publicación barcelonesa, llevaron a que trescientos oficiales asaltaran e incendiaran las imprentas. La reacción del gobierno fue ceder ante el Ejército: en 1906 se aprobó la Ley de Jurisdicciones que identificaba las críticas al

Ejército como críticas a la Patria y pasaban a ser juzgadas por la jurisdicción militar.

La reacción pública fue inmediata. Una nueva coalición, Solidaritat Catalana, consiguió una clara victoria electoral en 1907, reduciendo drásticamente la

representación de los conservadores y liberales en Cataluña.

Antonio Maura, líder del Partido Conservador, llegó al poder en 1907 con un

programa reformista: modificó la ley electoral, estableció el Instituto Nacional de Previsión e intentó sin éxito aprobar una tímida autonomía para Cataluña. Su

proyecto reformista se derrumbó en 1909.

 



2. DE LA SEMANA TRÁGICA DE BARCELONA (1909) A LA CRISIS DE

1917.

 a) La Semana Trágica de Barcelona (1909)

 Barcelona, corazón en aquella época de la industrialización española, había vivido

desde principios de siglo un gran auge de las movilizaciones obreras que había culminado en 1907 con la creación de Solidaridad Obrera, organización anarquista

que nació como respuesta a la burguesa y nacionalista Solidaritat Catalana.


Alejandro Lerroux y su Partido Republicano Radical también se desarrollaron en

la Ciudad Condal con un programa demagógico y anticlerical.

La Ley de Jurisdicciones de 1906 trajo un reforzamiento del anticlericalismo y

antimilitarismo en la ciudad. La política autoritaria del gobierno de Antonio

Maura no ayudó a calmar los ánimos.

Sin embargo, fue la guerra de Marruecos, la que determinó el estallido de la Semana Trágica:

Los ataques de los habitantes del Rif contra los trabajadores españoles de una compañía minera llevó a la movilización de reservistas. Las protestas obreras pronto aparecieron en Barcelona. La movilización contra la guerra comenzó el 18/07/1909 en el puerto de Barcelona, durante el embarque de tropas hacia Marruecoss



Los primeros choques militares en Marruecos se saldaron con el Desastre del

Barranco del Lobo (1909) con más de mil doscientas bajas españolas. El día 26 de julio estalló la huelga general en Barcelona, convocada por Solidaridad Obrera y la UGT. Esta huelga general derivó en una revuelta popular que desbordó a los

convocantes de la misma. Los incidentes en la calle se multiplicaron, se levantaron barricadas, se produjeron quemas de conventos, enfrentamientos con el ejército, etc. Las autoridades respondieron declarando el Estado de guerra y enviando refuerzos para reprimir las manifestaciones. Los sucesos violentos fueron controlados finalmente el 2 de agosto. La Semana Trágica tuvo un brutal coste humano: un centenar de muertos, heridos, destrucciones… La represión fue muy dura y culminó con el juicio sin garantías y la ejecución de Francisco Ferrer Guardia, pedagogo anarquista y fundador de la Escuela Moderna (proyecto de escuela libertaria, donde se practicó la coeducación de sexos, la supresión de la religión, las enseñanzas

humanistas, las excursiones, etc)

La Semana Trágica se llevó por delante el programa reformista de Maura. Mientras

el PSOE conseguía que Pablo Iglesias fuera elegido diputado en 1910, el liberal

José Canalejas llevó a cabo el último intento regeneracionista dentro del sistema de la Restauración. Sus acción reformista (servicio militar obligatorio en tiempos de guerra, ley del «candado», Ley de Mancomunidades que se vio finalmente frustrada en el Senado) acabó brutalmente con su asesinato por un anarquista en 1912. En

adelante, podemos hablar de una crisis permanente de los partidos del turno.
La I Guerra Mundial, en la que España permaneció neutral, dividió al país entre

aliadófilos (liberales e izquierdas) y germanófilos (derechas conservadoras), pero trajo un periodo de prosperidad económica. España, neutral, pudo convertirse en abastecedora de muchos productos para los países contendientes.



b) La crisis de 1917

El mal reparto social de los beneficios del boom económico y la creciente inflación

(subida de precios) llevaron al estallido social y una profunda y compleja crisis en

1917. Dentro de ella podemos distinguir tres aspectos:

•    Crisis militar: las Juntas de Defensa.

El descontento entre los oficiales «peninsulares» ante los rápidos y, a veces

inmerecidos, ascensos de los «africanistas» (militares que estaban haciendo la guerra en Marruecos) culminó con la creación de las Juntas de Defensa. Estas juntas, que proliferaron por todo el país, eran asociaciones de militares que

reclamaban un aumento salarial y se oponían a los ascensos por méritos de guerra, reivindicando la antigüedad como único criterio El gabinete conservador de Eduardo

Dato se plegó a la imposición de los militares y aceptó unas juntas que iban contra

la disciplina militar y la subordinación del ejército al poder civil.

 •    Crisis política: la Asamblea de Parlamentarios

 Setenta diputados y senadores de la Lliga Regionalista, republicanos, socialistas e

incluso algún miembro del partido liberal constituyeron en Barcelona una Asamblea Nacional de Parlamentarios que demandó un cambio de gobierno, la

formación de un gobierno provisional y la convocatoria de Cortes Constituyentes.

El gobierno prohibió esta reunión de diputados que finalmente fue disuelta por la

Guardia Civil. El movimiento reformista había fracasado.

 •    Crisis social: la huelga general de 1917

 Convocada en agosto por las centrales sindicales CNT y UGT, debido al continuo

aumento de los precios, tuvo un amplio seguimiento en las ciudades. La protesta adquirió un carácter político y revolucionario (pensar que en 1917 triunfó la

revolución bolchevique en Rusia) porque las fuerzas obreras reclamaban el fin de la monarquía, Cortes Constituyentes y el paso a un sistema republicano. La reacción del gobierno fue brutal. Se declaró la Ley Marcial y se envió al ejército a sofocar el

movimiento. El balance fueron cientos de muertos y heridos y unos dos mil

detenidos. La huelga había fracasado.

La huelga general, sin embargo, trajo inmediatas consecuencias. Ante la amenaza de

revolución obrera, las Juntas de Defensa abandonaron sus peticiones y apoyaron la represión contra los huelguistas. Por otro lado, la dimisión de Eduardo Dato y la formación de un gobierno de coalición con la participación de la Lliga Regionalista

trajo la inmediata desactivación de la Asamblea de Parlamentarios.
La lucha social de clases se había convertido en el gran problema del país.

El fin de la I Guerra Mundial trajo una profunda crisis económica y social que

inmediatamente desencadenó una gran conflictividad social en Barcelona (1919-

1921)

Las huelgas y protestas alentadas por los anarquistas se encontraron con una dura represión del nuevo gobierno de Maura, que contaba con el pleno apoyo de la

burguesía catalana. Para contrarrestar la «acción directa» de los anarquistas, el sector más duro de la patronal creó el denominado Sindicato Libre, grupo de pistoleros

que actuó con el apoyo policial. La aplicación de la «Ley de Fugas», pura y simple

ejecución sin juicio de los detenidos exacerbó aún más el conflicto.

La respuesta anarquista llegó en 1921 con el asesinato de Eduardo Dato, presidente del gobierno. Dos años después, el líder anarquista Salvador Seguí

murió asesinado.

 3. LA GUERRA DE MARRUECOS (1909-1927)

El desastre del 98 puso fin al imperialismo español en el momento en el que el

moderno imperialismo de las potencias capitalistas industriales estaba en su apogeo. Tras el reparto de la mayor parte de África, el territorio de lo que hoy es Marruecos era una de las pocas regiones por repartir en el continente. Este hecho provocó

importantes tensiones internacionales que están en el origen del camino que llevó a

la primera guerra mundial.

Las potencias se reunieron en la Conferencia de Algeciras en 1906 y allí se acordó

el reparto de Marruecos entre Francia, que se quedó la mayor parte del territorio, y

España que se apoderó de la montañosa franja norte del país (EL Rif).

Muy pronto aparecieron los conflictos con los indígenas. Las cábilas rifeñas se

agruparon bajo el liderazgo de Abd-el-Krim. El ejército español, mal pertrechado y

dirigido, había sufrido importantes reveses desde un principio. El desastre del Barranco del Lobo (1909),cerca de Melilla, donde murieron 153 soldados

españoles y unos 600 fueron heridos, fue un claro ejemplo de ello.

En 1912, Francia y España pactaron un nuevo reparto de Marruecos para mejor

hacer frente a la resistencia de las cábilas rifeñas. Al acabar la I Guerra Mundial, se

reiniciaron las operaciones contra los rebeldes dirigidos por Abd-el-Krim.

El general Berenguer se puso al frente de un ejército mal preparado y equipado. En

este ejército destacaban los Regulares, tropas indígenas, y la Legión, fundada por

Millán Astray en 1920 a imagen de la Legión extranjera francesa. En la Legión ya destacaba en esta época un joven comandante, que era el lugarteniente de Millán

Astray: Francisco Franco.

En el verano de 1921, las tropas españolas se embarcaron en una acción mal

planificada dirigida por el general Fernández Silvestre. Los choques que las cábilas rifeñas concluyeron con una retirada desordenada y la masacre de las tropas españolas. Se trataba del Desastre de Annual, que costó más de trece mil muertos,

entre ellos el general Fernández Silvestre.

El desastre de Annual provocó una terrible impresión en una opinión pública

contraria a la guerra. Hubo grandes protestas en el país y los republicanos y

socialistas se apresuraron a reclamar el abandono de Marruecos.

La presión de la opinión pública llevó a la formación de una comisión militar que

investigara sobre los acontecimientos. Su resultado fue el Expediente Picasso,

informe redactado por el General de División Juan Picasso. Pese a las trabas que le pusieron las compañías mineras interesadas en el dominio de Marruecos y altos cargos del gobierno y el ejército, el expediente ponía en evidencia enormes

irregularidades, corrupción e ineficacia en el ejército español destinado en África.

El expediente no llegó a suponer responsabilidades políticas ni criminales. Antes de que la comisión del Congreso encargada de su estudio fuera a emitir su dictamen el 1 de octubre de 1923, el 13 de septiembre el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de estado y estableció una dictadura militar. Durante esta dictadura

concluirá la guerra en Marruecos.

4. LA DICTADURA DE MIGUEL PRIMO DE RIVERA (1923-1930)

En el contexto de agitación política y social que hemos analizado con anterioridad el

13/09/1923 el general Miguel Primo de Rivera, se pronunció contra la legalidad constitucional, declaró el estado de guerra y se dirigió al rey Alfonso XIII para exigir que el poder pasase a manos de los militares. Alfonso XIII aceptó un Directorio Militar presidido por Primo de Rivera, quien suspendió el régimen

parlamentario constitucional.

 a) Causas del golpe de estado.

Diversas causas explican que la dictadura militar empezara a contemplarse como

una solución a la crisis del país entre la alta burguesía, gran parte de las clases

medias y el Ejército:

 •    Descontento del ejército tras el desastre de Annual (el propio hermano de

Primo de Rivera murió en dicha batalla) y el afán de evitar las consecuencias

del expediente Picasso para algunos importantes generales, entre ellos el

general Berenguer.

 •    Auge de los nacionalismos periféricos y ascenso de republicanos y del

movimiento obrero.

 •    El triunfo del fascismo en Italia tras la Marcha sobre Roma en 1922 y el

ascenso al poder de Mussolini, al que tomó como modelo a seguir.

 b) El golpe de estado de 1923

Miguel Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, se sublevó el 13 de

septiembre de 1923. El golpe contó inmediatamente con la comprensión y el apoyo

del rey Alfonso XIII.

Los sublevados declararon el estado de guerra, la suspensión de las garantías

constitucionales y la disolución de las Cortes. El régimen de la Constitución de
1876 era sustituido en medio de la indeferencia popular y sin apenas resistencia

por una dictadura militar. La dictadura pasará por dos fases: el Directorio Militar y

el Directorio Civil.

c) Directorio Militar (1923-1925)

Tras el golpe, el dictador Primo de Rivera concentró todos los poderes del Estado,

pasando a ser asesorado por un Directorio Militar, cuyos miembros eran

exclusivamente militares. Tras el nuevo gobierno estaba el mismo bloque de poder que había dominado el país durante la Restauración, la oligarquía de terratenientes e

industriales. Primo de Rivera se presentaba como el «cirujano de hierro» del que habló Joaquín Costa a principios de siglo y proclamó su inspiración en los ideales de

los regeneracionistas de principios de siglo.

El Directorio Militar tomó rápidamente medidas:

 •    Prohibición de la bandera y el himno catalán y restricción de la lengua

catalana al terreno privado. Además suprimió la Mancomunidad de Cataluña.

También se prohibió el euskera.

 •    Se disolvieron las diputaciones provinciales.

 •    Política de «mano dura» en todo lo referente al orden público.

 •    Se prohibieron todos los partidos políticos y sindicatos y se persiguió a los

anarquistas y comunistas (el PCE se había escindido del PSOE en 1921).

 •    Formación de la Unión Patriótica, partido único bajo la dirección de un militar.

Se trataba de seguir el modelo fascista impuesto por Mussolini en Italia. La

Unión Patriótica no tenía un programa político definido y su misión era prestar

apoyo a la dictadura. Los afiliados al nuevo partido procedían básicamente de las filas del catolicismo, de los funcionarios de la administración y de los caciques rurales. En definitiva, se puede definir a la Unión Patriótica como un

partido oficialista, derechista, conservador y católico.

 •    También se reactivó la antigua institución del Somatén (ciudadanos armados

voluntariamente para colaborar en el mantenimiento del orden público)

El gran éxito del Directorio Militar tuvo lugar en África. El Desembarco en la

bahía de Alhucemas en 1925 puso fin de la resistencia de las cábilas del Rif . Su

líder Abd-el-Krim se entregó a las autoridades del Marruecos francés. El fin de la

guerra en Marruecos le dio gran popularidad al dictador.

 d) Directorio Civil (1925-1930)

A fines de 1925, un gobierno civil, presidido por Primo de Rivera, sustituyó al

Directorio Militar. En este Directorio Civil, presidido por Primo de Rivera, participó

gente ajena a la vida militar como José Calvo Sotelo, ministro de Hacienda.
Se trataba de institucionalizar la Dictadura. En 1927, se constituyó una Asamblea

Nacional Consultiva, formada en su mayoría por miembros de Unión Patriótica

elegidos por sufragio restringido entre los ciudadanos pertenecientes a las grandes instituciones públicas (universidades, patronal, ayuntamientos, etc). Primo de Rivera de nuevo seguía el modelo italiano, en este caso el Consejo Fascista. Esta Asamblea fracasó rápidamente en su intento de redactar una ley fundamental que hiciera el

papel de Constitución de la dictadura.

También se imitó el modelo social del fascismo italiano, estableciéndose la

Organización Corporativa del Trabajo, especie de sindicato que trataba de

arbitrar entre patrones y obreros. De nuevo el intento de institucionalización del

régimen de Primo de Rivera fracasó.

En economía también se apostó por el modelo fascista a través de la nacionalización

de importantes sectores de la economía y el aumento de la intervención estatal. El Estado tuvo un protagonismo notable gracias al fomento de obras públicas

(ferrocarriles, carreteras, planes hidroeléctricos, etc.)

e) La oposición a la dictadura y la caída de Primo de Rivera

La oposición a la Dictadura abarcaba un amplio espectro político:

–     Algunos liberales y conservadores, líderes de los partidos dinásticos prohibidos

por el dictador.

 –     Los republicanos. En 1926 se creó la Alianza Republicana, formada por

diversos partidos y agrupaciones republicanas. En esta alianza destacaron

personajes que en pocos años serían protagonistas de la vida política española

como Alejandro Lerroux, Manuel Azaña, José Giral, Marcelino Domingo o Lluís Companys (republicano catalanista, líder de Esquerra Republicana de

Cataluña)

 –     Nacionalistas catalanes y vascos.

 –     Los comunistas. El PCE había nacido en 1921 como escisión del PSOE y sus

militantes fueron duramente perseguidos por Primo de Rivera.

 –      Los anarquistas. La CNT se mostró contraria al régimen desde el principio y en

1927 el ala más radical y violenta fundó la Federación Anarquista Ibérica

(FAI)

–     Intelectuales como Vicente Blasco Ibáñez, Miguel de Unamuno, José Ortega

y Gasset, Menéndez Pidal, Antonio Machado o Gregorio Marañón, que en 1924 suscribieron un manifiesto contrario a la política cultural del régimen

primorriverista. Algunos fueron desterrados y otros marcharon al exilio.

–     El mundo universitario, desde el cual se protagonizaron algaradas y protestas

contra el régimen. Además se fundó la Federación Universitaria Española

(FUE), de carácter republicano.
–     El PSOE mantuvo una posición ambigua (de hecho uno de sus líderes, Largo

Caballero, colaboró con el régimen y llegó a ocupar el puesto de Secretario de

Estado para el Trabajo), pero en 1929 se desmarcó definitivamente del mismo.

f) La caída de la dictadura

 Un elemento clave para comprender la caída del dictador fue el creciente

descontento en las filas del Ejército ante las arbitrariedades de Primo de Rivera.

Tras el crash de la bolsa de Nueva York, en 1929, los problemas económicos se extendieron con gran rapidez por el mundo. El descontento social, con la vuelta de los movimientos huelguísticos, vino a acrecentar la oposición a la dictadura.

(devaluación de la peseta).

 
Anciano, enfermo y sin apoyos sociales, el 30 de enero 1930, Primo de Rivera

presentó su dimisión al monarca, quién se apresuró a aceptarla. Dos meses

después, el dictador fallecía en el exilio en París.



TEMA 12. LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931 – 1936).

INTRODUCCIÓN: EL AÑO DEL TRÁNSITO (1930-1931)

En 1930, el general Dámaso Berenguer sustituyó al dictador Miguel Primo de

Rivera (1923 – 1930) que dimitió y se autoexilió ante la falta de apoyos. Berenguer pretendía restaurar las condiciones políticas que había suprimido el dictador, y poner en funcionamiento la Constitución de 1876.
Para esto tuvo que apoyarse en un gobierno de leales a Alfonso XIII, como Miguel Maura, pero con poca experiencia política. Además, por aquel tiempo, las fuerzas contrarias a la Monarquía ( republicanos, socialistas y anarcosindicalistas) comenzaron a organizarse para contribuir a su derrocamiento.

a) EL PACTO DE SAN SEBASTIÁN.

En Agosto de 1930 la mayoría de los partidos y grupos republicanos se reunieron en un hotel de San Sebastián y llegaron a un acuerdo de acción conjunta para instaurar la República. Se formó un Comité Revolucionario, pero creyeron que era necesaria la colaboración de los socialistas y sindicalistas de la UGT y CNT. En Octubre las ejecutivas del PSOE y la UGT decidieron participar en este Comité Revolucionario.

b) FERMÍN GALÁN Y GARCÍA HERNÁNDEZ: EL LEVANTAMIENTO DE JACA.

Para el 15 de diciembre de 1930 estaba prevista una insurrección que instauraría

la República, organizada por un Comité Militar en el que estaban implicados entre otros al general Queipo de Llano y Ramón Franco. Este Comité Militar, pretendía actuar en conexión con el Comité Revolucionario presidido por Alcalá Zamora.

 Adelantándose a los planes, el 12 de Diciembre de 1930, los capitanes Fermín

Galán y García Hernández se sublevaron en Jaca y proclamaron la República en

Jaca. El gobierno reaccionó y aplastó la sublevación.

 Berenguer dimitió en febrero de 1931 y se formó un gobierno presidido por el

almirante Aznar, con el objetivo de convocar elecciones municipales, luego

provinciales y después legislativas.

c) EL ADVENIMIENTO DE LA REPÚBLICA.

 En las elecciones municipales del 12 de Abril de 1931, los candidatos

republicanos y socialistas vencieron en los principales núcleos urbanos. Alfonso XIII comprendió la falta de apoyo popular y salió para el exilio. El Almirante Aznar dijo:

«España se acostó monárquica y se ha levantado republicana». Así, el 14 de Abril de

1931 se proclamó la II República sin que los propios republicanos supieran muy bien

como.

¿Quiénes eran aquellos hombres que tantas ilusiones habían despertado entre los

españoles? Su procedencia política era variada: viejos monárquicos desengañados como

Miguel Maura y Alcalá Zamora, republicanos como Lerroux y Azaña, socialistas como

Indalecio Prieto, Largo Caballero o Fernando de los Ríos, etc.¼

En 1931, existían tres partidos republicanos:

–     Acción Republicana (su líder es Azaña)

–     El Partido Radical – Socialista de Marcelino Domingo

–     Partido Republicano Radical o Partido Radical de Alejandro Lerroux.

Por otro lado estaba el PSOE, un partido más disciplinado y coherente en principio, y la

CNT que contaba con 500.000 afiliados aproximadamente.

1. DEL GOBIERNO PROVISIONAL A LAS CORTES CONSTITUYENTES.

El 14 de Abril se formó un Gobierno provisional presidido por Alcalá

Zamora, y en él, estaban representados todos los partidos del Pacto de San Sebastián: republicanos conservadores, radicales, radicales socialistas, republicanos de izquierda,

socialistas, nacionalistas catalanes.

El gobierno se dedicó desde los primeros días a un programa intenso de

reformas y a preparar las elecciones a Cortes Constituyentes, que se celebrarían el 28

de Junio de 1931.

Las reformas más importantes que acometieron fueron en materia de enseñanza,

reformas militares y laborales.

Entre las reformas educativas que acometió Marcelino Domingo (ministro de

educación) destacan:

–     Aumento del presupuesto de la enseñanza de un 5,5% a un 7%.

–     Se crearon nuevas escuelas, se aumentaron las plazas de profesores y sus

sueldos.

–     Se organizaron las Misiones Pedagógicas para extender la cultura a la

población rural. (en este contexto se creó el Teatro ambulante » La Barraca»,

en el que colaboró Federico García Lorca).

–     Se suprimió la religión en los centros docentes.

Las reformas militares las acometió Manuel Azaña, (ministro de la guerra),

que pretendía reformar el ejército, para hacerlo más eficaz.

–     Llevó a cabo la Ley del Retiro Voluntario, que decía que un plazo de 30 días

los oficiales tenían que optar entre prometer adhesión a la República o

retirarse y pasar a la reserva con el sueldo íntegro.

–     También se revisan los ascensos por méritos de guerra y se retira el grado de

Teniente General.
–     El ejército además, queda sometido al poder civil, ya que se suprimen los

Tribunales de Honor.

–     Se suprimieron las Capitanías Generales y se cerró la Academia General

Militar de Zaragoza, dirigida por Franco.

Todas estas reformas crearon un gran malestar en el ejército.

Las reformas laborales de tipo agrícola las acometió Largo Caballero,

ministro de trabajo, fundamentalmente mediante decretos que en 1932 se

convertirán en Leyes.

 –     El Decreto de Términos Municipales, que obligaba a los patronos agrícolas a

emplear trabajadores del mismo municipio.

 –     Decreto de Laboreo Forzoso. Obligaba a los patronos a cultivar algo

obligatoriamente.

 –     Ley de intensificación de cultivos. Si había tierras mal explotadas, se enviaba

a los trabajadores para cultivarlas.

 –     Se forman los Jurados Mixtos, controlados por la UGT, para arbitrar los

conflictos laborales entre patronos y trabajadores.

Todas estas medidas crearon una conflictividad social en el campo desconocida hasta

ese momento.

a) LAS PRIMERAS DIFICULTADES.

La alegría de los primeros momentos dejó paso a fuertes conflictos que

reflejaban las contradicciones de intereses y de ideologías como:

–     Los problemas regionales con Cataluña y el País Vasco, ambos zanjados

con la creación de Proyectos de Estatuto tanto para Cataluña como para el

País Vaco.

–     Conflictividad Social, plasmada en varias huelgas generales.

–     Conflictos con la Iglesia. Ante las declaraciones del Cardenal Segura

oponiéndose a la República, se respondió con la quema de conventos e

iglesias. Finalmente se optó por la expulsión de España de Segura en Mayo

de 1931.

b) LAS CORTES CONTITUYENTES. LA CONSTITUCIÓN DE 1931.

Las elecciones para Cortes Constituyentes que se celebraron el 28 de junio de 1931 supusieron un triunfo para la conjunción republicano – socialista. La Constitución fue aprobada el 9 de Diciembre de 1931. España quedaba constituida, según el Artículo 1 en: « Una República de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia». Sus principales rasgos son:

•     Soberanía popular. Se declaraba al nuevo estado español como una

«República democrática de trabajadores de toda clase».

•    Sufragio universal masculino y femenino. Tras un largo y complejo debate en

las Cortes, las mujeres españolas obtuvieron el derecho de voto (debate entre Clara Campoamor, defensora del sufragio femenino, y Victoria Kent,

contraria).
•    Extensa declaración de derechos y libertades.

o Derechos civiles: divorcio, matrimonio civil y equiparación de hijos

legítimos e ilegítimos.

o Derecho a la educación.

•    Poderes del Estado

o Poder legislativo quedó en manos de unas Cortes unicamerales.

o Poder ejecutivo

Presidente de la República con escasos poderes.

Jefe de Gobierno, nombrado por el Presidente pero que debía

contar con la aprobación de las Cortes.

o Poder judicial en manos de los tribunales de justicia.

•    Por primera vez en nuestra historia, se establece el derecho de las regiones a

establecer                            Estatutos                              de                           Autonomía.

•    En lo relativo a la «cuestión religiosa» (artículo 26) se establece un estado

laico:

o Separación de la Iglesia y el Estado

o Desaparición el presupuesto de culto y clero

o Prohibición de ejercer la educación a la iglesia.

o Libertad de conciencia y cultos.

2. EL BIENIO DE IZQUIERDAS ( Diciembre de 1931 a Noviembre de 1933)

Alcalá Zamora fue elegido presidente de la II República y confirmó a Azaña

como jefe del primer gobierno constitucional. El Partido Radical pasó a la oposición

moderada de centro.

El gobierno republicano-socialista emprendió un amplio programa de reformas en un contexto económico desfavorable, marcado por el ascenso del paro. Estas fueron sus

principales medidas:

Se cumplen las medidas militares que inició el gobierno provisional.

Se llevan a cabo medidas secularizadoras como la Ley del divorcio y la

del Matrimonio Civil.

También se hace la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas,

que prohibía a la Iglesia toda función docente. Además, en 1932 se

expulsa a los jesuitas de España y se expropian todos sus bienes, incluyendo sus inversiones en Telefónica y en compañías de electricidad

y transporte.

Se aprobó el Tribunal de Garantías Constitucionales.

Se aprobó la Ley de Bases para la Reforma Agraria. Con ellas se

buscaba el reasentamiento de campesinos sin tierra en latifundios insuficientemente explotados. Se propuso expropiar miles de hectáreas a latifundistas y nobles. Se indemnizaría a los expropiados. Pero el coste de las indemnizaciones hizo que la reforma se llevara a cabo muy lentamente y que estuviera condenada al fracaso. Muy pocos campesinos se beneficiaron de la ley. Esto provocó una decepción generalizada entre

el campesinado en un contexto económico de paro creciente.

LOS PROBLEMAS DEL BIENIO DE IZQUIERDAS.

En este periodo comenzaron a tomar fuerzas las organizaciones de derechas.

Esto se ve en varios acontecimientos:

•    Conspiraciones contra la República. Surgieron desde los inicios de la misma y

culminaron en Agosto de 1932 con la sublevación del general Sanjurjo en

Sevilla. El gobierno reaccionó e hizo fracasar el golpe.

•    Las organizaciones de derechas empiezan a ascender: En Marzo de 1933 se

creó la CEDA ( Confederación de Derechas Autónomas), que reunía grupos y

grupúsculos muy variados. El líder de la CEDA era José María Gil Robles.

•    Muchos problemas sociales: La extrema izquierda era partidaria de la

revolución armada y volvieron a la carga en Enero de 1933. Los choques más trágicos contra la Guardia Civil fueron en Castilblanco ( Badajoz) y sobre todo en Casas Viejas ( actual Benalup) ( Cádiz), dónde la Guardia Civil y la de Asalto

reprimieron violentamente un levantamiento anarquista.

Las protestas cundieron por todo el país. Estas tensiones agotaron al gobierno de

Azaña que se vio obligado a dimitir. Le sucedieron los gobiernos radicales de Lerroux y Diego Martínez Barrio. Finalmente se disolvió el parlamento y se

convocaron nuevas elecciones.

3. EL BIENIO DE DERECHAS. ( diciembre de 1933 – febrero de 1936)

En un contexto de crisis económica internacional y de triunfo de los

extremismos en Europa con el triunfo de Hitler en 1933 y la consolidación de la dictadura de Stalin en la URSS, la lucha política se radicalizó en nuestro país. España se polarizó entre las «derechas» y las «izquierdas». El panorama político español hacia

fines de 1933 era el siguiente:

Derechas:

•    La CEDA de Gil Robles agrupaba a las clases medias y populares católicas. Las

Juventudes de Acción Popular (JAP), organización juvenil del partido, tenían ya

en aquel momento rasgos claramente fascistas.

•    En Renovación Española, dirigida por Calvo Sotelo, se agrupaban los

monárquicos con posturas cada vez más extremistas y antidemocráticas.

•    Comunión Tradicionalista: Su líder es Fal Conde. El carlismo utilizará una

estrategia violenta contra la República a través de sus milicias armadas: El

Requeté.

•    Finalmente, la Falange Española de Jose Antonio Primo de Rivera, que se

fusionará en 1934 con las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS) de

Ramiro Ledesma. Quedaba así constituido el núcleo político de ideología

fascista en España.

Izquierdas:

•    La Izquierda Republicana de Manuel Azaña agrupaba el centro-izquierda que

había optado por una política de reformas y de alianzas con el movimiento

obrero.

•    El PSOE, el mayor partido obrero, estaba dirigido por un grupo de líderes a

menudo enfrentados. Indalecio Prieto y Largo Caballero representaban el ala más moderada y más radical del partido. En general, el PSOE vivió un claro

proceso de radicalización.

•    El PCE seguía las nuevas directrices de la Komintern y buscaba una alianza de

la izquierda contra el fascismo. La experiencia alemana y el ascenso de Hitler en enero de 1933 habían hecho rectificar a Stalin y buscar alianzas con todas las

fuerzas de centro-izquierda.

•    La CNT seguía ligada a la acción revolucionaria, aunque había quedado muy

mermada tras el fracaso de la insurrección de diciembre de 1933.

•    Los continuos enfrentamientos del gobierno de la Generalitat catalana con el

gobierno de derechas de Madrid habían propiciado que la Esquerra Republicana de Catalunya dirigida por Lluis Companys girara a la izquierda

en sus posiciones políticas.

Centro:

•    El Partido Radical de Lerroux.

•    Acción Republicana.

Partidos Regionalistas.

•    La LLiga de Cataluña.

•    El PNV.

Cómo vimos, en noviembre de 1933 se convocaron elecciones. La CEDA consiguió el

mayor número de diputados pero Alcalá Zamora encargó gobierno a Alejandro

Lerroux, del Partido Radical, y segundo en número de diputados, evitando así un

cambio radical de gobierno de izquierda a derecha.

Lerroux formó un gabinete conformado exclusivamente por miembros de su

partido. La CEDA apoyó al gobierno desde el Parlamento. Lerroux se vio así obligado

a iniciar lo que los grupos de derecha reclamaban, una política de rectificación de las

reformas del bienio anterior. Esta nueva política se concretó en la paralización de las

reformas iniciadas:

•    Paralización de la reforma agraria, con la consiguiente expulsión de las

tierras que habían ocupado de miles de jornaleros.

•    Paralización de la reforma militar y designación para puestos clave de

militares claramente antirrepublicanos como Franco, Goded o Mola. Esta nueva política fue completada con un amnistía para los participantes en el golpe de

Sanjurjo en 1932.
•    Conciliación con la Iglesia Católica.

•    Paralización de las reformas educativas. Parón en el programa de

construcciones escolares y anulación de la enseñanza mixta.

•    Enfrentamiento a los nacionalismos periféricos. Freno al proyecto de Estatuto

de Autonomía vasco, presentado por el PNV y enfrentamientos con la Generalitat catalana, que presidía Lluis Companys, dirigente de ERC, desde

enero de 1934.

La creciente tensión entre los dos polos políticos culminó con la entrada de tres

ministros de la CEDA en el gobierno en octubre de 1934. Esta remodelación del

gobierno fue interpretada por la izquierda como el anuncio del triunfo inminente

del fascismo en nuestro país. La cada vez más radicalizada izquierda, PSOE, UGT,

CNT, PCE, llamó a la huelga general contra el gobierno. El seguimiento fue muy

desigual.

Lo peor ocurrió en Asturias. Aquí la huelga general triunfó y degeneró en una

verdadera revolución organizada por la UGT y la CNT. La persistencia de la insurrección llevó al gobierno a optar por la represión más brutal. La Legión, dirigida

por el general Franco, fue la encargada.

El balance de la Revolución de Octubre de 1934 fue aterrador: más de mil

trescientos muertos, el doble de heridos, treinta mil detenidos, entre ellos Companys,

Azaña, que no había apoyado el levantamiento, y los principales dirigentes del PSOE

como Prieto o Largo Caballero.

La reacción del gobierno de derechas fue el endurecimiento de su política: se

suspendió el estatuto de autonomía de Cataluña y se redactó una nueva Ley de Reforma

Agraria, que en la práctica era una verdadera contrarreforma.

Sin embargo, las disensiones en el seno del gobierno eran crecientes. Las

diferencias entre el Partido Radical y la cada vez más extremista CEDA eran evidentes. Un ejemplo de la orientación de la CEDA fueron los nombramientos que hizo Gil Robles, como nuevo ministro de Defensa. Militares claramente contrarios a la república

y la democracia fueron designados para puestos clave en la estructura del Ejército.

Franco, por ejemplo, fue nombrado jefe del Estado Mayor.

La crisis definitiva vino con un escándalo de corrupción, el escándalo del

Estraperlo, que afectó a altos cargos gubernamentales. Lerroux y el Partido Radical cayeron en un descrédito total. La aparición de nuevos escándalos precipitó el fin de la

legislatura y la convocatoria de nuevas elecciones a Cortes en febrero de 1936.

4. LAS ELECCIONES DE 1936 Y EL FRENTE POPULAR.

En un ambiente de creciente radicalización, se presentaron las siguientes

candidaturas a las elecciones de febrero de 1936:

Frente Popular: pacto electoral firmado en enero de 1936 por Izquierda

Republicana, PSOE, PCE, POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) y

Esquerra Republicana de Catalunya. Este pacto agrupaba a todas las izquierdas. La

CNT, con muchos presos en la cárcel, no pidió la abstención y apoyó de forma tácita a

la coalición de izquierdas.

La coalición de los grupos de derecha, formada por la CEDA y Renovación

Española, acudió con un programa basado en el miedo a la revolución social. La

Falange y el PNV se presentaron por su cuenta.

La victoria fue para el Frente Popular, que basó su triunfo en las ciudades y las

provincias del sur y la periferia. Mientras, la derecha triunfó en el norte y el interior del

país.

Tras las elecciones, Manuel Azaña fue nombrado Presidente de la República.

El objetivo era que Indalecio Prieto, hombre fuerte del ala más moderada del PSOE, ocupara la jefatura del gobierno. Sin embargo, la negativa del Partido Socialista,

dividido en diversas tendencias, llevó a que se formara un gobierno presidido por Casares Quiroga y formado exclusivamente por republicanos de izquierda, sin la

participación del PSOE. Así, el nuevo gobierno nacía debilitado.

El nuevo gabinete inició rápidamente la acción reformista:

•    Amplia amnistía para todos los represaliados tras octubre de 1934.

•    Restablecimiento del Estatuto catalán.

•    Alejamiento de Madrid de los generales más sospechosos de golpismo.

Franco, Mola y Goded fueron destinados a Canarias, Navarra y Baleares.

•    Reanudación de la reforma agraria. Esta medida fue rápidamente desbordada

por la acción de los jornaleros que se lanzaron a la ocupación de fincas.

•    Tramitación de nuevos estatutos de autonomía. El Estatuto de Galicia, fue

aprobado en plebiscito en junio de 1936, y el del País Vasco estaba

prácticamente terminado en julio de 1936.

Mientras, el ambiente social era cada vez más tenso. La izquierda obrera había

optado por una postura claramente revolucionaria y la derecha buscaba de forma

evidente el fin del sistema democrático.

Desde el mes de abril se sucedieron los enfrentamientos violentos callejeros entre

grupos falangistas y milicias socialistas, comunistas y anarquistas.

Mientras la conspiración militar contra el gobierno del Frente Popular avanzaba.

Por un lado, había una trama política conformada por los principales líderes de los partidos: Gil Robles, Calvo Sotelo, Jose Antonio Primo de Rivera. Por otro lado, crecía el número de generales implicados: Franco, Goded, Fanjul, Varela… Emilio Mola, destinado en Pamplona, se convirtió en el jefe de la conspiración, el «director» del golpe. La salida antidemocrática tenía valedores internacionales. Muy pronto se

iniciaron los contactos con Mussolini y Hitler.

El 12 de julio era asesinado por extremistas de derecha un oficial de la Guardia de

Asalto, teniente Castillo. La respuesta llegó la siguiente madrugada con el asesinato de José Calvo Sotelo por parte de un grupo de miembros de las fuerzas de seguridad. El

enfrentamiento era inevitable.

El gobierno de Casares Quiroga, que no había decidido tomar medidas pese a las

continuas advertencias de las organizaciones obreras, vio como el 17 de julio de 1936

el ejército de Marruecos iniciaba la rebelión contra el gobierno de la República. El

triunfo parcial del golpe desencadenó la guerra civil.


TEMA 13. GUERRA CIVIL.

La Guerra Civil Española fue un conflicto social, político y militar que se

desencadenó en España tras fracasar el golpe de estado del 17 y 18 de julio de 1936 llevado a cabo por una parte del ejército contra el gobierno legítimo de la Segunda

República y que terminaría el 1 de abril de 1939 con el último parte de guerra del

general Franco declarando su victoria y estableciendo una dictadura que duraría hasta su

muerte en 1975.

A las partes enfrentadas se las suele denominar bando republicano y bando

nacional (sublevados)

Las conspiraciones contra la república habían comenzado meses atrás con el

objetivo de acabar con el Frente Popular. Por eso el gobierno envió a militares sospechosos a zonas periféricas; por ejemplo: Franco fue enviado a Canarias, Goded a

Baleares y Mola a Navarra.

Emilio Mola será el organizador de la sublevación que dio origen a la guerra

civil y Sanjurjo era el dirigente nominal. Una cosa importante a tener en cuenta es que la sublevación fue pensada y ejecutada exclusivamente por militares (Mola, Franco,

Queipo de Llano, Varela, Fanjul, Cabanellas, etc.)

13. EL GOLPE. (GUERRA CIVIL)

 El proyecto de Mola era realizar un pronunciamiento militar y converger sobre

Madrid para acabar con el Frente Popular. Pero la sublevación no estaba cuajada cuando

se realizó, por eso fracasó en un primer momento, ya que el ejército quedó dividido.


El levantamiento, señalado para el 18 de Julio de 1936, se adelantó en Melilla al

17, constituyéndose una Junta militar. La rebelión se extendió a Marruecos en pocas horas. Franco se sublevó en Canarias el día 18 y ese día tomó un avión, el Dragón

Rapide, con el que llegó a Tetuán el día 19. Allí asumió el mando de las tropas

marroquíes.

En la península la rebelión fracasó en la mayoría de núcleos industriales (País

Vasco) y en las principales ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia¼ Triunfó en la

Andalucía del Guadalquivir (Sevilla), Galicia y la Submeseta Norte.

El gobierno republicano tardó en reaccionar. Casares Quiroga dimitió; le

sucedió momentáneamente Martínez Barrio ( por unas horas), que intentó negociar con Mola ; finalmente José Giral se decidió a armar a las milicias populares y formó gobierno. ¡El poder del estado se desmembró! Surgieron comités revolucionarios en

pueblos y ciudades que controlaban el orden público.

Como hemos visto, una parte del ejército no secundó la rebelión, y así, el golpe

se transformó en una guerra civil que duraría casi tres años.





 





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